+ TURISAS + TROLLFEST
Viernes 1 de Marzo de 2019 – Sala Santana 27 – Bilbao
El folk metal puede brindarnos vertientes bien diferentes entre sí, resultando un subgénero lo suficientemente amplio como para que propuestas enmarcadas dentro de ese mismo estilo nos ofrezcan sensaciones tan diferentes como las de esta noche. Y es que no me extraña que se haya ido diversificando en otras subetiquetas como viking, battle, epic o pagan metal.
Pues habría que añadir una nueva para identificar lo que hacen TROLLFEST. Party metal no le vendría nada mal a una banda que uno no sabe bien cómo tomarse cuando a las 18:30 de una tarde de viernes te los encuentras disfrazados de las maneras más estrafalarias subiendo al escenario a repartir una suerte de death metal con tintes folk que se aleja de los clichés de lo extremo por su histriónico resultado.
Desconozco si los atuendos tenían que ver exclusivamente con el hecho de que nos encontráramos en el fin de semana de carnaval o estos tipos suelen salir de esta guisa siempre. Lo cierto es que los trajes de personajes como princesas, hadas o reyes podrían ir al hilo del título de su reciente disco “Norwegian Fairytales”.
El caso es que provocaron más de una carcajada y consiguieron el objetivo de entretener al personal. Y no hay que quitarle mérito a lo que son capaces de hacer. Sobre todo cabe destacar la doble labor del vocalista al compatibilizar su trabajo vocal con unas percusiones extra que consiguen dar un resultado más estridente a su estilo.
Es nutrida la edición de trabajos discográficos del grupo en la última década, con lo que tienen donde elegir para sus directos. Se atreven incluso con su particular versión de “Toxic” de Britney Spears. Y es que no les faltó descaro para hacernos sentarnos antes de ejecutar “Kaptein Kaos” e incluso para pedir una conga cuyo guía sería su bajista Lodd Bolt, que se llevaría a la gente hasta la calle mientras interpretaban “Solskinnsmedisin”. El mismo bajista sería protagonista terminando la actuación elevado por encima del público asistente, que no dudó en participar de la fiesta.
Hay que reconocerles lo divertidos que son. Incluso supongo que con unas cervezas de más a altas horas de la madrugada en un festival igual hasta te parecen el descubrimiento del cartel, si es que el recuerdo borroso del día siguiente no te hace dudar de que lo que viste era real.
TURISAS se erigieron como los auténticos héroes de la batalla de esta noche. Pese a no editar disco desde hace ya 6 años la banda sigue reclamando en directo su trono dentro de estos épicos sonidos. Y es que son una gran banda de metal, al margen de la subetiqueta que queramos ponerles.
Una banda que además resulta lo suficientemente cruda y natural en directo con un teclado siempre protagonista, por encima incluso de la guitarra, y dando ese cariz sinfónico a la banda, mientras que el violín también es un elemento indispensable, ahora ocupado por la violinista Caitlin De Ville, muy acoplada en la banda no solo con su aportación con las cuerdas, sino en coros y en una puesta en escena donde no duda en acaparar protagonismo con sus bailes y ocupando el centro del escenario cuando es preciso como en “Five Hundred And One”.
A veces que no haya disco nuevo de por medio no es una desventaja, puesto que permite hacer una selección más libre de toda su trayectoria para regocijo de unos seguidores que van dándole cada vez un carácter más épico, y nunca mejor dicho, a estos temas revalorizados con el paso de los años.
Y es que alguno de ellos casi da nombre, aparte de a un disco tan emblemático como el suyo, a un estilo. “Battle Metal” fue el momento álgido de la descarga, con el vocalista Mathias Nygård separando a la sala en dos para que en el estribillo cada uno de los lados gritara la palabra que le correspondía. Y aquello atronó. También contaron con un gran sonido y con una actuación mucho más rodada y perfecta de la que tendrían sus compañeros de cartel en esta gira conjunta.
Porque TURISAS estuvieron en escena hora y media, equiparándose a KORPIKLAANI. En ese tiempo dieron su particular espectáculo donde no faltaron sus pinturas de guerra ni himnos como “Stand Up And Fight”, composiciones tan elaboradas como “To Holmgard And Beyond”, el gamberro “In The Court Of Jarisleif” o el festivo “Rasputin”. Está claro que TURISAS dominan muchas vertientes, lo que les hace resultar divertidos cuando tocan o elegantes cuando pretenden dar sublimidad a su música.
Fue curioso que se despidieran con un pequeño set acústico, desprovistos de sus pinturas después de marcharse unos minutos a camerinos para regresar e interpretarnos “The March Of The Varangian Guard” y “For Your Own Good”, de una manera mucho más intimista y con algunos componentes de la banda amoldándose a unos instrumentos diferentes a los habituales.
Puede que este final genere diversidad de opiniones, aunque podíamos tomárnoslo casi como un extra al margen de la actuación convencional, más que como unos bises. Pero independientemente de ellos TURISAS dejaron grandes sensaciones como banda de directo en esta visita a Bilbao.
Le costaría mucho más conseguir arrastrar al público a KORPIKLAANI. Estos llegaban a Bilbao con su nuevo disco “Kulkija”, en el que encontramos temas que no conectan con el respetable como lo hacen otros de su discografía. Al menos fue contraproducente que le dieran tanto protagonismo a esa nueva obra, llegando a encontrarnos con algunos tramos del concierto bastante espesos, algo atípico en una banda de este estilo.
Cabe destacar que de inicio se apreciaba algo menos de expectación que con TURISAS con algo menos de público y menos apreturas en las primeras filas en una sala que no alcanzaría esta noche la media entrada.
Para colmo tampoco tuvieron el sonido tan nítido de sus predecesores y el micrófono comenzó sin escucharse, problema que más adelante se repetiría para desconcierto del vocalista Jonne Järvelä, que tampoco creo que tuviera su mejor noche en el aspecto vocal y al que se le veía demasiado concentrado en buena parte del concierto leyendo las letras de los nuevos temas.
La verdad que la puesta en escena de la banda resulta muy vistosa de por sí, con una imagen cuidada y con una interacción entre el acordeón y el violín que da mucho color al estilo del grupo, pero enlazar de forma tan consecutiva temas de su reciente obra como “Neito”, “Aallon Alla”, “Harmaja”, “Kotikonnut, “Kallon Malja”, ”Sillanrakentaja” o “Pellervoinen” pudo atragantársele a más de uno.
Y no voy a decir que la concurrencia no entrara en la descarga simplemente porque los temas fueran nuevos, sino porque tal vez les falte el gancho suficiente o porque directamente el grupo no tuvo su noche.
Intentaron remontar el vuelo al final encadenando de manera muy rápida “Pilli On Pajusta Tehty”, “You Looked Into My Eyes” o “Wooden Pints”, donde por fin una parte del público despertó.
La colaboración del bajista de TURISAS en el festivo “Beer Beer” no dejaría que el concierto ya decayera, saliendo el hombre a arrasar con el escenario en su papel de frontman, terminando con “Vodka” y “Happy Little Boozer”.
Un final que arregló en parte una descarga que había pasado durante demasiado tiempo de forma muy anodina.
Texto y fotos: Antonio Refoyo (www.lamiradanegra.es)
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