VIERNES 22 de junio – Fería de Muestras – Zaragoza
BRUJERIA
Como ya dijimos en el resumen publicado, no pudimos ver integramente a los mexicanos, quienes como todos sabemos se añadieron a última hora al cartel. Sólo nos dio tiempo a hacer algunas fotos al final de su show, que veis junto a estas líneas.
La banda de Juan Brujo incluyendo al bueno de Shane Embury de NAPALM DEATH a la guitarra, ofrecieron un show muy cañero de escasamente 40 minutos, que finalizaron con el clásico «Matando Güeros».
Nos hubiera encantado ver algo más de su actuación, pero nos fue imposible ya que tuvimos que preparar lo mejor posible el arranque de nuestra carpa/discoteca y no tuvimos otra opción.
Rafa Basa
Fotos: Diego L. Pérez
BLACK LABEL SOCIETY
Tras la actuación de los mexicanos BRUJERIA, y ya con más público, aparecían en escena las huestes de Zakk Wylde a eso de las 18:00. De todas formas, el problema con las pulseras y las larguísimas colas en el exterior distaban todavía de solucionarse y mucha, muchísima gente que quería ver a Zakk Wylde y se banda se tuvieron que dar con un canto en los dientes pues hasta ya bien entrada la actuación no hubo una normalidad en la afluencia de entrada de la gente al recinto. Una pena que hay que comentar pues no fueron ni uno ni dos precisamente los que se perdieron el esperadísimo concierto de BLS por culpa de una mala planificación a la hora de canjear las entradas por las correspondientes pulseras.
Pero bueno, problemas aparte, el concierto duró unos 45 minutos (y eso que comenzó unos diez minutos antes de lo esperado) en los que Zakk demostró porqué está considerado como uno de los mejores guitarristas de los últimos años, además de una de las personalidades más potentes, arrolladoras y carismáticas encima de un escenario que se pueden ver en la actualidad. Obviamente él llevó el peso y el protagonismo de una actuación en la que el sonido todavía no estaba ni mucho menos bien ecualizado, sonando excesivamente grave y sucio (por mucho que sean unas de las señas de identidad más rotundas de los propios BLACK LABEL SOCIETY) y que empañó una correcta actuación de los americanos.
Me gustó ver una banda muy macarra sobre el escenario, destacando (además del propio Zakk, obviamente) a un buen batería como es Craig Nunenmacher, que aportó muchísima fuerza a la actuación de BLS. Un enorme telón negro con el logo y la calavera característica de la banda presidía el escenario, y estéticamente es imposible no destacar el carrusel de guitarras que va sacando Zakk canción tras canción, a cual más impresionante, desde la inicial de flecha y decorada con círculos color hueso y negro en espiral, la Les Paul naranja con dibujos negros o la preciosa de lunares homenaje a su admirado Randy Rhoads, con la que terminó.
Con mucha fuerza como digo, rabia, actitud suprema, sin parar de beber cerveza y mover los pelos, siendo 100% Zakk Wylde, fue navegando por la mayoría de sus discos «en solitario» con temas como «New religion», «Suffering overdue», la brutal «Bleed for me» o uno de sus temas más conocidos como es «Stillborn» (en la que colaboraba el propio Ozzy en la versión original del tema de «The blessed hellride». Eso sí, al igual que me pareció la vez que tuve ocasión de verles en Madrid hace un par de años, sigo pensando que no es una propuesta fácil ni comercial en absoluto, con lo que es inevitable que los que no sean fans al 100% de BLS, se acabaran aburriendo una vez pasada la impresión visual inicial de ver a un «troglodita» y monstruo en todos los sentidos como es el rubio Zakk encima de un escenario. Además, en este caso no hubo tiempo para parte acústica como sí hicieron en la pasada gira, con lo que no tuvimos ocasión de disfrutar de temazos más suaves de su discografía como la preciosa «In this river», y el repertorio se centró en la faceta más roquera, sucia y macarra de la banda, no dando concesión a melodías o propuestas más accesibles y comiéndose el escenario a base de un sonido muy potente, pesado y quizás demasiado actual para enganchar a los «no fans» de la banda.
