Así suena «Finisterra Ópera Rock», en nuestra opinión. Primeras impresiones y canciones.

Escuchamos el nuevo álbum de MÄGO DE OZ, «Finisterra Ópera Rock»

Ayer, martes, por la tarde fui invitado por Txus a escuchar varios de los temas del que será el nuevo álbum de MÄGO DE OZ, «Finisterra Ópera Rock», en los habituales estudios Cube, regentados por Alberto Seara «Flor», quien nos acompañó a los controles.

Tras quince años, «Finisterra», el disco doble que editaron en primavera del año 2000, recobra vida por obra y gracia de la banda que lo creó y ahora lo ha actualizado, remozado. Lo ha regrabado en su totalidad, y actualizado al siglo XXI, con un sonido acorde con los tiempos que corren, una producción infinitamente más contundente y de calidad, con muchos más arreglos, coros, orquestaciones, todo ello apoyado en los patrones sonoros que MÄGO nos mostró en su más reciente disco «Ilussia».

Cada cual tendrá su opinión, y es totalmente respetable. Habrá quien prefiera la versión original, o se quede con ésta reeditada. En mi opinión, cualquiera de las dos es estupenda, es claro.

Yo personalmente pienso que la primera edición es genuina y retrata a la perfección lo que MÄGO quisieron expresar musicalmente en el año 2.000, con el sonido que podían imprimir al disco en aquel entonces y con los temas, extraordinarios, que contiene. No es fácil lanzar un disco con tantas buenas canciones, que además han sido y son hits y banda sonora del grupo tras 15 años. Los ejemplos son claros: Fiesta Pagana, Astaroth, Hasta que el cuerpo aguante, El que quiera entender que entienda, La danza del fuego, Finisterra o La Santa Compaña. Ahora MÄGO han decidido coger esas canciones, la inspiración, sentimientos y el feeling de antaño, meterlos en una coctelera, agitarla, y hacer un nuevo y más selecto jugo, con muchos nuevos ingredientes, que, -en mi opinión-, enriquecen sobre manera el núcleo innato de «Finisterra»: Sus canciones.

Como pasó en su momento, donde MÄGO ya tuvieron invitados en su primera versión, en esta regrabación actualizada, la historia se repite. En la del año 2.000 pusieron su aportación gente como Juan Gallardo de ANGELES DEL INFIERNO, Sílver de SILVER FIST, ex- MURO, Cecilio de ANKHARA, o Sherpa ex- BARÓN ROJO. En 2015, el único que repite es éste último.

La lista de invitados es larga y variada:

Guitarristas:

• Paco Ventura – MEDINA AZAHARA
• Alberto Cereijo – LOS SUAVES
• Javier Vargas
• Adrian Phoenix- SACRAMENTO
• Antonio Bernardini – SÔBER
• Manuel Seoane
• Dani Castellanos – EASY RYDER

Cantantes:

• Jorge Berceo – ZENOBIA
• Israel Ramos – ALQUIMIA
• Manuel Escudero – SACRAMENTO
• Aylin – SIRENIA
• Carlos Escobedo – SÔBER
• Cristian Bertoncelli -RENACER
• Leo Jiménez
• Tony Menguiano
• Pilar Jurado
• Sherpa – Ex- BARON ROJO
• Francis Sarabia
• Israel Hernansaíz – 7ALMAS

Junto a ellos, dos voces femeninas de lujo y gran prestigio. Pilar Jurado, (soprano, compositora y directora de orquesta), quien ya colaboró en «Ilussia» y Diana Navarro, quien se ha marcado una versión nueva de «Tres tristes tigres» deliciosa y magnífica.

Bajistas:

• Niko del Hierro – SARATOGA
• Rafa Vega – ROSENDO

Y, Baterías:

• Manuel Reyes – ex- MEDINA AZAHARA
• Manuel Reyes, hijo  – SÖBER
• Anono   – BÜRDEL KING, STAFAS, etc

Todos lo han dado «todo» en el disco. Ya lo escucharéis.

En cuanto a los cantantes, es complicado destacar a uno, todos han dado una medida de gran nivel, compaginando sus voces con la de un Z inconmensurable, un Javier Domínguez, que ha demostrado estar muy asentado y seguro como vocalista de MÄGO DE OZ, y que le ha dado a cada fragmento, estribillo y canción su sello personal, cantando con una voz, en mi opinión, prodigiosa. A parte, tenía la responsabilidad de cantar temas que él no cantó en la versión original, pero sin amular la labor de José Andrea, sin imitar  o tratar de igualar o superar lo que él hizo en el 2.000, Z ha subido el listón a gran altura, demostrado por qué es el cantante de MÄGO actualmente. Luego, que cada cual comente, critique o elija…

El sonido y producción, para mí, es muy superior. Han pasado 15 años y lógicamente los adelantos técnicos han sido aprovechados al máximo ahora, y eso se nota. El disco suena bestial.

Hay temas muy cambiados, otros que gozan de muchos arreglos distintos cargados de ingenio, y sobre todo altas dosis de calidad. En esta versión hay coros, voces, orquestaciones, que mejoran y le dan otro realce, hacen que los temas suenen más majestuosos, con detalles que no existían y ahora los cargan de mucha más calidad vocal e instrumental. Algunas canciones han sido reforzadas e incluso cambiado las bases, las guitarras, pianos, flautas, gaitas, violines, y hasta algunos estribillos o velocidades.

Esta es una regrabación muy actualizada y renovada. «Finisterra» en el 2.000 fue genial. Ahora «Finisterra Ópera Rock» es distinto y tan genial como el original, pero en mi opinión reforzado y superado en muchos detalles.

Hablaré de algunas canciones que escuché….

