POVERTY’S NO CRIME es una veterana banda
alemana formada en 1991, de un estilo tan explotado como desconocido, y que
ya cuentan con éste, con cinco discos en su haber.
Su compañía, toda una experta en esto de los
grupos progresivos, o que al menos lo hacen ver, comenta que su estilo es un
Rock Progresivo, rock por que quizás no sea todo lo fuerte que debiera
para considerarse Metal, y progresivo, por la longitud extensa de sus cortes
(una media aproximada de 6 minutos), y por los pasajes instrumentales y constantes
cambios que incorporan a su música. Ciertamente, aunque buenos y dotados
músicos, no creo que sean unos virtuosos, pero lo que hacen lo hacen
bien, y saben recrear buenas atmósferas, y subir y bajar al oyente en
una montaña rusa de sonidos.
Grandes pasajes instrumentales, muy evocadores y bellos, pero
sin llegar al virtuosismo. La batería no cobra protagonismo en ningún
momento, está ahí donde debe estar, sin grandes aspavientos, y
el bajo, que en esta ocasión si se oye de maravilla, tres cuartos de
lo mismo. La guitarra rítmica está un poco baja para mi gusto,
y las solistas, sin ser un virtuoso si que ha conseguido transmitir lo que cada
canción pide. Sus letras, tienen un trasfondo filosófico universal,
algo así como que hay un gran plan detrás de cada uno de nosotros
y de cada una de las pequeñas cosas que hacemos, que todo forma una parte
importante de él. Resumiendo, que si ahora me toco la nariz, puedo cambiar
el destino del universo, y no os riáis que lo mismo me toco otra cosa
y nos vamos todos al carajo. Avisados estáis.
Abriendo con talento, «Walk Into Nowhere», tema
fino y elegante, con un hammond purpeliano que le da ese sabor de autenticidad
y añejo. La batería no es espectacular, pero suena muy limpia,
sin artificios, la voz, sin ser nada del otro mundo, es muy personal, doblándose
en los estribillos. El bajo tiene algunas influencias funky, sobretodo en las
partes en que la guitarra se queda sola, hay donde el pulgar ha de golpear las
cuerdas. Buen tema para el inicio, traspasando los límites de lo que
podríamos llamar comercialidad. «Every Kind Of Life» se inicia
con un bajo y batería, mientras el resto de instrumentos van entrando
poco a poco. El trabajo de teclados, es bastante acertado, usando sintetizadores,
piano y hammond, todo en pequeñas dosis, sin saturar demasiado, estando
donde debe estar. Un tema bastante cercano al Hard Rock en sus melodías
vocales y en lo fácil de su estribillo, que no por ello ha de ser malo,
todo lo contrario, es el mejor tema del disco según mi modesta opinión,
lleno de buenas vibraciones y buen rollo.
El tercer corte empieza con acústica y la voz de Volker
Walsemann para explotar en un riff más que notable. Veloz e intenso,
su música nos inspira sin entenderla una letra triste a pesar de la potencia,
cosa nada fácil de conseguir. «Terminal Trip» es más
lenta y emotiva, y «Pact With The Past», es como una especie de
intermedio en el disco, es una instrumental llena de cambios y de matices, pero
vuelvo a repetir, sin llegar al virtuosismo, pero claro, cada uno tendrá
un concepto diferente de lo que representa esta palabra.
Los casi 9 minutos de «Left To Chance», tras el
interludio instrumental, nos abren la puerta a la otra parte del disco, más
complicada de asimilar, con algunas partes instrumentales de buen calibre, con
gran protagonismo de los teclados. El 80% de la posesión musical, es
instrumental, las partes vocales ocupan un pequeño espacio en comparación
de los instrumentos. Así que siéntate y relájate a descubrir
este universo.
«Left To Chance» recuerda bastante a los DREAM
THEATER del «Falling…», por las teclas muy a lo Sherinian. Es
el tema más corto y más potente en las guitarras. «Moving
Target» es bastante sinfónico, los teclados mandan dejando al resto
en un segundo plano, no es mal tema, pero cansa un poco. «Do What You
Feel» sirve para cerrar, un corte que se pone en el bando de los más
potentes, medio tiempo bajo ordenes guitarreras y batería muy marcada.
En fin, resumiendo, si es que se puede, este es un buen trabajo
de una música bastante difícil de asimilar, pero sin llegar a
los extremos de los virtuosos del género progresivo. A pequeñas
dosis, para los no iniciados, puede ser gratificante, y para los expertos, puede
ser algo comercial. Para los amantes del Rock, puede ser demasiado duro, para
los amantes del Metal, puede ser demasiado blando. Vamos, que se mueven por
terrenos escabrosos que no pertenecen a nadie. Ahí queda eso.
Álex Sánchez alex_sanchez@rafabasa.com