Miércoles 5, Jueves 6, Viernes 7 y Sábado 8 de Agosto – Polideportivo Municipal de Villena – Alicante
VAN CANTO + KREATOR + ALESTORM + LOS SUAVES + STORMZONE + SATYRICON + SHERPA + OBÚS + LUJURIA + VHÄLDEMAR
Crónica y Fotos del SÁBADO 8 de agosto – Segunda Parte
VAN CANTO
Al parecer no sólo FINNTROLL fueron los únicos que provocaron la limitación de acceso al escenario Mark Reale este último día de festival. ¿Irías a ver a una banda de Metal a capella? Si te pilla en un festi potente… ¡¿por qué no?! Si no sabes que llevan en esto desde 2006, pero te valen las referencias que coges en Youtube, más lo que te cuenta algún que otro colega que ya haya flipado con ellos en otros festis europeos… todo eso generó la suficiente expectación como para que estuviésemos casi enjaulados de nuevo.
De entrada, la puesta en escena deja una imagen despejada que te hace dudar sobre si una batería y cinco voces pueden hacerte sentir e identificar temas cañeros y versiones sagradas. Eso dura dos minutos. Lo que tardas en darte cuenta que no, que el papel protagonista no se lo van a llevar los principales vocalistas, Dennis e Inga, sino que vas a repartir aplausos entre los emuladores de bajos y guitarras como si no hubiera mañana.
Una vez superado el tempo intro de «Fight for your life», los chicos de VAN CANTO te meten de lleno en su mundo de poderosas sensaciones y Metal sin retorno. Los variados cambios de ritmo de este tema propio también ayudan, dicho sea de paso, y la audiencia se entregó 100%. Si encima te anuncian «Wishmaster» de NIGHTWISH tras el aterrizaje, pues mejor.
Voy a decirlo tantas veces como sea necesario, porque ha pasado con bastantes bandas este festival: una cosa es saber poner en escena tu talento y otra dejar ver tu actitud. VAN CANTO, si de algo pueden presumir, es de metalheads, de fuerza y de empatía con el público como con «One to ten» que gustó muchísimo precisamente querían que más allá del escenario se coreara el tema, además de ser un tema muy directo. Así, supondréis que es más fácil conectar con el «Rebellion» de GRAVE DIGGER, para mí el más fascinante y guerrero de todos.
El momento evocador y mágico de la noche lo trajo consigo la balada «Last night of the Kings» (que en su inicio me pareció un cruce del «Don’t you cry de Kamelot con «The Bard’s Song de BLIND GUARDIAN), derivando en una maravilla a capella «total», ya que hasta el amigo Bastian bajó de la batería para unirse a las voces. Luego levantaron la calma con «Steel Breaker», muy hard rockera, y con la melódica «Water Fire Heaven Earth».
Con la audiencia entregadísima, iniciaron una Medley donde incluyeron parte del poderoso «Master of puppets», como detalle atronador, para volver con «If I die in battle», con un estribillo Speed Metal fabuloso de su cosecha propia, potente y con sus cambios de ritmos demoledores, que fue muy aplaudida.
En pleno éxtasis, sentenciaron con la versión del apoteósico «Fear of the Dark» (con Churchill Speech inicial incluido, y su vocalista Dennis surfeando sobre la audiencia en el tramo final), que hizo muy difícil bajar los pelos de punta durante unos minutos y olvidar a estos genuinos guerreros del Metal A Capella. Extraordinarios.
Texto: Alberto Martínez
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
KREATOR
El cuarto y último representante en hacer acto presencia del legendario «Teutonic 4» eran los incombustibles KREATOR. Asiduos a nuestros escenarios, tanto en salas como en grandes festivales, las huestes de Mille Petozza suelen ser sinónimo de velocidad, intensidad y agresividad. Poco importa que la banda no tenga nuevas composiciones que ofrecer, ni que su última entrega «Phantom Antichrist» haya sido ya presentada en nuestro país en numerosas ocasiones, ya que el carismático «frontman» de los germanos posee un estatus y un carisma que le convierten en uno de los iconos del thrash europeo.
Lejos de parecer preocupados o intimidados por las descargas que nos habían ofrecido sus compatriotas del «Teutonic 4», KREATOR salieron a escena como suele ser habitual en ellos, concentrados al máximo y con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a ofrecer un nuevo ritual de caos y violencia sonora. Adelantándose unos minutos al horario previsto y con un vistoso escenario a dos alturas, -por cuya parte superior habían repartidos diferentes micrófonos-, aparecía en escena ante sus adeptos un desafiante Mille Petrozza acompañado por «Choir Of The Damned», mientras el resto de sus compañeros ocupan sus respetivas posiciones para espetarnos el primer trallazo de la noche «Enemy Of God», recibido con una abundante lluvia de confeti mientras Petrozza se encaramaba por primera vez a las escaleras para situarse junto a la batería de un incontestable Ventor.
