Crónica y Fotos del LEYENDAS DEL ROCK – Viernes 9 – Parte 1 con SARATOGA + ZARPA + BURY TOMORROW + LÁNDEVIR + TAROT+ SYLVANIA + UNLEASH THE ARCHERS

 

UNLEASH THE ARCHERS + SYLVANIA
+ TAROT + LÁNDEVIR + BURY TOMORROW
+ ZARPA + SARATOGA

Miércoles 7, Jueves 8, Viernes 9 y Sábado 10 de Agosto –
Polideportivo Municipal – Villena

Viernes 9

UNLEASH THE ARCHERS

Se inauguraba, con los powermetaleros canadienses UNLEASH THE ARCHERS, la tercera jornada de este agotador y caluroso LEYENDAS DEL ROCK 2024. Sin embargo, ni una cosa ni la otra echaron para atrás a la gente, que estaba decidida a verles cayese la que cayese, formándose ya un buen mogolló delante del escenario Jesús de la Rosa. Los arqueros estaban a punto de disparar. ¿Podrían sus flechas con el insoportable calor que azotaba Villena a aquellas horas?

Lo que sí es indiscutible es que UNLEASH THE ARCHERS salieron a matar. Mucha gente con la que charlé me dijo que era uno de sus grupos imprescindibles del día, y me uno a dicha opinión. La maldita pandemia nos privó de ellos en la edición 2020, pero ahora muchos nos íbamos a quitar una buena espina, aunque tuviese que ser a pleno sol, y aunque por la duración del concierto nos fuésemos a quedar, casi con total seguridad, con ganas de más. Ese primer grito de guerra de Brittney Slayes al frente fue toda una declaración de intenciones a la hora de arrancar con el primer corte, “Abyss”, justo cuando el batería Scott Buchanan comenzaba a meterle sin piedad al doble pedal. Sobre todo las voces (Brittney y coros) se escuchaban realmente bien, tanto desde lejos como cerca del escenario, pero en general todo sonaba potente y compacto.

El escenario se llenaba de melodías épicas y baterías poderosas, de la mano de temas como la siguiente “Spellbound”. La ausencia de teclado les hizo tirar de samples, pero el resto fue 100% orgánico, mucho movimiento y desmelene, como aquel que mostraba el bajista Nick Miller pateando el escenario, muy emocionado e inquieto. Brittney, con una sonrisa casi perenne en su rostro, con su suprema elegancia, y con su prodigiosa voz, se ganaba al personal a pasos agigantados en “Ghost in the Mist”, mientras entre el resto de músicos, era un no parar: saltos entre Grant Truesdell y Nick, y alguna que otra broma entre vocalista y bajista cargada de buen rollo.

A pesar del tórrido calor, cada vez se veían más muestras de apoyo desde el público, que ya levantaba los puños al compás en las primeras filas. Lo único que escuché más flojo fueron las voces corales del pelirrojo Andrew Saunders en cortes como “Green & Glass” (una de mis preferidas), eso sí, los dedos sobre su guitarra de 7 cuerdas corrían que se las pelaban, marcándose algunos de los mejores solos del concierto, y cogiendo mucha presencia conforme avanzaba este. Desde luego, cuánto se agradece que a aquellas mortales horas el escenario ya dé una buena sombra sobre el público. Sin duda, este es un aspecto del LEYENDAS DEL ROCK que no me canso de alabar. Eso no quiere decir que muchos no estuviésemos ya sudando tinta, al incansable ritmo que marcaba Scott con sus baquetas en “Awakening” (“Apex”, 2017), con una fuerza aplastante, que elevaba más puños desde el público, al mismo tiempo que Brittney, con mucha chulería, cantaba apoyando el pie en su micro, y luciendo melenaza en sus continuos headbangings. Concretamente este tema fue una de las mayores demostraciones de talento y resistencia vocal, llevando sus cuerdas al límite, y saliendo más que airosa. Sin duda, una cantante y frontwoman extraordinaria, con un carisma equiparable a su talento al cantar.

