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7 y 8 de Marzo de 2008 – Coliseo Atarfe – Granada
Ya pasó el ATARFE VEGA ROCK… Y parece que puede ser el último; ojala haya suerte y no sea así. El festival andaluz más importante de los últimos años (incluyendo su etapa primogénita llamada PIORNO ROCK) no levantó tristemente el interés que merecía.
Unas tres mil personas fueron muy pocas para este excelente festival, que como todos tiene y ha tenido fallos, pero que no merecía tan paupérrima entrada. ¿Las causas? Que cada cual saque sus conclusiones… Poca «pasta», demasiados festivales futuros, cartel sin las bandas grandes «de siempre», festival solo «para fikis», exceso de aplazamientos y cambios en el cartel… No se, el caso es que si BR Music decide trasladar el festival solo a Brasil, yo os aseguro que seremos muchos los que nos acordemos de este evento y si no vuelve a celebrarse en tierras andaluzas será una enorme pena y todos echaremos de menos este festival.
Tiempo al tiempo, y vuelvo a decirlo…Aunque los organizadores confirmaron en un comunicado que publicamos que el festi se traslada a Brasil, OJALA encuentren apoyo de subvenciones, lugar, etc para que la saga andaluza de ATARFE VEGA ROCK continúe.
No voy a hablar de las bandas en esta breve introducción, para eso estás las siguientes crónicas con fotos de cada grupo.
Rafa Basa
Foto: Sergio Blanco y Rafa Basa
CONVULSION.A.T
Con un poquito de retraso, no mucho, tenían la siempre difícil tarea de abrir el día y también el festival los cordobeses CONVULSION A.T, quienes ante un público ya más o menos «considerable», teniendo en cuenta la finalmente paupérrima asistencia a la edición de este año descargaron un show correcto ante su gente donde, con un sonido que dejó mucho que desear, mostraron al menos sus buenas dosis de actitud y ganas sobre las tablas, lo que prima en conciertos de estas características por encima de todo si eres una banda poco conocida como es el caso, por lo que en cualquier caso se puede poner pega alguna a su corta actuación, que finalizó a su hora entre aplausos y una gran polvareda…
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Sergio Blanco
DESTRUCTION
Justo después llegaba a su hora el primer plato fuerte del festival, unos DESTRUCTION que ciertamente son una de esas bandas que aseguran el conciertazo a pesar de ser asiduos en nuestro país en los últimos años, por lo que, al igual que otras como por ejemplo SAXON o el propio UDO, siempre es un placer tenerles en el cartel de cualquier festival de metal. Pues bien, esta vez la cosa no fue del todo así, y puede decirse que aunque ví a un trío bastante en su línea con respecto a las últimas tres veces que había podido verles en España, e incluso con un set list matador e impresionante, lo que tenía que haber sido una masacre se convirtió en un despropósito de sonido que acabó pudiendo con los alemanes, a pesar como digo de que poco más pudieron hacer, y poco se les puede reprochar.
Tras su intro de siempre, que hacía presagiar lo peor, saltaban a escena Schmier, Mike y Marc con «Curse The Gods», lo que sorprendió bastante por haber pasado unos cuantos años desde que no abrieran con dicho trallazo, y lo cierto es que costó hasta reconocerlo, puesto que pocas veces he tenido la mala suerte de escuchar un sonido peor….Schmier inédito en todo el tema y las guitarras de Marc que diluidas en los ecos del Coliseo Ciudad de Atarfe hicieron de un clasicazo un desconcierto, y no fue hasta la mitad de «Nailed To The Cross» cuando se empezó a «oír» a Marcel, quien parecía hasta molesto (no era para menos).
