+ I SEE STARS
Domingo 3 de Noviembre de 2024 – Sala But – Madrid
El fenómeno de masas PALAYE ROYALE regresa a España, y en este caso lo hace a Madrid tras una única fecha con ‘sold out’ en Barcelona en su pasado tour. Había ganas de tenerles por aquí por primera vez, ejemplo de ello es el cartel de ‘no hay billetes’ también colgado para esta velada en la sala But, aunque también hacían parada en la ciudad condal de nuevo. Para esta ocasión y para completar la noche, cuentan con I SEE STARS como banda invitada.
Larga cola en las horas previas del concierto y de la apertura de puertas, y es que, en bandas como esta, el fenómeno fan es una auténtica locura, admirable cuanto menos. Sí que es cierto que el hecho de ser un domingo sin lluvia favorece mucho más esta espera, pero en noviembre no deja de ser un importante reto.
Apertura de puertas a la hora preestablecida con una organización que cumplió los horarios a la perfección, aunque pequeño tirón de orejas para la sala por el trato de su personal de seguridad, el cual deja bastante que desear. Horarios muy ajustados y sin quererlo ni beberlo, y con la mitad de público aún en el recinto empezaba la acción.
Y es que a las ocho y cinco exactamente se apagaban las luces para dar comienzo a las hostilidades. Desde Warren, Michigan, con casi veinte años a sus espaldas de carrera, turno para I SEE STARS. Ante ya una importante presencia de respetable, la banda comandada por el carismático Devin Oliver se mostraba entre las sombras ante un numeroso y colaborativo público al son de la inicial “Drift” o “Running With Scissors”, con un sonido que mezcla el metal con sonidos electrónicos en momentos puntuales.
Sonido comercial y efectivo como marca “Break” o “Ten Thousand Feet”, con ‘wall of death’ hasta la mesa de sonido incluido, para cerrar con “SPLIT” y “Calm Snow” un show entretenido, perfecto para mostrar a una banda que se despedía aclamada y a la que acompañaron cientos de personas al unísono con cada interacción que el combo americano solicitaba. Gran elección, muy acorde a lo que el ambiente demandaba.
Y una especie de pared de una casa con cantidad de decoraciones y recortes con una puerta roja en el medio constituían el decorado para esta gira de presentación de “Death Or Glory” de PALAYE ROYALE. Su catalogado art rock llegaba desde Las Vegas por primera vez a Madrid con los hermanos Remington Leith (a la voz), Sebastian Danzig (guitarra) y Emerson Barrett (batería). Aunque su apellido real es Kropp, cada uno de ellos utiliza como nombre artístico su segundo nombre de pila, curioso cuanto menos.
Así iban apareciendo entre las penumbras mientras comenzaba a rugir la guitarra de Seb para el excelente riff de “Nightmares”, frenetismo desde el primer segundo con una banda en constante comunión con un respetable que reventaba la sala, saltando al unísono al son de ese poderoso estribillo sin un ápice de espacio entre los cuerpos de los asistentes. “Death or Glory” tiene un sonido fresco que favorece el dinamismo de un combo que no tarda en subirse a cantar frente al público como hace Remington, o Sebastian con su guitarra sujetado por el mismo, mientras se produce el primer ‘mosh pit’ de la actuación.
Inicio abrumador que no da respiro ahora con “Little Bastards” y de nuevo volviéndose a desgañitar Remington a merced (y en las manos) de sus fans. Esta sala But desprendía un calor pocas veces visto para estar aún en el cuarto corte, que no era otro que “You’ll Be Fine”, la que vuelve a poner a saltar a toda la pista con un estribillo que rompe con la tranquilidad de una bonita estrofa.
Pegadiza y efectiva llega “No Love in LA”, con toda la sala agitando los brazos de lado a lado al son de nuevo de otro estribillo facilón. Enganchamos ahora con “Just My Type”, una de las nuevas que no tiene tanto tirón aunque no desentona, y con el toque teatral de “Dark Side of the Silver Spoon”, una debilidad del último LP para un servidor que hacen funcionar bastante bien en directo.
Y bajamos revoluciones para alzar los móviles y grabar una preciosa y también nueva “Ache In My Heart”, mejorando considerablemente la versión respecto al estudio, todo un acierto. “Showbiz” nos trae a Remington de nuevo sobre el público, esta vez con los fieles literalmente sujetando sus piernas para mantenerle en lo alto en una de las más comerciales, no por ello menos acertadas ni mucho menos.
Otro estribillo saltable como el de “Dying in a Hot Tub” nos ponía en el suelo para saltar al ritmo de “Fucking With My Head”, menudo cañonazo que jamás faltará en un set de los americanos, de lo mejorcito de su show. “For You” es una de las canciones más sentidas sin duda, y es que tras la pérdida de la madre de los tres hermanos hace relativamente poco, estas piezas cargan de emotividad una pieza muy cuidada. Como la aclamada “Fever Dream”, que tiene también un toque muy teatral y que recuerda a bandas como MY CHEMICAL ROMANCE en ciertos momentos, para cerrar momentáneamente con “Pretty Stranger”.
Mucho jaleo para traer de vuelta entre vítores a un grupo que volvía a firmar una noche épica y aún faltaban tres cartuchos. Comenzando por las melodías de “Dead to Me” y de nuevo Remington haciendo trabajar a nuestros brazos activamente, y es que estaba siendo un no parar de wall of deaths, momentos ‘on the floor’, mosh pits, o simplemente mover los brazos de lado a lado. Pues bien, para nuestra sorpresa se subía a la balconada para saltar desde ahí sobre nuestras cabezas en esta ocasión, lo que nos faltaba por ver, ¡qué derroche de energía! Nos acercamos al final ya con “Lonely” y el broche de oro con Remington saltando desde el escenario a la mitad de un wall of death en “Mr. Doctor Man” desataba la última locura en la capital.
Qué barbaridad, es cierto que el setlist es mejorable porque se dejan muchos cortes fuera y no deja de ser un show de poco más de hora y cuarto, pero con este nivel de entrega, compromiso y frenesí es difícil discutirles algo. Sobresalientes PALAYE ROYALE una noche más para los que hemos tenido el placer de verlos previamente, no queda ni la más mínima duda de su regreso y por supuesto en un emplazamiento más grande. Los palayos nos hicieron sudar de lo lindo en una fiesta sin fin.
Texto y fotos: Óscar Gil Escobar
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