Descolocado, muy descolocado me dejó el nuevo álbum de PRIMAL FEAR desde el primer día que lo escuche y, tras varias oídas extra desde entonces, sigo pensando que es un disco que no se sabe muy bien por dónde hay que cogerlo ni la personalidad real que tiene. Supongo que esto es bueno para muchos, es decir, no saber qué esperar, encontrarte una variedad enorme dentro del trabajo, que no se estanquen y demás… y estoy de acuerdo, aunque cogiéndolo con alfileres. Quiero decir que todos sabemos de la evolución que ha sufrido la banda totalmente intencionada desde el fantástico «Devil’s ground», su último disco rotundamente de heavy metal clásico, y de las ansias, especialmente de Mat Sinner (el verdadero líder y motor del grupo, que a nadie se le olvide), de no quedarse simplemente como tal sino avanzar, experimentar, probar cosas nuevas y actualizar el sonido del grupo. Todo esto les salió con más pena que gloria o más gloria que pena, según el prisma desde el que se mire y/o los gustos/opiniones de los viejos y nuevos fans de la banda, con «Seven seals» y «New religion» y es totalmente respetable, pero no creo que funcione tan bien (o tan mal, que ya digo que la controversia es inevitable, y estos dos discos han gustado a muchos y nada a otros, especialmente «Seven seals») con «16.6» porque en mi opinión han querido abarcarlo todo y les ha quedado un trabajo irregular.
Es decir, ni estamos ante un disco tan diferente como fue «Seven seals», ni tampoco encontramos sólo los cambios y concesiones melódicas de «New religion» (que a mí me gustó bastante, de todos modos), pero a su vez tampoco hay una vuelta efectiva atrás como ellos han insinuado en algún momento de cara a la grabación de este disco. Más bien hay un poco de todo esto, o todo lo contrario… Me explico: PRIMAL FEAR siguen con la evolución que comenzó tras el gran quinto álbum de la formación y ya no encontraremos nunca más a la banda que hizo retumbar de nuevo los cimientos del heavy metal a finales de los 90 con discazos imprescindibles como «Primal Fear», «Jaws of death» o «Nuclear fire», siendo los mejores deudores de la «pureza metálica» 100% influenciados por JUDAS PRIEST. Por otro lado, Mat y Ralf (líderes de la banda) son viejos lobos de mar y no van a ofrecer nunca un mal trabajo ni van a dejar de ser ellos mismos. Pese a esto, el disco me transmite buenas intenciones y sensaciones pero a la vez muchas dudas e indecisiones, por muy excelentes roqueros/heavies de vieja escuela (de los que hacen bueno el dicho de que más sabe el diablo por viejo que por diablo), que sean. Entonces, ¿este trabajo de tan largo título es más netamente heavy y «puro» que los dos anteriores? Sí, pero por supuesto que siguen por su senda de no estancarse y seguir experimentando, aunque en mi opinión esta vez no les haya salido del todo bien.
Me llama la atención la mezcla entre un sonido más actual y duro en algunos temas (incluso probando con extrañas pinceladas industriales por momentos), con una posiblemente buscada vuelta al punto heavy pero más melódico del gran «Nuclear Blast» (que ya estaba muy presente en su trabajo previo, especialmente motivado por la vuelta entonces del guitarrista Henny Wolter), y acentuada en este caso por la participación ya al 100% de un guitarrista inicialmente más metido en el hard rock como es Magnuss Karlsson. Por otro lado, encuentras una portada bastante heavy pero a la vez oscura y siniestra (y muy parecida a la que a su vez utiliza JORN en su nuevo trabajo, en una casualidad supongo que totalmente fortuita) que también descoloca un poco escuchando el disco. Y eso que el sonido es intachable en todo momento (si acaso por mi parte con el único «pero» de unas baterías que no me terminan de convencer y a las que las noto algo opacas y sin la última vuelta de tuerca en cuanto a fuerza se refiere), y es que la asociación entre dos genios como el propio Mat y Dennis Ward (con la ayuda de su fiel escudero Achim Kohler) vuelve a funcionar de maravilla, por mucho que no esté de acuerdo en la cierta modernización buscada en algunos temas o en algunas guitarras demasiado pesadas para mi gusto personal.
Además, me ha llamado la atención (y es una pena, lo digo ya), que el disco tiene 13 temas más dos bonus tracks (que me parecen de lo mejor del disco, siendo además de los cortes más netamente PRIMAL FEAR clásicos, y que extrañamente como ya pasó en el citado «Nuclear fire» con uno de sus mejores cortes, como es «Iron fist in a velvet glove», sólo aparecen en la edición especial en digipack). Entonces, contando con este detalle, es un disco que se hace largo, pesado, y que descoloca (otra vez uso la palabra a propósito) con dos o tres temas muy modernos, otros tantos netamente heavies clásicos y que recuerdan a los PF más fieros de los comienzos, dos interesantes baladas muy guapas y también algún tema más duro siguiendo con ese ansia evolutiva que parece que de nuevo «le pica» a Mat una vez que con SINNER ha vuelto a hacer hard/heavy de toda la vida dejándose de probaturas y complicaciones que no vienen a cuento, al menos en esa banda, (pero que a su vez ha aplicado al 100% con su banda principal). Con todo esto quiero decir que estamos ante un disco bueno, interesante, pero que de alguna manera se queda en terreno de nadie, cuando seguro que dejando fuera los tres o cuatro temas que precisamente te dejan con la cara torcida, hubiera supuesto un más que digno continuador del gran «Nuclear fire» que parece que ellos mismos tienen como su trabajo de referencia (junto a «Seven seals», las cosas como son, y seguramente su demoledor debút del 98).