A partir de ahí, más o menos durante la acojonante «Mad Butcher», DESTRUCTION se resignaron y procuraron dar lo mejor de sí mismos, y así lo hicieron, descargando uno tras otro clásicos imprescindibles sin descanso alguno, y aunque el sonido ya no mejoró, quedándose en regular tirando a malo, con un barullo impresionante, «Life Without Sense» y «Eternal Ban» fueron enderezando un poco la cosa, cuando para entonces ya habían aparecido los primeros pogos (con sus consecuentes e insufribles polvaredas). La rapidísima «Death Trap» siguió la carnicería, seguida de la siempre coreada «Thrash Till’ Death» y mi preferida, un «Total Desaster» que dedicaron en forma de perfecto vaticinio a MAYHEM, quienes efectivamente de madrugada protagonizarían un desastre total. Por último sonó «Bestia Invasión» y como colofón final «The Butcher Strikes Back», para rematar un concierto con un setlist buenísimo, unos DESTRUCTION en su línea, y un sonido que no nos dejó disfrutar del concierto como se merecía, lo que chafó un poco la fiesta…
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Sergio Blanco
Setlist DESTRUCTION:
- Intro
- Curse The Gods
- Nailed To The Cross
- Mad Butcher
- Eternal Ban
- Life Without Sense
- Death Trap
- Thrash Till Death
- Intro/ Total Desaster
- Bestial Invasion
- The Butcher Strikes Back
KATATONIA
Después cambiábamos radicalmente de tercio y llegaba el turno de una banda a la que personalmente tengo un aprecio especial, unos KATATONIA que renovaban completamente la «muchedumbre» de las primeras filas, que por cierto eran bastante más numerosas para mi asombro, y quienes empezaron a tocar ya con el atardecer cayendo sobre Atarfe.
Decir que si el sonido inicial de DESTRUCTION fue malo, el de KATATONIA fue peor todavía, y ciertamente intuyo que abrieron con «Consternation» (tras su preciosa intro de cuerda), puesto que no fue hasta la mitad de «Ghost Of The Sun» cuando pude escuchar por primera vez a un Jonas Renkse que si ya de por si canta suave, imaginaros cómo se le oiría si el sonido era tan horrible que se lo tragaba todo, así que por esos entonces comenzó un nuevo concierto, que tampoco fue el mejor de su carrera, desde luego, pero que estuvo entretenido cuanto menos ante un buen puñado de seguidores.
Como era de esperar, el setlist se centró mucho en la última parte de su carrera, especialmente en sus dos geniales últimos trabajos, «The Great Cold Distance» y «Viva Emptiness», donde además pudimos también escuchar algún retazo de su material más clásico, extremo y oscuro, caso del eterno «Teargas» y de la gran sorpresa de la noche, el «Without God» de aquella obra maestra del doom como el «Dance Of December Souls», que cerró el concierto, pues intuyo que no les dio tiempo a más ya que normalmente se despiden con «Murder» y para más inri les levantaron el telón mientras se despedían, detalle muy feo que además no fue la única vez que presencié.
Al final las carencias de sonido se notaron menos en cuanto pudimos oír a Jonas, aunque el conjunto sónico siguió muy descompensado y alborotado, algo así como un barullo pero lejano, pues lo cierto es que muy alto tampoco estaba, lo que impidió nuevamente un gran concierto que se quedó en correcto y solo para fans de un grupo al que pudimos ver en una fecha bastante exclusiva por cierto, ya que van a hacer muy poquitas ya, por lo que puede decirse que mereció la pena.
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Sergio Blanco
Setlist KATATONIA:
- Consternation
- Ghost Of The Sun
- My Twin
- Soil’s Song
- Teargas
- Deadhouse
- Had To (Leave)
- Follower
- In The White
- Criminals
- July
- Evidence
Without God
KOTIPELTO
Después de que los suecos KATATONIA tiñeran de negro el escenario del Coliseo Atarfe (con bastante buena respuesta aunque el sonido fue horrendo) «ahora» tocaba la propuesta un tanto más luminosa y power melódica del cantante Timo Kotipelto y su banda en solitario. Tras un cierto cambio de público, con menos gente que con los anteriores, y sin mejorar prácticamente nada el sonido (la cruz del festival sin duda, especialmente con la «cúpula» cerrada), ya teníamos ahí de fondo un gran y bonito telón de la portada de su ya tercer disco en solitario, «Serenity», y a la banda dispuesta a presentarnos tanto el citado disco como sus dos trabajos anteriores, sin casi mirar a STRATOVARIUS (más que al final con «Hunting high and low» para cerrar) como muchos de los que poblaban las primeras filas esperaban. Si en el primer disco en solitario tiraba más por lo aires egipcios y orientales, en «Coldness» el toque era más melódico y oscuro, y en «Serenity» quizás se acerca de nuevo a un power más cercano a STRATOVARIUS, pero con cierto deje más melódico y menos veloz… y en directo la propuesta que nos ofreció fue una interesante mezcla entre las tres, aunque centrándose mayormente en temas del segundo y tercero, mejores discos que el debút, las cosas como son.
