Miércoles 13 de Diciembre de 2017 – Sala Bikini – Barcelona
Todos sabemos que desafortunadamente la muerte de cualquier artista acarrea un incremento en la venta de sus trabajos. Pero lo que todavía no habíamos tenido ocasión de comprobar era la repercusión que podía tener su vuelta a los escenarios aunque fuera de forma virtual. Mucho se había hablado sobre esta nueva gira denominada Dio Returns, en la que DIO DISCIPLES contarían, al igual que sucedió en su aparición en Wacken 2016, con la presencia del holograma del mítico vocalista americano.
Mucha curiosidad y bastante expectación había suscitado la cita, y esto se acabó traduciendo en una sala Bikini abarrotada. Además de contar con el reclamo del holograma, la banda que protagonizaría la velada era de plenas garantías, conformada por instrumentistas como el guitarrista Graig Goldy, el batería Simon Wright, el teclista Scott Warren y Bjorn Englen, siendo el bajista sueco el único que no perteneció a la banda de Dio. Mientras que los encargados de poner voz a una selección de clásicos imprescindibles para cualquier amante del heavy metal clásico fueron Tim Ripper Owens y Oni Logan.
Mientras en la pista se sucedían las conversaciones en torno a como podía transcurrir la velada, una estructura situada en la parte central y trasera del escenario reclamaba nuestra atención. Y es que a través de ella fue donde se proyectó la figura del homenajeado en diferentes momentos del show. Aunque un servidor no es un entendido en la materia, lo cierto es que yo hablaría más de una imagen en perspectiva que no de lo que entendemos como un holograma. Pero, en cualquier caso, fuera como fuera, la estampa y la voz de Ronnie James Dio estuvieron allí presentes para provocar la nostalgia entre los más veteranos y dar a lo más jóvenes una idea aproximada de cómo se movía el carismático frontman en escena.
Acompañados del clásico de DEEP PURPLE «Perfect Strangers» los músicos fueron apareciendo en escena de forma parsimoniosa para tras saludar a los presentes empuñar sus instrumentos y abrir el show con un tema mítico como «King Of Rock and Roll». Curiosamente durante las primeras estrofas pudimos escuchar la voz de Ronnie, pero no fue hasta la mitad del tema cuando su silueta, con camisola blanca y pantalones negros, apareció en escena provocando el delirio entre las primeras filas.
No tardó en aparecer en escena Tim Ripper Owens para ponerse al frente de sus compañeros y dar buena cuenta de «The Mob Rules» de Black Sabbath. Fue en ese momento, una vez saciada la curiosidad inicial, cuando me percaté de la excesiva sobriedad escénica de Graig Goldy, que permaneció estático durante gran parte del show, mostrándose muy concentrado pero algo frío y distante. Pese a ello, las ganas de la audiencia de corear algunos himnos clásicos acabaron propiciando que temas como «Straight Through The Heart» sonaran sólidos y convincentes.
Precisamente fue el propio Owens el encargado de presentar a su compañero a las voces, Oni Logan, que fue quien se hizo cargo de un inesperado «I», perteneciente a «Dehumanizer», el último trabajo de estudio que Dio grabó con Black Sabbath hace veinticinco años, y que a la postre fue el tema más reciente que interpretaron, ya que Dio Discipline dejaron aparcado todo el material en solitario que grabó posteriormente. La figura de Dio volvió a materializarse sobre una pequeña escalinata envuelta en llamas para embarcarnos en un trepidante medley que incluyó gran parte de «The Last In Line» y un escueto guiño a uno de sus temas más emblemáticos «Holy Diver», con la imagen del vocalista extendiendo los brazos para invitarnos a que nos hiciéramos cargo de su inmortal estribillo.
El encargado de recoger el testigo y sumergirnos de lleno en los épicos pasajes de «Egypt (The Chains Are On) fue Oni Logan, quien tuvo que recurrir a la chuleta ya que parecía no saberse bien la letra. Con Owens y Logan compartiendo escenario arrancaba «Tarot Woman», y con ella el primer guiño al material de los legendarios Rainbow del maestro Blackmore.
