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Sábado 5 de Noviembre de 2005 – Sala Riviera – Madrid
Más de 25 años editando obras llenas de magia y girando por todo el mundo, rodeado de la creme de los mejores músicos de rock, creo que son suficientes argumentos para llenar año tras año las salas de aforo medio de todo el mundo, cosa que ningún otro grupo de rock instrumental consigue, amén de lo complicado que está el tema últimamente para los «Guitar heroes».
En esta ocasión el Sr. VAI se quedó en poco más de tres cuartos del aforo de «La Riviera», aunque el ambiente y la expectación creada no bajó en intensidad respecto a sus visitas anteriores.
Larga cola a la puerta de la sala, que no comenzó a desfilar hasta las 18:45, hecho que deslució la salida a escena del guitarrista de gracioso apellido y eterno compañero de giras del Sr. VAI.
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La actuación de Sardinas duró poco más de media hora, la cual se hizo para la mayoría bastante corta.
Repleto de los ingredientes clave de Eric, como son su espectacular puesta en escena, (esta vez el modelito de blusa dañó gravemente la vista a más de uno de los que poblaban las primeras filas), sus paseítos por el medio de la sala hasta la barra del fondo, su peculiar técnica de slide con una botella de cerveza llena, su agresividad sobre el escenario y el sonido incendiario que sabe sacar como nadie a su resonator, nunca mejor dicho lo de incendiario, al final del show la prendió fuego.
El Blues-Rock metálico de Sardinas tiene gancho y la concurrencia (compuesta en un alto porcentaje por músicos y sus respectivas parejas) disfrutó con esta corta actuación que dejó el ambiente a punto para el plato fuerte de la velada.
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Afortunadamente, el cambio de equipo fue breve y en pocos minutos la guitarra de VAI empezó a aullar desde la oscuridad haciendo que el público aullará también hasta ver aparecer a su ídolo sobre el escenario. Salida algo chapuzas, por problemas con el humo y las cuerdas de la guitarra de VAI, quedando «Glorious», de su último trabajo, algo deslucida.
Por delante nos quedaban 2 horas y ¾ de aluvión técnico musical ante el cual, los unos lo»fliparon», (la mayoría), otros mostraron indiferencia, y otros llegaron a aburrirse en algún momento de la actuación, de entre los que me incluyo.
La primera parte del Show fue trepidante, con trallazos llenos de energía y creatividad tanto clásicos: «The audience is listening» o «Crying Machine», como temas extraídos de su último lanzamiento «Real Illusions»: «Building the church», «Km pee du Wee» o «Freak show excess».
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La novedad de este tour con respecto a los anteriores fue la inclusión de un set acústico de algo más de 30 minutos de duración durante el cual VAI se sentó, cantó algunos temas, bromeó con el tatuado «Jeremy Colson», el cual realizó un solo de dos partes, comenzando en el kit de percusión situado a la izquierda del escenario para pasar después por la cabeza y el brazo de VAI , (este le pidió por favor que no jugara con su principal fuente de ingresos), y terminando en su batería con un solo que nada tiene que ver lo que vimos con Donati en el 2001.
Después le tocó el turno al genio en la sombra, el Sr. Macalpine. Este se lució con una pieza clásica al piano como en otras ocasiones, dejando patente que su virtuosismo no solo estriba en su dominio de las 6 cuerdas.(Por favor a ver si montas una gira en solitario y disfrutamos de todo lo que no puedes hacer cuando vas de consorte).
Aunque VAI da cancha a todos los músicos que le acompañan, hecho que le honra, la figura de Billy Sheehan es sin duda la que más llena el escenario junto a la de Steve. En esta ocasión se lució con «The suspense is killing me» de su recién estrenado «Cosmic trobadour».
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Billy, gigante en estatura y en talento, una vez más dejó boquiabierto al personal con una ejecución, con la ayuda de VAI, impecable.
Tanto es Sheehan a Vai como Stu Hamm a Satriani, en directo ambos consiguen ponerte los pelos de punta en cuanto se lo propongan.
Durante el resto del show no faltaron los artificios típicos que Steve tiene en la manga, como sus gafas interestelares, sus guitarras luminosas, los «tappings» en instrumento ajeno, sus poses de divo entre sus innumerables cambios de atuendo, y sobre todo ello: «EL ABSOLUTO CONTROL DE CUALQUIER SONIDO QUE EMANE DE SUS MANOS Y LAS CUERDAS DE SU GUITARRA».
A base de estos exquisitos condimentos, y una enorme energía, llegamos al final del show con «Liberty», el cover de D. Zappa, «My guitar wants to kill your mama», en la que vimos a Sheehan tocar la guitarra mejor que muchos guitarristas que van de estrellas, y a Sardinas que se unió a la Jam típica del final.
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Como no, el último cartucho fue el tema insignia de VAI , «For the love of God», en el que se explayó como de costumbre y con el que dio punto final a un show algo largo para mi gusto, (la parte acústica ralentizó el concierto en demasía e hizo que bajara la intensidad sustancialmente), aunque la espectacularidad y el virtuosismo de un genio como VAI hace que se pase por alto cualquier pero.
Enhorabuena a los que disfrutaron de VAI en directo porque ya ha anunciado que se va a ausentar de los escenarios después de esta gira por bastante tiempo.
Texto y Fotos: Wences de la Rosa
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
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