En ninguna como en “The Matriarch” sonaron esas guitarras tan sólidas y crudas, y en muy pocas se vio a un público con tantas ganas de cantar, por supuesto, animados sin descanso por los gestos de la vocalista y el empuje de Andrew, que también pisoteaba ahora los monitores delanteros. Pero los verdaderos alardes llegaron con la última “Tonight We Ride”, con la que no pensaban dejar piedra sobre piedra. Los agudos imposibles de Brittney (mejores que en disco, incluso) y esos chulísimos dibujos de bajo nos condujeron al final, con Nick y Andrew intercambiando los dedos sobre sus respectivos mástiles al borde del escenario, algo que aplaudimos con todas nuestras fuerzas. Pero cuando más candente estaba el hierro… nos anunciaban que finalmente no tenían tiempo de tocar la última prevista, dejándonos con la miel en los labios en un concierto que se me pasó volando… demasiado.

Texto: Javi Estan

Fotos: Cesar Valiente

 

---

 

SYLVANIA

Tenía muchas ganas de verles, entre otras cosas porque su último disco, “Purgatorium” me gustó y porque no los había visto aún con Alberto Symon, excantante de NOCTURNIA.

El caso es que abrían el viernes, en el tercer escenario de LEYENDAS DEL ROCK, por lo que fui allí directamente.

Me encontré con una banda muy competente, rodada y ensayada, sonando bastante bien, a pesar que este año el tercer escenario por causas que desconozco no sonó como en anteriores ediciones.  Su guitarrista y líder Alberto Tramoyeres tiró de galones, junto a un Symon que trató de agradar mientras cantaba cada una de las canciones, luchando con los más difíciles tonos  y consiguiendo triunfar junto a sus compañeros.

Es una banda que si os gusta el power metal, os gustará especialmente. Su show en Villena fue pleno y contundente, presentó canciones de su reciente “Purgatorium” y echó la mirada atrás.  En todo momento el grupo al completo, salió “a por todas” con muchas ganas y actitud, y eso hizo que la actuación fuera estupenda.

Llegue cuando terminaban de tocar la intro “Entre la vida y la muerte”, y ya había público para ver a los valencianos. A continuación, se marcaron un potente “Purgatorium” que no dejó títere con cabeza, puro power metal, con la banda a tope, y Symon muy bien. Siguieron como en el álbum, con "El río de los lamentos", con unos ricos teclados, el contraste con las guitarras y sus voces melódicas y rudas formando parte de la estructura del potente tema, con un estribillo muy bueno.

Cuando imaginaba que seguirían con “Tu Calor será mi voz”, colaron de gozo a los más fieles y primigenios seguidores con “La Princesa Prometida”, que sonó muy bien, a pesar que Symon sufrió un poco en las líneas vocales. El mítico tema que fue regrabado y del que se hizo un vídeo clip  para celebrar el décimo aniversario del lanzamiento de su primer álbum, "Lazos De Sangre" en otoño de 2021. Es sin duda el tema que encumbró a la banda desde sus comienzos, aunque yo prefiero su nuevo álbum, con todos mis respetos.

Me gustó “Finis Templari” y “Hechizo de Invierno”, precedentes del gran “Tu calor será mi voz”, ahora sí. Este es uno de mis temas favoritos de su nuevo álbum, donde Symon destacó especialmente, dentro de un tema sencillo, directo, y con cierta vertiente a lo ELUVEITIE.

“Aunque mi alma se desgarre” sonó tremendo, contundente, con un gran trabajo de  batería, ritmos, arreglos y sólidas guitarras, y ciertos tramos a lo MAGO DE OZ, pero al estilo SYLVANIA, con  dos solos de guitarra, de Sergio Garay, y  Alberto Tramoyeres subido en el pulpito central.

“Luna quebrada”, sonó casi al final. Es un gran tema, que fue cuarto corte del álbum "Recuerdos del Mañana" y una de las canciones más queridas de la banda. Esta precedió al adiós definitivo de este corto, pero muy intenso, concierto de SYLVANIA. “Vivo en Tu Memoria”  del CD   "Testigos de las Estrellas",  fue la pieza definitiva a un show estupendo y completo.

Como siempre digo, en este país, hay muy buenas bandas… Claramente, una de ellas son SYLVANIA.  El 9 de Noviembre se presentan en Madrid.

