La verdad es que el papel que debe encarar Timo Tolkki no es nada fácil. Creo que hacer historia está de más, pero si que conviene recordar que gracias a este hombre, STRATOVARIUS llegó a lo más alto, y fue una de las pocas bandas que se subió a las barbas de la hegemonía de los más grandes.
La caída fue igual de fuerte que su ascensión, y la verdad, todo lo que aconteció después es una pena. Quizás los discos de la polémica «Elements» no estuvieran a la altura, (aunque creo que el tiempo juzgará muy bien a la primera parte), pero creo que el retorno con el disco homónimo dejaba entrever cosas muy interesantes. Pero no hubo piedad. De la misma manera que no la hubo con el primer disco de REVOLUTION RENAISSANCE, un disco el cual pienso que es sensacional, y que si no hubiera llevado el estigma de Tolkki muchos hubieran alucinado con su calidad, pero la polémica era tan grande que era más popular echar por tierra el trabajo de este hombre que alabarlo.
De todos modos, en lo musical cualquier opinión es válida. Lo que no es válido es el obcecamiento en la burla y el escarnio hacía una persona con un problema realmente grave que no le deseo ni al peor de mis enemigos. Pero este problema, revaloriza todavía más si cabe la capacidad creadora de Tolkki, pese a quién le pese, un genio que abrió un camino muy definido para que otros pudieran seguir su estela.
La comparación con STRATOVARIUS es evidente, porque el 90% de la creación de esa banda es de la cabeza pensante de REVOLUTION RENAISSANCE, e intentar alejarse de un sonido que el creó en su momento, puede ser hasta contraproducente.
Llama la atención de lo variado de los temas, vamos, que de un tema pomposo con instrumentaciones pasamos a uno hiper directo y básico. A estas alturas no se puede decir que Timo Tolkki no haya encontrado su sitio, sino más bien que se aleja del mismo de forma premeditada.
En este trabajo Timo Tolkki no ha intentado destacar, su instrumento no prevalece sobre nada, dando la sensación de encontrarnos ante una banda real que está buscando su sitio. La producción no es tan cristalina como los últimos trabajos que ha editado, es más roquera, más sucia, sin intentar buscar la perfección, en ocasiones la naturalidad hace que parezca que esté grabado en directo o en pocas tomas. Prueba de ello también, es que el minutaje del álbum no llega a los 50 minutos. Los solos no son tan trabajados, buscando en cierta medida, la naturalidad y dar a cada tema solo lo que pide, sin alargarlo en exceso.
En mi opinión, falta un single potencial, algo que se recuerde, aunque «Age Of Aquarius» es un digno candidato. Los temas todos tienen calidad, pero abusa, -sobretodo en la parte final-, de medios tiempos y de instrumentaciones en unos y otros muy similares entre si. Y lo que tema a tema podría considerarse un disco muy notable, en la nota global baja muchos enteros.
«Age of aquarius» es el primer tema del disco. Sencillo y brillante, así de claro. Un riff pegadizo nos va adentrando en un tema que podría pertenecer a la última era de STRATOVARIUS. Una estrofa lenta y casi susurrante, se convierte en una explosión en un estribillo que roza la épica. El solo es una concesión hacía la virguería, aunque se queda solo en un intento. Pegadizo y directo, un inicio realmente prometedor.
«Sins of my beloved» tiene la base de los temas épicos del «Episode» como «Season of change» o «Babylon», con un sonido, ambientación y tratamiento en los coros que recuerda en cierta medida a aquella época y aquel disco con el que empezaron a despuntar entre la masa. Quizás la nota más discordante, la encontremos en los teclados, alejados del estilo de Jens. Un corte que va entrando poco a poco, que promete pero se queda en promesa; uno de los temas más STRATO del trabajo.
