+ BABY DEE
Miércoles 11 de Octubre 2017 – Teatro Barceló – Madrid
Última oportunidad. Y no es que SWANS se hayan dejado ver poco últimamente por nuestro país, pero todo llega a su fin. La camaleónica formación de Michael Gira agota los días de su última etapa, con directo recién editado incluyendo dos temas nuevos y la magnificencia de «The Glowing Man» (Young God, 2016) todavía en nuestro cerebro, y con ese aire de fin de ciclo se presentaba en el Teatro Barceló de Madrid para darnos la lección del año. Todo vendido.
Antes, bien prontito, tuvimos el inmenso honor de disfrutar de BABY DEE, veterana multi – instrumentista y trotamundos nacida en Cleveland, Ohio, interpretando un corto set al acordeón y acompañamiento de guitarra acústica que nos dejó maravillados por su minimalista puesta en escena y su desbordante talento interpretativo, que fue algo así como caer de lleno en un sueño loco y un tanto macabro de Dickens. Todo muy de cuento, casi en tono de musical, un neo folk caprichoso y de un buen gusto fuera de toda duda que sació nuestra curiosidad antes de la ceremonia principal.
La venida de SWANS resultó tan sorpresiva como poco glamurosa. Apenas si habían transcurrido 15 minutos desde que finalizase BABY DEE cuando entre música clásica empezaban a salir los músicos, que ya se habían dejado ver minutos antes, y sin más comenzaba una actuación de la que en los primeros instantes no supimos diferenciar la prueba previa y el concierto en sí. Eran ellos, y su ritual acababa de comenzar con la elegancia y arbitrariedad que siempre ha caracterizado las encarnaciones de Michael Gira, quien ya ocupaba el centro del escenario y de la atención. No hubo humo, ni una iluminación notable que reforzase visualmente su concierto, sólo 5 satélites orbitando entorno a un planeta gigantesco haciendo un ruido que hizo detener el universo durante algo más de dos horas, tiempo en el que la mítica formación estadounidense se despedía tal y como la hemos conocido en los últimos 6 años, seguro que para resucitar de nuevo con fuerza y música inusitada. Siempre lo hace.
«The Knot» comenzaba en tonos muy minimalistas, explorando un ‘post – rock’ que en esta última etapa de la banda ha sido recurrente, pero pronto comenzaban a superponerse capas y capas de distorsión, el volumen se disparaba, y nos sumíamos en un profundo trance del que ya no supimos ni quisimos salir.
Sobre el escenario, todo lo que sucede y suena es culpa de Michael Gira. La formación se situaba en semicírculo, todos rodeando a su líder, mirándole constantemente y acompañándole a sus gestos, a sus órdenes, a menudo muy ostensibles, gesticulando a menudo con los brazos pidiendo más o menos intensidad y dirigiendo a su banda con seriedad, con mucha gravedad, en el viaje que el grupo emprende cada noche con punto de partida pero, a menudo, sin destino final. Puede parecer que Gira se deja llevar por la improvisación, por las frecuencias y los decibelios, pero aunque pueda resultar cierto en un porcentaje despreciable, el show de SWANS es algo muy medido y meditado, y en Madrid el magnetismo fue tal que las más de 2 horas de concierto pasaron ante nosotros como un cometa que ojalá vuelva a pasar muy pronto.
Su repertorio significó una síntesis en general aceptable de lo que ha sido la última etapa de SWANS, con un protagonismo para su último directo que a mí personalmente me sorprendió bastante. De «Deliquescence» sonaron el citado tema inicial y «The Man Who Refused To Be Unhappy», sin dejar espacio para dos pilares de este tiempo como fueron «My Father Will Guide Me Up A Rope To The Sky» o «The Seer». Gira se centró en sus creaciones más recientes, y no le culpo.
«Screen Shot» exprimió al máximo el ‘lap steel’ de Christoph Hahn, con un bajo y guitarra superlativo, hipnóticos a cargo de Chris Pravica y el sempiterno e intermitente Norman Westberg, que siempre estuvo ahí. «Cloud Of Unknowing» fue ese catártico ‘crescendo’ progresivo de 25 minutos, de ritmos y bases repetitivas, de bucle y locura que se va complicando a base de ‘loops’, solapamientos y sermones vocales de Gira, que tuvo una resolución épica en el ‘clímax’ del concierto, ya con las voluntades anuladas entre el público. El final tenía que ser con «The Glowing Man», el cierre de la tetralogía que ha tenido a Gira ocupado durante todos estos años y que ha supuesto la perfección y culmen de esta encarnación. La superposición de capas, de tensión, de decibelios y de intensidad nos dejaron extasiados por espacio de casi media hora, tras la cual la banda se despedía con manos cogidas a modo teatral, seguramente que para volver más adelante, pero de un modo distinto, cambiados. El universo SWANS siempre gira. Siempre será así.
Setlist SWANS:
- The Knot
- Screen Shot
- Cloud Of Unknowing
- The Man Who Refused To Be Unhappy
- The Glowing Man
Texto y fotos: Jorge del Amo Mazarío (Jorge_del_amo@rafabasa.com) – Twitter: @Jorge_del_amo
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Oh! Qué grata sorpresa! Una crítica de Swans en Rafabasa!
Lo de Swans en Murcia fue absolutamente brutal. De los conciertos más salvajes que he visto en mi vida (y van unos cuantos). Una pena haberlos descubierto tan tarde. Eso sí, nada que ver con cualquier audio que se pueda escuchar de ellos, el directo es otra historia.