Crónica y fotos de JUDAS PRIEST + SAXON + URIAH HEEP en Madrid

+ SAXON + URIAH HEEP

Lunes 17 de Junio de 2024 – Palacio Vistalegre – Madrid

¿Cuantos años nos quedan para tener a tres leyendas absolutas de nuestra música en un único cartel?. Biológicamente, no demasiados, y es que nuestros héroes son mayores (que es muy diferente a "estar mayores"), lo que quiere decir que cada ocasión que tengamos de poder disfrutar de eventos como el de ayer en Vistalegre, es un regalo, merecido para ellos, y también para nosotros, los fieles seguidores del género, que tantos y tantos años llevamos apoyando y defendiendo los sonidos duros. No os quepa la menor duda…el concierto que iban a protagonizar JUDAS PRIEST, SAXON y URIAH HEEP se iba a convertir en histórico por derecho propio desde el mismo momento de su anuncio, y como yo, muchos marcaron con un círculo bien grande la fecha en el calendario. Una cita obligada, casi litúrgica. Otra oportunidad que nos brinda la vida de reunirnos con nuestros más preciados tesoros musicales. No quería ser ajeno a revivir sensaciones, y respirar de nuevo, una vez más, el aire que se mueve en un concierto de estas características, y  es que el ambientazo que se sentía en el Palacio antes de entrar, ya era para disfrutarlo y saborearlo. Una tarde de HEAVY METAL… del de verdad. Del que nos ha hecho como somos, que, como comprobamos, aúna a varias generaciones, y es que sigue pareciéndome súper emotivo el ver como padres, hijos, e incluso abuelos, cantaban ayer a pleno pulmón himnos como "Turbo Lover". Me pongo sentimental, visceral y emocional, me es inevitable…con lo que vamos al evento en sí.

Con tres discos a la altura de sus respectivas leyendas, tales como "Chaos & Colour", "Hell, Fire and Damnation" e "Invincible Shield", el acero británico sería protagonista esta noche de un pedazo de historia en la capital. Los primeros en defenderlo, URIAH HEEP, a pesar de ser considerados por muchos como banda "de segunda línea", han mantenido una carrera coherente, cargada de cambios de formación, y poseen en su haber una ristra de discos, en mi opinión tan imprescindibles como los de SABBATH o PURPLE. Sí…soy seguidor acérrimo de los Heep, y escucho grandiosos álbumes como "Abominog", "Return to Fantasy" o "Sonic Origami" con mucha frecuencia…¡es que además no tienen ninguna etapa sin álbumes interesantes!. Si a ello le sumamos que su puesta en vivo actual es de auténtico lujo, la cita se tornaba más interesante de lo que parecía a priori, si eres de los que piensan que URIAH son cualquier cosa, y es que les bastó con un enorme telón con la portada de su nuevo álbum, un par de adornos con sus iniciales, y el teclado del gran Phil Lanzon elevado, para partir la pana desde que empezó a sonar "Save Me Tonight", el tema apertura de su último trabajo. Sonido de notable alto, con quizás demasiado eco en partes altas del Palacio, pero con un empaque y brillantez absolutos. Mick Box derrochando carisma, técnica y tono, mientras que Bernie Shaw nos asombra con una energía, voz y saber estar dignos de elogio. Grandioso inicio, con una banda sonando a clásico…a gloria. Ese redoble de Rusell al final del tema generó un aplauso generalizado, claro que sí. Los HEEP estaban de vuelta, y quería compensar la cancelación de su última visita hace poco más de un año…¡hay que saldar la deuda!.