«Ixion’s wheel» es todo lo contrario a los dos primeros temas. Las instrumentaciones aparecen, la pomposidad hace acto de presencia de forma majestuosa, y con sencillez consigue llegar a una intensidad musical digna de alabanza. El riff nos traerá a la mente el trabajo de «Visions», es más, puede que nos parezca haberlo escuchado antes. Creo no equivocarme si digo que este tema estará entre los favoritos en sus conciertos. El cantante sube el tono sin sufrir, aunque parezca un tema hecho a la medida de Kotipelto.
«Behind the mask» se adentra en la parte más oscura de TT. Con voz grave y macarrilla, nos adentramos en un tema directo muy del estilo del Heavy Metal americano, con cierta dosis de punk en unos tonos altos que casi se acercan a los berridos, en un estribillo con reminiscencias Thrash y un solo, ahora sí, brillante, aunque su sonido se aleja de sus anteriores trabajos.
«Ghost of fallen grace» empieza de una forma intimista. Voz y acústica se encuentran en un tema que se torna ampuloso y visceral, con un bajo aplastante y unas instrumentaciones nuevamente memorables. Podemos decir que este tema es 100% STRATOVARIUS, puede recordar a coplas como «Mother Gaia» o «Soul of a vagabound», pero en este los cambios radicales y las paradas lo convierten en un tema vertiginoso… al menos a mí me ha parecido sensacional.
A partir de aquí llegamos a una retahíla de temas más trabajados. «Heart of all» es una de las joyas del disco. Su inicio muy ambiental tiene una onda PINK FLOYD, con una voz que es todo un lamento, hasta que las guitarras y las instrumentaciones rompen la calma. En este tema el sonido, o más bien la producción de la batería podría recordar al trabajo de Michael. Un tema que podría llevar un rollo en cuanto a sonido y estilo a un disco como «Destiny» –el cual creo que mereció más atención-. La potencia y la sutileza se entremezclan de forma precisa, aunque la sorpresa inicial en los cambios de ritmo se hace un tanto anodina ante tanta repetición.
«So she wears black» retoma la influencia clásica, coros operísticos en cierta medida apocalípticos, e instrumentaciones de impecable factura dan su juego en el mejor trabajo vocal del disco. Un medio tiempo cargado de intensidad y emoción, digno sucesor de algunas de las grandes baladas de STRATOVARIUS. Pero… los medios tiempo llegan a saturar y se echa en falta algo más de diversidad.
«Kyrie Eleison» posee un inicio con voces infantiles muy similar a «Destiny», un tema lento y orquestal donde las instrumentaciones se comen a las guitarras, y que a estas alturas del trabajo puede que esté de más.
Para acabar, y como no podía ser de otra manera, «Into the future» nos devuelve un poco al TT más furioso. En este caso en una canción cargada de influencias irlandesas, que recordará a buen seguro a «The Islander» de NIGHTWISH, con una flauta realmente lograda y un estribillo impresionante. Un digno final.
Desde luego que si el nombre de Timo Tolkki no estuviera detrás de esto, este trabajo podría pasar desapercibido, como pasan tantas obras maestras por delante de nuestras narices sin apenas darnos cuenta. Quizás gracias al nombre de TT, muchos no dejen pasar esta oportunidad.
Arriesgado, brillante, confuso… miles de adjetivos me asaltan tras darle una y otra escucha. Lo único que puedo asegurar, es que es un trabajo variado que puede contentar a muchos y ofuscar a otros tantos. Creo que Timo Tolkki ha sacado su lado más oscuro en este trabajo, y eso le ha de servir para espantar demonios, espero que así sea, por que estamos ante un genio de nuestro rollo, y solo por eso y por su legado, merece no solo mis respetos, sino mi admiración.
Àlex Sánchez Cerro.
eradelmetal@hotmail.com
Tracklist:
- Age of aquarius
- Sins of my beloved
- Ixion’s wheel
- Behind the mask
- Ghost of fallen grace
- Heart of all
- So she wears black
- Kyrie Eleison
- Into the future