IRON MAIDEN – MAGNUM – IN THIS MOMENT

Leyendo a Smith uno se da cuenta del peso de Harris en Iron Maiden. Ok, nada nuevo bajo el sol, me direis, pero es que hablamos de un tema compuesto por el guitarrista que debe pasar el visto bueno de Harris. Lo mismo pasaria y pasará con las canciones compuestas por cualquier otro miembro que no sea Steve: él es el filtro, el «semáforo» para aprobar los temas, más allá de que, además, es el máximo compositor.
Ahora que Nicko lo deja y que la banda probablemente encare su última década de vida, este tipo de reflexiones – que no descubren nada nuevo- me hacen pensar en la enorme contribución de Harris a nuestra música cono compositor, mecenas y creador de una de las marcas de música más influyentesvque han habido.

No le veo yo el rollo U2 a esa canción. Steve Harris tiene buen oído, su liderazgo creo que es natural , no impuesto.

saturacion de noticias sobre iron maiden.pero esta bien.mientras no sea metallica……….

Muy interesante la historia que cuenta Adrian Smith sobre una de mis canciones favoritas de Maiden y de cómo quería un sonido diferente… Él lo llama «polvo de hadas» pero yo diría que es darle personalidad a un disco con una producción arriesgada pero que con el tiempo se valora… La producción del Seventh son también me parece muy acertada y la última que creo que resultó contundente y efectiva fue para el Fear of the dark… Una pena, en mi opinión, que desde entonces el sonido haya variado muy poco y que además sea muy plano, parecido al directo que diría Harris, o demasiado crudo y soso que diría yo…

A ver, Steve siempre ha tenido muy claro qué es Iron Maiden, y que filtros has de pasar para que forme parte de la música de la banda. Bruce se fue precisamente porque buscaba explorar música fuera de esos filtros, Adrian igual. Y al terco de Steve no le ha ido tan mal. Incluso con malas decisiones como fue traer a Blaze, pues sacaron canciones muy interesantes también.

Yo creo que el gran debe de Steve ha sido no saber tener a alguien como Martin Birch, tras dejarlo este señor. Los discos de la banda dejaron de sonar igual, y muy de largo.

Coincido con lo que dices, a mi tb me molan mas lo Maiden de Birch, pero, ¿quién puede dudar de que, tras la entrada de Shirley – que digan lo que digan más arriba es un extraordinario productor- Maiden son más populares que nunca? Igual los pollaviejas pensamos que 1982-1988 es el cénit, pero muchos otros piensan que lo mejor de la banda viene a partir del 2000.

Me recuerda a un entrevista a Gene Simmons de Kiss. En ella le preguntan por como funciona el grupo a la hora de hacer canciones, etc… Y lo resume así, todos traemos ideas, todos decidimos pero el único que tiene veto para decir NO es Paul….

Cancionzaquísima.

Convertidos en guardianes de la llama dejan correr el rio de los años hasta que se estrellen en el mar. Puede llover o ser día de augusto sol, llegar la nieve o transcurrir los velos de la noche cubriendo parcialmente a la luna , pero nada cambia. Las Llaves están bajo la mano cerrada. Noventainueve ojos mantiene el nuevo Argos cerrados y siempre vigila el otro ojo insomne. Ninguna flauta de Mercurio adormece a esta poderosa bestia. Puede ser lícito e incluso necesario, pero también es posible que se cargue duramente contra ese inmovilismo. AcDc e Iron Maiden, Accept o Doro, son efigies doradas de un mural imponente. Sin embargo no mudan y siempre enseñan las mismas formas. El ojo, al envejecer, cree ver nuevos matices antes pasados por alto, pero realmente no son tales. Todo ya estaba ahí, nada surge ahora. Esa es la forma antigua de concebir el metal, la fidelidad a una tradición inquebrantable. El clasicismo por antonomasia y maneras de vivir. Justo lo que ahora se añora y odia por igual. En el caso de Iron Maiden, el tirano que mueve el carro de los fogosos córceles no afloja la mano. Y los giros por la pista siguen siendo los mismos… Formas arcanas de laborar las tierras del metal. Gentes del mismo lugar, exclusivas herramientas y única manera de roturar . Ya está todo inventado. Metal para los días cotidianos. Realidad e historia. Antropología del género. Y la sucesión de las Edades que inevitablemente van erosionando las formas. En la de Oro todo brotaba sin esfuerzo y sujeto al capricho, se disfrutaba sin sudor y se creía que la luz del sol iluminaría para siempre el prado. Los Killers, number of beast o Powersalve manaban feraces y limpios de mácula y solo el placer cansaba los miembros del hombre que fue bendecido por esos tiempos. Luego se tornó argénteo el momento y la Plata sucedió al Oro. La nobleza del metal, aunque inferior, no mostró apenas signo de deterioro, pero algo de lustre se había perdido. Somewhere in time y los teclados alienígenas, o el séptimo hijo del séptimo que no todos creemos que será el elegido para la grandeza. Antes ya hubo augustos que no nacieron de tan largo árbol genealógico. O el fear of the dark que puso tope a la inspiración que sube orgullosa por los canales del triunfo. Y luego ya el tiempo del Bronce, donde ya se conoció el dolor y se protestaron las ordenes. Ya se dudaba de que uno fuera el dueño necesario. Tiempos de exilios y mareas, de llantos y valor, de determinación y de renovación. Las góticas noches del x factor, los infernales paseos por el virtual XI y luego el retorno del nuevo Ulises a su Itaca particular y también el regreso de algunos de los que partieron con Agamenón hacia Troya. Nuevo renacer, para volver a ser el de siempre. Y luego ya dance, life of matter, leer el libro de almas, fascinación por el sol naciente, final frontier en un renacimiento del género que con materiales limpios y blancos construye lo mismo que antaño, pero sin la grandeza pretérita. Es decir el día a día de los hombres. Pisar este mundo y asirse a sus contornos. Historia y tradición. E Iron Maiden es el paradigma de esas formas hoy al igual que los lugares que asfixia el turismo, encadenados a un mainstream exacerbado y a una cruel especulación.
Pero también hay otra forma de concebir el género y es con el espíritu. Dejarse mecer en las quimeras y estar atentos a lo que el sueño te dice. Prestar oídos a lo que Hermes te dice ambiguo y cruzar la puerta de cuerno que cantara Virigilio siguiendo a los ensueños veraces. Y aquí es Priest el oráculo principal. Ya se tambalea la tradición y solo se persigue la forma. De los sad wings of destiny a los killing machine y a la visión definitiva del Stainned Class. Todo muda para aprehender las esencias. Comunión con las esferas. Filosofía y arte dramático, soñar la vida . Evasión. Todo cambia . Mundo proteico. British steel, screaming, Turbo para girar sin parar allí afuera en el frío. La fiebre y la visión de la profecÍa. El asesino doloroso de tus tragedias y la redención para afrontar el invierno. Jugulator y reedemer y después firepower y invincible shield. Otra forma de concebir el asunto. No mejor ni peor, diferente. Y tristemente también sujeta a esa voraz ansia de estos tiempos que todo lo devoran sin masticar.
¿ Con cuál te quedas hermano ?
Abrazo y Saludo OP

Se habla siempre mucho de la importancia de Harris o de Dickinson en Iron Maiden, pero para mí Adrian Smith es tan importante como esos dos, o mas incluso.

Orestes artista