+ S8NT ELEKTRIC
Domingo, 18 de junio de 2023 – Sala Repvblicca – Valencia
Fue a principios de los años 2000 cuando surgieron bandas que buscaban revivir el sonido del rock de los 70, manteniendo esa actitud y espíritu. Formaciones como THE DARKNESS, AIRBOURNE o THE VINTAGE CARAVAN consiguieron con tremendo éxito recuperar esa esencia con discos que sonaban frescos y sin sonar a refrito. Además de las mencionadas, otra que llamó poderosamente la atención fueron WOLFMOTHER.
Los australianos publicaron en 2005 su debut homónimo que rápidamente fue un tremendo éxito y desde entonces no han parado de girar y sacar álbumes que mantienen el nivel. Pese a los cambios en su formación, el vocalista y guitarrista Andrew Stockdale se ha mantenido como el único miembro original capitaneando el barco que recalaba en Valencia como última parada de las fechas por España.
La sala Repvblicca fue la encargada de acoger el concierto, la cual se llenó hasta la bandera para mi sorpresa y alegría. No las tenía todas conmigo al ser un domingo y en plena temporada de festivales, pero el público no quiso perderse el paso de WOLFMOTHER por la ciudad, encontrando un gran abanico de edades (donde predominaba gente que iba desde la treintena hacia arriba, alarmante la escasez de juventud en los conciertos de rock) y de gente que nunca había visto en este tipo de eventos pero que demuestra que el rock sigue teniendo tirón en una ciudad donde por desgracia agoniza.
Abiertas las puertas pudimos disfrutar un rato en la terraza exterior de la sala de éxitos del rock que el DJ iba pinchando mientras tomábamos algo y poder socializar un rato con amigos y conocidos, hasta que se escucharon los primeros compases de la banda invitada que desde el interior nos invitaban a entrar, acudiendo de inmediato.
S8NT ELEKTRIC hacían la función de banda telonera. Desde California, el joven quinteto se presentó con el tema “Subliminal”. Con únicamente 6 singles publicados, lograron llamar la atención de los presentes. No se puede negar que uno de los reclamos de la formación es que cuentan entre sus filas con el baterista London Hudson, hijo de slash, guitarrista de GUNS N’ ROSES y que mucha gente se referían a ellos como “la banda del hijo de Slash” pero es una etiqueta injusta ya que demostraron que están ahí por méritos propios y que para nada emplean ese parentesco como publicidad.
Me llamó mucho la atención la voz de su vocalista Briana, quien, pese a mostrarse algo tímida a la hora de presentar las canciones, se llevaba todas las miradas gracias a su melódico y potente timbre vocal, mientras que el resto de sus compañeros, más estáticos en segundo plano, defendían los temas. Musicalmente son una mezcla de hard rock americano con toques de rock alternativo y pinceladas de punk y donde pese a su juventud, se notaba esa calidad a la hora de tocar sus respectivos instrumentos.
Era la primera vez que salían de gira y se notaba ese nerviosismo pero en todo momento se les vio centrados y fueron presentando sus canciones como “All I Do”, “A Little Taste”, “X” o la canción que da nombre al grupo con la que se despidieron mostrándose agradecidos por la recepción de un público que los acogió de buen grado y que pese a la brevedad del concierto, supieron convencer a los presentes.
Tras la actuación de S8NT ELEKTRIC todo el mundo salió a tropel de nuevo a la terraza. Las altas temperaturas hacían que estar dentro de la sala fuera difícil y de nuevo los clásicos del rock acompañaban la velada que ayudó a refrescarnos para luego retornar dentro para lo que nos quedaba por ver.
WOLFMOTHER salieron a escena sin telón de fondo ni ningún añadido, algo que no restó a su impoluta actuación, ya que únicamente necesitaron tirar de buenos temas y de su calidad para dejarnos a todos alucinados. Hay que decir que también fueron parcos en palabras y que fueron disparando un tema tras otro sin apenas discursos o presentaciones, haciendo que su show fuera corto pero intenso, algo que en parte muchos agradecimos ya que al día siguiente tocaba trabajar.
