Jueves 16 Mayo de 2013 –
Sala Arena – Madrid
La apuesta era clara esa noche de Mayo. Rock. Hard o Duro. Blues. Sabor a whisky. Y ambiente de ciénaga. Los reyes del Blues Rock, GRAVEYARD, nos visitaban por primera vez en su historia. La gente tenía ganas parece ser, Bilbao agotó todos los tickets, Barcelona estuvo cerca y Madrid tampoco estuvo nada mal (cuando mi amigo se compró su entrada por internet le anunciaba que solo quedaban 5 entradas más). Todos ellos después de cambiar la localización inicial. A eso hay que añadirle que los suecos venían directos al mentón, sin teloneros y sin precalentamientos posibles. ¿Qué más se puede pedir? Pues, honestamente, todo lo que pudieseis pedir, el cuarteto pseudo hippy nos lo regaló con creces.
La sala presentaba una larga cola de fans esperando su momento para poder entrar. Cuando quise preguntar por los horarios al recoger la acreditación, un organizador (deduzco que lo era porque todos le buscaban) me dijo que la banda empezaría como pronto a las 21.15, posiblemente a las 21.30, explicando "es que queremos respetar el horario que se dijo inicialmente, a las 21.00, no vaya a ser que la gente no se haya dado cuenta de que se cambió". Yo personalmente, me pregunto entonces para que se cambió a las 20.00, si luego, iban a hacer lo de siempre. Sin embargo, no era el día para cabrearse con las típicas jugadas españolas y su puntualidad. Era la noche de disfrutar de Joakim Nilsson y su gigantesca guitarra semi acústica, de Rikard Edlund y su meneo de melena constante, de Axel Sjörberg y su mini, pero letal, kit de batería y de Jonatan Ramm y su delicadeza a las 6 cuerdas. Era la noche de disfrutar de GRAVEYARD, ¡y vaya si lo hicimos!
Cae la oscuridad y los focos tenues empiezan a iluminarse mientras suena esa sirena catastrofista de "An Industry Of Murder" que no pudo ser plenamente disfrutada ya que el bajo estuvo saturadísimo y la sirena se alargó más de lo normal, adquiriendo un protagonismo que no le correspondía. Para "Hising Blues" los problemas de bajo fueron atenuándose, pero, hasta "Seven Seven" no estuvo todo el sonido rindiendo al 100%. Con tan solo eso 3 temas ya vimos el palo que lleva el señor Axel Sjörberg. Criminal el maltrato que hace este caballero a sus aéreos. Juro por la gloria de METALLICA que no he visto semejante velocidad en el golpeo de aéreos alternados con su caja. Realmente sin palabras. Al cabo de 2 temas el amigo ya estaba sudando la gota gorda y aún seguía siendo capaz de machacar, destrozar y aplastar su kit como si de un reo sanguinario se tratase. Creo que fue en "As the Years Pass by, the Hours Bend" donde dio todo un recital del manejo del tempo y la fluidez de un tema que lo mismo ahoga que respira. Lo cual sigue demostrando mi teoría de que a un kit más grande no implica una mayor calidad, velocidad o ferocidad del baterista.
Obviamente, a ese ritmo Sjörberg no iba a sobrevivir, así que, bajaron revoluciones con "Slow Motion Countdown". Así siguió la tónica casi todo el concierto, tras un par de temas raudos y feroces, intercalaban alguno un poco más paisajístico. Con "Ain’t Fit Live Here" subimos las energías y regresábamos a su disco más aclamado, "Hisingen Blues", ese que les abrió el paseo a la fama. Pudimos escuchar eso grititos más sureños de Nilsson, que, interactuaba frecuentemente con el público tras alguna que otra canción.
A estas alturas el público está más que calentito y disfrutando cual niño con zapatos nuevos. Y así lo demostraron con ese coro apoteósico de ese "Ain’t Fit Live Here". Veneración absoluta total del respetable hacia la banda. Que, al terminar la noche, creo que se fue bastante contenta con la entrega de sus fans españoles.
El blues estuvo bañando todos los rincones de la sala y la gente se dejó llevar por la marea sueca de principio a fin, pero la parte media del show con Buying Truth (Tack & Förlåt), Uncomfortably Numb, As the Years Pass by, the Hours Bend y Granny & Davis fue recibida con momentos de incertidumbre y entrega.
Me llamó poderosamente la atención el juego de luces, algo muy de GRAVEYARD, algo muy sencillo, todas las luces siempre de un solo color. O rojas. O verdes. O amarillas. Y sobre todo, siempre desde la parte trasera de la sala hacia ellos. Muy pocas apuntando hacia el público o el escenario desde la parte superior del escenario. Ciertamente, es una luz que favorece mucho a la banda y a la ambientación que quiere dar. Un toque muy guateque, un toque muy clásico, un toque muy casero de alfombras y lámparas.
Con "Hard Times Lovin’" y esa voz Dire Straits total, nos dejaron tomar un respiro para afrontar la recta final del show. Donde "Thin Line" y "Goliath" serían los principales protagonistas. La última acogida como el hijo pródigo que regresa cuando parece que empiezan a desaparecer las esperanzas de que sonase. Los ases guardados bajo la manda en forma de bis fueron The Siren, Endless Night y Evil Ways. La primera fue la delicia de propios y extraños, y para un servidor, ya todo había merecido la pena. Con "Endless Night" la sala reaccionó positivamente pero con "Evil Ways" el júbilo estalló cual explosión añeja.
No quiero tampoco dejar de mencionar al bajista Edlund, cuyo movimiento rítmico de cabeza no tenía nada que ver con la velocidad de sus dedos. Era curioso observar como su mano derecha escalaba y descendía casi hasta el mástil para golpear cada cuerda en diferentes puntos. Ya de lo que hacía la otra mano en el mástil, mejor ni hablar. De escándalo.
En definitiva, uno de los conciertos más esperados del año, en el que GRAVEYARD no defraudó en absoluto y que esperamos y deseamos que empiecen a convertirse en una visita obligada con cada nuevo lanzamiento.
Set list:
- An Industry of Murder
- Hisingen Blues
- Seven Seven
- Slow Motion Countdown
- Ain’t Fit to Live Here
- Buying Truth (Tack & Förlåt)
- Uncomfortably Numb
- As the Years Pass by, the Hours Bend
- Granny & Davis
- Hard Times Lovin’
- Thin Line
- Goliath
Encore: - The Siren
- Endless Night
- Evil Ways
Texto: Jorge Cárcamo Yagüe
Fotos: Jorge del Amo Mazarío
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
1 hora y 10 minutos de concierto. Sin teloneros. 20€ en anticipada, se ve q Graveyard no saben que el dinero no sobra en España. Aunque fue un buen concierto, fue corto. Se podían haber estirado hasta los 90 minutos joder, que tienen tres discos ya.
Three seasons, hará como un mes, con su rock 70ro más tirando a Purple, se cascaron por 12€ casi dos horas de bolo. Dos discos tienen editados. Eso sí, como no los vende nuclear blast, pues vamos 60 a verlos. Y mira que me gustan Graveyard, pero pronto empiezan a hacer mini bolos -_-