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Viernes 5 de Noviembre de 2004 – Pabellón Vall d’Hebron – Barcelona
Después de lo acontecido (o mejor dicho lo NO acontecido) en Madrid, la expectación era máxima por saber si SONATA ARCTICA iban a presentar su “Reckoning Night” al público catalán. Y la respuesta estaba en el telón que caía al fondo del escenario con el logotipo del grupo finés que los asistentes avistamos al entrar.
Todo apuntaba a que Tony Kakko se había repuesto (no del todo como pudimos comprobar durante el concierto) de sus problemas de voz, que parece ser fueron provocados por el sistema de ventilación sobre el escenario que servía para contrarrestar el fuerte calor de su anterior concierto en París. La suma de sudor y frío dio como resultado que Tony se levantara sin voz al día siguiente y el médico le aconsejara no forzarla en todo el día.
Y por si quedaba aún alguna duda, a las 21:10 el grupo saltó al escenario para interpretar el primero de los temas del concierto. “Misplaced”, que también abre su último trabajo, dio el pistoletazo de salida a un concierto que a la postre resulto correcto pero no excelente, debido por una parte al mal sonido (que se fue corrigiendo gradualmente sin llegar a alcanzar un nivel adecuado) y por otra por los problemas que arrastraba un Tony pañuelo en cuello.
Continuaron presentando su nueva obra con “Blinded No More”, no sin antes escuchar en voz del señor Kakko el por qué de la cancelación de su actuación en Madrid. Con este segundo tema se continuaron evidenciando los problemas de sonido, pero se vió una gran respuesta por parte del público a los nuevos temas de la banda escandinava. Jani Liimatainen se mostraba como el más activo tras las seis cuerdas, llevando el peso de la actuación.
Del último álbum nos fuimos al primero, “Ecliptica”, de manos de “Kindom For a Heart”. Canción muy celebrada por el gran grupo de seguidores del grupo allí presentes. Hay que comentar que había un porcentaje muy elevado de camisetas de SONATA ARCTICA, hecho que se tradujo en gran expectación y griterío pre-concierto, durante y post-concierto. La actitud de la banda resultaba ser un poco estática sobre el escenario, y Tony no se encontraba cómodo sobretodo en los tonos más altos.
Le siguieron “Victoria’s Secret” y “Broken”, en la que Jani y público no pararon de saltar. Cabe decir que la actuación tanto de Jani Liimatainen, perfecto en la interpretación de los solos, como de Marko Paasikoski al bajo, estático a la par que efectivo, fueron impecables. No hay que desmerecer tampoco el trabajo a las teclas de Henrik Klingenberg, marcándose unos excelentes solos, ni por supuesto el ritmo que supo imponer tras los bombos Tommy Portimo. Sólo hay peros para Tony, suponemos que debido a sus problemas de cuello, y repetimos, para un sonido alejado de toda nitidez.
Llegó el turno de “Replica”, también de su primer “Ecliptica”. Empezó con gran ambientación generada por los teclados de Henrik y por los mecheros de los asistentes, que entonaron el estribillo durante todo el tema. Perfecto el solo de Jani que se fusionó con otro del teclista. Le siguió otro tema del mismo álbum, “My Land”. que empezó con “oés” del respetable. En este tema se vió realmente a la banda disfrutando en el escenario, incluido un juguetón Tony que le dio más de un meneo al soporte del micro. Volvieron a aparecer los encendedores en los momentos más baladísticos de la canción, que entre subidas y bajadas de ritmo y solos de guitarra cruzados con los del teclado se fusionó con “Black Sheep”.
