+ KLOGR + VIRTUAL SYMMETRY
Sala Boveda – Barcelona
Sábado 9 de Noviembre de 2024 – Sala Boveda – Barcelona
Hay bandas que se desmarcan deliberadamente de lo que suele considerarse como la norma habitual dentro de la escena metalera. Formaciones que poseen una marcada personalidad, que tienen algo que les hace especiales. Y lo peor es que ese factor diferencial no siempre juega a su favor a la hora de conseguir el éxito y el reconocimiento. Cualquiera que haya seguido la trayectoria de EVERGREY estará de acuerdo conmigo en que la carrera de la banda que capitanea el incombustible Tom S. Englund ha sido como una carrera de fondo. Aunque la banda llevaba varios años funcionando no fue hasta finales de la década de los noventa cuando tuvieron ocasión de publicar su ópera prima “The Dark Discovery”. Desde entonces muchos han sido los músicos que han desfilado por su seno contribuyendo a que la propuesta del combo sueco fuera cada vez más personal y reconocible. La excusa para su reencuentro con el público barcelonés fue la puesta de largo de su última referencia de estudio “Theories Of Emptiness”. Como compañeros de viaje durante esta nueva andadura por el Viejo Continente los suecos están contando con el respaldo de KLOGR. Mientras que los encargados de dar la bienvenida al personal fueron los chicos de VIRTUAL SYMMETRY.
La primera sorpresa de la noche fue comprobar que a la hora prevista para la descarga de VIRTUAL SYMMETRY, Bóveda presentaba ya un ambiente bastante animado, con algo más de media sala de seguidores deseosos de que los instrumentos empezaran a rugir. Unos minutos antes del horario inicialmente previsto el quinteto de Lugano aparecía en escena para rápidamente captar la atención del respetable con esa particular propuesta que combina de forma incontestable: contundencia, melodía, el buen gusto a la hora de tratar los arreglos, y esos giros de corte progresivo con los que han moldeado su sonido desde que en 2016 se dieran a conocer con “Message From Eternity”.
Curiosamente, y a diferencia de lo que sueles ser habitual, el combo suizo fue el que mejor sonó de las tres bandas que conformaron el atractivo cartel de esta noche, y es que fue una delicia ver cómo el guitarrista zurdo Valerio Æsir Villa atacaba unos incontestables riffs para posteriormente sumergirnos de lleno en esos desarrollos preñados de distinción y elegancia que marcaron piezas como las iniciales “Heart’s Resonance” y “Canvas Of Souls”, que formarán parte de su inminente nuevo trabajo “Veils Of Illumination”, que verá la luz a principios del próximo mes de Diciembre.
Me gustó mucho el feeling que en todo momento transmitió una banda a la que se le vio disfrutar sobre las tablas, siempre con una sonrisa dibujada en el rostro, y eso es algo que quedó personalizado en la entrega de un Marco Pastorino que acabó firmando una soberbia actuación, mostrando sus registros más elegantes y sofisticados a la hora de atacar cortes como “Fantasie Di Verità”, que hacía que la intensidad fuera creciendo poco a poco entre una audiencia que parecía cada vez más animada y participativa. No abandonarían el material de su obra homónima de 2022, ya que acto seguido las guitarras tomarían el relevo de los teclados que abrieron el tema para conducirnos a través de los enrevesados pasajes de “The Paradise Of Lies”.
Mucho más etéreos y, porque no decirlo, hasta experimentales sonaron los compases iniciales de “Exodus” para dejar que fueran los teclados los que se encargaran de conducir una pieza que acabó recabando una cerrada ovación. Eran los primeros en tocar, y eso significaba que no iban a disponer de mucho tiempo. Así que el tema escogido para finiquitar este primer acto de la noche fue el enérgico y marchoso “Come Alive”, tras el que la banda se retiró dejando al personal con ganas de haber escuchado algún tema más.
Pocas referencias tenía de los siguientes en tomar las tablas de una sala Bóveda que a estas alturas de la noche presentaba ya un fantástico aspecto, algo que hacía presagiar que cuando aparecieran las estrellas de la noche el recinto iba a estar muy concurrido: KLOGR. He de admitir que me sorprendió muy gratamente la propuesta que nos presentaron Gabriele “Rusty” Rustichelli y sus muchachos, aunque si tuviera que etiquetarles no sabría en donde englobarles. Sus guitarras fueron rudas, cortantes, su base rítmica absolutamente implacable, y eso que esta noche contaron con la baja de su batería habitual que tuvo que ausentarse, así que fue sustituido por el percusionista de VIRTUAL SYMMETRY: Andrea Gianangeli. Pero sin duda lo que más destacaría fue la actitud y el descaro que exhibieron y que estuvo personalizado en la figura de su frontman, el ya mencionado Rusty.
