DYMYTRY + BEHEMOTH + ROYAL HUNT + AMON AMARTH + FUCK OFF + BROTHERS OF METAL + OBSCURE + CRISIX
Miércoles 7, Jueves 8, Viernes 9 y Sábado 10 de Agosto –
Polideportivo Municipal – Villena
Miércoles 7
DYMYTRY
El tercer escenario de LEYENDAS DEL ROCK 2024 albergó a una banda desconocida en nuestro país: DYMYTRY originarios de la República Checa. Ellos mismos se autocalifican como psy-core metal.
Me acerqué a verlos, aunque no vi la totalidad de su descarga por las coincidencias de escenarios y porque a la mitad de su concierto, me bajé a los escenarios principales para ver a BEHEMOTH.
Me parecieron una banda muy interesante, con un mini montaje de paneles de luces, su vestuario y sus máscaras que es inevitable comparar con SLIPKNOT, aunque el grupo posee su propio sello y personalidad.
Arrancaron con “Revolt” un tema con unas guitarras muy metaleras y recias, unos golpes de batería bestiales, y un estribillo de los que imantan. “Revolt”, como otros temas, fueron grabados en el disco del mismo título, primeramente en checo y luego en inglés, tras el fichaje del grupo por el sello AFM Records, y lanzar “Five Angry Men”, y la entrada del nuevo cantante Alen A.L.“Ljubić", sustituyendo al saliente Jan "Protheus“ Macků, principalmente para poder cantar perfectamente en inglés y poder dar el salto al resto de países.
El siguiente fue "Stronger" del mismo disco, con inicio con gran protagonismo de teclados y arreglos, y con estribillo muy melódico, y asi mismo muy pegadizo, y siguieron con el asentado pero poderoso "Enemy List" de "Five Angry Men", un gran tema de su nueva etapa con AFM Recods.
Tras este, llegó otro tema de "Five ", concretamente "Everything Is Black", con una intro de teclados, guitarras rígidas y formidas, y otro estribillo melódico, muy pegadizo, con guitarras de las que yo llamo "enfadadas" y un solo de guitarra sensacional.
Tras este llegó el solo de batería, y me bajé a los escenarios principales para ver a BEHEMOTH.
¿Sinceramente? no hubo mucho público para verlos, pero principalmente fue por el desconocimiento que hay sobre DYMYTRY, pero el grupo es "la caña", de verdad.
Texto: Rafa Basa
Fotos: Cesar Valiente
BEHEMOTH
Tras la explosión de vitalidad hard roquera que supuso el show de KISSIN´ DYNAMITE en el escenario Azucena tocaba cambiar radicalmente de registro, ya que el escenario Jesús De La Rosa se preparaba para acoger el que para muchos, incluido un servidor, iba a ser uno de los platos fuertes en esta primera jornada festivalera: la descarga de BEHEMOTH. La formación que creara Nergal a principios de la década de los noventa pertenece a ese exclusivo elenco de bandas extremas que sin renunciar a sus raíces han conseguido evolucionar y adaptar su propuesta para expandirse más allá de su “nicho de mercado”, consiguiendo llegar a una audiencia “más generalista” dentro del metal. Para ello ha sido fundamental tanto alguna concesión sonora como que sus espectáculos hayan ido ganado en vistosidad gracias en gran medida a unos cuidados montajes escénicos que incluyen proyecciones, elementos de atrezo y ornamentales, columnas de humo, lanzas de fuego, diferentes cambios de vestuario…, y todo lo necesario para convertir sus presentaciones en una oscura ceremonia iniciática. Sin duda esa ha sido la clave para que desde hace unos años los polacos se hayan convertido en una de las formaciones que ocupa los lugares destacados cuando miramos los carteles de los principales festivales europeos.
Ya lo habían demostrado en sus últimas visitas a nuestro país, y es que dejando a un lado todo lo anteriormente expuesto, me da la impresión de que Nergal, y por extensión BEHEMOTH, tienen muchas ganas de seguir creciendo y expandiendo su mensaje, y sinceramente con descargas como lo que nos brindaron en este Leyendas, -y a la espera de ver como será su próxima entrega discográfica-, creo que aún no han alcanzado su techo, ya que viendo las caras del público pudimos comprobar que, sin escandalizar a nadie, siguen sorprendiendo e impactando a quienes todavía no han tenido ocasión de disfrutarles en directo.