Me encantó el sonido de teclado envolvente de un ya fijo "Grazed By Heaven" que ya sonó la última vez que me reencontré en vivo con la banda. Un clásico contemporáneo que desprende la magia más personal de la banda, y es que nada tiene que envidiar a los hits de la etapa Hensley (d.e.p.). El estribillo desprende un aura especial, y los arrastres de lanzon por su teclado suenan a años 70, pero claro…si intentas competir con la nostalgia, no hay discusión posible. Volver a escuchar, a estas alturas de la vida, cualquier pista de "Demons & Wizards", y hacerlo en un contexto tan especial como el de ayer, convierte al momento en inolvidable…el teclado inicial, marcando el inicio de "Rainbow Demon", y esa mística del tema "in crescendo", es pura crema. Mick gesticula con sus manos conforme va tocando las maravillosas notas, y vuelvo a reivindicar a Bernie, porque su voz está en verdadero estado de gracia, cargada de matices, clase y fuerza. Lo mejor de la banda, es que mezclando viejas composiciones con nuevas, como "Hurricane", consiguen que todo suene homogéneo, sólido… cuya explicación es sencilla. Sus discos recientes son para paladares gourmet, y todos contienen temas de mucha calidad que poder añadir a sus set. "Hurricane" es prueba de ello. Gran estribillo, impresionante solo de Lanzon, un bajo apabullante del gran Davey Rimmer, y una banda que estaba sonando mucho más pesada que en estudio. Grandioso es que tiren de temas de "Innocent Victim" como "Free’n’Easy", aún a sabiendas de que tienen álbumes con mucho más nombre, con ese speedico riff que Box disparó al público con gran maestría, para dejarnos el momento más netamente rockero de su concierto. "Gypsy" de su debut nos hizo flotar…ese riff, acompañado de las místicas líneas de teclado, atisba que la primera parte del sueño llega a su fin, no sin antes hacer uso de pesos pesados, despidiendo Madrid con "July Morning", y por supuesto, poner la guinda a su aparición con un grandioso y coreado "Easy Livin’". Claro que me faltaron temas, porque con su extensa discografía, podría hacer un "best of" quíntuple, pero aprovecharon su momento, y lo hicieron del modo más incontestable…¡con pura magia!, ¡puro HEEP!. Simplemente grandiosos.

La espera se hizo larga hasta que la crew cambió la parafernalia. SAXON nunca han necesitado de elementos extra, salvo unos cuantos dispensadores de humo, telón y escalinata, y, con un disco tremebundo bajo el brazo como "Hell, Fire and Damnation", seguro que la banda entró a matar con más confianza. En mi caso era la primera vez que veía a la banda sin Paul Quinn… pero es de esas ocasiones en que no te cabe duda, que su ausencia no iba a ser un inconveniente, porque su puesto está cubierto nada menos que por Brian Tatler de DIAMOND HEAD…¡un genio del riff!. Me encanta Paul, todo lo que ha aportado a SAXON, y me inclino hacia todo su legado, pero amigos…mejor sustituto que Brian, ¡imposible!. La banda salió a por todas tras la intro, con un sonido de gran pegada, el clásico eco del emplazamiento, que no empañó para nada el resultado, y un trallazo absoluto como el tema que abre el álbum…ese estribillo "hellll, fireeee and damntaaaation" es oro puro. El sueño húmedo de cualquier fan de SAXON , pero es que lo escuchas en directo, de la boca de Biff, de voz perfecta e intacta, y con el subidón de la música en vivo, y ya os digo que debería permanecer en el set mucho tiempo. Doug sin dar puntada sin hilo, pero lo de Nigel y Nibbs es otro nivel, amigos… ¡qué sólido!.

Con todos los huecos cubiertos, el tiempo jugaba a contrarreloj y había que destapar el tarro de los clásicos…"Motorcycle Man" hizo que varias personas de mi alrededor de más de 60 cerrasen los ojos…se les veía estar en una nube, recordando, rememorando… disfrutando de nuevo de estos clásicos imperecederos que con la muñeca de Brian suenan más duros, agresivos y afilados que nunca. Y aunque el momento "Power & The Glory" es una vaca sagrada en su discografía, que disfruto siempre, el momento de la noche, su noche, vino de la mano de una asesina, pesada e increíble "Madam Guillotine" de su última obra, que puso de manifiesto el por qué SAXON son reyes indiscutibles del heavy metal. El riff hizo retumbar el Palacio, dejando claro que si "Hell, Fire and Damnation" fuese su epitafio, se convertiría en clásico de inmediato. Biff, centrado en su función, interactuando con las primeras filas, poniéndose el chaleco de algún metalhead feliz de que este lo hiciese, y colgando una bandera de la batería, nos presentaba un "Heavy Metal Thunder" imprescindible, rodeado de un juego de luces realmente espectacular, y así llegar al momento épico de su show. "Crusader" sigue siendo pura intensidad, y, sin duda, el mejor tema de aquel desigual lp, que, con sus detractores y amantes a partes iguales, nos dejó esta espectacular pieza, que esta noche volvería a sonar a poder y gloria. SAXON estaban ya en la cima, y pensarían…"estos chavales quieren más clásicos, ¿no?". En lo personal me encanta que apuesten por temas de "Lionheart", "The Inner Sanctum" o "Dogs of War", pero el tiempo es limitado, y, como no podía ser de otro modo, "Denim and Leather" daba comienzo a un maratón de hits, para contentar a todos aquellos que en su día fliparon con "The Eagle Has Landed", descargando un set list plagado de pura nostalgia. Grandeza musical en "Wheels of Steel", "And the Bands Played On", con el correspondiente discurso de Biff… y, cómo no, la intensísima "747 (Strangers in the Night)", y, para finalizar, la infaltable "Princess of the Night", con la banda al frente mostrándose sin tapujos, melenas al viento y haciéndonos obsequio de lo que mejor saben hacer. Heavy Metal del de mejor factura. Lo llevan haciendo más de 40 años, y esta noche fue otra muestra de que la autenticidad, y su fe incansable en nuestra música, generan comunión. Cuantos brazos levantados al son de sus clásicos…cuantas veces cerrando los ojos dando gracias por seguir teniendo a SAXON en tan buena forma. Gracias por tanto.