Salieron pisando fuerte, con ganas de arrollar con todo a su paso y de convencer a quienes todavía no les conocíamos. Así que no tardaron mucho en meterse al personal en el bolsillo con trallazos crudos y humeantes como “One Of Eight”, pese a que el sonido no fue tan nítido como el que tuvieron VIRTUAL SYMMETRY. Tras una primera toma de contacto que sirvió para que la banda pusiera sobre la mesa sus cartas más netamente metaleras, llegaba el momento de darnos el contra punto desplegando su vertiente más rockera a lo largo de “Lead Wings”.
Pese a que la banda lleva en activo más de una década, -y que durante ese tiempo han publicado cuatro largos y varios Ep’s-, su repertorio estuvo muy centrado en el material de lo que ha sido su último redondo “Fractured Realities”. De modo que no quisieron dejarse en el tintero la corrosiva “Gravity Of Fear”, con todo el escenario teñido de rojo mientras Rusty se acercaba al filo del mismo para espolear a los que ocupaban las primeras filas.
Las bases electrónicas y las guitarras cortantes aproximarían su propuestas hacia derroteros más vanguardistas mientras daban forma a “Unspoken Words”, que fue rematada por un pegadizo estribillo de esencias noventeras. Para liquidar una descarga que no dejó indiferente a nadie KLOGR apostaron por asestarnos los corrosivos riffs del demoledor uptempo “Waking World”. Quizás su propuesta no sea para todos los públicos, pero creo que en líneas generales los chicos de KLOGR dejaron unas muy buenas impresiones en lo que fue su estreno en tierras catalanas.
Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. La última vez que tuve ocasión de ver a EVERGREY en vivo fue a principios de 2019. Sí, por supuesto, que la banda ha regresado por tierras catalanas posteriormente, pero un servidor no pudo asistir. Quizás por ello, he de admitir que me sorprendió lo concurrido que estuvo el recinto durante su descarga y, lo que es aún mejor, la entrega de unos seguidores que mostraron su lealtad incondicional cantando muchos de los temas que sonaron a lo largo del show. Otro detalle a destacar fue lo cuidado de su montaje escénico, con los teclados y la batería enfrentados, con lo que pudimos ver las evoluciones del percusionista Simon Sandnes de perfil, todo un espectáculo ver como en más de una ocasión se incorporó de su kit mientras no dejaba de tocar. Pero sin duda lo más impactante de su puesta en escena fueron las tres pantallas repartidas a lo largo del exiguo escenario de la Sala Bóveda, ya que se encargaron de ilustrar con imágenes todos los temas que sonaron. En cuanto al repertorio estuvo muy centrado en la etapa más reciente del combo sueco, permitiéndose un solitario recuerdo a discos como “Inner Circle”, y dejando totalmente aparcadas lo que fueron sus primeras entregas de estudio. Algo realmente extraño si tenemos en cuenta que el próximo año la banda que lidera el carismático Tom S. Englund celebrará su trigésimo aniversario.
Precedidos de una cuenta atrás,- y acompañados de unas luces centelleantes-, el quinteto aparecía en escena para dejar que unos poderosos redobles, -que fueron jaleados con los vítores del respetable-, se encargaran de adentrarnos en la novedosa “Falling From The Sun”. Lamentablemente no tardamos mucho en darnos cuenta que el sonido no iba a ser tan nítido como el que habían tenido VIRTUAL SYMMETRY, aunque de alguna forma eso se vio compensado por lo rotundas y certeras que sonaron las guitarras de Englund y Henrik Danhage. Fue realmente sorprendente ver cómo la gente coreó y animó intensamente durante el tema de apertura para acabar premiando a los músicos con una estruendosa ovación. Sin embargo, los suecos no detuvieron el show, y es que sin prácticamente darnos tiempo para recobrar el aliento arrancaba otra de las nuevas “Say”, conducida por un tempo más marcado, y que sirvió para que el personal levantara los puños mientras la tripleta de cuerda copaba el centro del escenario.
