Sábado 29 de Febrero De 2020 – Sala Salamandra – L´Hospitalet de Llobregat – Barcelona
El tiempo pasa muy rápido. Aunque parece mentira pronto se cumplirán catorce años desde que Leo Jiménez anunció su salida de SARATOGA. Pese a que en un primer momento parecía que se iba a concentrar en STRAVAGANZZA el vocalista fuenlabreño no tardó en armar un nuevo proyecto bajo la denominación LEO:037, pero lamentablemente este primer intento no acabó de cuajar, así que no fue hasta que publicó su primer álbum en solitario “Animal Solitario”, cuando pareció encontrar los compañeros de viaje ideales para llevar a cabo su sonido y conseguir plasmar sus inquietudes musicales.
Lo que se ha mantenido inalterable a lo largo de los años es la lealtad y la admiración que le profesan unos seguidores que siempre han estado ahí, apoyándole en cada uno de sus lanzamientos y en sus sucesivas giras. Así que tras visitar recientemente este mismo recinto, aunque en aquella ocasión a mediados del pasado mes de noviembre fuera con STRAVAGANZZA, Leo Jiménez regresaba a la Sala Salamandra para presentar “Mesías”.
Lamentablemente esta noche la sala no acabó de tener el ambiente que a todos nos hubiera gustado, ya que la afluencia de público llegó a completar poco más de medio aforo. Algo normal si tenemos en cuenta que esa misma noche coincidían, -como por desgracia suele ser cada vez más habitual-, diferentes conciertos de estilos similares. Pero, en cualquier caso, Leo y sus muchachos supieron calentar a sus incondicionales y acabaron redondeando un muy buen concierto.
Para cualquiera que haya seguido la trayectoria de Leo y se haya preocupado de leer algunas de las múltiples entrevistas que ha ido concediendo a lo largo de los años, no resultará ninguna novedad el que diga que es un gran seguidor de los coches. Quizás por ello no me extrañó que presidiendo el escenario hubiera una gran proyección de un espectacular Camaro rojo, que si la memoria no me falla era el mismo que aparecía en la portada de “20 Años Tras El Apocalipsis”.
Vestidos todos de riguroso y acompañados de su habitual introducción los músicos fueron tomando posiciones. Como era previsible el respetable empezó a rugir cuando Leo apareció en escena, – ataviado con camiseta blanca de CRISIX-, para empuñar la guitarra y dar el pistoletazo de salida con el que fue el primer single de “Mesías”, “La Era De La Individualidad”. No se si fue por que la sala no estaba llena o porque no hubo teloneros, pero lo cierto es que me sorprendió la actitud un tanto pasiva del público. Pero afortunadamente allí estaba Leo dispuesto a conectar con unos seguidores que a la mitad del primer tema ya estaban dando palmas siguiendo las indicaciones del carismático frontman.
Seguramente uno de los grandes alicientes para los seguidores de Leo es su variedad estilística, y esos poderosos contrastes fueron los que marcaron temas como “Con Razón O Sin Razón”, alternando pasajes melódicos con esas rotundas acometidas comandadas por la batería de Carlos Expósito. Tras recibir la primera salva de aplausos y darnos las buenas noches tocaba seguir viajando atrás en el tiempo, y para ello que mejor que dejar que los demoledores riffs que nos propusieron Antonio Pino, Rufo Cantero y el propio Leo en “Misantropía” nos pusieran a todos a saltar, para dejar que posteriormente “Desde Niño” se acabara convirtiendo en uno de los puntos álgidos de esta primera parte del show.
Había costado pero parecía que Leo había conseguido conectar con el personal, de modo que la situación parecía propicia para volver a fijar nuestro objetivo sobre su última entrega discográfica. De modo que las guitarras se tornaron todavía más agresivas y oscuras durante “Ballena Negra”, que fue la elegida para que Mr. Korpa apareciera por primera vez en escena y nos regalase sus agresivos guturales. Pese a que, tal y como comentó el propio Leo, estaba algo tocado de la voz, lo cierto es que sonó potente y compacto a lo largo de todo el show, haciendo que temas cargados de crítica y espíritu reivindicativo como “Hambre”, sonaran como un auténtico cañonazo.