Texto: Rafa Basa

Fotos: Pedro J. Delgado

 

---

 

TAROT

Marko Hietala abandonó, hace un par de años, y tras 20 de militancia, a sus NIGHTWISH. Imagino que muchísimas cosas habrán cambiado en su vida desde aquel momento, pero por fortuna, todavía le queda una buena carrera en los escenarios por delante. Imparable músico, letrista, compositor, colaborador… son incontables los proyectos en los que ha participado desde que iniciase su carrera, a principios de los 80, con la banda PURGATORY, que posteriormente, pasaría a llamarse TAROT. Y justo el pasado año, decidió reactivarla tras unos años en barbecho.

En este LEYENDAS le tendríamos por partida doble, ya que también actuaría el sábado junto a su ex- compañera de banda, Tarja. Sin embargo, el concierto de TAROT me resultaba más apetecible todavía. Una buena dosis de Heavy Metal clásico, del que cada vez abunda menos en este festival. Bastante gente expectante para la ocasión, tras el magnífico bolo de UNLEASH THE ARCHERS. Salían a escena Zachary Hietala (con su cigarrito) y Tommi Salmela para dar el primer saludo, y rápidamente se unieron todos al unísono, interpretando “Pyre of the Gods”, primer tema de su set. El mismo Tommi tuvo un papel muy destacado desde el inicio, compartiendo las líneas vocales con Marco Hietala que, obviamente, acaparó muchísimas miradas. Por nuestra parte, les recibimos ya con los cuernos en alto. El sonido, vaya vaya, no estuvo nada mal. La batería sonaba fuerte y potente, atronando con el doble bombo tras ella Antero Seppänen, la incorporación más reciente al line-up. Muy temprana, pero muy bien recibida cayó esa “Wings of Darkness”, luciendo actitud el guitarrista Zachary (despatarramientos incluidos) y mostrándose Marco en bastante buena forma, llegando a los tonos altos con solvencia.

Al principio me parecieron algo sosos en cuanto a comunicación… pero como muchos sabréis, casi mejor que la cosa hubiese continuado así… De momento, llevaban buen ritmo, atacando seguidamente con esas guitarras heavys de “Crows Fly Back”, y terminándola con unas buenas armonías entre Marco y Tommi, cuyos samples tenían la presencia justa y necesaria.

Tras él veíamos, elevado, al teclista Janne Tolsa, a quien le faltó algo de presencia sonora, al igual que sucedió con la voz de Marco. No sé si es que este último cantaba tan bajito como hablaba, o es que a su micro le faltaba volumen, pero lo cierto es que era complicado quedarse con los detalles de su trabajo. Me pasó, entre otros temas, con “Lady Deceiver”, que habría mejorado mucho de haber sonado ambas voces por igual. Eso sí, el solo de Zachary, fenomenal. A partir de aquí, empezaron los discursos por parte de Marco, cada vez más largos. Al principio disfrutamos de sus referencias e historias, pero luego se hicieron casi insoportables. Y este fue solo el primero. Además, a partir de este momento el setlist fue cayendo en picado, para mi gusto. “Warhead”, donde destacó el solo de teclas de Janne, y “Hell Knows”, aunque ambas tuvieron unas impecables bases rítmicas y un guitarrista que se movió bastante del sitio, se me hicieron muy anodinas y cargantes, perdiendo mucho el interesante ritmo con el que habían arrancado. Entre ambas, por cierto, hubo otro discurso que ya empezó a cansar. Para más inri, como digo, a Marco se le escuchaba muy bajito. Con “Traitor” y su endiablada batería, junto a la pasión con la que Tommi cantaba, nos volvieron a subir el pulso, pero ya no era lo mismo.

A la gente se le veía ya algo agotada, tal vez por el tute de dos días a las espaldas, quizás por el calor… o puede que por las constantes pérdidas de tiempo entre canción y canción. Y es algo que también se percibió incluso en un temazo como “Rider of the Last Day”, donde volvieron a resaltar, por méritos propios, esas bases rítmicas duras y consistentes, en las que el doble bombo sonó como una apisonadora. Pero con más conversaciones de por medio… el concierto ya no tenía remedio. Lo hicieron tan pastoso, que empecé a ver varios bostezos a mi alrededor, y a escuchar duras críticas.

