Aquí nos encontramos de nuevo ante un nuevo lanzamiento de la Napalm y de los austriacos LACRIMAS PROFUNDERE y, como era de esperar, no hay novedad en el frente. Napalm parece que sufre de un cierto problema de irregularidad a la hora de sacar grupos. En sus filas aparecen grupos realmente buenos o con un gran potencial como AHAB, KAMPFAR, VINTERSORG, SUMMONING o FALKENBACH pero, por otro lado, se vuelca poderosamente en grupos como LEAVES’ EYES, VISION OF ATLANTIS, ELIS, MIDNATTSOL o, los que nos ocupan, LACRIMAS PROFUNDERE, que, tengan o no calidad, su propuesta es el enésimo refrito que nos quieren vender como la quintaesencia del metal. Y no es que sean malos, no, es que, personalmente, no me parece que en ese género tengan mucho ya que ofrecer.
Dicho esto, entremos en materia. El disco que tenemos en las manos es el séptimo lanzamiento de los austriacos que, tras un pasado doomster, han enfocado su música hacia el gothic metal acercándose en este disco al sonido finés rollo HIM, THE 69 EYES y cosas del estilo. Calidad no les falta, apoyo tampoco por parte de la discográfica, pues, como detalles, el disco ha sido producido por John Fryer (HIM , NINE INCH NAILS, PARADISE LOST, CRADLE OF FILTH, DEPECHE MODE) y grabado archifamosos Finnvox de Helsinki. No se si será la deriva continental de ciertos estilos que lleva a generar una masa en forma de corriente que empape a todo un genero de una abulia generalizada o que hay un verdadero problema de falta de creatividad en el grupo. Lo único que sé es que los austriacos se han empapado de los clichés de un género en decadencia y los han explotado bien.
Supongo que gustará a los seguidores de este estilo pero, lo que es personalmente para mí y para los que no oyen gothic de manera masiva, es un disco monótono, aburrido y para nada sorprendente… es más, no creo que mi vida hubiese cambiado lo más mínimo si este disco no hubiese existido. Creo que para sobresalir en este, cada día más saturado género (no hay nada más que echar un vistazo a Finlandia y a la estela que han dejado tras el paso de las hordas góticas, que no se acercan físicamente a Gengis Khan pero si arrasan, tanto para lo mejor como para lo peor, a su paso), hay que crear algo que pueda sorprender a propios y extraños, como ya hicieron en su día KATATONIA con el esa genial obra maestra que es el «Viva Emptiness» o KLIMT 1918 con su «Dopoguerra».
El disco (parezco un abuelo cebolleta que se lía en discursos, escribir cartas a un congresista o recordar mejores momentos) técnicamente es bueno, se nota que son gente que tienen un bagaje de años y años en la música… vamos, que saben tocar bien. La producción es buena y el sonido va con lo que han querido sacar, pero, la obcecación con los clichés y el dar a un público lo que quieren para engullirlo en dos días y enterrarlo después les pierden. Y es que si leemos una entrevista, aunque el buen rollo y la diversión planean sobre ellos, observamos que la autocomplacencia musical mata su trabajo. Desarrollemos esto mejor.
El disco tiene trece canciones de las cuales resultan pasables tres o cuatro y una que merezca ser destacable. El resto, no pasan de estar en un tercer plano que no transmiten nada pues no parecen tampoco pasar de ser un divertimento de un rato. El tandem de «My Velvet Little Darkness» y «Again It’s Over» resulta algo prometedor pues inicia el disco con cierta esperanza de encontrarnos algo interesante, hay guitarras potentes, ciertos cambios de ritmo que nos plantean un buen futuro, dobles bombos, pero, poco a poco, nos sumimos, sin nosotros quererlo, en un mundo de monotonía y tedio que nos lleva a desconectar.
Los otros dos momentos donde el podemos encontrar algo que nos anime algo son la tipiquísima «Sweet Caroline» en la que destaca su potencia y sus buenos coros, las guitarras llaman algo más la atención, pues rompe un poco con la temática monocorde del disco, y «My mescaline», la canción más larga del disco y, a la postre, la más interesante ya que desarrolla un medio tiempo desesperado y melancólico alternando partes enérgicas con otras delicadas y, aunque la estructura no es la quintaesencia de la música, sus melodías desesperadas si acaban en un buen resultado.
Por lo demás, considero que en el apartado instrumental resulta en ciertos momentos realmente vergonzoso el uso del teclado estridente de sonidos sintéticos que chirrían en mis oídos, así como las canciones, por decirlo así, más ñoñas, útiles quizás para camelarte a una gotiquilla con el lloriqueo continuo de que tu cachorrito fue pillado por un coche el día de tu cumpleaños, pero que producen vergüenza ajena más que nada. Fuera de este apartado musical, los títulos de las canciones son bastante típicas: chicas, amor no correspondido, drogas… pero con un aire de bohemia y de esa perversión gótica, a veces tan de moda entre la muchachada, demasiado estética. Eso si, por lo menos han cuidado el ofrecernos una edición digi con un tema extra
Simplemente estamos ante un disco cómodo, demasiado cómodo, que, como dije arriba, a los seguidores de este estilo va a gustar mientras que al resto nos dejara, como mínimo, indiferente. Espero que el próximo disco se lo curren más y saquen algo que resulte menos insulso pues todos saldremos ganando, tanto ellos como artistas y nosotros como seguidores.
David Lázaro Gutiérrez
Track List:
- My Velvet Little Darkness
- Again It’s Over
- Not To Stay
- No Dear Hearts
- Short Glance
- Filthy Notes
- Sweet Caroline
- An Irresistible Fault
- To Love Her On Knees
- Sad Theme For A Marriage
- Should
- My Mescaline
- Shiver (bonus track)