Con un ritmo hipnótico, casi inquietante, como introducción junto a una sucesión de proyecciones sobre el gran telón blanco que ocultaba el escenario de miradas indiscretas se consumieron los instantes previos a un show que arrancó de manera fulgurante a ritmo de “Once Upon A Pale Horse”, con los músicos de la formación polaca luciendo sus habituales pinturas faciales, sus estrafalarias vestimentas y convenientemente parapetados tras sus espectaculares pies de micro, para una vez consumidos los compases iniciales abandonar sus posiciones y deleitarnos con una buena ración de poses blackmetaleras. Tras un arranque llamativo, pero sobrio, los músicos quedaron petrificados en el centro del escenario mientras sonaba la introducción de “Ora Pro Nobis Lucifer”, que arrancaba con Nergal haciéndonos levantar los puños mientras las columnas de humo se alzaban imponentes ante nuestros ojos. Pero lo mejor estaba aún por venir, ya que cuando llegó el momento de la invocación al maligno aparecieron unas espectaculares lanzas de fuego que provocaron la exclamación del personal.
Lo habían conseguido, con tan solo un par de temas los polacos habían logrado captar la atención de todos los que estaban frente al escenario. La de sus seguidores, evidentemente, que ya estaban sumergidos de lleno en su oscuro ceremonial, y la de los curiosos que miraban atentos al escenario para no perderse el más mínimo detalle de lo que sucedía. Así que tras invitarnos Nergal a rugir intensamente llegaba el momento de, ahora sí, mostrarnos su faceta más cruda y despiadada dando buena cuenta del seminal “Conquer All”, que fue el elegido para que pudiéramos deleitarnos con una buena ración de épica metalera mientras el cuidado juego de luces se encargaba de ambientar su tormentoso desarrollo.
Con toda la banda posicionada sobre la tarima de la batería, mientras las columnas de humo ocultaban el escenario, nos adentrábamos en la ambientación hipnótica y demoniaca de “Ov Fire And The Void”, con Nergal y Orion calcando sus pasos antes de abocarnos a cada una de sus seminales cabalgadas, para que posteriormente el carismático frontman se posicionara sobre una plataforma para incitarnos a que levantáramos los puños mientras el fuego rubricaba una apoteósica recta final. Como comenté anteriormente, Nergal nunca ha renunciado a su pasado. Así que esta noche tuvimos ocasión de escuchar el que fue el primer tema que escribió para BEHEMOTH hace la friolera de 33 años: “Cursed Angel Of Doom”.
Nuevamente el fuego volvería a irrumpir en escena, en esta ocasión con los propios músicos empuñando unas antorchas, mientras Nergal nos anunciaba que había llegado el momento de “Christians To The Lions”. El sonido de unas majestuosas trompetas nos anunciaría la llegada de “Demigod”, que volvía a hacer que los aledaños del escenario se convirtieran en un mar de puños que se movían incansablemente cada vez que Nergal se aproximaba al filo del mismo y se llevaba la mano al oído.
Todo, absolutamente todo, lo que sucedió sobre el escenario durante la descarga de BEHEMOTH estuvo medido al milímetro. De modo que mientras sonaba la introducción que precedió a “The Deathless Sun”, Nergal aprovechó para cambiar de vestuario, colocándose una larga capa negra con capucha. En cuanto a la puesta en escena del tema, volvimos a contar con la presencia de las columnas de humo y las lanzas de fuego cada vez que sonaban disparados sus grandilocuentes coros. Desprovisto ya de su capa, y agazapado junto a la batería, el carismático frontman aguardó los instantes que precedieron al arranque del lento y ceremonial “Blow Your Trumpets Gabriel”.