Con el escenario y la sala completamente a oscuras, y mientras la gente tarareaba la melodía del siguiente tema, arrancaba la primera mirada al pasado en forma de “Mindwinter Calls”, para poner a prueba las gargantas de los más devotos mientras el carismático frontman no podía disimular su cara de satisfacción. Y es que precisamente fue esta una de las cosas que marcó su descarga de esta noche, ya que mientras Englund realizaba el speech que servía de introducción para el siguiente tema alguno de sus compañeros “insinuaba” la melodía del corte que el frontman iba a presentar. Más atrás en el tiempo, concretamente hasta su “The Storm Within”, nos invitarían a viajar, dejando a un lado los problemas y las preocupaciones, para adentrarnos de lleno en las intensas melodías de un “Distance”, que fue coreada reverencialmente por un público que parecía conocerse su letra al dedillo.
El nivel de entrega y euforia del personal no decreció, ya que acto seguido y fundiéndose con el último acorde del tema anterior emergió “Eternal Nocturnal”, un trallazo incontestable que subió el nivel de revoluciones e intensidad al máximo para acabar convirtiéndose en uno de los puntos álgidos de la velada. Tres semejante clímax estaba claro que tocaba rebajar mínimamente el nivel de revoluciones y euforia del personal, y para ello que mejor que dejarnos arrastrar por las ambientaciones más etéreas de “A Silent Arc”, que fue la pieza escogida para representar a su obra de 2019: “The Atlantic”, dejándonos con una fantástica aportación solista de Henrik Danhage.
Los teclados de Rikard Zander serían los encargados de anunciarnos que había llegado el momento de volver a incidir en el material de lo que fue su anterior entrega de estudio: “A Heartless Portrait (The Orphean Testament)”, para deleitarnos con los vibrantes increscendos de la siempre efectiva “Call Out The Dark”, cuyo estribillo fue coreado ensordecedoramente por el público. Una nueva incursión sobre la obra que publicaron en este mismo año serviría como excusa para proponernos una celebradísima “One Heart”, que fue recibida con el mismo entusiasmo que un clásico, dejando patente que el material contenido en “Theories Of Emptiness” ha calado hondo entre sus incondicionales, y es que he de reconocer que fue una delicia presenciar como Englund y Danhage sobreponían sus guitarras antes de que toda la sala coreara el título del tema mientras no dejaba de dar palmas para conformar una trepidante recta final.
Una vez más, la potencia, la intensidad y la melodía se darían la mano para dar forma a la tortuosa “Where August Mourn”, con Englund dejando a un lado su guitarra durante las primeras estrofas para centrarse en su faceta de vocalista y animador. Y es que a diferencia de otras veces que un servidor ha tenido ocasión de disfrutar en vivo de la formación sueca, Tom S. Englund se mostró bastante comunicativo entre tema y tema, alargando bastante sus discursos de presentación. Sin embargo, eso no pareció cortar el ritmo del show ya que trallazos de alta precisión como “Weightless” sirvieron para que la banda desplegara todo su potencial melódico contando con el respaldo incondicional de sus seguidores.
Habiendo creado una química especial con el público, EVERGREY se dispusieron a encarar la recta final de su descarga dejándonos una buena muestra de su amplitud de miras, estilísticamente hablando, invitándonos a navegar a través de los rotundos cambios de ritmo de otra de las nuevas “Misfortune”. Mientras que la escogida para poner el punto y seguido, acompañada de un cuidado juego de luces, fue la implacable pieza que abría su anterior redondo: “Save Us”.
El retorno sobre las tablas estuvo marcado por el que a la postre fue el tema más antiguo que tocaron esta noche: “A Touch Of Blessing”. Unos potentes redobles serían los encargados de tiznar de épica la celebradísima “King Of Errors”, para dejar que la rúbrica a la fantástica descarga de los suecos corriera por cuenta de la envolvente e introspectiva “Our Way Through Silence”.
Como ya comenté anteriormente, he de admitir que me sorprendió muy positivamente el tirón que demostraron tener EVERGREY en la Ciudad Condal, y más si lo comparamos con algunas de sus últimas visitas. Y eso sin duda es indicativo de que Mr. Englund y sus muchachos están haciendo bien las cosas.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (@carlosoliverphotography)
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