UZZHUAIA – Conciertazo en Madrid!!

+ ELDORADO

Sábado 8 de Noviembre – Sala Caracol – Madrid

No nos cansamos de decir en pasados meses que «Destino perdición» es uno de los mejores discos de rock editado en nuestro país, y ahora tocaba por fin presentarlo en Madrid, aunque ellos sean valencianos y ya consolidados en su ciudad, una plaza siempre importantísima para cualquier banda. Pues bien, ya una semana después del concierto sigo con la boca abierta ante la demostración de actitud, calidad, elegancia pese a todo y sobre todo rotundo rock n’roll que UZZHUAÏA nos ofrecieron en Madrid el pasado sábado. Además, en sus propias palabras fue uno de los mejores conciertos que han dado en su carrera, y de los que mejor recepción y aceptación han tenido fuera de su tierra, y yo no puedo más que constatar que lo del show madrileño de los valencianos fue de traca mayor, un concierto digno de la mejor banda de rock n’roll consolidada y encumbrada y un espectáculo que estoy seguro que, al menos en Madrid, se va a recordar durante mucho tiempo.

Reconozco que era la primera vez que tenía la oportunidad de verles (y ya tenía ganas), y reconozco también que mis expectativas eran altísimas después de varios meses teniendo su último trabajo casi como disco de cabecera, y los comentarios de buenos amigos valencianos (de la increíble cantera del rock que está surgiendo en el Levante en los últimos años con grupazos como SWEET LITTLE SISTER, STONE CIRCUS, BABYLON ROCKETS, PIEL DE SERPIENTE…) que me habían empujado una y otra vez a ir a verles porque «iba a alucinar», y efectivamente, me dejaron alucinado, noqueado y tremendamente emocionado, e incluso ilusionado porque por fin veo un grupo nacional que lo tiene todo para mirar tan lejos como han podido llegar en distintas épocas y momentos grupos como BARÓN ROJO o HÉROES DEL SILENCIO, posiblemente las dos bandas nacionales que han tenido más éxito y reconocimiento internacional y, lo mejor de todo, siendo siempre ellos mismos, fieles a un sonido y estilo, y sobre todo tratando de llevar la bandera roquera a todos los rincones, sin tener que recurrir a las triquiñuelas pachangueras, comerciales en el peor sentido del término y bajadas de pantalones de otros grupos que todos conocemos.

Pero no nos adelantemos y comencemos cómo se hacen las cosas, por el principio, y es que aparte de UZZHUAÏA teníamos teloneros de lujo, los madrileños ELDORADO, una formación también netamente roquera, aunque en este caso de base más setentera, que también demostraron que, cuanto menos en directo, son otra de las bazas roqueras importantes que tendremos que tener en cuenta de cara al futuro. Y como hoy estoy de quitarme máscaras y reconocer abiertamente varias cosas, tengo que decir que su disco, «En busca de Eldorado», no me terminó de convencer, incluso sonándome mucho más actual de lo que ya desde el principio intuía que sería la banda en directo… y no me equivoqué. De sonido y estética totalmente setentera, muy clásicos y roqueros, nos dieron unos 40 minutos de concierto fantásticos, sonando mucho mejor de lo que suele ser habitual en un grupo telonero. Lamentablemente me perdí los dos primeros temas (y es que la gente de Madrid ya sabe que ir en coche a la sala Caracol suele ser «palmada segura» y una vez volví a caer… y tirarme más de media hora dando vueltas por los alrededores hasta que pude aparcar), pero en la media hora que ví me encantaron, destacando a un cantante canario, Jesús, con una estética que me recordaba mucho al primer Coverdale, y con un vozarrón digno precisamente de ese señor en sus mejores momentos. Banda clásica de 4 músicos, sencillos (pero muy buenos, que nadie me malinterprete) pero con mucho feeling, con buenos temas y que consiguieron mover a un público que, pese a estar en su mayoría esperando a los protagonistas de la noche, les dieron una fantástica recepción y al final la opinión mayoritaria es que ELDORADO habían gustado mucho.

De los temas que tocaron me quedo con «La casa de las siete chimeneas», la increíble versión que se marcaron del «Mistreated» de PURPLE (que ya viene en el disco, pero que en directo la bordan) y «Abril» (con el guitarrista ya con Gibson SG en vez de la Fender del principio, y ¡vaya si se notó el cambio de sonido de una guitarra a otra!… mucho más duro y «metálico» en el final del show) empalmada con «Dazed and confused» de LED ZEPPELIN para rematar un muy buen concierto. Por mi parte, prometo prestarles más atención a partir de ahora y cambiar totalmente mi concepción sobre ellos ya que de banda y sonido actual nada más lejos de la realidad, ¡Dio me valga!