Bastante bien la banda en general, destacando quizás a un Mirka Rantanen (de los también finlandeses THUNDERSTONE) que lo hizo de lujo a la batería, y con un Kotipelto lógicamente protagonista pero que, sin desafinar tanto como en otras ocasiones, no tuvo su mejor noche pese a mantener un nivel vocal constante (vamos, que empezó y terminó igual: sin lucirse pero tampoco siendo el cantante chillón y más irregular que hemos visto alguna otra vez con STRATOVARIUS). Comenzaron algo sorpresivamente con dos temas de los discos anteriores (muy guapa «Seeds of sorrow», por cierto) para seguir ya dando cancha a «Serenity» con un tema absolutamente power STRATOVARIUS como es «Once upon a time» (que abre el citado disco) seguida del single «Sleep well», más pegadizo, para de nuevo volver a «Coldness» con la propia oscura «Coldness in my mind» (que en el set la nombran como curiosamente como «Coldness of my ass», habrá que preguntarle en próximas entrevistas porqué) y un tema a medio tiempo que siempre me ha encantado como es «Take me away», que Timo cantó bastante mejor, ésta sí.
En este punto la gente estaba más animada pero es cierto que el sonido no se había mejorado en absoluto y a veces la bola de ruido hacía realmente difícil disfrutar del concierto (a menos que lo que quisieras fuera escuchar el bajo de Lauri Porra que era lo que se oía mayormente con «claridad»). Una pena que empañó sin duda el que a priori iba a ser un buen concierto…
Tras una mirada al primer disco con «Travel trough time», y ya con algo de mejor sonido en las guitarras, nos metimos en el final del show con dos de las mejores composiciones de la discografía del rubio vocalista, la propia y muy guapa y movida «Serenity», y la gran «Reasons», para mí el mejor tema que había en «Coldness», que gustó bastante. Ya para cerrar, y con un mínimo guiño guitarrero previo al maestro Rodrigo, Paco de Lucía y demás, era inevitable alguna mirada a STRATOVARIUS y no fue otra que con la popular «Hunting high and low», un tema que gustó mucho a los fans más jóvenes pero que nunca me parecerá ni de lejos de los mejores de los finlandeses. Ahora, animada y festiva para cerrar es un rato, así que supuso el punto y final para un concierto correcto pero que no destacaría como de los mejores del festival.
En definitiva, unos 45 minutos de KOTIPELTO en escena, que supusieron un punto intermedio entre la oscuridad y toque más melancólico de KATATONIA y el punto brutal y devastador de UNLEASHED que, todo se ha dicho, recibieron mucha más respuesta y reacciones positivas que el concierto de KOTIPELTO. Una pena porque Timo es un gran cantante y compositor pero, por h o por b, en solitario y en directo no termina de conseguir ese reconocimiento popular que se merece… quizás es el precio que hay que pagar por el éxito masivo que obtiene (y que quizás le lastra porque temas y calidad tiene de sobra) con su banda madre.
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
Fotos: Sergio Blanco
UNLEASHED
Tras la descarga de KOTIPELTO llegaba el turno de UNLEASHED y nuevamente cambio total de tercio, adentrándonos en las mejores tesituras death del viejo continente.
No voy a decir que lo de los suecos me pareció una sorpresa porque no lo creo así; honestamente tenía confianza ciega en ellos y sabía que iban a montar la que montaron, y así pasó. Su show fue aplastante, una puñetera máquina de matar en directo como ya demostraron la última vez que pasaron por Madrid tan solo tres meses atrás con MARDUK y VREID, y en la hora de que dispusieron dieron según mi opinión uno de los mejores conciertos del día si no el mejor. El sonido una vez más dejó bastante que desear, aunque lo cierto es que no fue ni mucho menos el peor del día, siendo muy pasable sobre todo por la actitud y mala leche que desprendieron UNLEASHED sobre las tablas, lo que hizo olvidar cualquier problema técnico por un rato.
Así, con la voz de Johnny un poco baja la cosa empezó con «Blood Of Lies», y la verdad es que el set fue casi calcado al de Diciembre, salvo porque se acordaron del «Execute Em’ All» de aquel «Across The Open Sea» del 93’ y poco más, un set efectivo, agresivo a más no poder y realmente con lo mejor de su trayectoria, donde sí que es cierto que me hubiera gustado escuchar algún tema nuevo de su ya inminente nuevo trabajo «Hammer Battalion». Aun así, los pogos más cruentos y los mayores vítores se los llevaron los temas más clásicos como «Into Glory Ride», «To Asgard We Fly» o el incombustible himno «Death Metal Victory», donde se lió una buena y Hedlund sacó cómo no su cuerno a pasear, espoleando al personal a gritos de ¡¡WARRIOORS!!