Tras adueñarse Graig Goldy del escenario para dar rienda suelta a sus habilidades como solista llegaba el momento de «Catch The Rainbow», con Logan llevando las riendas mientras Owens animaba al personal desde la parte trasera del escenario antes de hacer suya «Gates Of Babylon» y completar un nuevo medley. Un pequeño interludio solista a cargo del teclista Scott Warren sirvió como preámbulo para una nueva mirada sobre «Rising», de manos de «Stargazer», con ambos vocalistas repartiéndose las estrofas mientras trataban de animar al público levantado sus cuernos al aire.
Aunque tanto Logan como Owens se repartieron las presentaciones, los parlamentos más extensos y emotivos corrieron por cuenta del ex- JUDAS PRIEST, recordándonos el respeto y devoción que Ronnie profesaba hacia sus seguidores. El retorno sobre la discografía de Dio llegó con «Mystery», que hacía despertar a un respetable que hasta ese momento se había mantenido bastante frío.
Aprovechando el ambiente creado era un buen momento para que la imagen de Dio volviera a materializarse en escena para atacar los serpenteantes riffs de «Heaven & Hell» y «Man On The Silver Mountain», que incluyó el solo de Simon Wright, antes de poner el punto y seguido a la velada con un nuevo guiño al tema que daba título al primer trabajo que Dio grabó con BLACK SABBATH.
El capítulo final para este homenaje llegó de manos de «Rainbow In The Dark», con el holograma al frente para acabar dejando que Logan y Owens se sumaran al tema para protagonizar una recta final con todos los protagonistas sobre las tablas. Fue una experiencia curiosa y novedosa el poder volver a ver sobre un escenario a Ronnie James Dio. Aunque debo admitir que el repertorio no me convenció, ya que se quedaron fuera temas imprescindibles como «We Rock», «Don´t Talk To Strangers», «Dream Evil»… Pero dejando a un lado preferencias personales, lo que no comprendí fue el poco protagonismo que DIO DISCIPLES dispensaron a un clasicazo como «Holy Diver».
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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Patético. Todo el mundo criticando, y al final han petado la gira. Que penoso
que cosas verdad?
muy probablemente todos los que han llenado la bikini, no han entrado nunca en esta web.
es mas fácil criticar algo que no te gusta. Quizá somos mas propensos a dejar nuestro comentario cuando no nos gusta algo.
Esto es un negocio maravilloso y sin dinero no se hacen giras. Quitando la polémica del holograma, no me parece ni bien ni mal que hagan una gira homenaje a Dio.
A mi personalmente no me atrae pero no me parece una aberración llevando dos grandes cantantes en la gira.
Después de todo lo hablado el desenlace es una sala abarrotada.
no fuí por problemas de agenda, y nunca lo he criticado y mas teniendo dos cantantes acojonantes compañando y si quieres ir vas y si no no vas, sencillo.
Las bandas grandes y míticas se jubilan. Los músicos mueren. Ley de vida. El metal sigue adelante aunque hayan pasado casi 50 años. Hay bandas frescas y nuevas que auguran un futuro prometedor. Pero es muy difícil que no nos acordemos de los clásicos como Dio o Freddie Mercury. Todos queremos volver a oirles cantar en concierto. Y no hay que olvidar que esto es un negocio. Hay gira de holograma, cosa impensable, al igual que Queen Forever fue fichada para el Rock Fest. Las bandas cada vez tienen más recursos tecnológicos y los grupos tributo florecen. Al final sólo sobrevive lo que es viable económicamente. Si la sala se llena, habrá más giras de hologramas al igual que en el Rockfest actuarán bandas tributo (ya hay otra cover band para el Rock Fest 2018). Nosotros, los que pagamos entrada, somos al final quienes decidimos. Yo no suelo ir a ver tributos ni iré a ver el holograma. Pero no me importa que haya y que otros puedan verlo si quieren