Parecía que “Do You Wanna Live Forever” iba a ser una nueva remontada. Desde luego, los músicos se esforzaron, de eso no me cabe duda. Las poses y virtuosismo de Zachary, los punteos tan rápidos en el bajo de Marco, la complejidad de esas baterías en la parte final… pero ya faltaba magia en el ambiente, y por desgracia, este fue el último tema, a pesar de figurar otro más en el setlist. Hasta tal punto malgastaron la hora que tenían de actuación, que un poco más y les cortan. Para mi gusto, de cuantos conciertos vi aquel viernes, el de TAROT fue el que menos huella me dejó. Y es una lástima, porque realmente les esperaba con ganas.

Texto: Javi Estan

Fotos: Jon Rivas Delgado

 

---

 

LÁNDEVIR

Una vez más LÁNDEVIR regresaban al escenario del LEYENDAS DEL ROCK . Los de Elda no tocaban en casa, pero casi. Y eso se notó en lo concurrido que estuvo el recinto del  New Rock Stage. Con su más reciente trabajo, el conceptual “Un Viaje En El Tiempo”, bajo el brazo la formación alicantina se presentó dispuesta a defenderlo con uñas y dientes, y es que prácticamente todo su repertorio estuvo centrando en él, salvo el par de guiños que se permitieron a su anterior “Desde El Silencio”. Desafortunadamente el sonido no acabó de hacerles justicia, especialmente durante los primeros compases del show, haciendo que en muchos momentos costara distinguir con nitidez  la guitarra de José María Jerez.

En cualquier caso, nada se puede reprochar de la actitud y la entrega que exhibió una banda que lo dio todo en lo musical, y que además contó con la colaboración de un par de bailarinas que aparecieron para escenificar algunos de los temas que interpretaron. ”Un viaje En El Tiempo” sirvió para romper el hielo mientras los músicos iban tomando posiciones para hacer rugir sus instrumentos durante “Creencias Del Ayer”, uno de los cortes más potentes, y en esencia heavy metaleros de su última entrega de estudio, aunque sin perder en ningún momento esa vertiente celta que siempre les ha acompañado.

No tardarían mucho en desplegar todo su potencial melódico con los envolventes coros que marcaron el arranque de “Creencias Del Ayer”, que nos dejaba con el sonido de la flauta de Pablo Guerra  dando la replica a los guitarrazos de  José María Jerez y Pablo Guerra. Tras anunciarnos Jose que la presente era su cuarta vez en el LEYENDAS DEL ROCK tocaba dejarse seducir por las embaucadoras  melodías de “Tu Voz” y “La Historia Se Repite” , que fueron las  escogidas  para que la banda diera rienda suelta de su vertiente más netamente folky a la vez que demostraban el excelente trato que siempre dispensan a las melodías vocales.

Por supuesto que también tuvimos ocasión de bailar, y es que canciones preñadas de positivismo como “El Espíritu Del Viento” fueron la mejor excusa, con el personal moviéndose al ritmo de las melodías folk para dejar que posteriormente fuera la guitarra de Jose María la que se erigiera como indiscutible  protagonista. No abandonarían el material de “Desde El Silencio”, ya que nuevamente las guitarras se tornarían más poderosas a la hora de atacar  “Buscando Un Paraíso”, que se zanjaba con el personal coreando el nombre de la banda.

Una vez más las bailarinas que acompañaban esta tarde al combo alicantino volverían a tomar el escenario, esta vez empuñando sendos alfanjes, para acompañar con sus bailes las exóticas y sugerentes  melodías contenidas en  “Reina Alhama”. Nuevamente las melodías  folk se encargarían de darnos munición para que todos nos arrancáramos a bailar siguiendo las esencias juglarescas de la fantástica “Leyendas Del Medievo”. Para poner el broche definitivo a su descarga los alicantinos confiaron en el positivismo de “Mañana Ya Vendrá”, que nos dejaba a todo el público coreando su melodía mientras unos globos lanzados desde el  escenario convertían el recinto en un verdadero desmadre.

Texto: Alfonso Díaz

Fotos: Jon Rivas Delgado

---

 

BURY TOMORROW

Me encantaron, fueron una tempestad, sonaron bestiales estos británicos con su metalcore contundente y directo de dobles voces y estribillos melódicos.

Su vocalista principal Daniel Winter-Bates fue un rayo total, no paró ni un minuto y cantando en gutural fue brutal, aunque no luciría ni el cincuenta por ciento sin las voces más melódicas de Tom Prendergast quien en directo (nada de voces pregrabadas) hacía la segunda voz además de realizar una labor de percusión de primer nivel.

