Critica del CD de KHAYMAN – The Great Lie Of Karma

KHAYMAN – The Great Lie Of Karma

Discográfica: Autoeditado

Puntuación Popular

La historia de KHAYMAN no es demasiado distinta de la gran mayoría de historias de bandas de metal extremo, o de metal en general, que brotan de cualquier ciudad pequeña aquí y allí. La pendiente era ya muy pronunciada cuando empezaban en esto allá por el año 2008, siempre hacia arriba, claro, y desde entonces cada paso que han dado ha supuesto un esfuerzo titánico y un ejercicio de entrega desinteresada en contra de todo y de todos, sin ayudas, sin amigos, como ellos mismos sentencian, y lo cierto es que no hay otra realidad que esa. Ser extraño en tierra de extraños tiene sus desventajas, y el cuarteto lleva peleándoselo más de 15 años ya, con un bagaje de dos Eps y otros 2 LP’s, que puede que a priori a alguno pueda parecerle escaso, pero que nacen del sacrificio más devoto, anteponiendo la música a absolutamente todo, y sembrando en un terreno poco menos que baldío. Con este trasfondo, y la promesa de un “The Gentle Art Of Self-Destruction” (2018) que fue de lo mejor en su género en su momento, llega autoeditado (cómo no) su segundo largo en estudio, un disco que se ha hecho esperar 5 añitos pero que nos vuelve a dejar una sensación de evolución y acierto inconmensurable, en una banda que si por algo se caracteriza es por variar razonablemente su propuesta entre lanzamientos. “The Great Lie Of Karma” no es una excepción, y aunque puede considerarse muy deudor en muchos aspectos de su anterior lanzamiento, explora mucho más allá ampliando horizontes y dejándonos momentos verdaderamente oníricos.

Como hace 5 años, “The Great Lie Of Karma” está grabado por el propio David Vega en sus 8.66inch Studios, tanto la propia grabación, como la mezcla, master y posporducción como programaciones y demás arreglos de los que el disco hace gala, seguramente un diferencial grande con respecto a su material pasado, un punto a favor. El disco suena muy real, orgánico, lejos de florituras innecesarias y casi como si se tratase de un trabajo de los 90’s, con unas guitarras muy definidas, claramente protagonistas, y un sonido que aunque suena tremendamente “gordo” en todo momento, da una sensación de honestidad que cada vez se encuentra menos. Decíamos antes que KHAYMAN ha sido siempre una banda muy camaleónica en lo que a su identidad estilística se refiere con el paso de los años, algo que en este segundo LP se nota especialmente, y la producción es algo clave en esto. En esta ocasión, la banda deja atrás ya por completo sus primeros años donde se les asociaba quizás más con el ‘southern metal’ o el ‘hardcore’ para adentrarse en territorios muchísimo más cercanos al ‘sludge/ doom’, con influencias jodidamente dispares que ya se adivinaban en el primero, y en las que esta vez la banda ha profundizado para darle al conjunto un aire totalmente distinto, y que vence y convence rebasando por poco los 37 minutos de duración repartidos en 5 largos temas, que terminan por hacerse hasta cortos, en los que el grupo explora entre ‘riffs’ mastodónticos, voces limpias que hieden depresión, atmósferas que nos recuerdan al ‘sci-fi horror’, y un ir y venir de cambios que nos dejarán en el sitio una y otra vez.

Entre sus temas hay influencias más o menos veladas de toda índole, qué duda cabe, pero el influjo del sonido de bandas como YOB, HANGMAN’S CHAIR o incluso bandas de ‘stoner’ o ‘grunge’ más clásico se va dejando notar aquí y allá, y cristalizan en una propuesta muy original, seguramente no apta para todo el mundo, pero que se disfruta un poco más con cada escucha por lo variado y sobre todo por lo creíble que resulta; y es que en “TGLOK” pasa mucho aunque parezca que no pasa nada.

El disco arranca como un tornado con un tema absolutamente redondo como es “On The Edge”, que transmite pura desesperación en un inicio apabullante y que poco a poco nos va adentrando en su particular mar de tinieblas a base de ‘riffs’ gruesos como paredes de casa de pueblo y una cadencia de lo más adictivo. Personalmente me encanta el tratamiento de la voz de David en todo momento, con sus efectos y con su todo, otro aspecto que ha mejorado en este trabajo de forma incuestionable. “Arabian Velvet” continúa un poco esa dinámica más ‘sludge’, con una fantástica melodía como hilo conductor en un tema de un nivel estratosférico que muestra una cohesión que intimida y engancha. Las melodías son, no en vano, la otra parte de la ecuación que hace diferente este trabajo y que ya exploraron con su primer LP, y en “Fuzz Norris” las exploran a base de bien en un tema más corto, instrumental, donde también se explayan con la lisergia unos efectos de guitarra masivos, en un desarrollo que nos puede recordar a bandas de ‘stoner/ doom’ como puedan ser unos BONGZILLA o los mismísimos WEEDEATER. “Bitchcraft” por su parte es el tema más depresivo del LP con mucha diferencia, un corte con constantes ‘riffs’ masivos que se van intercalando con guitarras que evocan misterio, desconcierto, un tema de ‘doom’ más neutro, más melódico, que dentro del género casi podría ser un medio tiempo, y que abona el terreno para el final con “Putrid”, que casi podría ser una segunda parte de este, con un ‘riff’ principal ahora sí mucho más marcado y que tiene lo mejor de un género bastante inexplorado en nuestro país como es el ‘sludge’, y que la banda alcarreña borda como nadie regando de matices un ‘background’ del tema riquísimo en arreglos y ampliamente disfrutable también.

En definitiva, un nuevo paso para ellos que sí, que ha costado mucho porque no todo llega cuando uno quiere “en la vida real”, pero que les afianza como una de las muchas alternativas que ofrece nuestra escena ‘underground’ en lo que a sonidos lentos y “estupefacientes” se refiere. Una evolución consciente y exitosa que merece una oportunidad, y que ojalá tengamos ocasión de disfrutar en directo de vez en cuando porque la experiencia bien lo merece.

Jorge del Amo Mazarío (jorge_del_amo@rafabasa.com)
Twitter: @Jorge_del_amo

Lista de temas:

1. On The Edge
2. Arabian Velvet
3. Fuzz Norris
4. Bitchcraft
5. Putrid