+ WILLIS DRUMMOND
Sábado 13 de Marzo de 2017 – La Riviera – Madrid
Enmarcado dentro del programa de conciertos del ciclo Sound Isidro 2017, el de TOUNDRA era seguramente el acto central y más esperado por lo que significaba para la propia banda y para su legión de fans, que con mucho trabajo y dedicación la banda madrileña se ha ido ganando a lo largo de los años. Diez ya. Y ahí estaba la gracia, un concierto de décimo aniversario que cerraba la gira de igual motivo, en casa, en una gran sala inédita para ellos en la que no había más protagonistas, con mi máximo respeto para WILLIS DRUMMOND, por supuesto, que abrían la velada y lo hicieron además con sobresaliente. En definitiva, todos los alicientes para una noche inolvidable que, quién sabe, seguramente ha cerrado un ciclo para la banda antes de abrir otro nuevo. Aunque el fin de semana con puente en Madrid pudo haber hecho algo de daño, creo que a nivel de asistencia la banda puede estar razonablemente satisfecha con una entrada que rozó las tres cuartas partes del aforo, en una Riviera que no hay que olvidar que cuesta y mucho llenar.
WILLIS DRUMMOND fue la elección de los propios TOUNDRA para abrir su actuación, una formación de Bayona que lleva en activo desde 2006, un año más incluso que los propios TOUNDRA, y que rompió moldes con su quinto LP en el mes de Noviembre del pasado 2016, después de un parón de 5 años, y que ahora más que nunca está dándose a conocer fuera del País Vasco y Vasco francés, a pesar de no haber renunciado a una de sus señas de identidad más claras, sus letras en euskera, pero gracias a un sonido mucho más «exportable», más multidireccional. Ya con «A ala B» hay que decir que se recorrieron media Europa dando casi 200 fechas.
El cuarteto, que para quienes no les conozcan le dan a un rock alternativo en una línea similar, más o menos, a unos BERRI TXARRAK, con claras influencias al sonido más americano de esta vertiente, dieron un concierto extremadamente serio y pulcro, con un Jurgi Ekiza pletórico y una banda en general muy compactada y sabedora de lo singular de la ocasión también. Los temas de «Tabula Rasa» funcionaron como un reloj, especialmente «Athabaska» y «Joan Ikustera», que conforman el fulgurante inicio del nuevo disco, y destacar también por supesto una base rítmica que es un martillo con el entregado Xan Bidegain al bajo y Félix «Rüdiger» a la batería.
TOUNDRA comenzaban algo pasadas las 21.30 de la noche, con unos minutos de retraso, pero con la emoción que envuelve las grandes noches fluyendo entre la gente mientras sonaban los pajarillos que anuncian «Strelka». La banda comenzó fuerte, enchufada, y es que no saben salir de otra manera, enganchando al público desde los primeros instantes con un Esteban pletórico como siempre y Alberto detrás en los teclados. «Magreb» cayó muy pronto para sorpresa de muchos, interpretado con una fuerza descomunal, con Esteban como siempre dirigiéndose al público constantemente, tratando de poner la sala patas arriba, con esa sonrisa siempre en la boca que nos encanta y que sólo tiene quien de verdad ama lo que está haciendo.
Hay que decir que fue un concierto sin excesivas sorpresas más allá de un par de «regalitos» o tres en el repertorio. Fue un concierto de TOUNDRA «al uso» en el mejor de los sentidos, sin orquesta, sin cantaores, sin nada que no fuese su ‘post rock’ instrumental en plenitud de facultades, lúcido, pletórico de energía, de emoción, gozando de un sonido que para mí rozó la perfección y un juego de luces mejorable al principio, mejor al final, lejos desde luego del que nos ofrecieron en el Palacio de los Deportes hacía poco más de un año. Hacía bastante que Madrid no tenía ocasión de presenciar un concierto «normal» de TOUNDRA, y tango que decir que las sensaciones fueron buenísimas.
«Zanzíbar» tenía que estar, y «Ara Caeli» también, dos de los temas más representativos y siempre demandados de su segundo y tercer trabajo. «Marte» es fija también, y «Kitsune» demostró sobradamente que es uno de los temas de «IV» más carismáticos y que mejor funcionan en vivo, como así sugirió la respuesta de un público cada vez más entregado ante la exhibición de cohesión que TOUNDRA nos estaban ofreciendo. Pocas bandas tan compenetradas sobre un escenario como ellos, y tan dinámicas de ver sin necesidad de un vocalista. «Órbita» fue para mí el mayor sorpresón de la noche, de aquel primer disco que la formación madrileña rescató un poco del olvido, de donde también sonaría después ya hacia el final «Medusa», otro gran tema de «I». Era justo.
Al final llegaron algo justos de tiempo, pero después de «Bizancio» y «Oro Rojo» hubo el tiempo justo para que sonasen «Medusa» y «Cielo Negro» casi sobre la bocina, un final algo atropellado pero grandioso para un concierto que fue un torrente de sensaciones, en el que personalmente sí tuve la sensación de ver en perspectiva lo que han sido estos 10 años de trayectoria. «Sólo» diez, la punta del iceberg que ilustraba su primer LP. Da miedo sólo pensar de lo que serán capaces en 20.
Setlist TOUNDRA:
- Strelka
- Magreb
- Zanzíbar
- Ara Caeli
- Marte (Mars)
- Kitsune
- Órbita
- Bizancio
- Oro Rojo
- Medusa
- Cielo negro (Black Sky)
Texto y fotos: Jorge del Amo Mazarío (Jorge_del_amo@rafabasa.com) – Twitter: @Jorge_del_amo
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