Bueno, y con la sala Caracol presentando muy buena entrada, y con público totalmente variopinto (lo que en este caso me pareció muy buena señal), a eso de las diez comenzaba el torbellino, y es que, comenzando por la intro de «Terminator» (que venía que ni pintada para lo que veríamos después), la hora y media larga que estuvieron sobre el escenario fue de libro, todo un decálogo de cómo tiene que ser un concierto de una banda de rock en directo: pura actitud y personalidad, comunicación total y perfecta con el público, sonido IMPRESIONANTE (de los mejores que he oído en Caracol… ¡joder, pues no va a ser tan difícil hacer sonar bien a las buenas bandas en las salas!), unos musicazos sobre las tablas (los cinco de diez, de verdad), y movimiento y mucho sudor, arriba y abajo del escenario, y es que no me canso de repetir que lo de UZZHUAÏA en Madrid fue mucho. Flanqueados por un precioso telón con la portada de su último trabajo, que tocaron en su totalidad si no me equivoco, salieron desde el principio a comérselo todo, a no dejar títere con cabeza, a acariciarnos cuando había que hacerlo, y sobre todo a demostrarnos que no hay excusa, que por ellos no va a quedar y si no están mucho, muchísimo más arriba de aquí a 5 o 6 meses, es que no hay cura posible para el mal endémico de la música «mainstrean» de nuestro país y que seguiremos siendo pasto de horteradas y musiquillos de medio pelo en los medios generalistas… Y lo digo sin ningún tipo de complejos ni presión de ningún tipo, pero si no triunfa en nuestro país una banda como UZZHUAÏA, que lo tienen TODO para hacerlo, es que no hay esperanza más allá de nuestros respetables círculos minoritarios para el rock… y entonces me creeré a pies juntillas que, como dicen en «Desde Septiembre», hay algún cabrón que, aún en estos tiempos, a los del rock no nos quieren ver brillar.

Como digo, salieron a tope, sonando de maravilla, con una caña que nos dejó a todos impresionados y sin parar de moverse y atacarnos desde encima del escenario. Comenzando por Alex e Isra, dos guitarristas fantásticos y roqueros donde los haya (por cierto, ¡vaya animal de escenario que es Alex, madre mía!), el bajista Álvaro, que con la camiseta de HARDCORE SUPERSTAR ya debería decirnos muchas cosas buenas (aunque también creo que Nikki Sixx le gusta un poco, jeje), José a la batería que sinceramente me encantó, roquero y preciso donde los haya, y Pablo un cantante/frontman con ese algo especial que sólo tienen los elegidos, además de una fantástica voz cargada de feeling e intención. Desde la caña de «Cuando ya no quede nada» y «Baja California», presentaron sus credenciales desde el principio, mientras desde abajo todos los comentarios eran positivos, impresionados como estábamos todos de la caña y perfección del grupo que teníamos delante. Y eso que reconozco, lo vuelvo a decir, que hasta el disco anterior no era un grupo que me hubiera llamado la atención previamente, pero me picaron con «Uzzhuaïa» y me han enganchado totalmente con «Destino perdición», con ese toque más clásico, comercial en el mejor sentido de la palabra, y roquero sin más que obviamente se puso de manifiesto al 100% en directo. Tras los dos primeros cañonazos del último disco, era el momento de comenzar a mirar un poco atrás, con «Perdido en el huracán», uno de los mejores temas de su disco anterior y «Viaje sin fin», del «Diablo BLV», sonando mucho más directo y rotundo que en el propio disco. Para «Púrpura» Pablo sacó la acústica por primera vez y es que quedaba muy bien para uno de los temas con letra con bala que se queda y te hace pensar y reflexionar.