A priori venían presentando su último álbum "The Seventh Sun", lanzado en marzo de 2023, pero tocaron material de sus anteriores entregas.

Movieron al público desde el primer instante, a pesar del calor. Fueron un terremoto sistémico.

Arrancaron la maquinaria pesada con "The Seventh Sun", uno de los temas nuevos de su último álbum. Sin duda fue uno de los más desgarradores y poderosos de su descarga, que siguió otro corte de su nuevo trabajo, "Abandon Us", que a mi personalmente me sonó un poco a SLIPKNOT. Las voces melódicas de su estribillo fueron totales.

"Begin Again" también de  "The Seventh Sun",  nos puso las pilas. Un tema más calmado, pero con una combinación explosiva de partes agresivas, guturales combinadas con fragmentos melódicos. A mi el coctel me encantó.

Fueron echando la vista atrás a anterior material, por ello dieron tralla con “Black Flame”, donde algunos echaron de menos al anterior vocalista Jason Cameron, cantante  y guitarra de la banda desde 2013, quien decidió abandonar BURY TOMORROW  después de  "Cannibal" (2020). Tras este, siguieron con más material anterior como "Earthbound" del álbum de 2016.

Me gustó también mucho el guitarrista principal Kristan Dawson, quien lleva en la banda desde 2013, tras reemplazar a Mehdi Vismara.

Uno de sus mejores momentos fue el marcado por el impresionante "Boltcutter" un himno instantáneo de su nuevo álbum,  que combinó  el sonido potente con voces enfadadas con a melodías innovadoras aliñadas con coros melódicos.

La banda siguió a lo suyo, mientras el público se divertía con trallazos como "Villain Arc", "LIFE (Paradise Denied)" o "Cannibal"

El final llegó con "Choke" y "DEATH (Ever Colder)"

Arrasaron.

Texto: Rafa Basa

Fotos: Cesar Valiente

 

---

 

ZARPA

Las hordas heavymetaleras de Vicente Feijóo se preparaban ya, a la hora convenida, para hacer retumbar el escenario New Rock, siendo la segunda banda valenciana tras Sylvania, que inauguraron la mañana en la carpa. ZARPA es una de las bandas más míticas que tenemos en ‘la terreta’ en lo que a Heavy Metal clásico se refiere, unos pioneros en este rollo que siempre han conseguido salir adelante, contra viento y marea, gracias al esfuerzo y la lucha de su líder y fundador.

Posiblemente, fue el concierto, de todos los que vi, en el que menos gente había. Ahora bien, la expresión ‘pocos, pero bien avenidos’ encajaría aquí perfectamente, ya que sus más acérrimos fans estuvieron dando cera en las primeras filas de principio a fin, sin descanso. Se presentaban a escena con un inicio estruendoso que rebotó estrepitosamente en toda la carpa, para enlazarlo, seguidamente, con “Máquinas”. Y no sé cómo se escucharían ellos arriba… pero desde luego, el sonido fue un auténtico horror, saturadísimo, molesto, inestable… nefasto. Tan solo sonaron bien ciertos instrumentos en ciertos temas, otras veces se comieron unos a otros, y otras, sencillamente, desaparecieron. Una catástrofe. Al menos, pensé, disfrutaré de esos estribillos guerrilleros y facilones. Y eso sí fue dicho y hecho, gracias a un setlist llenito de clásicos, donde tampoco faltaron incursiones de su nuevo y flamante disco titulado “999”, que salió a finales del año pasado. Pero antes, una retahíla de temas conocidos por todos los presentes, como la cañera “Cuero y Cadenas” y “Cielo al Atardecer”. A nivel escénico, destacaban descaradamente las maneras y actitudes del Sr. Vicente Romero, que lleva ya más de 20 años formando parte de ZARPA, y no ha perdido un ápice de pasión con el tiempo, y no solo me refiero a su perpetuo movimiento sobre el escenario, sino también a su acalorada forma de tocar y golpear su bajo.

Esto contrastaba con la visible apatía, al menos en los primeros temas, de su actual guitarrista Marcos Sáez, aunque su interpretación de riffs y solos fue más que correcta. Olvidaba decir que también se nos trepanaron los oídos con algún que otro acople bastante irritante, aunque por suerte, fueron puntuales. Tal como sucede en la introducción en disco, Vicente Feijóo arrancó “Buscando un nuevo mundo” descontando en inglés.