«La Cruz de Santiago» suena más rápida, más power «polka» y con unas guitarras mucho más heavies. En ella, Leo Jiménez canta con su gran voz, con mucha energía demostrando el inmenso vocalista heavy que es, junto a un Z que también lo borda. El dúo es insuperable. Manuel Reyes de SÖBER toca en él la batería, con muchos detalles y contundencia, y Adrián Phoenix de SACRAMENTO se marca un solo impresionante. En esta nueva versión se nota «la mano Ilussia» desde el inicio, con unas voces de lujo y unos arreglos ricos en detalles, que aparecen una y otra vez a lo largo de todo el álbum. Me encantan los arreglos del puente y el estribillo, que realzan el armazón de éstos en gran manera. Los coros finales y estribillo, reformados, también me gustaron muchísimo.

«El Señor de los Gramillos» con Carlos Escobedo y Antonio Bernardini de SÖBER suena muy industrial. Me encanta el inicio y el sonido del bajo, las guitarras rotundas! Me sonó renovadísimo, casi parece «otro» tema. Escobedo canta más melódico de lo habitual, muy bien. Z canta las partes más desgarradas y altas. El puente folk es muy fiel al original. Me encantan las nuevas voces y coros muy rotundos y su final.

«Polla Dura no cree en Dios» tiene un rollo más roquero de la vieja escuela, suena más 70´s, conservando el estigma original, pero impregnándolo de la magia de las guitarras de un gran Javier Vargas y su «slide guitar» y la voz de Francis Saravia, muy a lo Carlos Tarque de M-CLAN. Éste canta muy bien junto a un Z de gran nivel. El inicio, 100% ZZ TOP mezclado con ambientes hippies te transportan y te llevan a lo largo del tema. Me encanta el solo de saxo de Josema y el sonido y color del bajo, así como el toque de armónica de Frank.

«Astaroth» fue un lujazo y una delicia en su versión original, y ahora lo sigue siendo. Me perdonaréis, pero a mí me gusta más esta versión, donde Aylin, la cantante española de SIRENIA, y Leo Jiménez, le han dado «otra dimensión» a la canción. ¡¡Emocionante de verdad!! Fernando Mainer «se sale» con su bajo, con su mini solo, así como toda la banda, llenando de detalles de lujo y arreglos mágicos una canción que siempre será magnífica, en la versión que sea. El solo de Carlitos es de otra galaxia.

«Los renglones torcidos de Dios» cuenta con la voz de Jorge Berceo de ZENOBIA, quien lo hace muy bien y el solo de Paco Ventura. El inicio es más «hot», las guitarras de Carlitos suenan con mucha clase. El duo de Z y Jorge es perfecto. Me encanta, como ya me encantó, la mezcla heavy con las partes folk!

Ya he hablado del gran y lujoso trabajo vocal de Diana Navarro en «Tres tristes tigres». ¡¡Cómo canta esta mujer!! Es una delicia. ¡¡Imperial!! Piano y voz…sin más.

Ya que he hablado de Diana y Pilar Jurado, sería muy injusto no hacerlo de Patricia Tapia, «la voz femenina de MÄGO». Ella ha realizado un inmenso trabajo de voz, coros, refuerzos, doblajes…Como siempre Patri se ha entregado en cuerpo, «garganta» y alma en el disco.

En «La Santa Compaña» Manuel Escudero y Z lo han hecho colosal. El primero cantando a lo Dio/Bonnet, y el segundo superándose a sí mismo, con una voz melódica y con garra. Z canta dándole otro énfasis a cada frase, terminando las palabras con otro estilo, con el suyo propio. El fondo instrumental está muy logrado. Su parte central sigue conservando el ambiente original, con sabor de salsa y toques de jazz.

El que será el primer single, «La Danza del Fuego» no tiene colaboraciones. Es MÄGO DE OZ 100%. Suena más solemne, con más calidad, con unas guitarras más «gordas», y un piano imperial. Z canta muy bien, con un Javi Díez que demuestra una vez más el «musicazo» que es, y un solo de Carlitos «de la vieja escuela». Las partes de Patricia Tapia cantando en los estribillos le dan un toque muy bueno.

«Satania» es uno de los temas que suena más fiél al original. Me encantan los arreglos de las voces, me encanta el sonido y el feeling del bajo de Mainer, el profundo trabajo de voces «muy Ilussia»., como toca la flauta travesera Juanma y una vez más el trabajo vocal de apoyo de Patri. Es un «Satania» bestial y reforzado en sonido y arreglos.

Solo pude escuchar una parte de «Finisterra», tema que aún estaba a medias de mezclar, pero lo que escuché me dejó boquiabierto. Esta renovada versión es, para mi, infinitamente mejor que la original, posee mucha más calidad, riqueza instrumental, otros arreglos, otras voces… Manuel Seoane se marca un solo descomunal, junto a Carlitos y Frank. Israel Ramos de ALQUIMIA lo borda junto a Z y Cristian Bertoncelli de RENACER, con «su acento argentino» canta muy bien. Espero y deseo gozar muy pronto de este «temazo» completo.

Y para terminar, me pude deleitar y disfrutar de un Z pletórico cantando con una gran voz y un estilazo tremendo el remozado «Es hora de marchar» (la adaptación de «Rainbow Eyes»). El piano, el violín y la flauta junto a su voz suenan de fábula.

Ahora se abre la veda…Habrá múltiples opiniones, discusiones, tertulias informáticas y en los bares sobre qué versión es mejor y cuál os gusta más.  Opinen ustedes!

Y poco más. Tras la escucha, Txus y yo charlamos durante una hora del disco en profundidad. La entrevista la podréis disfrutar la noche del próximo domingo, en exclusiva.

Texto y fotos: Rafa Basa