Seguían sonando de cojones, rock n’roll puro y duro y encima comienzan a juguetear con influencias, dominando la situación al 100% y recordando por momentos a los mejores THE CULT, MÖTLEY, GUNS N’ ROSES, KISS… vamos, pero sin dejar de sonar nunca a puro UZZHUAÏA, angelino pero de la «Baja California». De todos modos, mis mejores augurios se cumplieron con «Destino perdición», un tema que tiene que ser un hit single a la vieja y nueva usanza, porque lo tiene todo, y se demostró con toda la sala cantando el tema de principio a fin, con los músicos realmente impresionados y dando forma a uno de esos momentos tan emotivos que lamentablemente es tan difícil de ver en la actualidad en directo. Además, como juego inicial comenzaron con los acordes del «Paint it black» (Pablo con la acústica y Alex que ya había desenfundada su guapa Les Paul plateada) de los STONES para pasar rápido a un tema que ha calado de maravilla en la gente, y con el que tienen que abrir muchas puertas a partir de ahora porque por calidad y gancho lo merecen, y «Destino perdición» es el tema perfecto para ello (y repito una vez más, sin tener que bajarse los pantalones para ello) en la mejor tradición de gente como LOQUILLO, HÉROES o incluso REVOLVER (mucho antes de empezar a desabrocharse el cinturón, claro).

«La cuenta atrás» la presentó Isra como «un poquito de stoner rock para mover vuestros culos», y efectivamente, buen tema cañero, y tras esto nuevo juego con riffs de METALLICA o del «Kickstart my heart» para seguir presentando credenciales (y eso que el tema de MÖTLEY completo hubiera triunfado, jeje). «Carnaval» me sigue pareciendo un tema demasiado cercano a BUNBURY en solitario, aunque en directo sonó más roquera. Tras pasar por la vieja escuela avanzando por la carretera del viejo diablo (y eso que los temas de Diablo BLV me convencen menos, pese al ritmo totalmente «panteroso» de las guitarras en ésta), volvimos al mejor toque roquero atemporal con «No somos perfectos», un tema que fue precisamente perfecto en directo para seguir avanzando y haciéndonos sudar de lo lindo, con su ritmillo KISS inicial y su toque adictívamente pegadizo. Volvíamos a mirar atrás con «Más allá», de su disco anterior, para rematar el concierto antes de los bises con uno de los mejores temas de la noche, un «En blanco y negro» genial que tiene que ser pero ya otro de los superhits del grupo, y que puso un punto y aparte maravilloso, con luces rojas desde el infierno del rock y una presentación totalmente roquera y animada de los músicos por parte de Pablo, que se llevaron todos su ración merecida de aplausos y admiración porque, sinceramente, en Madrid estuvieron los 5 tocados por la varita mágica de la genialidad y la personalidad que le faltan al 95% de grupos que solemos ver en directo.

La vuelta al ataque fue muy curiosa, con Pablo en solitario tocando una parte del «Highway to hell» en acústico (muy atractiva por cierto), para dar paso a una bonita balada como es «La otra mitad», que nos ofreció el cantante en acústico y en solitario sobre las tablas (derrochando carisma, porque no es nada fácil hacer algo así), para empalmar con el final ya en eléctrico con toda la banda sobre el escenario rematando una canción realmente preciosa. Por cierto, me quedé con una frase del tema que tenía mucho que ver con lo que todos vivimos el sábado en Caracol: «Tus ojos son vivir el rock»… ahí queda. Y normalmente tras la tempestad viene la calma, pero esta vez fue al revés, porque tras el tema tranquilo era el momento de terminar de darlo todo y ofrecernos «Desde septiembre», el rotundo cañonazo que cierra «Destino perdición» y que en directo fue incluso más corrosiva que en el disco… y es que, ¡qué lejos queda ya la tormenta en Grande Rock!, ¿eh, chicos? Ya sólo quedaba una bala en el cargador, y «Nuestra revolución» (con Pablo rematando el tema desde la barra, impresionante) certificó que UZZHUAÏA son ya una realidad en nuestro país y una de las mejores bandas que he visto nunca en directo, tan sencillo como eso.

Al final del concierto salieron a saludar a todos los presentes y su propia sonrisa de satisfacción denotaba que ellos mismos sabían que habían puesto si no una pica en Flandes, sí que habían dado un paso importantísimo de cara al futuro de la banda… y es que, sin ser necesariamente centralistas o egocéntricos, todos sabemos que triunfar en Madrid es cuanto menos importante para un grupo. A mí en concreto me maravillaron y me dejaron con la boca abierta que aún me dura cuando recuerdo el concierto, y os aseguro que todas las impresiones y opiniones que oíamos eran similares cuando salíamos de la sala: «madre mía, ¡qué buenos!»… y es que a nadie de los que andábamos por allí se nos escapó un detalle, que certificó UZZHUAÏA con su conciertazo, cuando lamentablemente el heavy metal actualmente se muestra un tanto estancado, son los nuevos grupos de rock clásico los que vuelven a agitar la escena y a demostrarnos que al final «nuestro rollo, el de todos, es el rock».

Texto y fotos: David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)

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