Desde su particular atalaya Petrozza realizaría su primer llamamiento a las tropas, movilizándonos para el primer «moshpit» de la noche, el que acompañaría a la llegada de la primera sorpresa del show «Terrible Certainly», toda una demostración de thrash metal «old school» que conseguía desatar la euforia entre una audiencia deseosa de emociones fuertes. Pese a que los germanos a día de hoy están viviendo uno de sus mejores momentos, los más veteranos todavía recordamos como se les cuestionó su evolución durante la segunda mitad de la década de los noventa. Pese a ello, la banda ha seguido interpretando algunos de los mejores cortes de esa etapa, convirtiéndolos en piezas indispensables en sus directos, concediendo un protagonismo destacado a piezas como «Phobia», que gracias a la respuesta de la gente y a las inmensas columnas de humo que la acompañaron se acabó convirtiendo en uno de los momentos más memorables del show.
No hubo tregua ni parlamentos excesivamente largos durante la actuación del combo germano. Así que tras finiquitar un arranque abrumador llegaba el momento de seguir castigando nuestras cervicales con una nueva mirada a los primeros tiempos de la banda, en este caso con la pieza que cerraba su segundo álbum «Awakening Of The Gods», que nos dejaría un final apoteósico con Petrozza clavado en el centro del escenario mientras sus compañeros se posicionaban en el nivel superior junto a la batería. Con la guitarra de Sami Yli-Sirniö todavía hiriendo nuestros tímpanos su «jefe» nos pondría a todos a dar palmas antes de someternos definitivamente al severo correctivo que significó «Endless Pain».
El momento de la épica llegaría con «Warcurse», con un Petrozza en plan estelar dirigiéndose al respetable antes de asolarnos con una tormentosa acometida final. Uno de los pocos momentos de tregua que nos ofrecieron los germanos llegaría cuando el escenario se quedó totalmente a oscuras y a través del P.A. empezó a sonar la introducción de su ultimo trabajo «Ars Mantra», algo que nos acabaría abocando sobre una rotunda «Phantom Antichrist», con la que los germanos ponían de manifiesto el gran calado que ha conseguido su última entrega entre sus incondicionales.
Sin abandonar el material de su último plástico la siguiente en hacer acto de presencia sería la más densa y pantanosa «From Flood Into Fire», y si alguien pensaba que ese tempo más machacón y lineal conseguiría parar el ritmo del show no podía estar más equivocado, ya que la gente respondió a la perfección a las provocaciones de un Petrozza que cada vez que alzaba el puño conseguía aunar las voces de todos los presentes junto a unas imponentes columnas de humo. Pero la voracidad del cuarteto parecía no tener fin esta noche, de modo que mientras la audiencia aclamaba con veneración el nombre de la banda, los músicos nos sorprendían con una despiadada «Extreme Aggression», que nos hacía retroceder nuevamente hasta la década de los ochenta.
Impresionante, KREATOR volvían a demostrar que para ellos no existe diferencia entre presente y pasado, sino simplemente una interminable colección de clásicos que piden a gritos ser descargados a una velocidad supersónica y con una actitud brutal. Y es que aunque Petrozza sigue siendo ese líder firme y expeditivo, resulta innegable el empaque y la personalidad que dan a la banda el guitarrista Sami Yli-Sirniö y la base rítmica formada por el incombustible Ventor y el bajista Christian Giesler. Por si alguien albergaba alguna duda sobre el incisivo mensaje de algunas de sus letras ahí quedaron en el aire las mordaces críticas contenidas en piezas como «Suicide Terrorist», la descomunal «Hordes Of Chaos (A Necrologue For The Elite)», o la apocalíptica «Civilization Collapse» que fue la elegida para cerrar esta primera parte del show.
Nadie se movió de su sitio. Todos sabíamos que Petrozza y sus muchachos todavía tendrían que regresar para ofrecernos una última pincelada de violencia sonora. Así que con los reunidos elevando sus brazos al cielo llegaba el momento de retomar el ceremonial con «The Pariah», que nos anunciaría la inminente llegada de «Violent Revolution». La ultima llamada al caos llegaría antes del arranque de la seminal «Pleassure To Kill», que sería la elegida para protagonizar un final estelar con todo el escenario cubierto de humo y teñido de rojo mientras Petrozza nos emplazaba hasta su próxima visita.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Alvaro Ochoa
ALESTORM
Otro de los acontecimientos místicos que se efectuó en el escenario Mark Reale fue la brillante asonada que llevaron a cabo los escoceses ALESTORM. Los organizadores se vieron obligados a restringir el área por abarrotar el aforo, hecho que hace replantearse la ubicación del grupo en futuras ediciones. Es evidente que la banda arrastra una ingente cantidad de público que anhela la temática pirata o, simplemente, busca la diversión intrínseca a un show suyo.