Al final «Before The Creation Of Time» nos devolvió a «Where No Life Dwells» y nos reventó la garganta y el cuello ya para todo el fin de semana, en el que fue un concierto abrasivo como pocos y que perfilaba de manera inmejorable el final del primer día, que como al final comentaré no pudo haber acabado peor…
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Sergio Blanco
Setlist UNLEASHED:
- Blood Of Lies
- Triumph Or Genocide
- Never Ending Hate
- Don’t Want To Be Born
- In Victory Or Defeat
- Winterland
- This Is Our World Now
- Into Glory Ride
- Execute Them All
- To Asgard We Fly
- Death Metal Victory
- Before The Creation Of Time
DANGER DANGER
Tras la actuación de UNLEASHED llegó el turno para la banda más deseada por los hardrockeros el viernes: DANGER DANGER. Al contrario que SLAUGHTER y RATT, esta no era la primera vez de los de Bruno Ravel y Steve West en España, por lo que más de uno pudo comparar la actuación de Atarfe con la anterior visita de D2 (ya con Ted Poley al frente) de hace un par de años.
La verdad es que DANGER DANGER han tenido noches mejores que la de Atarfe, principalmente por el nefasto sonido que acompañó a la banda. Desde la arena del Coliseo apenas se distinguía la guitarra, el bajo retumbaba ostensiblemente y la voz muchas veces se perdía dentro de una bola de sonido. Hasta tal punto, que en ocasiones costaba seguir algún fragmento de canción… Fue una lástima que los técnicos de D2 no supieran dar con la clave para mejorar las condiciones, como sí hicieron SAXON inmediatamente después. O en el peor de los casos, haber pasado un poco más de frío a costa de tener el techo del Coliseo abierto.
El mal sonido fue fundamental para que la actuación de DANGER DANGER no se disfrutara en condiciones. Aparte de eso, como os decía, los neoyorquinos han tenido noches mejores, no llegando a emocionar al público como sí lo hicieron en la gira de 2005. Faltó magia.
El show se inició con uno de los hits del grupo, «Monkey Business», y no sería el único de la noche, porque el set list estuvo compuesto de los temas más conocidos de los dos primeros discos de D2. Así pues, no faltaron la fiestera «Bang Bang», la pegadiza «Beat The Bullet» ni la emotiva «I Still Think About You», para cerrar con la canción que les lanzó a la fama, «Naughty, Naughty». En medio sonó un tema que para muchos fue sorpresa, «When She’s Good She’s Good», del tercer disco «Coackroach», grabado primero por Ted Poley y luego por Paul Laine, y retenido en los archivos hasta hace pocos años a causa de conflictos legales entre Poley, su por entonces ex-banda y la compañía discográfica.
Al grupo se le veía contento de volver a España. Tras la actuación estuvieron departiendo con los fans por la arena, y al día siguiente repitieron para ver a sus colegas SLAUGHTER. Ted Poley fue el frontman de costumbre y no dejó de moverse, animar, correr por el escenario y tirarse de rodillas al suelo, a veces descuidando un poco el aspecto vocal, pero poniéndole muchas ganas. Se le vio muy compenetrado en escena con el «nuevo» guitarrista Rob Marcello, no así tanto con los veteranos Ravel y West, con los que hubo bastante frialdad.
Sin duda el ánimo de Ted Poley fue lo mejor de la noche junto con el atractivo set list que ofreció D2. Musicalmente, volví a añorar la presencia de teclados como ya sucediera en la desaparecida sala Aqualung de Madrid, aparte de echar en falta coros en directo.
Y realmente la actuación no dio para mucho más. Fue una lástima que las condiciones de sonido ensombrecieran temas tan fántasticos y conocidos, con los que hubiéramos podido disfrutar en mucha mayor medida. Habrá que aguardar la próxima ocasión, que esperemos sea tras la edición del nuevo disco que prepara el grupo.
