Jueves 27 de Febrero de 2014 – La Riviera – Madrid
Una vez más, TRANSATLANTIC ofrecieron en la sala La Riviera uno de esos conciertos para recordar, que seguramente estará entre los más brillantes del año 2014 en Madrid. Con la presentación de su último trabajo Kaleidoscope como marco principal, la banda volvió a demostrar que la música en directo es para disfrutarla tanto en la pista como en el escenario, y por consiguiente no sólo derrochó calidad a raudales, sino que también supo crear un clímax donde tanto músicos como público se lo pasaron en grande.
Tras una larga intro que sirvió de recorrido por sus distintos álbumes, TRANSATLANTIC arrancaron con Into The Blue, tema que abre Kaleidoscope. Estos 25 minutos de canción fueron sólo el principio de una noche repleta de magia y virtuosismo, enriquecida además por un juego de luces maravilloso y por una pantalla gigante cuya proyección de imágenes y motivos geométricos adornó aún más el escenario de la Riviera.
El siguiente tema de Kaleidoscope sería Shine, pero antes la banda nos ofrecería un magnífico Brand New World de su primer trabajo SMPT. A esas alturas se preveía que el concierto iba a ser, una vez más, espectacular. Y es que todo es más fácil cuando se reúne una serie de músicos de una calidad suprema y que, además, conectan a la perfección y disfrutan tocando juntos. Si a esto le sumamos que a ambos lados del escenario cuentas con dos personajes tan carismáticos como Neal Morse y Mike Portnoy, la fórmula resulta infalible.
Estábamos a punto de entrar en una de las partes más destacadas del show, dedicada al anterior CD de TRANSATLANTIC. Personalmente debo reconocer que siento predilección por esa gran obra llamada The Whirlwind y, quizás por ello, rescataría de manera especial los minutos que comenzaron con la obertura del álbum y nos trasladaron en un incomparable viaje a través de cortes como Rose Colored Glasses, Evermore, Is It Really Happening y la extravaganza final representada (al igual que en el disco) por Dancing With Eternal Glory & Whirlwind (reprise).
Aún con el eco del reprise de The Whirlwind en los oídos, comentábamos los problemas que parecía tener Mike Portnoy en el pie izquierdo por las muestras de dolor e incomodidad que daba. Sin embargo, esto ni le impidió tocar como bien sabe, ni tampoco animar al público en su línea habitual, aunque fuera saltando a la pata coja. Una vez más, carisma en estado puro.
Sin embargo había poco tiempo para comentarios, ya que la sección de The Whirlwind daba paso a un instrumental protagonizado por Neal Morse, con guitarra acústica, y Roine Stolt. Un Roine Stolt, por cierto, que quizá estaba siendo el miembro menos enchufado de la noche y que no tuvo una actuación tan estratosférica como en la anterior gira, pero que aún así firmó un concierto de notable alto. En contraposición, destacaría la labor de Pete Trewavas, al que vi especialmente metido en el show y más sonriente y lleno de energía que nunca.
Poco tardó el resto de la banda en reunirse con Neal y Roine para enlazar con la magnífica We All Need Some Light, que una vez más nos puso los pelos de punta con un Neal Morse cargado de emoción, sentimiento y elegancia a la voz. Hasta Mike Portnoy sacó su mechero para acompañar el momento. Si alguien tiene feeling sobre un escenario y trasmite lo que canta con una fuerza incomparable, ese es el señor Neal Morse, el cual siempre consigue dejarnos con la boca abierta.
A Neal le relevó momentáneamente Ted Leonard (SPOCK’S BEARD) como voz solista, ocupando la línea frontal del escenario y dejándose ver en una posición protagonista por primera vez a lo largo del show. Ted Leonard había cumplido hasta entonces de manera impecable a la guitarra, teclado y coros, pero de forma bastante retraída y en un segundísimo plano. Por consiguiente, este fue el momento en el que pudimos apreciar mejor su gran voz, que encajó de forma magistral. Recordemos, por cierto, que Ted Leonard fue un fichaje de última hora para esta gira por la enfermedad de Daniel Gildenlöw (PAIN OF SALVATION); enfermedad que también le ha obligado a suspender la próxima gira como artista invitado de FLOWER KINGS.
Black As The Sky fue el siguiente corte de Kaleidoscope en sonar (disco que crece en directo, por cierto, como no podía ser de otra manera), cerrando a continuación con la homónima Kaleidoscope. Hasta entonces habían transcurrido dos horas de concierto, las cuales se habían pasado en un suspiro.
La sala (a un tercio de aforo más o menos) esperaba el regreso de la banda para los bises, el cual se produjo tras una cortísima espera.
TRANSATLANTIC prosiguieron con parte de All Of The Above (Full Moon Rising y October Winds) y pusieron el broche con la parte final de Stranger In Your Soul del álbum Bridge Across Forever. Dos horas y media de disfrute absoluto. Y si hubieran sido tres horas, mejor que mejor, seguro que nadie se hubiera quejado. Bueno, quizá alguien sí: el pie de Portnoy.
Set-list:
- Into The Blue
- My New World
- Shine
- The Whirlwind Overture
- Rose Colored Glasses
- Evermore
- Is It Really Happening
- Dancing With Eternal Glory / Whirlwind Reprise
- Instrumental de guitarra
- We All Need Some Light
- Black As The Sky
- Kaleidoscope
Bises:
- All Of The Above
- Stranger In Your Soul
Texto y fotos: Mar Tomás
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