Con los asistentes bien aglutinados y unos hemisferios bien definidos (la parte delantera era la sede del barullo, mientras que en la parte más cercana a la salida reinaba el sosiego), el ambiente empezaba a caldearse mientras la temática imperante abundaba por todo el recinto. Gente izando banderas pirata de diferente índole, barriles sobrevolando nuestras cabezas, un público ataviado con los complementos propios de esos rufianes despiadados, vamos, un espectáculo digno de ver.
No hizo falta más que sonara "Walk the Plank" para que se generara un huracán de empellones que, literalmente, me desplazo de las últimas filas hasta la tercera, y allí me quedé. El grupo, consciente de la verbena que son capaces de generar, no dejaron de animar a un público ya exultante y plenamente participativo con la actuación. Temas como "Shipwreched" o "Magnetic North" fueron los responsables de una agitación masiva derivada a una mansalva de empujones, siempre sanamente.
Las fiesta no cedió y el grupo siguió con su característico sonido folk que compagina una poderosa guitarra con dos teclados, uno de ellos ejecutado por el cantante Christopher Bowes, alma y causante del guateque ocasionado.
Con "Drink" el grupo se tomó la canción al pie de la letra y aprovechó para brindar por la asistencia emulando ese vicio pirata durante las dos canciones finales "1741 (The Battle of Cartagena)" y "Captain Morgan´s Revenge" concluyeron una actuación libérrima para el grupo y genuinamente festiva para el público pirata.
Texto: Jorge Albalate
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
LOS SUAVES
Banda querida y respetada como pocas, hace años que LOS SUAVES dejaron de ser un simple grupo musical para convertirse en una parte importante de cada uno de sus seguidores. Y es que como reza una de los lemas que lleva años acompañando a los orensanos: "Los Suaves Somos Todos". Poco importa que Yosi ya no vocalice en muchas de las canciones, -se le perdona-, o que en algunas de sus giras no haya estado al nivel, ya que sus seguidores han mantenido intacta su lealtad a lo largo de los años. Lamentablemente, todo tiene su fin, y parece que la formación gallega esta escribiendo en estos días los últimos capítulos de su historia con un último periplo de conciertos bajo la denominación: "La Música Termina". De modo que esta última visita al LEYENDAS se presentaba como una cita ineludible para todos los seguidores de la banda capitaneada por los hermanos Domínguez y el virtuoso guitarrista Alberto Cereijo.
Como acostumbra a pasar en cada una de sus actuaciones la principal incógnita giraba en torno al estado vocal y anímico que presentaría el carismático vocalista. Y en honor a la verdad hay que decir que Yosi, a sus 67 años, cumplió sobradamente con su papel. Eso sí, rindiendo mucho mejor como animador de la audiencia que como vocalista. Gozando como siempre del cariño incondicional de sus seguidores el último viaje de los gallegos en Villena arrancaba con «Cuando Los Sueños Se Van», presentándonos a una banda absolutamente imparable, con Alberto Cereijo y Fernando Calvo alternándose el protagonismo a las seis cuerdas mientras el equipo formado por Charly y Tino se mostraba absolutamente infalible. Mientras tanto Yosi se encargaba de centrar sobre él todas las miradas, ya fuera agitando su larga melena blanca, dando cabriolas por el escenario o haciendo gritar a la gente cada vez que alzaba los brazos al aire.
En cuanto al repertorio hubo un poco de todo, desde momentos reflexivos a medio tiempo como el intimista «Palabras Para Julia», a momentos de verdadera intensidad roquera de la mano de viejas favoritas de la gente como «Maldita Sea Mi Suerte», que convertían a la audiencia en protagonista indiscutible de la velada. Tampoco faltarían a lo largo de la descarga las charlas de Yosi anunciando la despedida definitiva de la banda, justo antes de sumergirnos en ese grito ensordecedor que retumbó en el ánimo de todos los presentes al anunciar «No Puedo Dejar El Rock», que volvió a sonar como toda una declaración de intenciones.