Mar Tomás
Fotos: Sergio Blanco
Set list de DANGER DANGER:
- Monkey Business
- Boys Will Be Boys
- Crazy Nites
- Under The Gun
- Bang Bang
- When She’s Good She’s Good
- Beat The Bullet
- I Still Think About You
- Don’t Blame It On Love
- Naughty Naughty
SAXON
Que SAXON nos visitan muy a menudo, es un hecho. Pero también lo es que sus conciertos no suelen defraudar. Una de las bandas más trabajadoras de todos los tiempos, dispuestos siempre a dejarse la piel en el escenario y a mostrar en qué consiste el Heavy Metal, les convertía en una excelente forma de cerrar el festival en su primer día (con permiso de MAYHEM). La promesa de ofrecer el show del águila de luces se cumplía también, y durante toda la tarde podíamos ver, tapada, la silueta de un pájaro en lo alto del escenario. A la postre sería un águila fija, sin moverse sobre las tablas, como sí lo hace y puede verse en celebrados DVD’s del grupo, pero igualmente impresionante.
Con un frio que ya comenzaba a dejar ateridos a los asistentes, pasadas las doce y media de la noche, los acodes de «Atila the Hun» daban comienzo el show. Valiente y sorprendente inicio, puesto que no es uno de los temas más directos de su último disco, pero que dejaba claro que Biff y sus chicos defienden su trabajo en cualquier concierto, más allá de complacencias centradas en mostrar sólo los viejos temas. Bifford, ataviado con su eterno guardapolvos y Paul Quinn, abrigado hasta las cejas con pelliza y gorro de lana, eran el perfecto contrapunto a la locura desatada del siempre simpático y brutal bajista, Nibbs Carter y a la eficiencia guitarrera de Doug Scarrat. Y al fondo, no podía ser de otra forma, bajo el águila que parecía crecer por momentos, Nigel Glocker, la ametralladora permanente que marca el ritmo desde hace tanto tiempo.
Tras la potente y heavy «Dogs of war», nuevamente recuerdo a uno de los temas más directos de su último trabajo: «Let me feel your power». Canción que ya había conseguido lo impensable, que pudiéramos entrar en calor e incluso perdonar el sonido que, pese a mejorar algo respecto a los grupos que habían tocado antes, seguía mostrando todo tipo de rebotes y ecos. Una pena, pues los épicos acordes de «Eagle has landed», con el águila cegándonos, habrían sido un momento para recordar toda la vida, de haber sonado un poco mejor.
«Solid ball of rock» puso a saltar al auditorio, cada vez más caliente, especialmente en las primeras filas, con un trabajo impecable de Paul Quinn que, pese a no tener la mejor imagen que pueda verse en una banda de Heavy Metal, demuestra una y otra vez que el sonido de su guitarra es clave en SAXON.
«Hell and back again» y «747 Strangers in the night» mostraron que SAXON viven un momento dulce. Sus temas clásicos son cantados por todo el mundo en cualquier concierto y sienten el cariño de la gente allá donde actúen. Atarfe no fue una excepción. A esas alturas de concierto hasta el sonido mediocre había quedado en un segundo lugar y el público se centraba en disfrutar la música, en gozar con una banda fantástica, sin condiciones. «Witchfinder general», el durísimo tema de «Lionheart» iba a dar paso a la euforia colectiva en la unión de tres de los temas más míticos de la historia del Heavy Metal: «Strong arm of the law», y su ritmo vacilón, «Conquistador», o la épica oscura, y «Heavy Metal thunder», la mejor declaración de intenciones posible.
Esta vez Biff no iba a hacer el conocido numerito de comerse el Set List, aunque tras la divertida (cómo me sigue recordando este tema a los mejores riffs de AC-DC) «I´ve got to rock (To stay alive)», y su retirada para los bises, iban a cerrar con los cuatro temas que no pueden faltar en un concierto de SAXON: «Princess of the night», que supondría el momento de mayor locura en saltos y bailes, y en la que se apreció una mejora considerable del sonido, «Denim and Leather», acompañada a voz en grito por el público completamente entregado, «Weels of steel», con las vaciladas de rigor entre Bifford y el personal y, finalmente, el cierre con uno de los temas que mejor funcionan en nuestro país, el mítico «Crusader».
Casi dos horas después del inicio, los viejos SAXON se retiraban, una vez más, como los grandes triunfadores de la noche. No cabe duda de que la competencia con otras bandas había sido dura, pero la magia de los británicos parece no tener fin. Y una vez más volvíamos a discutir, con la sonrisa boba en los labios, sobre si nos visitan en exceso. Y la respuesta generalizada era, que para hacer conciertos como éste y como siempre, que nos visiten todas las veces que quieran, siempre lo disfrutaremos.