Otro cambio de bártulos que se hizo más eterno que el de SAXON si cabe, nos llevó al final del momento que llevábamos soñando día tras día desde que la gira fue anunciada. Dos de dos, es un buen número de aciertos, pero…queremos tres de tres. Máxime cuando el hype se ha elevado al máximo con la salida al mercado de "Invincible Shield", un disco llamado a codearse con los clásicos, junto a "Firepower"…¿quién puede presumir de publicar, tras más de 50 años de carrera, álbumes así?. Un telón con un texto relacionado con "Invincible Shield", una banderola, el tridente luminoso sobre el escenario, y otros dos a los laterales…un par de adornos bajo las tarimas, una pantalla enorme y dos de menor tamaño en la parte delantera…¡el ritual está a punto de empezar!. El sacerdote ya se ha colocado su sotana, y nosotros ya queremos empezar a confesar nuestros pecados. Pero cuando empieza a sonar "Panic Attack" tras la intro y caída del telón, aunque no se desinfla la emoción, el gesto se tuerce…la batería de Travis no suena contundente, la guitarra de Faulkner es casi inaudible, y la de Andy Sneap no tiene mucho brillo, pero… ¡espera!. Hay esperanza, pues Rob suena de lujo, su voz está en un estado excelente…¡estamos salvados!. Una pena que semejante trallazo no pudiese ser disfrutado en todo su esplendor, aunque, de forma casi inexplicable, "You’ve Another Thing Coming" elevó el inicio del show a otro nivel de sonido, y todo el mundo se puso a saltar ipsofacto. "The Priest is Back!"…¡ahora sí!. Por un momento pensaba que mis JUDAS no iban a tener al sonido de su parte.

Si hay algo que agradezco de esta visita, es la honestidad de la banda de no ofrecer siempre lo mismo, como sí hacen otros titanes de la escena, y deleitarnos, junto a un juego de luces y vídeos de muy alta calidad, de clásicos no tan populares como la sensacional "Rapid Fire" del British Steel. Y en temas como este, con tanta garra en las guitarras, encuentras a un Faulker que hace que la figura de Downing ya sea un recuerdo, y a un Andy Sneap del que Tipton debe sentirse orgulloso… la banda suena como una tormenta, a puro JUDAS PRIEST , y el legado está a salvo con ellos. Y Halford… ¡ay Halford!… más grande que la vida misma. El esfuerzo de este hombre por teatralizar, emitir cada palabra y dejarnos con la boca abierta, es digno de elogio. Digno del Metal God que es. Cuando suena "Breaking the Law", por supuesto, Vistalegre se viene abajo…¿habrá un tema más sencillo que emocione más?. Desde mi perspectiva era impresionante ver todos los brazos levantados, y toda la gente de la grada levantándose de su butaca. Un himno intergeneracional que no pierde fuelle con los años, y con el que todos los presentes nos sentimos representados. Y, sin llegar a la excelencia en el sonido pero con mucha potencia, volvimos a "Screaming For Vengeance" y "Riding on the Wind", que Rob, muy elegantemente, adaptó a su tesitura actual, bordando el tema. Para "Love Bites" el éxtasis era generalizado, la banda estaba dándolo todo, y yo creo que incluso Ian Hill gesticuló ante la respuesta del público. Bromas aparte, se respiraba algo especial en el ambiente, con mucho movimiento entre el público, y emociones a flor de piel que eran fáciles de localizar entre los asistentes.