Por cierto, por si alguien lo dudaba, la pareja de guitarristas hace un gran trabajo (y muy variado) en los temas, mientras que la voz de Ralf sigue siendo una de las mejores del mundo, por supuesto, cantando a un nivel increíble, aunque no dependiendo tanto de sus increíbles agudos como antaño. Por otro lado, la base rítmica es muy sólida, especialmente el bajo de Mat, que ya he comentado que en este disco el trabajo que menos me ha convencido es el de un batería sin embargo muy bueno en directo como es el canadiense, y ex-ANNIHILATOR, Randy Black (que ya lleva varios años en la banda).
Vamos a los temas y aquí es donde se parte el pastel de la manera más extraña posible, incluso con una colocación de los temas en el track list que sigue sin darme garantías para que este disco vaya a convencer a los fans del grupo (y es que, aunque inicialmente lo decía casi como una broma, aunque lo piense, siempre he defendido que PRIMAL FEAR hace discos impares mucho mejores que los pares, y esta vez se vuelve a cumplir). Y lo dicho, encontramos desde cañonazos impresionantes como «Under the radar» o «Riding the eagle» (más power pese a todo y con voz más melódica), pero sobre todo «Night after night» y «The exorcist» (posiblemente la mejor del álbum), brutales, que pegarían niqueladas en cualquiera de los tres primeros discos porque son temas de los que te dejan sin respiración, rotundas demostraciones de heavy metal «a la PF»; mezclados con cortes mucho más sosos y extraños como la pesada «5.0./Torn» (larga y extensa, casi progresiva y que no termina de enganchar), «Six times dead» (moderna y metal industrial al 100%, que para gustos los colores, pero a mí no me ha gustado nada), o «Soar» (más heavy pero actualizada y con extraños cambios de ritmo a lo largo de todo el tema), además de esas canciones que se ajustan al tópico de «ni chicha ni limoná» como «Black rain» (a medio tiempo y con aires arabescos/orientales, con ese deje extraño de los temas de «Seven seals»), o «Killbound» (heavy y machacona, muy rítmica pero que tampoco termina de entrar como debería) y «Smith & Wesson» (que es un buen tema duro y crudo, muy metálico, incluso con guitarras «panterosas», como se suele decir, pero que aún así sigue sonando extraño en una banda como PRIMAL FEAR).
Luego están las dos baladas/medios tiempos, que personalmente me han gustado mucho, como son «No smoke without fire» (muy intensa y emotiva, en la onda de «Everytime it rains» del anterior, incluso con dejes de la gran «Tears of rage») y «Hands of time», que cierra la edición «normal» del trabajo como un tema especial que comienza muy suave y sólo con voz y acústica (cantando Mat al principio, por cierto), con un deje roquero nostálgico fantástico, un estribillo de libro y donde además cantan los cuatro músicos (menos el batería) para dar forma a una canción excelente, de las mejores, por mucho que no sea ni siquiera una power ballad a nivel estilístico. Y para terminar de volvernos locos, llegan los bonus tracks que son increíbles, excelentes, una pasada, con dos temas 100% deudores de los mejores cortes de «Nuclear fire», completamente clásicos, heavies y melódicos, de esos que te hacen emocionarte y moverte a tope en los conciertos: «Cry Havoc», puro y rotundo PRIMAL FEAR, donde mandan las excelentes melodías de guitarra y un estribillo de los que llegan, y «Scream», en la misma onda pero aún más clásica y heavy, con mucha fuerza, y un riff base de los que hacen historia.
En definitiva, un disco que si han buscado a propósito dejar a la gente atónita, lo han conseguido. Tiene fuerza, tiene gancho, tiene clase y tiene calidad, pero a la vez tiene mucha indecisión y demasiadas flechas apuntando a demasiadas direcciones distintas a mi entender. Es una pena que un trabajo objetivamente muy bueno se quede en mucho menos por no tener claro a qué carta apostar exactamente y querer abarcarlo todo. Personalmente, con los dos o tres temas más extraños como «Six times dead» o «Soar» fuera, y metiendo los dos bonus tracks sí o sí, el disco se mantendría como uno de sus mejores trabajos. De este modo, para mí es una lástima pero se sigue quedando como un álbum «menor» de una banda que puede y debe hacer mucho más y mejor en el futuro para no empezar la cuesta abajo como ya le ha pasado por ejemplo a HAMMERFALL, sus coetáneos en el tiempo más directos y cómplices de la recuperación del estilo entonces, (y eso que PF son mejores músicos, compositores y a años luz de los suecos como banda en directo, al menos a estas alturas).
De todos modos, al final quizás se resuma todo de manera más sencilla: pese a todo lo expuesto, y es que gustará sin duda a los seguidores de su última etapa, incluso a bastantes de la anterior, pero a la par seguirá sin convencer a los que siguen abogando y pidiendo a los PRIMAL FEAR que alguna vez fueron la mejor alternativa a JUDAS PRIEST en un momento en que los «metal gods» estaban de capa caída. Bueno y siempre interesante, como todo lo que hacen los alemanes, pero con demasiadas reservas.
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
Contenido de «16.6.»:
- Before the Devil Knows You’re Dead (intro) 00:51
- Riding the Eagle 05:00
- Six Times Dead (16.6) 04:02
- Black Rain 06:09
- Under the Radar 05:28
- 5.0 / Torn 07:15
- Soar 04:18
- Killbound 04:15
- No Smoke Without Fire 04:54
- Night After Night 05:03
- Smith & Wesson 04:47
- The Exorcist 04:49
- Hands of Time 04:23
Temas Extras en la edición limitada : - Cry Havoc
- Scream