Por fin tenemos aquí la continuación a ese fantástico regreso al rock que supuso para todos “Guerrero en el desierto”, el que fue el debut de Sherpa en solitario el año pasado… Antes de analizar los temas nuevos en sí, hay que decir que el trabajo es doble, presentándonos por un lado 7 temas nuevos, más una revisión en estudio del clásico “Campo de concentración” (recordemos que sólo existía grabada la versión contenida en el mítico “Barón al rojo vivo”), y por otro un CD en directo grabado en Madrid en Diciembre en la sala Copérnico (y que posiblemente tenga en breve también su versión en DVD).
El disco se presenta de manera exquisita, en doble digipack y con una portada (e ilustraciones interiores) realizada por José Luis Campuzano (sí, el propio “Sherpa” para los amigos y colegas roqueros, jeje). Como curiosidad hay que decir que el dibujo data de los tiempos en los que Sherpa ya dibujó la de “Obstinato”, y que tiene que ver con aquella en el sentido de que pasa el tiempo, se agrede a la guitarra eléctrica pero ésta siempre permanece en pie e inalterable al paso de los calendarios y de la propia muerte… Me gusta el concepto de la portada (como ya me gustó entonces el de “Obstinato”) y por eso lo destaco. Además, siguiendo con esto, el disco nuevo como tal es el que se llama “El rock me mata” pero su “alter ego” en directo se llama “Sherpa vivo”, “contradicción” que nos demuestra que esto “sigue p’alante” cuanto menos hasta que el cuerpo aguante.
Del directo en sí no hay mucho que decir, aparte de que contiene tanto canciones de BARÓN como del primer disco de Sherpa y que no es todo el concierto completo que vimos aquella noche (por aquello de la duración de los cd’s que son 74 minutos) pero casi (de hecho, con respecto al set de aquel concierto falta, así a grandes rasgos y haciendo memoria, el propio “Campo de concentración”, “Ajedrez mortal”, que fue la última, y creo que “Mi everest” y poco más). Está editado prácticamente como salió por mesa, por lo que no hay retoques de estudio y como tal suena mucho más vivo, crudo y directo (y se agradece, pese a que, por ejemplo, la voz de Sherpa tardara dos o tres temas en calentarse y así se muestra en el CD -porque sobre todo “Son como hormigas” le costó horrores sacarla adelante tan pronto-). De todas formas, siempre es un placer volver a oír temas tan especiales con la voz de Sherpa (me sigo emocionando escuchando “El malo”, “Resistiré” o “Siempre estáis allí” con su voz original, ¿qué le voy a hacer?), además de la propia versión en directo de grandes temas nuevos como “Cómico cósmico” o “Flor de invernadero”… ¡Ah!, y musicalmente lo clavaron, ¡puff, qué pedazo de banda en directo y qué bien reflejado está esto en el directo!
Hablando ya de las canciones nuevas, lo primero que sorprende es que el concepto e interpretación de los temas es más heavy y crudo que lo que aparecía en “Guerrero en el desierto”, dónde primaba esa melodía, elegancia y comercialidad bien entendida de la que siempre hizo gala Sherpa (y Carolina Cortés), y fue santo y seña, en BARÓN. Además, en este caso Sherpa se ha tirado de cabeza al precipicio y ha compuesto los temas y letras por primera vez sin la ayuda de Carolina y se nota, con resultado positivo por un lado, pero es inevitable echar de menos la poesía y magia componiendo de “la baronesa” de vez en cuando. También hay un punto más actual por momentos aunque es obvio que prima el heavy/rock clásico de siempre, el “toque baronil” (aunque mucho menos presente y más matizado que en el anterior trabajo, eso seguro) y la clase y elegancia del gran compositor, bajista y cantante que siempre fue Sherpa.
Hablando de las letras, en este caso “El rock me mata” ya no es un trabajo tan autobiográfico y poético sino que es más crudo y directo, más “protestón” pero esto no quita que el nivel lírico sea muy alto y haya letras más que interesantes en el disco (aunque aquí me ha gustado menos que el anterior, eso es cierto).
De todos modos y volviendo ya al concepto global, quizás es un disco que no entra tan bien a la primera, cuesta cogerle el punto, pero poco a poco te das cuenta que te va enganchando y atrapando y creo que es uno de los puntos fuertes y logros del álbum sin duda. Además, son 8 temas con lo que no hay momento para el aburrimiento y/o relleno, cada tema tiene su magia y su personalidad propia y después va en gustos el preferir más o menos caña, según el tema, para elegir favoritos.
El disco comienza con un tema algo distinto, “Ángeles de la ira”, con una letra muy interesante pero un punto más actual, pesado y bruto que no me termina de entrar. Después vienen dos temas que quizás son los que más me recuerdan a BARÓN ROJO: “El fuerte eres tú”, que es un temazo de puro heavy metal, con guitarras macarras y crudas que me encanta (de hecho, quedaría niquelado en un disco como “Tierra de nadie” y sobre todo “Obstinato”); y “Ser libre”, algo más actual en guitarras pero que rápidamente entra la melodía tan habitual en Sherpa y ese punto pegadizo que siempre sabe imprimir a sus temas (además, éste tiene muchísimo potencial en directo porque tiene un estribillo muy directo y “pegón”, además de un ritmo perfecto para “macarrear” y corear en los conciertos). “Yo por tí” recupera ese punto más poético, melódico y comercial que había en muchos temas de “Guerrero en el desierto” y se convierte sin duda en uno de los más destacados del disco pese a ser prácticamente un medio tiempo y tener una letra más sencilla y “bonita”.