Bastante subido de humos, el batería Miquel Alejandro le zurraba con ganas a los parches, y Feijóo demostró que sigue siendo un maestro a la hora de tocar su guitarra, y no solo eso, también de transmitir con su profunda y clásica voz. Se le veía muy contento de estar, una vez más, en el LEYENDAS DEL ROCK, y a nosotros de tenerle allí.

Según nos contó, en principio tenían pensado tocar todo el “999”, pero finalmente solo quedaron 3 de sus temas en el setlist, que ejecutarían a continuación. Sea material nuevo o viejo, los cánticos desde el público no dejaron de sonar, algo que motivó todavía más al bajista. Este último y Feijóo se enfrentaban y daban pasos coordinados en partes de “El heavy es mi destino”, la facilona “En Pie de Guerra” fue cantada enteramente por Vicente Romero (‘amenazando’ a continuación con cantarse otra jeje), y por último, “Dioses del Metal” completó el triplete, y en ella, Miquel Alejandro ya se mostró más integrado en el escenario. Los temas fueron recibidos con mucha algarabía y manos en el aire, ofreciéndoles nada más terminar una sentida ovación y gritos de ¡ZARPA! ¡ZARPA!. En verdad, éramos mucha gente de Valencia y alrededores, y eso creo un ambientazo muy festivo e íntimo, digno de ser vivido.

 
“Herederos de un Imperio” está considerado, por derecho propio, uno de los discos de Heavy Metal clásico más míticos jamás escritos en nuestro país, y por supuesto, se guardaban varios ases de este bajo la manga para el final. Una de ellas fue “Ojo por Ojo”, y a parte de un mar de cánticos, tampoco faltaron las coreografías en el escenario, con Feijóo, Romero y Marcos alineándose, y metiendo un solo a pachas entre ambos guitarristas, mientras Miquel sudaba tinta a la batería. El escenario se cubría de humo para el envite final, y desde su séptimo LP, “El yunque contra el martillo” llegaba la también cañera “Fantasía”, para regocijo de todos sus fans, que finalmente quedaron satisfechos (aunque no saciados) con Herederos de un Imperio. Para dejar el pabellón bien alto, Feijóo nos invitaba a cantar… aunque era algo innecesario, ya que nuestras voces se escucharon casi más altas que la suya durante todo el concierto, con las primeras filas gritando y echando chispas. Con un sonoro ¡hasta siempre! Vicente se despidió por todos sus compañeros, dejándonos con buen sabor de boca en lo que respecta a su actuación, pero con las orejas doloridas ante tal despropósito de ecualización

Texto: Javi Estan

Fotos: Pedro J. Delgado

 

---

 

SARATOGA

Lo de SARATOGA empieza a ser digno de estudio. Se me ocurren pocas, muy pocas, bandas que contando con más de tres décadas de andadura a sus espaldas puedan presumir de estar en uno de sus mejores momentos. Que nadie mal interprete mis palabras: no me considero un fan irredento de la formación que lidera desde principios de la década de los noventa el incombustible Niko Del Hierro. Sin embargo, lo que está claro es que el combo madrileño va subiendo el nivel en cada una de sus giras.

Por supuesto que contar con el carisma de Niko y  la maestría de Jero Ramiro es jugar sobre seguro, tanto en el estudio como en los directos, aunque en esta ocasión el virtuoso guitarrista sufriera  algún que otro problemilla técnico. Pero sin duda el gran valor de los actuales SARATOGA es Tete Novoa. No seré yo quien descubra ahora sus facultades como vocalista y showman, pero lo que si me gustaría recalcar es que con el paso de los años ha conseguido dar una nueva dimensión a muchos de los clásicos de la banda, aportando su granito de arena hasta el punto de incluir  algunos rugidos guturales.

Una vez más la banda regresaba a los escenarios principales del LEYENDAS DEL ROCK copando una franja horaria tradicionalmente reservada para las bandas internacionales, en esta ocasión a última hora de la  tarde, mientras el sol iniciaba su declive sobre el recinto del escenario Azucena. Como era previsible muchos no quisieron perderse la descarga del cuarteto madrileño. Además el show  de esta tarde significaba el bautismo “leyendero” de su nuevo batería Arnau Martí.

