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+ CRYSTAL MOORS + LAMENTS OF SILENCE
Sábado 29 de Noviembre de 2008 – Sala Ritmo & Compás – Madrid
Dadas las fechas (final de mes) y la profusión de conciertos, especialmente de grupos provinientes del norte de Europa (al día siguiente actuarían nada mas y nada menos que OPETH), existía cierta incertidumbre acerca de cómo respondería el público a la visita de los fineses Norther. Afortunadamente, la crisis no se hizo notar y el espacio de Ritmo y Compás se encontraba notablemente ocupado ya desde los primeros minutos tras la apertura de puertas. No era para menos, dado el frío exterior y un cartel que prometía variedad y calidad en esta interesante velada.
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Haciendo uso de la saludable costumbre de aprovechar ocasiones como esta para dar a conocer a algunos de los actos nacionales más relevantes a la concurrencia, abrieron, con bastante puntualidad, los tarraconenses LAMENTS OF SILENCE, un quinteto que ha decidido añadir un toque gótico en forma de teclados al metalcore que tan de moda está entre el público más joven. No les fue especialmente bien, debido sobre todo a problemas de sonido con una de las guitarras (y un pequeño incidente más tarde con la otra) que pararon el concierto y enfriaron un ambiente que apenas llevaba diez minutos caldeándose. Con tanta incidencia de por medio, no se puede contar demasiado sobre la fórmula sonora de este grupo, salvo que su particular enfoque añade frescura a un género demasiado saturado por bandas clónicas y que, al menos por temas -quizá aún un poco por su desempeño sobre el escenario- no deberían desmerecer a formaciones extranjeras de estilo similar. La mano de Jonas Kjellgren de Scar Symmetry en la producción de su debut y su presencia en el recopiltario Spain Kills de Xtreem Music debería darles el espaldarazo definitivo para situarlos al nivel de las bandas foráneas.
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Desde Santander llega CRYSTAL MOORS, una muy buena banda de black/pagan exclusivamente cántabro, que presentaba su primer elepé (si no contamos las demos) «Antiquam Exquirite Matrem». Con una puesta en escena notable (los músicos iban vestidos con cotas metálicas de malla), un buen sonido -a excepción, quizá, del bajo, que vibraba en exceso en comparación con el resto de instrumentos-, buenas composiciones y un estilo rico que aúna bellos pasajes melódicos, fragmentos más folkmetaleros con algún guiño al death, y secciones crudas y muy cañeras -en la onda del true black noruego, aunque con un sonido mucho más limpio y una voz más gutural de lo que se acostumbra a esos niveles-, cosecharon una muy buena acogida entre la gente.
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CRYSTAL MOORS no son ningunos novatos en esto –sus comienzos se remontan al noventa y cinco- y ello se reflejó en un concierto sólido y sin fisuras comandado por la imponente presencia de Uruksoth. No faltó, aunque se hizo esperar hasta el final, el brindis en cuerno vikingo, llevado a cabo por Thorus, el bajista, con el que la banda comenzaba a poner punto y final a su actuación, dejando un buen sabor de boca al otro lado del escenario.
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Todo quedaba listo y preparado para la llegada de los cabezas de cartel. Entre toda la maraña de bandas finlandesas de metal con tintes oscuros, este joven quinteto se alza triunfante gracias a una efectiva mezcla entre temas pegadizos -en parte melódicos, en parte tralleros- y una muy buena dotación técnica de sus miembros, especialmente si hablamos de los guitarristas. A lo largo de su descarga, NORTHER dejó continuas muestras del otro elemento clave su éxito: un directo especialmente intenso y espectacular con un Kristian Ranta que no para de moverse -bajó y subió la escalera de acceso a los camerinos mientras tocaba- y una actitud similar, de implicación total, del resto de músicos.
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Hay detalles que no pueden evitar caer en el tópico trendie, como el teclado vertical a lo CHILDREN OF BODOM o la estética de niños malos que tantas fans femeninas atrae. Pero, más allá de eso, lo cierto es que aquí hay una materia prima musical notable, con un sonido que utiliza de modo acertado préstamos del death melódico, del trash e incluso del gótico contemporáneo de sus compatriotas, y que, afortunadamente, recupera los riffs de origen heavy, que parecían casi perdidos para la causa en los últimos tiempos.
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En el set no faltaron los temas más conocidos, como «Frozen Angel» o el más antiguo «Mirror of madness», que se sucedían ante el estrecho pogo que, con alguna dificultad y no demasiada aprobación por parte del resto de personas en la sala, se había formado en la zona situada frente a Petri Lindroos. Tras más de setenta minutos de concierto y un par de bises, el público desfilaba más que satisfecho con el espectáculo presenciado.
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Un futuro prometedor se adivina para estos chicos que, eso sí -y en base a informaciones totalmente fiables-, deberían tomar algunas lecciones sobre humildad cuando de respeto y actitud respecto a compañeros de gira y fans se trata. Tal vez el problema no sea el no poder tener todo en esta vida, sino el no intentarlo.
Texto y fotos: Jesús Fernández
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LAMENTS OF SILENCE
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CRYSTAL MOORS
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NORTHER
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