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ALICE COOPER en Barcelona – Crónica y Fotos

30 noviembre, 2010, 11:21 pm

Martes 23 de Noviembre de 2010 – Sant Jordi Club – Barcelona

Los musicales están de moda, llenando grandes teatros noche tras noche. Escenografía, coreografía, bailarines y actores se unen para rendir tributo a artistas como Michael Jackson, Elvis Presley o grupos como Queen, Abba, Beach Boys o Mecano. Aún no ha llegado el día en que algún promotor arriesgado y con conocimiento apueste por un musical metalero. Mientras, lo más parecido a lo que podemos asistir es un concierto de ALICE COOPER , con la diferencia de que es el propio Vincent Furnier quien rinde tributo a su alter-ego. No es casualidad que este Tour Of Death sea un espectáculo ideado por Robert Jess Roth, director del primer montaje teatral de La bella y La Bestia de Disney.

The Black Rose Road - Foto: Carlos Oliver

Quien va a ver ALICE COOPER sabe que va a ver un gran espectáculo, tanto en lo musical como en lo escénico, un sello de identidad imitado pero nunca superado. Ver a Alice Cooper es presenciar más de 40 años de historia e influencia, y es una lástima que no seamos suficientes los que pensemos así para rendirle el merecido tributo en una ciudad que se le viene resistiendo en cuanto a asistencia.

En lo musical, siempre se ha sabido rodear de grandes músicos, tanto en estudio como en directo. Por sus filas han pasado músicos de renombre como Kip Winger, Kane Roberts, Steve Vai, Joe Satriani, Vinnie Moore, Mick Mars, Nicki Sixx, Al Pitrelli, Derek Sherinian, Eric Singer o Slash entre muchos otros. Respecto a la última visita a Barcelona en 2005, el grupo mantiene a Chuck Garric y a Damon Johnson al bajo y guitarra respectivamente, y presenta al guitarrista Kerri Kelli y al solvente Jimmy Degrasso tras los parches.

Los músicos se mimetizaron perfectamente con el espectáculo y tuvieron vía libre para atizar a todo técnico que subiera al escenario. Cumplieron su labor instrumental y ayudaron a ALICE COOPER en los registros vocales más complicados. Bien, no solo le ayudaron, sino que en ocasiones directamente lo suplantaron, y es que Alice canta lo justo y necesario para que los temas salgan adelante dignamente.

En lo escénico, vuelven las referencias a la muerte. ALICE COOPER muere cuatro veces sobre el escenario, bajo la guillotina, envenenado, ahorcado, y dentro de una suerte de Doncella de hierro. No faltaron bastones, sombreros, pelucas, collares de perlas, globos, arañas, sillas de ruedas, camisas de fuerza, enfermeras, esqueletos ni la colaboración de Tiffany Lowe como bailarina y actriz, sufriendo todo tipo de perrerías por parte de Alice.

Pero antes de que saltara al escenario, THE BLACK ROSE ROAD se encargaron de calentar un ambiente inicialmente tan gélido como la temperatura que hacía fuera en Montjuich a golpe de guitarra. El cuarteto catalán presentaba su primer disco «Feed The Circle», al que de momento han hecho oídos sordos discográficas, distribuidoras y managers.

El versátil vocalista Ruben agradeció el apoyo a un público que poco a poco fue metiéndose en el concierto para acabar disfrutando de unas composiciones que tienen un rock’n’roll sólido como base, combinado con dosis de agresividad a-la-metallica y tocado por aires sureños. Canciones que alternaron medios tiempos con rock sin concesiones, de estructura sencilla pero altamente efectiva, ribeteadas con elaborados solos de guitarra perfectamente encajados por Xevi Abellán. Reconocieron no haber conseguido ver a ALICE COOPER por el backstage, con lo que animaron a los asistentes a llamarlo.

Y no tardó en aparecer. A las 21:15, poco después de que THE BLACK ROSE ROAD abandonaran el escenario y aún en horario infantil, cayó el telón que mostraba a ALICE COOPER ahorcado para descubrir el escenario de su teatro de la muerte que imponente arropó a un set compuesto por temas tan añejos como emblemáticos. Únicamente cuatro canciones del repertorio fueron grabadas en los noventa y únicamente dos han nacido en el siglo XXI, lo que es un reflejo de lo que ha sido y es la carrera de ALICE COOPER. Tuvo su momento a principios de los 1970, cuando una imagen y escenografía transgresoras sirvieron de avanzadilla para triunfar musicalmente. Tras graves problemas de alcoholismo, los ochenta fueron una década oscura para Alice que tuvieron un final inesperadamente feliz cuando tras reinventarse y metalizarse «Trash» le colocó de nuevo en el escaparate y lo acabó de iconizar. En las siguientes dos décadas ha publicado diversos álbumes, hasta llegar a un total de 25, pero aún y así su patrimonio más valioso se gestó en los 70 y es este el que sigue distribuyendo en los escenarios de medio mundo.