Con el escenario teñido en tonos azulados y los relámpagos anunciándonos la inminente llegada de la tormenta llegaba el momento de mantener los ánimos del respetable en todo lo alto, siendo la elegida para ello «Viajando Al Fin De La Noche», que nos dejaría uno de esos monumentales solos de Alberto Cereijo. Y es que curiosamente mientras la mayoría de las miradas en escena se centraban sobre Yosi, sus compañeros demostraban una y otra vez que tras él hay una banda absolutamente impresionante, capaz de llevar todo el peso musical sobre sus hombros mientras el vocalista se dedica a deambular por el escenario haciendo que la gente se lo pase en grande.
Tampoco se dejaron en el tintero el recuerdo hacia uno de sus máximo referentes, de modo que no podía faltar a su cita «¿Sabes? ¡Phil Lynott Murió», que sería la encargada de adentrarnos en una segunda mitad de show que estaría marcada por himnos como «Mi Casa», que sonó vibrante y descorazonadora para poner el recinto literalmente patas arriba. Como si de una fiesta se tratara la gente se había convertido en la auténtica protagonista de la velada, saltando intensamente mientras coreaba de forma ensordecedora cada una de las estrofas contenidas en temas como «El Afilador», que era la elegida para transportarnos a los lejanos tiempos del «Santa Compaña».
Como buenos embajadores de la cultura gallega no podía faltar durante el sprint final de su actuación la aparición de la bandera gallega durante la mítica «Dolores Se Llamaba Lola», que nos dejaría a un Yosi completamente desatado saliendo de escena para buscar a un cámara que grabara las evoluciones de un público completamente entregado, que despidió al quinteto con un cariño y una entrega verdaderamente asombrosos.
Para su primer retorno sobre las tablas se reservarían uno de sus desarrollos más metaleros, el que serviría como introducción para «San Francisco Express», que nos dejaría a las guitarras de Alberto y Fernando atronando nuestros tímpanos, para posteriormente dejar paso al dramatismo contenido en el tema que prestaba el nombre a su tercer trabajo de 1988 «Ese Día Piensa En Mí». La encargada de poner el punto y seguido a esta primera trilogía sería la profética «Ya Nos Vamos», durante la que Yosi sacó algunos cubos de confeti para vaciar sobre las cabezas de sus compañeros, antes de dejar que volviera a ser Cereijo el encargado de rubricar el tema con otro alarde solista.
Tras unos largos segundos de incertidumbre y tras realizarse la habitual foto de familia post-show, todo parecía indicar que el concierto había terminado. Pero todavía regresarían una vez más los orensanos para rematar la velada con una nueva tripleta, compuesta en esta ocasión por «Esta Vida Me Va A Matar», «Dulce Castigo» y el colofón final de manos de «La Noche Se Muere», con el vocalista presentando a todos sus compañeros antes de desaparecer y dejar que fueran ellos los encargados de despedir el show con un pasaje instrumental absolutamente demoledor.
Historia viva de nuestro rock, LOS SUAVES son una de esas bandas imprescindibles, sin la que no se podría entender el rock n roll en nuestro país. Parece que en estos días la banda se está despidiendo de forma definitiva de todos sus seguidores. En cualquier caso, siempre nos quedaran para el recuerdo sus directos y una colección de fantásticos discos.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Alvaro Ochoa
STORMZONE
El festival iba inexorablemente llegando a su fin y con mucho menos público que SHERPA saltaban a la palestra los norirlandeses STORMZONE, un grupo muy competente e interesante, pero que a mi parecer carece de un gancho que llegue con más efectividad al público.
El grupo hizo un buen concierto y tuvo una asistencia respetable a pesar de todo, pero me dio la impresión de dejar a la gente un tanto fría. Ni siquiera los intentos de su cantante Harv Harbinson, que intentó hablar español a lo largo de toda la actuación, consiguieron que la mayoría de la concurrencia comulgara con la oferta de los británicos.
No era un problema de técnica, el quinteto sonaba bien, engrasado, con rodaje, con ensayos, los músicos eran más que válidos, especialmente el citado Harbinson que es un gran cantante, pero canciones como «Three Kings», «Another Rainy Night» o «Immortals» no terminaban de calar a pesar de no ser en absoluto malas composiciones y de estar perfectamente interpretadas.
La actuación concluyó con «Death Dealer» y «The Legend Carries On», que aunque despertaron un poco a la gente, creo que ni mucho menos lograron convencer.
Tristemente, a pesar de no ser ni mucho menos un mal grupo, STORMZONE pasaron sin pena ni gloria por LEYENDAS DEL ROCK.
Texto: Antonio Cerezuela
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
SATYRICON
Debo confesar que el Black Metal es uno de los géneros que más me molan, y si lo ejecuta una banda Noruega, pues ya son palabras mayores, y, en esta oportunidad, todos los que disfrutamos de este género estábamos en hora buena, ya que, dentro del cartel del Leyendas del Rock se dedicó un espacio para una de las agrupaciones noruegas más respetadas dentro de la escena, los increíbles SATYRICON, banda compuesta por dos grandes figuras como Frost y Satyr.