Es lo que había y lo que hubo: Zakk Wylde en estado puro, sonido no demasiado bueno, y buen concierto para sus seguidores, y un show bastante más pesado y aburrido para los que no son precisamente acérrimos de BLACK LABEL SOCIETY (por muy fans de OZZY o SABBATH que se pueda ser).
Texto: David Esquitino
Fotos: Rafa Basa y Diego L. Pérez
MÄGO DE OZ
Es obvio que había mucha diversidad de opiniones con respecto a la presencia de MÄGO en el festival zaragozano pero yo sigo defendiendo que era un festival grande, abierto y variado y había sitio para la tralla de SLAYER o COB, al igual que para las propuestas de grupos como KAMELOT o los propios MÄGO. Al final, es cierto que no fue uno de los conciertos más numerosos del festival pero sí que hubo un gran número de fans de MÄGO coreando y bailando al son de los temas más accesibles de los madrileños y afortunadamente no hubo ningún tipo de polémica, problema o lanzamiento de objetos o algo así como quizás alguno se podía temer.
Ahora, por problemas técnicos, comenzaron su actuación casi 30 minutos más tarde de lo previsto, con lo que el set de una hora que tenían previsto se quedó en unos 35/40 minutos, que supieron a muy poco pues, una vez que el concierto iba cogiendo ritmo y la gente comenzaba a calentarse, tuvieron que cerrar y fue una pena porque lo estaban haciendo realmente bien.
Se presentaron al completo (con Jorge Salán, que no está haciendo todas las actuaciones últimas de su banda por sus conciertos en solitario, además de Patricia de NEXX a los coros), pero sin nada de escenografía ni sus ropajes habituales de escena, además de con un set list más sencillo, añejo y, a mi modo de ver, más acertado e incluso entrañable, basado en temas más roqueros y clásicos de su discografía, que lo que nos tenían acostumbrados en sus dos o tres últimas macro giras.
Eso sí, los dos primeros temas sonaron horripilantemente mal, lo que no entendí después del retraso, pero bueno, digamos que fue mala suerte y deslucieron un comienzo roquero y distinto con temas como «T’esnucaré contra el bidé», «El hijo del blues» o «La santa compaña». Eso sí, eché mucho en falta los geniales temas de «Jesús de Chamberí» o «La leyenda de la Mancha» (aunque sí tocaron «Maritormes» que no me esperaba y me encantó volver a oírla en directo) que esperaba en este set list pero, supongo que por problemas de tiempo y recortes obligados, nos tuvimos que conformar con «Astaroth», «El que quiera entender que entienda» (cantando a medias por José y el propio Txus, mientras «El Niño» se hacía cargo de la batería), además de la coreadísima y «bailona» «Molinos de viento» para cerrar un buen concierto pero cortísimo de unos MÄGO DE OZ que tenían que haber salido mucho antes y demostrar a muchos detractores que todavía tienen bastante que decir dentro del rock duro y heavy metal.
Finalmente no dieron la razón ni a unos ni a otros pues en menos de 40 minutos es muy difícil sacar conclusiones. Simplemente lo hicieron bastante bien, José cantó mucho mejor de lo que le había visto últimamente, Frank y Carlitos (ahora con el pelo corto) tomaron ese protagonismo roquero y macarrilla de los primeros años de la banda (y es que los temas de «Finisterra» en adelante requieren de ese punto extra de calidad y nivel que aporta Jorge Salán), Txus no se excedió tomando ese protagonismo público que tanto le gusta, y creo que el resumen de la experiencia de MÄGO en el Monsters de este año (aparte de los problemas de sonido iniciales y el recorte de tiempo que, posiblemente, fuera «culpa» suya) fue positiva.
Texto: David Esquitino
Fotos: Rafa Basa y Estrella
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
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