Como muestra e igual que se recoge en el DVD que presenta, «Theatre Of Death», ALICE COOPER arrancó y cerró el concierto con «School’s Out». Apareció con su habitual bastón, que tiró al público en una «No More Mr. Nice Guy» que estuvo acompañada a los coros por los mismos instrumentistas que fueron golpeados con unas muletas de huesos en «I’m Eighteen».

No fueron los únicos en recibir la ira de Alice. Un técnico encapuchado fue atravesado por un bastón en «Wicked Young Man», lo que provocó que el agresor fuera atado con una camisa de fuerza. Inmovilizado, en el suelo y acompañado por la guitarra acústica de Kelli, cantó «Ballad Of Dwight Fry» para acabar con su cabeza en la guillotina. Pero no tardó en resucitar para recogerla y enviar a sus ejecutores al infierno en «Go To Hell», donde Cooper tocó las maracas en un estilo más chamán que salsero, Kerri Kelli se marcó un gran solo y apareció por primera vez la bailarina.

Ya representada por una muñeca en «Cold Ethyl», acabó en el suelo tras bailar con Alice para dar paso a uno de los temas más esperados de la noche, «Poison». En él se abandonó la teatralidad para dar protagonismo exclusivo a la coreada canción. Tras ella el maestro de ceremonias recibió una megainyección de veneno y volvió a morir. Pero tantas muertes en tan poco tiempo pueden con el ánimo de cualquiera, y resurgió ahogando sus penas en alcohol en «From The Inside», canción que dio título al álbum conceptual sobre la experiencia de Alice en el hospital de rehabilitación. En él también aparecía la siguiente «Nurse Rozetta», interpretada vestido con pijama de hospital postrado en una silla de ruedas.

En «Be My Lover» Alice mató a la bailarina tras un biombo, y con ella en su regazo interpretó una emotiva y acústica «Only Woman Bleed» que le llevó a la horca ataviado con la peluca de la difunta. Pero Cooper hizo de tripas corazón y aún y estar a punto de ser ahorcado se resistió a llorar aclamando «I Never Cry». Murió por tercera vez para dar paso a un ameno interludio instrumental en el que disfrutamos de un bueno y fugaz solo de batería, algo que no pasa a menudo y menos aún combinando ambos factores. Bien por Degrasso. En la jam de «Black Widow» también cobraron protagonismo los solos doblados entre Kelli y Johnson.

Alice volvió al escenario para vengarse en «Vengeance Is Mine», subido a una alta tarima y luciendo patas de araña, honorando al álbum al que pertenece, «Along Came The Spider». Seguimos en el siglo actual con una apunkarrada «Dirty Diamonds», donde tiró collares al público con la boca. Treinta y dos años le separan de la siguiente «Billion Dollars Babies», y aún más de una rockanrollera «Killer» en la que Cooper acabó atravesado por las espadas de una máquina de tortura. Pero no pareció importarle mucho pues reconoció adorar a los seres del mundo al que ahora pertenecía en la corta «I Love The Dead». A vueltas con las reencarnaciones, resucitó en «Feed My Frankenstein», donde compartió escenario con un monstruo cíclope y la novia del ser de Mary Shelley.

El rock’n’roll volvió con «Under My Wheels» en la que Alice aprovechó para presentar a la banda tras la que se despidió para volver sin hacerse mucho de rogar e interpretar la gran «Elected», muy adecuada para las fechas en las que nos encontramos en Catalunya. Visto el panorama político es una lástima que su nombre no aparezca en ninguna de las papeletas electorales.

La fiesta, que duró 80 minutos, terminó con una reprise de «School’s Out» que culminó un gran y entretenido concierto del maestro ALICE COOPER , que mostró estar muy en forma a sus 62 años. Esperemos que sea igual de inmortal que en sus actuaciones y lo volvamos a ver por aquí muchas veces más.

Setlist