Desde hace mucho tiempo quería ver al dúo noruego en directo, y desde que fueron anunciados dentro del cartel del Leyendas, se me hizo agua la boca, y es que, según parece, los noruegos presumen de un excelente directo y prueba de ello es su más reciente lanzamiento «Live At the Opera».
Desde tempranas horas, y mientras Los Suaves ofrecían su espectáculo en el «Azucena Stage», el equipo técnico ponía a punto todo para la presentación de SATYRICON, y después de verles en directo, no tengo duda de su profesionalidad, pues, el show que tuvimos la oportunidad de ver fue realmente soberbio, con un sonido claro y nítido, y efectos lumínicos, que, aunque dificultaban el trabajo de los que estábamos en la fosa tratando de capturar una instantánea del grupo, se adaptaba muy bien a la propuesta oscura y de dramatismo que ofrecen con sus temas los de Oslo.
En total, pudimos disfrutar de los noruegos durante 70 minutos, que a mi personalmente se me hicieron cortisimos, y la verdad es que me lo pasé como un crío viendo a los black metaleros hacer de las suyas.
Con una bandada de cuervos a sus espaldas, hacia acto de presencia en escena Satyr, mientras escuchábamos de fondo la intro «Voice Of The Shadow». En esta oportunidad lo acompañaba su inseparable compañero Frost en la batería, además de dos guitarristas, un bajista y un tecladista, imagino contratados para la ocasión, que sin duda cumplieron a la perfección su labor. En algunos casos, se sumó una tercera guitarra a cargo de Satyr que sirvió para dar más profundidad a la excelente propuesta ofrecida por la banda.
Los noruegos se pasearon por su discografía escogiendo muchos de los temas presentes en su reciente álbum en directo «Live at the opera», y así tuvimos la oportunidad de escuchar temas como «Now Diabolical», «K.I.N.G», o «Black Crow on a Tombstone», todo un lujo y espero que apenas sea la primera de muchas veces que los veamos pasar por los escenarios españoles.
Texto y Fotos: Alvaro Ochoa
SHERPA
La banda del ex– bajista y cantante de BARÓN ROJO José Luis Campuzano «Sherpa» era una de las últimas en el escenario pequeño. El recinto estaba bastante animado y como era de esperar, se consiguió una buena entrada para escuchar algunos clásicos del barón acompañados por varios temas en solitario de SHERPA.
Abrió el concierto con dos temas suyos, «Guerrero en el desierto» y su canción más conocida «Flor de invernadero», ganándose un tímido pero caluroso recibimiento.
Tras calentar presentó el primer tema de BARÓN ROJO de la noche, «Campo de concentración», una de mis canciones favoritas del grupo que tristemente en esta ocasión careció de toda fuerza o carisma. Sonaba bien pero sin ganas, parecía una versión hecha más por un cantautor que por una banda de heavy rock (o solo de rock si a alguien le gusta más). El resto de los temas del cuarteto no fueron por los mismos derroteros, pero fue tal mi decepción que el resto de la actuación me supo bastante amargo.
En general sonó bien, y el abundante público disfrutó notablemente de «Son como hormigas», «Concierto para ellos», «Siempre estás allí» o «Hijos de Caín», pero a mí me faltaba algo; el sentimiento. Me daba la impresión de estar viendo una banda de versiones tocar los temas por inercia simplemente por el hecho de que la gente los quiere escuchar, no porque estén realmente disfrutando con ellos. Esto para mí quedó corroborado cuando tocaron el tema de SHERPA «Al centro del corazón», en el que cambió la frase final «seré siempre un barón», por un fuera de lugar «no seas maricón». Si no quieres tocar canciones de tu antigua banda, no las toques, pero no se puede estar al plato y a las tajadas tocando los temas, y de algún modo intentando mostrar una postura de desdén hacia tu pasado. Creo que no es para nada honesto con el público.
En cualquier caso la gente disfrutó y en ningún momento pareció tener la misma impresión que yo, y el final con «Los roqueros van al infierno» dejó a todo el mundo más que satisfecho. En fin…
Texto: Antonio Cerezuela
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
OBÚS
Desde 1981, -tal y como indicaban las lonas que decoraban el escenario-, OBÚS llevan pateándose los escenario de este país. Durante estos 34 años ha habido épocas mejores y peores, además de un periodo de descanso durante la década de los noventa, pero nunca nadie ha podido discutir la entrega, la calidad y la actitud de una banda que siempre ha llevado con orgullo la bandera del heavy metal nacional. Tras una temporada en el dique seco, -a causa de la participación de Fortu en un conocido programa de televisión-, los madrileños volvían a pisar el escenario del Leyendas para ratificar que siguen siendo esos tipos macarras, gamberros y entrañables que siempre han sido.