Tras el tema del “Silence”, Tony anuncia que tocarán dos temas más (por lo que entendí lo acababan de decidir), siendo el primero de ellos el primer single de “Reckoning Night”, “Don’t Say A Word”, en el cuál se evidenció como en ningún otro los problemas de Kakko a la voz. Se le veía realmente incómodo tras el micro, forzando al máximo para llegar a los agudos. Suerte que estuvo arropado en todo momento por los coros de sus compañeros de la sección de cuerda. Precisamente fue en el solo de Jani cuando el vocalista volvió a la tranquilidad y volvió a jugar con el soporte del micro siguiendo con los dedos el solo de su compañero de filas. El tema estuvo conducido magistralmente por el atronador doble bombo de Portimo.
El front-man dio las gracias y dijo que se iba a dormir dos días no sin antes regalar un “The Cage”, muy coreado por el público, y en el cuál el sonido ya había mejorado bastante, si bien esta mejora resultó llegar tarde. Se volvieron a cruzar perfectos solos de guitarra y teclados sobre una base de doble bombo arrollador, para cerrar un concierto que contentó a casi todos con casi una hora de duración. El “otra, otra” en la despedida de grupo finlandés así lo denota. Aún y así podría haber sido mucho más, faltó algo de actitud y presentando un excelente álbum como es “Reckoning Night” personalmente me esperaba algo más.
NIGHTWISH
Con NIGHTWISH el tema fue algo distinto. El concierto fue excelente (pero corto). El sonido fue perfecto, la actitud de la banda no tuvo nada que objetar, entregada de principio a fin, liderada por una Tarja como siempre sublime.
El grupo se desenvolvió cómodamente sobre el escenario, y el espectáculo fue mayúsculo, provocado por la misma banda, un gran juego de luces y pirotecnia. Las ganas de ver al grupo eran muchas, como era de esperar tras la demanda de entradas que obligó a cambiar de recinto el evento, en lo que podríamos llamar el fenómeno Nightwishmanía.
El repertorio se centró en sus tres últimos álbumes, en especial el que venían a presentar “Once”. “Oceanborn” fue recordado únicamente con “Sleeping Sun”, y el primer “Angels Fall First” fue olvidado por completo. De aquí viene la única crítica que se puede hacer al gran concierto vivido ayer en la capital catalana, lo corto del set y los grandes olvidados, como la clásica versión del “Over The Hills And Far Away” o “She Is My Sin” entre otros muchos.
Pero centrémonos en lo que fue y no en lo que pudo ser. Una intro y luces azules encendieron los ánimos ya caldeados del público, pues anunciaba el inicio de uno de los conciertos más esperados de los últimos sobrecargados meses. Y empezó con “Dark Chest Of Wonders”, que también abre el último álbum de los finlandeses. Y con él la primera ráfaga de pirotecnia (¡qué susto!). Apareció Tarja haciendo el símbolo de los cuernos con la mano entre griterío general. Con este primer tema ya se oír que el sonido poco tenía que ver con el de Sonata. Era nítido y contundente. También la actitud de la banda era mucho más activa, todos se movían sin parar y Tarja se mostraba muy simpática y participativa. El tema fue ejecutado casi idéntico al álbum, y finalizó como empezó, con estruendo de fuegos.
Siguió el repaso de “Once” con “Planet Hell”, con intro grabada incluida, acompañada por un espléndido Jukka. De nuevo los fuegos marcaron el inicio del tema cantado parcialmente por un omnipresente y protagonista Marco, y finalizado con grito de Tarja que pondría los pelos de punta a cualquiera. La participación del público fue constante, invitados por las luces que nos enfocaban.
Y el Pabellón de la Vall d’Hebron se vino abajo cuando Tarja saludo en catalán con un “Bona nit Barcelona, moltes gràcies!”. Y casi se hizo el silencio profundo y completo en el inicio de “Deep Silent Complete”, cuando sólo unas luces blancas y el teclado de Tuomas iniciaban el gran tema del “Wishmaster”. El público volvió a corear los “os” y los “es” de la canción, especialmente en el momento en que se quedaron solos bajo y batería animando al cante. El grupo se lo pasaba bien al igual que los asistentes, y eso se transformó en energía que los fineses no dejaron de desprender. También hubo tiempo para un “sing along” acompañado por batería y bajo.
