+ SHERLOCK BROTHERS
Jueves 4 de Diciembre de 2014 – Sala Razzmatazz 2 – Barcelona
Tal y como me comentaba un buen amigo al finalizar el concierto, no sé si H.e.a.t son la última esperanza del hard rock europeo, pero de lo que no me cabe la menor duda es que el quinteto sueco está absolutamente «on-fire». Y es que el presente 2014 ha sido su año, y no lo digo únicamente por su excelente último trabajo "Tearing Down The Walls", que ha supuesto su consagración definitiva con Erik Grönwall al frente, sino porque la banda ha facturado unos directos verdaderamente imparables, derrochando una potencia y una entrega solo al alcance de los nombre clásicos del género.
Para el que suscribe su presentación de esta noche en la Ciudad Condal significaba su tercera aproximación a los suecos en lo que va de año,- tras sus descargas estivales en el Rock Fest y el Leyendas-, y debo admitir que tras seducirme en sus actuaciones previas tenía muchas ganas de enfrentarme a ellos en la cercanía y la calidez que da el entorno de una sala.
Los encargados de abrir la velada fueron sus compatriotas SHERLOCK BROTHERS, quienes con su nuevo trabajo bajo el brazo «Monkey Made Nation», se presentaban sobre las tablas de un Razzmatazz 2 prácticamente vacío con el objetivo de darse a conocer antes de la inminente llegada de las estrellas de la noche.
Lejos del clasicismo hard roquero de H.E.A.T, la propuesta del combo sueco estuvo centrada en un rock de reminiscencias alternativas, en el que resultaron evidentes las influencias de bandas como Creed o Nickealback. Aunque salieron a escena con muchas ganas y muy motivados, especialmente su vocalista André Andersson, lo cierto es que en ningún momento llegaron a conectar con una audiencia que se mantuvo muy distante al atacar el quinteto temas como «Rollin´» o «Down», ambas rescatadas de su anterior obra de estudio «Black Cat Tango».
De su último trabajo no quisieron dejarse en el tintero piezas como «Sinkhole», protagonizada por la rotunda densidad de sus guitarras, «Control», que les servía para mostrar sus influencias más «grunge», con un final realmente bizarro que acabó con Andersson revolcándose por los suelos ante la cara de estupefacción del público, o su último single «My Way», que sería la elegida para cerrar su show.
Pese a que tampoco les acompañó el sonido, los mejores momentos de su actuación estuvieron marcados por los estribillos más accesibles y melódicos de temas como «This Motel» o «Crave». En resumidas cuentas, actuación bastante discreta de un quinteto sueco que intentó, sin excesiva suerte, amenizar la espera de cara a la llegada de Erick Grönwall y sus muchachos.
Ante una sala que presentaba un aspecto bastante más cálido y concurrido, por fin, llegaba el momento del desembarco de H.E.A.T. Viendo el ambiente que se respiraba en el local resultaba evidente que la gran mayoría de los asistentes habían preferido saltarse la descarga de SHERLOCK BROTHERS para reservar fuerzas de cara a la incendiaria actuación del combo sueco.
Al igual que sucediera durante sus últimas apariciones en nuestros país, el clásico de Glenn Frey «The Heat Is On», fue el encargado de ponernos en sobre aviso del vendaval roquero que estaba a punto de azotar nuestras cabezas. Con mucha fuerza y con un sonido realmente arrollador saltaban a escena los músicos para proponernos el primer tema de la noche «Point Of No Return», dejando claro desde los primeros compases del show que su hábitat natural es el directo y que la banda venia dispuesta a arrasar con todo a su paso. Sin duda la actitud descarada y enérgica de H.e.a.t quedó personificada en la arrolladora puesta en escena de Erik Grönwall, a quien, personalmente, considero uno de los mejores «front-man» de la actualidad. Así que contagiados por la vitalidad inagotable del hiper-activo vocalista la sala se ponía dar palmas para acompañar el vacilón arranque de «A Shot At Redemption», que servía para continuar caldeando el ambiente de un recinto en el que ya se podía percibir ese inconfundible aroma festivo.