Muchos han sido los que han criticado las andanzas televisivas de Fortu, pero lejos de amedrentarse ante críticas y comentarios, lo cierto es que el vocalista se mostró sobre las tablas tan «estrella» como siempre, paseándose desafiante por el escenario, contorneándose provocativamente y sabiendo conectar con la audiencia desde los primeros compases del show. Ante tales circunstancias el concierto se presentaba como un excelente termómetro para calibrar la opinión de su público tras las aventuras isleñas del mítico vocalista. Desgraciadamente no faltó el exaltado de turno que a punto estuvo de reventar el concierto al alcanzar con una botella al vocalista, pero en líneas generales la acogida de los incondicionales de la banda fue totalmente satisfactoria.
Con un escenario dominado por una altísima tarima donde se ubicaba la betería de Carolos Mirat, los miembros de la banda aparecían en escena, siendo el ultimo en hacer acto de presencia y apareciendo bajo la tarima de la batería el carismático vocalista, para arrancar la descarga de forma magistral con «Juego Sucio». Como sucedió con muchos de los shows, en el arranque el sonido no fue todo lo nítido y contundente que nos hubiera gustado, pero afortunadamente la cosa poco a poco se fue solventando. Así que cuando la banda atacó la segunda pieza de la noche, la rasposa y machacona «Más Que Un Dios», la cosa empezó a normalizarse. Precisamente fue durante este corte cuando se produjo el desagradable incidente que comentaba anteriormente. Y es que hacia la mitad del tema Fortu se subió sobre una pequeña tarima, -situada en el centro del escenario-, para mirar provocativamente a las primeras filas mientras se mantenía inmóvil con los brazos abiertos de par en par, lo que aprovechó algún descerebrado para arrojarle una botella. La contestación del vocalista no pudo ser más enérgica y acertada, ya que sin parar el tema recriminó de forma rotunda la estúpida acción del indeseable provocando la cerrada ovación de todos los presentes.
Debo admitir que pensé que el incidente afectaría de forma negativa al desarrollo del show, pero lo cierto es que lo ocurrido pareció espolear todavía más a la banda, y especialmente a un Fortu que desde ese momento se mostró absolutamente imparable, dando mordiente y vitalidad a temas clásicos como «Necesito Más», que contó con el apoyo de todos los presentes, y tras el cual el vocalista nos espetó un emocionado: «¡Os quiero Cabrones!» El momento de pisar el acelerador al máximo llegaría con el primerizo «Pesadilla Nuclear», que sería el elegido para que Paco nos ofreciera su primera gran aportación solista.
Tras ofrecernos unas cuantas reverencias el vocalista desaparecía bajo la batería de Carlos Mirat, para regresar tan sólo unos segundos más tarde repartiendo bendiciones en el arranque de «Te Visitará La Muerte», que fue la escogida por Fortu para mandar un recadito a un conocido tertuliano televisivo. Pero hasta aquí llegaron las alusiones a la caja tonta y a sus personajes. Y es que la banda no se detuvo apenas entre tema y tema, apostando por imprimir un altísimo ritmo a su show, enlazando los temas de forma consecutiva para conseguir que su descarga se convirtiera en una sucesión imparable de himnos. Así que durante el show no faltarían momentos absolutamente memorables como «Que te Jodan», que supuso el primer guiño a su disco de retorno del año 2000 «Desde El Fondo Del Abismo», y que nos dejaría al vocalista en toda su esencia, paseándose desafiante por el escenario mientras nos conminaba a todos a levantar nuestro dedo corazón al aire.
Con toda la gente metida en el bolsillo era el momento de sacar la artillería pesada para acabar de provocar la locura entre sus incondicionales. De modo que lo que vino a continuación fue una buena dosis del material contenido en su tercer trabajo publicado en 1984. Precisamente, la encargada de iniciar esta suculenta trilogía sería la pieza que prestaba titulo al álbum «El Que Más», con un Fortu estelar jugando con su pie de micro para levantarlo al aire con la llegada de los estribillos. El segundo asalto estaría protagonizado por «La Raya», con el vocalista pidiendo nuestras palmas antes de acabar el tema cantando entre las piernas de su compañero Paco. Mientras que la elegida para poner el broche de oro de este trío absolutamente matador sería el mítico «Autopista».