Con “Dimension” de su álbum debut dieron el pistoletazo de salida, haciendo ya saltar y cantar a la multitud que nos agrupamos, mostrándose una sala bastante llena y que debido al tremendo calor se convirtió en una olla a presión pero que no menguó los ánimos de las cientos de personas que fuimos con ganas de pasarlo bien.
“Rock Out” de su último disco de mismo nombre publicado en 2021 nos llevaba a su actualidad discográfica para rápidamente darnos la primera alegría de la tarde con “Woman” uno de sus hits que se presentó pronto y que fue uno de los momentos más intensos, haciéndonos corear su genial estribillo. Para esta ocasión Andrew venía acompañado por el baterista Jesper Albers (quien por momentos eclipsaba al propio Andrew con su calidad y pegada, menudo portento) y el bajista Paul Dockman quien también destacó por defender cada canción con maestría, aunque naturalmente fue el vocalista y guitarrista quien dirigió la banda con su voz que parecía heredera de Robert Plant y su calidad a las seis cuerdas. Aplaudir también la labor del técnico de sonido. Hacía tiempo que no escuchaba en esa sala un concierto tan nítido y donde cada instrumento se diferenciaba tan bien, sonando alto pero sin llegar a saturar. Desde luego se merece esta mención.
“White Unicorn” y “Apple Tree” seguían desgranando ese álbum homónimo que fue el más repasado, mientras que el single “Stay A Little Longer”, lanzado este mismo año, servía para darnos un adelanto del que será su nuevo disco, el cual muchos ya esperamos con ganas.
El bajo de Dockman sirvió para introducir “California Queen” la cual tiene esos dejes tan característicos de LED ZEPPELIN pero también la pesadez de BLACK SABBATH y que es una de esas cosas que hace a esta banda tan especial, mientras que “Pyramid” nos trae la vertiente más stoner de la banda acompañada por esa psicodelia que nunca falta en sus composiciones, mostrando el enorme abanico de influencias que siempre ha acompañado al combo australiano.
“Victorious” con su pegadizo estribillo seguía dándonos dosis de ese espíritu de los setenta que remataron con “Gyspsy Caravan”, todo un despliegue de su stoner más contundente. Sin tregua alguna continuaron disparando sus temas. “Feeling Love” nos hacía regresar a “Rock Out”, sonando más ligera respecto a la anterior pero no por ello peor recibida.
“New Moon Rising” fue otra de esas piezas que fueron recibidas con entusiasmo, haciendo a toda la sala acompañar a la banda con las palmas y cantando su estribillo, algo de lo que WOLFMOTHER no andan cortos, ya que cada uno de ellos fue entonado con efusividad. El final del tema fue acompañado por un breve pero asombroso solo de batería donde Jesper pudo lucirse y que sirvió para que Andrew desapareciera unos segundos para volver con el torso al aire (comprensible con el tremendo calor que estábamos viviendo).
El final del concierto era inminente y llegaba uno de los momentos más esperados y por tanto mejor recibidos de la noche, cuando la banda anunció “The Joker And The Thief” posiblemente su canción más conocida que fue respondida con una explosión de júbilo, saltos, puños en alto y una fiesta, haciendo que la banda alargara ligeramente el tema para que el vocalista nos grabara con su teléfono y despedirse haciendo ya el típico amago para volver segundos después con un bis.
Así pues, la banda agradeció nuestra presencia y dieron el remate final con “Rock’n’Roll Survivor” con la que bajo una más que merecida ovación la banda terminaba un concierto del cual todos salimos contentos, chorreando de sudor pero agradecidos de haber presenciado semejante espectáculo que WOLFMOTHER nos habían ofrecido.
Un concierto que se hizo corto pero intenso, algo de agradecer ya que lo bueno, si es breve, dos veces bueno, y el trío demostró que sin escenografías rimbombantes también se puede ofrecer espectáculo. Rock’n’roll reducido a lo que realmente importa: decibelios, sudor y actitud.
Texto: Alejandro Alapont
Fotos: Pedro J. Delgado
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