Tras ofrecernos una primera muestra de su material más reciente llegaba el momento de mirar por el retrovisor y centrarse en las composiciones de su anterior entrega «Adress The Nation», de modo que la encargada de proseguir con el show fue una coreadísima «Better Off Alone». Sin abandonar su álbum de 2012, y tras recibir la primera gran ovación de la noche, la fiesta proseguiría con el subidón de adrenalina que significó la temperamental «Heartbreaker», que puso a banda y público a botar para conducirnos sobre un final verdaderamente apoteósico, con los músicos levantando al aire sus instrumentos mientras la sala se venía literalmente abajo. Con el ambiente totalmente caldeado, Erik se despojaba de su chupa de cuero y nos presentaba a su compañero Eric Rivers, quien nos adentraría en un elegante desarrollo «bluesy» que culminaría con el serpenteante arranque de «It´s All About Tonight», sin duda una de las piezas más jugosas de su anterior entrega, y para la que el vocalista no dudó en bajarse al foso para animar, todavía más, a los integrantes de las primeras filas.
Si hay algo que caracteriza las descargas de H.E.A.T es la energía y el buen rollo que tramiten desde el escenario, especialmente Erik, quien no vaciló a la hora de interpretar a capela un pequeño fragmento del "Barcelona" de Montserrat Caballé, antes de atacarnos con una potente "Inferno", que nos mostraba la faceta más guitarrera y contundente de la banda, con sus compañeros roqueando ardientemente mientras el vocalista se bajaba al foso para recoger un móvil e inmortalizarse cantando el tema. Tampoco faltaría ese toque cachondo que supuso la aparición de Darth Vader durante la introducción instrumental "The Wreckoning", sosteniendo un lienzo en el que podía leerse el título de la siguiente pieza de la noche, el adictivo medio tiempo "Tearing Down the Walls", que con Erik empuñando su guitarra acústica se convertiría en uno de los momentos más intensos de la noche.
Pese a no abandonar en ningún momento esa flema hard roquera que siempre les ha caracterizado, durante su actuación también hubo espacio para esas melodías más accesibles y comerciales, y buena muestra de ello fue una celebradísima "Mannequin Show", que consiguió aunar las voces de todos presentes a la hora de corear sus melosos estribillos. Una de los pocas licencias que la banda se permitió hacia el material de sus primeros trabajos llegaría con la irreverente "Late Night Lady», que acompañada por esos bailes provocativos y subidos de tono se convertiría en la antesala perfecta para una descomunal "Beg Beg Beg" que hizo retumbar los cimientos de la sala, con toda la audiencia botando enloquecida mientras la banda introducía un pequeño fragmento del "Highway Star" de Deep Purple.
Tras semejante explosión de euforia, los sutiles teclados de Jona Tee nos conducirían sobre los aires más melancólicos de la balada de su último trabajo "All The Nights", con Erik recuperando su chaqueta de cuero para ofrecernos una brillante interpretación, inundando todo el recinto de magia y elegancia, mostrando todos los matices de su voz para conseguir arrancar una cerrada ovación. Pero, evidentemente, la calma duró muy poco. Así que la temperatura en la sala se recuperaría rápidamente al reconocer el respetable los primeros compases de "Downtown", con el vocalista nuevamente desatado ofreciéndonos esos característicos movimientos pugilísticos en la parte final del tema. El último tramo del show estaría marcado por la rotunda dupla que,- al grito de «rock n´ roll»-, protagonizarían la vitalista "Enemy In Me", que recababa el apoyo con palmas de toda la sala, y la adictiva "Emergency", con Erik nuevamente filmando al respetable, en un explosivo colofón para su show, mostrándonos a una banda que pese a su juventud parece haber alcanzado su plena madurez.
Si vibrante había sido todo el show, los bises se convirtieron en una auténtica locura. La salida del quinteto fue totalmente en tromba, como si acabara de empezar otra vez el concierto, con el vocalista a pecho descubierto recorriendo el escenario de punta a punta para captarnos en los coros de «Breaking The SIlence». Pese al alto nivel de intensidad, nadie parecía estar cansado, y el sprint final estuvo protagonizado por uno de los temas que mejor define la filosofía de la formación sueca «Living On The Run», con el que parecía que ponían el punto y final a su actuación. Pero… sorpresa, cuando parecía que todo había terminado, Erik se daba repentinamente la vuelta y agarraba su guitarra acústica para poner el epilogo a la descarga con una delicada versión de «Laughing At Tomorrow», que, ahora sí, marcaría el adiós definitivo del quinteto envuelto en una rotunda ovación.
Son jóvenes, tienen unos temas matadores, una actitud arrolladora y se están labrando una excelente reputación entre todos los seguidores del hard rock. Sin duda H.e.a.t van a dar mucho que hablar durante los próximos años.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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