Parecía que el concierto había alcanzado su punto culminante, pero los madrileños veteranos e incombustibles consiguieron prolongar el éxtasis de sus seguidores con la irreverente «Corre Mamón», que nos dejaría con la estampa de Fortu, Fernando y Paco encaramados sobre las pequeñas tarimas mientras Carlos daba cuenta de su batería en un final verdaderamente bizarro y acelerado. La vuelta al material de la década de los ochenta estaría marcado por «Da igual». Pero sin duda uno de los momentos más intensos llegaría con «Dinero, Dinero», que convertiría el recinto en una autentica fiesta, con Fortu ejerciendo como el perfecto maestro de ceremonias, haciéndonos calentar las gargantas antes de encarar el acto final con ese derroche de rabia y auto reivindicación que es «Va A Estallar El Obús», que a modo de declaración de intenciones sonó igual de potente y punzante que el que abría su debut allá por 1981.
Genio y figura hasta la sepultura. OBÚS volvieron a demostrar el porque son una de las bandas más queridas y respetadas de la escena metálica nacional, y porque su vocalista ha sido y sigue siendo uno de los mejores «frontman» de nuestro país.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos:Alvaro Ochoa
LUJURIA
Llegábamos al momento inexorable y más temido del festival, el final. Habían sido cuatro jornadas muy intensas y llenas de grandes momentos compartiendo momentos realmente apreciables con grupos de diferentes estilos que, a pesar de adolecer con problemas técnicos en muchos momentos, supieron complacer a un público agradecido en todo momento. El último concierto corría a cargo de LUJURIA y su carismático Óscar Sancho que recalcó su orgullo al cerrar el festival.
Muchos denostan a Óscar por exceder su locuacidad, pero realmente se agradece que un artista de tal calibre interactúe con un público embelesado con sus discursos. Entre sus comunicados no faltó un socarrón discurso que denunciaba a los desertores del metal aludiendo indirectamente a alguien que todo sabíamos. Vomitando verdades a través de su peculiar mordacidad con palabras incisivas y fuertemente hirientes, intercaló chistes con canciones como "Esta noche manda mi polla", la clasicaza "Sin parar de pecar", la hilarante "Esperma" e incluso la recuperada "Sexurrección". Hubo un perfecto momentazos donde Óscar invitó al escenario a amigos y responsables del festival para brindar por el buen metal mientras auspiciaba mil años más de hordas de heavys alzando sus cuernos.
No faltaron invectivas contra la corrosiva política dominante injuriando la restricción de la libertad de expresión. Temas como "Cinturón de castidad", y "Corazón de heavy metal" marcaron un momento culminante en el show con unos asistentes motivados a pesar de las altas horas de la madrugada. La recta final se impulsó con "Estrella del porno" presentada con la característica jovialidad de Óscar. Con "Joda quien joda" llegaba el broche de oro antes de que el cantante nos presentara al grupo, una banda bien compacta desde 1993 que ya se ha ganado su pequeña parcela en el cielo del metal español.
Como cierre magistral, el cantante explicó la injusta denuncia suscitada por su tema "Dejad que los niños se acerquen a mí", una indudable explosión de sarcasmo que repudia la pederastia y que los magnates de lo "políticamente correcto" forzaron su malinterpretación para imponerles una multa de cantidades desorbitadas de dinero. Desde aquí apoyamos a la banda y denunciamos la repulsiva libertad de expresión que nos venden.
A pesar de todo, un gran concierto, con una banda veterana dándolo todo y un cantante hablando sin cortapisas cerrando un gran festival. ¡Hasta el año que viene! ¡Viva el heavy metal!
Texto: Jorge Albalate
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
VHÄLDEMAR
A los vizcaínos VHÄLDEMAR les tocó cerrar el escenario pequeño el sábado por la noche, y demostraron con creces saber como dejar huella en el público, especialmente su cantante Carlos Escudero que es un frontman y un animador nato.
Como no disponían de mucho tiempo, el grupo salió a tocar prometiéndonos su vocalista que no hablaría mucho, pero solo cumplió su promesa durante los primeros temas. A medida que avanzaba el concierto, su extrovertida personalidad se fue imponiendo y ofreció una vez más su espectáculo. Siempre acompañado por una banda más que solvente y empacada que conoce muy bien su trabajo. Mención aparte merece el guitarrista Pedro J. Monge que es un músico realmente soberbio como demostró a lo largo de todo el concierto.
El público era bastante respetable y sin duda celebró temas como «Black Thunder», «Metal Of The World» o «Bastards» en un concierto que nunca careció de dinámica y que se hizo ameno como pocos a pesar de estar todo el mundo muy cansado.
Para el final se dejaron «Lost World» y «Energy», la cual sirvió como bis y en la que Escudero se paseó por todo el recinto cantando entre el público, encima de la barra o por las gradas.