Tras saludar Marco anuncia que cantará una canción junto a Tarja, que no fue otra que “The Phantom Of The Opera”, que empezó con la vocalista sola e iluminada por un único foco. El momento de calma se rompió de nuevo por el estruendo de la pirotecnia que daba paso a la caña. Todo muy calculado y con poco lugar a la improvisación. Le siguieron otra canción del “Century Child”, “Ever Dream” y la única canción que rescataron de finales de los 90, “Sleeping Sun” del disco del 98 “Oceanburn”.
Y llegó el momento de la versión del “Symphony Of Destruction” de Megadeth, en el que Tarja desapareció para ponerse “más cómoda”, según Marco, quien se explayó a gusto en su imitación de Mustaine. Toda la banda pareció disfrutar interpretándola sobre el escenario, en especial el teclista Tuomas, que no paró de mover la cabeza. Quizás esta sea la versión relevo del “Over The Hills And Far Away”.
Ya con Tarja sobre el escenario continuaron con “Bless The Child”, con la que se volvió a la pirotecnia para marcar la frontera intro/tralla. Entre “oés” del público Tarja anunció en castellano el siguiente tema, “The Kinslayer”, del gran “Wishmaster”. Precisamente le siguió “Wishmaster”, quizás el momento de mejor acogimiento por parte del público, quien cantó hasta desgañitarse iluminado por las ráfagas de luces que acompañaban a cada sílaba del estribillo.
El sonido estaba siendo perfecto y la banda no paraba de moverse. La interpretación de los temas por parte de todos los músicos perfecta. Entre gritos de “NIGHTWISH, NIGHTWISH” empezó “Dead Boy’s Poem”, canción para el lucimiento de Tarja, que sobresalió bajo luces que ambientaron el tema a la perfección. Qué bien canta esta mujer, ni un solo fallo en todo el concierto. Tras el buen solo de Emppu acompañado por palmas, y atmosféricos instantes en el que sonaba la voz grabada del niño de la canción llegó sin respiro alguno “Slaying The Dreamer”, en que el grupo en pleno no paró de mover la cabeza en lo que es uno de los temas más metaleros del actual repertorio.
En esta canción el teclista Tuomas aprovechó para beber a morro de una botella de vino que tenía sujeta en un soporte hecho expresamente para tal efecto. Tarja estuvo impresionante enlazando con los gritos de Marco en los momentos más rápidos del tema.
Momento de dar las gracias y tras él “Nemo”, dedicada en castellano por Tarja: “Esta canción es para ustedes.” El nuevo himno de los finlandeses estuvo acompañado magistralmente de los teclados de Tuomas, quien sobresalió en los instantes instrumentales finales, en los que Tarja desapareció. Tras ella y al finalizar el tema lo hicieron el resto, después de hora y diez minutos de concierto.
“NIGHTWISH, NIGHTWISH”, “Oé, Oé” y la banda volvió a salir tras tres minutos en los que Tarja aprovechó para volverse a cambiar y ponerse un vestido largo negro y rojo a conjunto con su pelo (y con el micro rojo también). El primero de los dos bises fue “Ghost Love Score”, que sonó majestuoso y épico gracias a unos coros grabados y la propia puesta escena de la banda. El confeti que se esparció por todo el pabellón dio la última pincelada a la ambientación. El final del tema fue espectacular, con el grupo tocando sobre la grabación de coros (Tarja había desparecido bailando).
Tras una oda al Vodka “Absolut” por parte de Marco, Emppu y Tuomas se anuncia el tema final del concierto, “Wish I Had An Angel”, que arrancó y finalizó de nuevo con fuegos y con el agradecimiento en forma de grito de un participativo Marco. Y entre palmas y una outro se despidieron del público presente.
En resumen fue poco menos de hora y media de muy buen concierto, que se habría convertido en excelente con solo tres temas más.
Texto y Fotos: Hèctor Prat
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