Seguimos con el análisis de los temas a modo de “cara B” (lo siento pero es que con este tipo de discos me sigue saliendo la vena de vieja escuela), y el siguiente es “Ajedrez mortal”, que ya la conocíamos y gustó muchísimo desde un principio: un rotundo cañonazo de heavy metal, con una letra “protestona” en el mejor sentido y ese aura de “clásico atemporal” que es tan difícil que un nuevo tema lo muestre. La revisión de “Campo de concentración” me ha convencido menos (aunque teniendo en cuenta que está entre mis 3 temas favoritos de BARÓN, era difícil que lo hiciera, lo reconozco), en este caso es 100% roquera, algo más lenta, con el bajo en primer plano y unos teclados “a lo Purple” (metidos por el gran Miguel Angel Collado, ex ÑU y SANTA entre otros) que le dan un toque setentero y diferente del original que no me termina de entrar pese a todo. Eso sí, nos demuestra una vez más que BARÓN fueron visionarios una y mil veces con sus letras, y que la voz de SHERPA sigue manteniendo ese punto especial de antaño (aunque está cantada con una entonación algo extraña con respecto al original). “A los rebeldes de corazón” es más “calimochera” (terminó que usó el propio Sherpa para definirla) y divertida, un corte de rock urbano pero con encanto, de esos temas para cantar cogido del hombro de los colegas chocando las jarras de cerveza en un bar ya tardecillo… eso sí, una vez más, el punto facilón y “bodeguero” de este tipo de temas aparece matizado por una letra más que interesante, y el toque de elegancia de SHERPA para diferenciar precisamente entre un tema “calimochero” sin más y una canción agradable e interesante. El disco “normal” se cierra con una preciosa balada llamada “Sillas de metal”, en esa onda tan especial de canciones como “Siempre estáis allí” o “Hijos de Caín” pero con un punto “juglaresco” y casi medieval en las acústicas que lo convierte en una canción realmente especial. Imaginaros a Sherpa haciendo de Molina en “La taberna encantada” (o viceversa, jeje) y tenéis una joya de preciosa letra e inspiración que cierra de manera suprema un gran disco.
Para terminar la crítica, no quiero que se me olvide destacar la labor de los geniales músicos que acompañan a Sherpa, desde la sobriedad y elegancia roquera de Hermes a la batería, hasta la rabia, fuerza y mucha clase de Raúl Rodrigo y Luis Cruz a las guitarras, junto con un sonido de bajo muy roquero, potente y con mucha presencia del propio Sherpa que, quizás algo infravalorado como tal, sigue siendo un excelente bajista (además de mantener sin duda las cualidades innatas que siempre le hicieron destacar como cantante y compositor).
Pues nada, esto es lo que para mí da de sí el nuevo trabajo de SHERPA. Supongo que es tontería compararlo con el primero porque son diferentes… pero, de todos modos, quizás de la mezcla de ambos surgiría lo mejor que espero que esté ya en el tercero: la melodía del primero, además de esa última vuelta de tuerca en alguna letra, que quizás es lo único que podemos echar por momentos en falta en éste; junto a la fuerza y el punto más heavy que sí tiene ahora y que se echaba más en falta en el primero (con más temas lentos)… Y ya que estamos, como fan irredento y a muerte del BARÓN más clásico, me permito a mí mismo cerrar la crítica con la misma reflexión que hacía para el último disco de los actuales BARÓN ROJO: 3 o 4 temas de “Guerrero en el desierto”, 3 o 4 de “El rock me mata” y 2 o 3 de “Ultimasmentes”, ¿qué tendríamos?… En fin, soñar sigue siendo gratis y es que yo sigo sin aceptar y acostumbrarme a que los ojos de mis héroes me miren sólo desde la pared.
David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)
Track list:
CD 1: EL ROCK ME MATA.
1 – Ángeles de la Ira
2 – El fuerte eres Tu
3 – Ser Libre
4 – Yo por ti
5 – Ajedrez Mortal
6 – Campo de Concentración (nueva versión en estudio)
7 – A los Rebeldes de Corazón
8 – Silla de Metal
CD 2: SHERPA VIVO (Grabado en directo en la sala Copérnico de Madrid el 16 de Diciembre de 2006)
1 Guerrero en el desierto
2 Son como Hormigas
3 El malo
4 Flor de Invernadero
5 Cómico Cósmico
6 El Barón vuela sobre Inglaterra
7 Concierto para ellos
8 Al centro del corazón
9 Siempre estás allí
10 Se escapa el tiempo
11 Casi me mato
12 Los Rockeros van al infierno
13 Nací pobre (El pobre)
14 Resistiré