Creo poder decir que VHÄLDEMAR satisficieron a los que ya les conocían a la vez que engancharon a más de un seguidor nuevo porque dejaron un gran sabor de boca.
Texto: Antonio Cerezuela
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo (www.musifota.com)
Un Leyendas espectacular, se mire como se mire. Por cierto, Van Canto no sonaron muy bien y pierden muchísimo en directo, pero para gustos colores. Creo que terminarán metiendo algún instrumento más como les pasó a Apocalyptica, que empezaron solo con chelos y fueron evolucionando como banda.
Opino lo mismo que tú respecto al concierto de Sherpa. Todo muy frío y chistes sin sentido y carentes de humor. Debería centrarse más en la música y buscar la compenetración con los músicos que le acompañan.
Reitero lo que he dicho por aquí. Leyendas debería repensarse lo del número de bandas que tocan en el festival. Ver conciertos que empiezan a las tres y media de la mañana no mola y no creo que sea justo para los músicos. Y lo dice alguien que no es que esté a las diez en la cama todas las noches y menos los fines de semana, pero ese horario después de horas y horas de conciertos y de pie es una putada.
Salud y república.
Los músicos mientras agrupen a un audiencia incondicional están contentos y van a entregar todo el esfuerzo posible en el concierto. Pero sí, coincido, deberían gestionar mejor la distribución de grupos para no derrengar al personal después de horas y horas acompañando a los diferentes grupos.
Un saludo!
Con todos mis respetos, con respecto a la crónica sobre Stormzone, me da la sensación de que quien ha hecho la crónica debió haber visto un concierto diferente, porque nada más lejos de la realidad los comentarios con respecto a que la banda dejó a la audiencia «fría», que «no lograron convencer» y pasaron «sin pena ni gloria» por el Leyendas. Antonio tiene por supuesto todo el derecho a dar su opinión personal, pero creo que debo aclarar que sus palabras no representan al resto de la audiencia que estábamos viendo el concierto, a la que sí nos llegó Stormzone y que sí respondimos con ganas a todas sus canciones. El grupo tuvo que tocar después Alestorm y ciertamente no comenzaron el concierto con mucha gente pero fueron acercándose al escucharles y terminaron con un montón de gente definitivamente respondiendo. Como ya he dicho me extrañan mucho los comentarios de Antonio, pues la gente estaba cantando los temas y se lo estaba pasando muy bien. Estos tíos tienen lo que le falta a muchas bandas más establecidas, ganas. Como he dicho, debimos estar en conciertos diferentes…
No entiendo muy bien la crónica del concierto de Stormzone. Desde mi punto de vista nada más lejos de la realidad. El grupo salió con poco público pero fue atrayendo a más y más gente, yo entre ellos. El vocalista estaba desde luego entre los cinco mejores vocalistas del festival y a los que no los conocíamos nos sorprendieron muchísimo. Puede que yo estuviera en el lado caliente del público (contrario al lado frío de la audiencia a la que se refiere la crónica) pero desde luego la gente estaba dándolo todo. El cantante habló en español y tuvo un par de momentos geniales donde todos le seguimos el juego. El nuevo disco, que compré a raiz de verles en el Leyendas, es alucinante, heavy metal melódico puro y duro con muchísimo carisma, ojalá hubiera más bandas tan auténticas. Cuanto antes vuelvan a tocar, mejor.
¡Gracias!!
Hola, os envié este comentario hace unos días pero no lo habéis publicado, me imagino que se perderia por el camino, así que os lo mando de nuevo. Muchas gracias y un saludito.
Con todos mis respetos, con respecto a la crónica sobre Stormzone, me da la sensación de que quien ha hecho la crónica debió haber visto un concierto diferente, porque nada más lejos de la realidad los comentarios con respecto a que la banda dejó a la audiencia “fría”, que “no lograron convencer” y pasaron “sin pena ni gloria” por el Leyendas. Antonio tiene por supuesto todo el derecho a dar su opinión personal, pero creo que debo aclarar que sus palabras no representan al resto de la audiencia que estábamos viendo el concierto, a la que sí nos llegó Stormzone y que sí respondimos con ganas a todas sus canciones. El grupo tuvo que tocar después Alestorm y ciertamente no comenzaron el concierto con mucha gente pero fueron acercándose al escucharles y terminaron con un montón de gente definitivamente respondiendo. Como ya he dicho me extrañan mucho los comentarios de Antonio, pues la gente estaba cantando los temas y se lo estaba pasando muy bien. Estos tíos tienen lo que le falta a muchas bandas más establecidas, ganas. Como he dicho, debimos estar en conciertos diferentes…