Como siempre salieron a por todas, quizás el sonido no acabó de acompañarles, pero resulta innegable que la fuerza y la garra que exhibieron desde el minuto cero acabaron siendo claves para que desde que empezaron a sonar los compases iniciales de “A Morir”, la banda consiguiera meterse al público en el bolsillo. Con Tete dejando a un lado el pie de micro con la iguana que presidió el escenario, tocaba empezar a saltar para acompañar  la llegada de “Mi Ciudad”, que servía para que la banda se permitiera un primer guiño al material que grabaron  junto al vocalista Gabi Boente, mientras un desatado Tete recorría incansablemente por el escenario filmando la reacción de los incondicionales que copaban las primeras filas.

No creo que a día de hoy nadie pueda discutir que Tete es uno de los mejores vocalistas  dentro de la escena nacional, y momentos vibrantes y demoledores como el arranque de “Maldito Corazón” no hacen más que ratificarlo. Tras semejante tripleta de inicio, -que a más de uno  dejó completamente noqueado-, Tete nos invitó a calentar nuestras gargantas antes de adentrarnos de lleno en otra de las que el paso del tiempo ha convertido en imprescindible en todas sus descargas “No Sufriré Jamás Por Tí”, que contó con esos coros agresivos y demoledores que siempre nos brinda Niko de Hierro mientras golpea implacablemente las cuerdas de su bajo.

Con la guitarra de Jero sonando algo más compacta y potente arrancaba “Las Puertas Del Cielo”, que escenificaba la perfecta sintonía entre la banda y un público que no dejó de animar y acompañar con palmas mientras Niko oteaba el horizonte antes de que Tete nos hiciera cantar para posteriormente presentarnos a la nueva incorporación de la banda. Fue durante la parte final del tema cuando vivimos uno de los momentos más divertidos del show, ya que sin dejar de cantar Tete empuñó un hacha hinchable que alguien del público había lanzado al escenario ante la cara de sorpresa del propio vocalista que no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa.

La gran exhibición de Tete llegaría durante los prolegómenos de “Heavy Metal”, con el vocalista berreando sin micrófono antes de invitarnos a  calentar las gargantas para acompañarle en el primero de los guiños que se permitieron a su fantástico  “Tiempos De Guerra”, que se zanjaba con el logo de la banda en llamas proyectado sobre la gran pantalla trasera que presidió su descarga. Sin embargo para el siguiente tema, “Resurrección”, luciría imponente el nombre de la banda con la leyenda “since 1992”. Y es que precisamente fue en este tema cuando la cosa se desmadró totalmente, ya que Tete sin previo aviso decidió que había llegado el momento de, -sin dejar de cantar-, subirse en una lancha que fue moviéndose por todo el recinto del escenario Azucena hasta que acabó devolviendo al vocalista junto al resto de sus compañeros.

A estas alturas el triunfo de SARATOGA, -pese a los problemas de sonido-, era ya incontestable. Pero por si alguien albergaba alguna para rubricar su victoria la banda se abalanzó de lleno sobre una descomunal versión de “Como El Viento”. Por supuesto que durante su descarga, y especialmente durante las presentaciones no faltaron los vaciles del vocalista, tirando de desparpajo e ironía  a la hora de dirigirse a todos los presentes, aunque siempre mostrándose cercano y simpático, incluso provocando que a más de uno se le escapara una sonrisa con sus socarrones comentarios.

Para encarar la recta final del show la banda se reservó otra tripleta verdaderamente imbatible. La encargada de dar el pistoletazo de salida a su vibrante sprint final fue la desgarradora “Mi Venganza”. “Vientos De guerra” sirvió para que la banda y sus seguidores volvieran a hacer crepitar con fuerza la llama del heavy metal más intenso e incisivo. Mientras que para cerrar el show, como en ellos viene siendo habitual desde hace ya muchos años, optaron por ese puñetazo sonoro que lleva por título “Perro Traidor”, que arrancaba con Tete gritando sin micrófono mientras se rasgaba la camiseta para acabar convertida en toda una declaración de intenciones firmada por unos músicos que llevan años trabajando duramente para conseguir llegar a donde han llegado: ser a día de hoy una de las mejores bandas del heavy metal nacional.

Texto: Alfonso Díaz

Fotos: Jon Rivas Delgado

Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.