Con el respetable coreando el nombre del vocalista, Leo nos comentó que había llegado el momento de tocar un tema que en su momento presentó para Saratoga pero que se acabó quedando fuera. Pues bien ese tema era “Condenado” y acabó formando parte de “Títere Con Cabeza”. Acto seguido Leo dejaría a un lado su guitarra para concentrarse en su faceta de vocalista a la hora de atacar “Aún Sigo Aquí”, su fantástica adaptación del “Still Alive” de los power metaleros suecos NOCTURNAL RITES.
Pero no fue este el único clásico del heavy metal que tuvimos ocasión de escuchar esta noche, ya que otro de los momentos álgidos del show llegó cuando, tras presentar a todos sus compañeros, Leo anunció que había llegado el momento de rendir tributo a Black Sabbath con el clásico “ Neon Kinghts”, que se zanjaba, como no podía ser de otra forma, con toda la sala alzando los cuernos al aire en homenaje al gran Ronnie James Dio. Con Leo nuevamente empuñando la guitarra nos adentrábamos en uno de los temas más salvajes de su último redondo “La Ira”, que el frontman dedicó a los mismísimos METALLICA y que nos dejaba con la base rítmica que conformaron Carlos Expósito y Edu Fernández marcando frenéticamente el paso.
El contraste no tardaría en llegar, ya que para adentrarnos en “Vuela Alto”, Antonio Pino sacaría a escena una acústica para acompañar la fantástica interpretación vocal de Leo. Pero este pequeño impase fue tan sólo un espejismo ya que Mr. Korpa no tardó en regresar a escena, y eso significaba que los guturales volverían a reforzar el sonido de la banda a la hora de atacar “No Hay Canciones Para Ti”. La fiesta no se detendría, y el nivel de intensidad continuó aumentando cuando llegó el momento de atacar “El Dilema”. Para dejar que el broche a esta devastadora tripleta corriera por cuenta de “Soy Libertad”.
Aunque esta noche no pudimos contar con la presencia de Mero Mero, -que tal y como nos comentó Leo estaba secuestrado por los chicos de Vita Imana-, si que tuvimos ocasión de ver en acción a un miembro de Cuernos de Chivo, ya que el frontman invitó a Chechu a que se hiciera cargo de la guitarra durante “Keroseno”. Para poner el punto y seguido a la velada, y dejar las espadas por todo lo alto, Leo y sus muchachos optaron por tirar de la nostalgia, ofreciendo un suculento caramelo a los seguidores más veteranos del vocalista, ya que tuvimos ocasión de volver a disfrutar de dos trallazos incontestables como fueron “Vientos De Guerra” y el descomunal “Maldito Corazón”, ambos rescatados de su etapa al frente de Saratoga y que sirvieron para que el auditorio les acabara tributando una cerrada ovación.
No tardaron mucho en regresar sobre el escenario para ofrecer una última ración de metal a sus incondicionales dando buena cuenta de la pieza que presta título a su último redondo “Mesías”; que se ha convertido ya en un clásico para todos sus seguidores, y en la que nuevamente volvimos a ver a Leo empuñando la guitarra y a Mr. Korpa volándonos la cabeza con sus rotundos guturales. Mientras que el epilogo a esta fantástica velada lo puso “Volar”.
En definitiva que al final del concierto creo que todos salimos contentos y con la satisfactoria sensación de que pese haber ido a presenciar la descarga de Leo Jiménez tuvimos ocasión de ver una auténtica banda sobre el escenario. Y ese precisamente creo que ha sido uno de los grandes logros del fuenlabreño el haber sabido encontrar a los perfectos compañeros de viaje.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Fran Labrada
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Leo Jimenez , no lo ve ni piter gran voz (la mejor de hace 10 años mínimo )pero cero carisma y cada que declara deja mucho que desear…