BEHEMOTH – TYGERS OF PAN-TANG – SALEM UK

Con lo que me gustaban Behemoth y después (pero siendo el punto de inflexión) del gran trabajo “The Antichrist”, la nada velada obsesión de Nergal por llegar al mainstream del metal (iba loco por realizar una gira con Slipknot y le salió rana) y el progresivo abandono de su estilo, lamentablemente me han decepcionado y apartado de mi interés (esto aplica a mi persona. A los que los disfruten a día de hoy, nada que objetar al respecto).
Pero bueno, en la memoria queda el apocalíptico concierto del 2000 en la carpa pequeña del Wacken, reventada de público y con una comunión perfecta entre banda y asistentes.
Una pena.

Las carreras son muy largas y la fama y el dinero son muy tentadores, creo que todo el mundo ha sido decepcionado por su banda preferida de una manera u otra aunque las que más duelen pueden ser las relacionadas con estos temas que hemos mencionado. Los egos y el creérselo están a la orden del día, el poder te puede convertir en un tirano, seguro que no te cuesta pensar en alguno mientras lees esto.

Con los ojos abiertos por la sorpresa nos zambullimos en el futuro para descubrir que se disuelven las posibilidades de aquello que creíamos fijo. Hubo un tiempo en que todos creímos que Behemoth y Vader sucederían a Death o Cannibal Corpse y a Slayer o Carcass respectivamente y en una evolución más elaborada y lógica serían los dueños del metal durante tiempo. Los primeros cuando mudaron al death, desde el espinoso black, eran tan brutos y técnicos como los nombrados, pero más entretenidos y de más enjundia en su mensaje. Ocultistas que entonaban letanías extrañas mientras todo se sacudía a su alrededor. Casi sujetan el cetro del metal duro , pero su ambición y ansiedad los empujó al vórtice del aburrimiento. A Vader sin embargo, le envolvió el misterio: ¿ Por qué no aguantó el colosal edificio de metal y duro basalto ?, ¿ Cómo pudo incurrir en el olvido, como si fuera arena que cae en suelo mojado y se disuelve paulatinamente ? No se sabe. Todavía me estremezco con sus discos de su edad dorada y el Sothis, o el de Profundis o los siguientes que eran como ese tanque que te disparaba al comienzo de un disco que no recuerdo como se llamaba. Y esa grandiosa tradición de rendir culto a tus ancestros o maestros con esas versiones apabullantes. Otra corona sin ceñir sienes. En fin. Pudo haber sido diferente y sin embargo la máquina funciona a todo vapor .
Abrazo y Saludo OP