Otra apuesta ganadora fue un "Devil’s Child", que con su tono más rockero siempre me pareció de lo más vacilón del "Screaming". Ayer sonó exquisito, no menos que la sorpresiva "Saints in Hell" del "Stained Class", con la que los más exigentes alucinamos, no solo por la teatralización vocal de Halford, los matices de voz y la calidad de la interpretación…sino porque los guitarristas calcaron el rollo único del tema, a pesar de no ser los intérpretes originales. Esos detalles que hacen de un show bueno…algo realmente único. Y aunque estaba deseando que cayese "Crown of Thorns", ya que la han estado tocando en la gira, en Madrid decidieron probar suerte con una genial "Gates of Hell" del "Invincible Shield", que, acompañado de proyecciones de muy alto nivel y calidad, sonó totalmente integrado entre clásico y clásico. Me encantó el rollo que le imprimen en vivo, pues en estudio tiene guiños a varias épocas y sobre las tablas lo bordan. No desentona en absoluto al lado de "Sinner", en el que para mí, es el mejor tema de "Sin After Sin", ni junto a "Turbo Lover", en cuyo estribillo, eché la vista hacia el público, y, otra vez más, se palpaba ese hedor especial, manos arriba, caras de emoción absoluta y el sentimiento de estar presenciando algo muy grande, siendo la propia "Invincible Shield" la última pieza del nuevo álbum que sonaría en el show. Me hubiese encantado escuchar cosas como "The Serpent and the King", pero, a tenor de la selección de temas, está claro que poco se puede reprochar a los ingleses.

Lo de "Victim of Changes" y Rob es digno de estudio, pues el clímax que genera con su voz es espectacular, llevándose la ovación de la noche al finalizarla, momento en el que el vocalista se dirige al público para que este repita sus juegos de "ye-ye-ye…ye-ye-ye-yeee-ye!", confundiéndolo, porque todos pensaban que le tocaba el turno a "Painkiller", cuando en realidad, la siguiente en sonar fue "The Green Manalishi", envuelta en tonos verdes por todo el escenario. Cuando Travis se queda solo y comienza el redoble de "Painkiller"…¡ahora sí!. Todo el recinto patas arriba cantando junto a la banda, olvidándose de limitaciones, y disfrutando de cada segundo de una de las canciones más representativas de nuestra música. El final ya lo conocéis, pero no por ello resulta menos espectacular nombrar "The Hellion/Electric Eye", copado por un vistoso vídeo del ojo eléctrico, un grandioso y mega-heavy "Hell Bent for Leather" interpretado por Rob sobre la famosa motocicleta, y para terminar, la festiva "Living After Midnight", ante la que parecía no haber cansancio por un público insaciable de JUDAS PRIEST , y una banda que no paró de despedirse, saludar, repartir púas, baquetas y agradecer lo bien que se les trata en una de sus más grandes casas.

Pues demostraron que así se sienten en nuestro país…en su hogar. Y sintiéndote cómodo, el resultado es el que pudimos vivir en Madrid, es decir, un concierto inolvidable de una banda entregadísima, a la que parece quedarle más de mil años de vida. Hay algo claro, tan triste como bonito…aunque Judas falten dentro de unos pocos años, algo que inevitablemente ocurrirá, nuestro corazón seguirá pinchado con el tridente del sacerdote. Ha llegado un punto en el que JUDAS PRIEST, con momentos como el que nos regalaron anoche, ya son inmortales.

Tres bandas, tres leyendas, tres sueños cumplidos, para algunos por primera vez… para otros, un sueño recurrente. Es lo que tiene convivir con su música toda una vida. Que forman parte de ella, y lo que nos hicieron sentir ayer en Vistalegre, fue una prueba inequívoca de ello. ¡The Priest Will Be Back!

Texto: José Rojo

Fotos: Óscar Gil Escobar

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