Fernando Checa
Fotos: Sergio Blanco y Rafa Basa
MAYHEM
Y finalmente tras el abrumador concierto de UNLEASHED y el recital de los incombustibles e infalibles SAXON, llegaba el turno de una de las bandas que más ganas tenía un servidor de ver, por ser uno de los pilares básicos de un género como el black metal (aunque ahora hondeen la bandera del post – black metal) que además no había presenciado hasta ahora en directo, unos MAYHEM que no son demasiado aficionados a nuestro país a juzgar por las pocas visitas que nos hacen y que intuyo tardarán tiempo en volver, si es que vuelven.
Pues bien, la verdad es que no encuentro palabras para describir lo más fidedignamente posible lo que fue su intento de concierto, si bien creo que la palabra «bizarro» es la que mejor lo define. Para empezar, los noruegos se presentaron en escena bastante más tarde de su hora prevista, y cuando finalmente se dignaron a aparecer por escena, después de una larga prueba de batería que intuyo no era más que una tapadera para lo que se debía estar fraguando entre bambalinas, lo primero que salta a la vista es que no hay rastro alguno de Blasphemer, y en su lugar se encontraba suplantándole un ‘roadie’ de la prueba de sonido (el de la sudadera de MORBID ANGEL), debido a que según me comentan, el amigo llevaba desde las tres de la tarde ebrio y no contento debió de seguir bebiendo durante toda la tarde, llegando a la hora de MAYHEM en un estado que no me quiero ni imaginar (no es la primera vez que le veo borracho, que conste…). Lo de la profesionalidad y el compromiso con un público que ha pagado una entrada por verte a ti entre otros artistas creo que huelga decirlo.
Después, el concierto arrancó (y concluyó) con el peor sonido del día. No se oía absolutamente nada, aparte de que el ‘roadie’ iba por un lado, Necrobutcher por otro y Hellhammer tapando a ambos, se sucedían los temas sin que un servidor, fan y admirador de la banda (sobre todo de sus primeros trabajos) pudiera reconocer un solo tema. A todo esto, Attila salió esta vez con un disfraz de sacerdote, enfundado en una larga capa, con ‘corpsepaintings’, un anticristo que le cubría todo el torso, cuernos caprinos y una especie de botafumeiro que blandía como si hipnotizase a la gente mientras se paseaba como un espectro por el escenario (mientras el resto iba cada uno por su lado totalmente estáticos…). Por cierto, que para quienes os hiciera gracia el modelito de Attila Csihar decir que es muy habitual en el, y que podría haber sido más cachondo todavía, porque he visto fotos de conciertos en las que salía disfrazado de árbol de Navidad, arbusto espino, Dios griego, y hasta de Buggs Bunny…
Así pues, después del caos expuesto entenderéis que tras cuarto de hora uno comenzase a sentirse estafado, al ver que lo que sobre las tablas acontecía era una auténtica tomadura de pelo, hasta el punto de llegar a pensar incluso si estarían de coña, todos borrachos, o vete tú a saber qué…Sobre temas en concreto me resulta imposible hablar, puesto que de verdad todos me parecieron irreconocibles salvo «Freezing Moon», último tema que pudimos oír a medias, puesto que Necrobutcher en mitad se dio la vuelta, apagó su ampli y puso pies en polvorosa para rematar la faena, saliendo detrás de el Hellhamer para hacerle entrar en razón y después el pobre ‘roadie’, que no sabía ni por donde andaba, para quedarse finalmente Attila solo en escena despidiéndose (dijo que tenían que marcharse porque perdían su vuelo…de risa) entre insultos y vasos y litros volando.
Por cierto, lamentable la gente que a los diez minutos ya estaba a botellazo limpio con el grupo, pues por muy mal que lo haga quien sea son vergonzosas actitudes de este tipo, más propias de animales que de seres racionales. Tras todo este espectáculo dantesco, solo me quedó un irremisible sentimiento de cabreo y decepción característico de cuando se te cae un mito, que lamentablemente ensombreció un poco el Viernes a última hora, al ver que la formación más clásica que han tenido MAYHEM en los últimos años, lejos de revivir los «días de gloria», se venía abajo como un castillo de naipes.
Jorge del Amo Mazarío
Fotos: Sergio Blanco y Rafa Basa