Sin duda fue uno de los momentos de la noche. Y es que fue durante “Bartzabel”, cuando Nergal apareció en escena ataviado con una llamativa tiara para reivindicarse, por si alguien albergaba alguna duda, como el “ministro” que se encargaba de conducir este oscuro y demoniaco rito, alzando ambas manos al aire cada vez que le tocaba cantar a sus entregados adeptos. El retorno a la velocidad y la épica llegarían de la mano de la implacable “No Sympathy For Fools”, que nos dejaba a los miembros de la banda agrupados en el centro del escenario agitando la cabeza frenéticamente hasta que una súbita ráfaga de llamas dio por concluido el tema.
Tras un perturbador parón, unos lúgubres campanazos junto a la enésima invocación al maligno servirían para flanquearnos el paso hacia “Chant For Eschaton 2000”, con Nergal nuevamente luciendo la capucha mientras las columnas de humo y el fuego volvían a provocar el éxtasis entre sus incondicionales, y a captar la atención de quienes estaban siguiendo la descarga desde la distancia. Aunque los músicos habían abandonado el escenario, no tardaron mucho en regresar para poner el colofón definitivo a su descarga con “O Father O Satan O Sun!”, con el frontman, en esta ocasión, luciendo una larga túnica de color purpura mientras permanecía flanqueado por sus compañeros para firmar un final de lo más inquietante y malévolo.
Pese a la notable evolución que han experimentado BEHEMOTH a lo largo de los últimos años está claro que todavía su propuesta no es apta para todos los oídos. Sin embargo, dejando a un lado el aspecto musical, creo que Nergal y sus acólitos han sabido dar un concepto y una puesta en escena a su música verdaderamente atractivos, haciendo que sus conciertos sean algo más que la simple interpretación de un puñado de canciones.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Cesar Valiente
ROYAL HUNT
El LEYENDAS DEL ROCK casi todos los años añade a su cartel varios caramelos muy especiales, y en este 2024, para mí ROYAL HUNT eran el mejor y más deseado de todos. Tras suplicarlos incansablemente a través de las redes sociales del festival, por fin los astros se alinearon, e iba a poder disfrutar de mis daneses favoritos en el tercer escenario, cosa que por cierto, no era precisamente un buen augurio.
Vaya por delante que la gran mayoría de público que tuvieron allí les disfrutamos muchísimo, pero desde luego, no fue el concierto soñado. Los motivos de esto último fueron varios, pero principalmente (¿lo adivináis ya?), el chatarrero sonido fue uno de los grandes culpables. La banda llegó a nuestro país con cambios drásticos en su formación, incorporando a sus filas, tan solo para el LEYENDAS DEL ROCK y el próximo Jailbreak Festival de Dinamarca, a Daniel Rasch Nielsen, que sustituye a Andreas Johansson a la batería, y nada menos que al legendario Mark Boals supliendo a DC Cooper. Por una parte, adoro a este último, y por otra, la de Boals me parece una de las mejores voces melódicas de la historia del Metal, por lo que tuve sensaciones encontradas en este sentido. Los 20 minutos de retraso que tuvo la actuación tampoco gustaron en absoluto, lógicamente. Pero casi todas las penas se olvidaron cuando vaciaron el primer cargador con “River of Pain”, una sorpresa mayúscula. Por suerte, los coros marca de la casa sí se escucharon bastante bien, contrastando con esas flojas guitarras. A nivel interpretativo, en esos casi ocho minutos que dura el tema, Daniel bordó las partes más progresivas, y Mark se mostró más comedido de lo esperado en las líneas vocales, pero ese estremecedor agudo final fue un indicativo de que se mantiene en una forma envidiable. Este último ya desplegó todo su potencial en el segundo tema, “Tearing Down the World”, una de mis grandes favoritas. Jonas Larsen, guitarrista, también cogía carrerilla, situándose en el centro del escenario para regalarnos ese gran solo, mientras su compañero Andreas Passmark también iba ganando en actitud. En “The Art of Dying” parecía también que la mezcla sonora se iba aclarando un poco, con guitarras más poderosas y un mayor volumen y consistencia, sin llegar al nivel deseado.
El gran André Andersen, fundador, líder y único miembro superviviente de la primera formación de ROYAL HUNT, ostentaba sus nada menos que 6 teclados, haciendo uso de todos y cada uno de ellos a dos manos, tirando ahora de sonido de clavicordio para “Lies”, otro tema largo que, dado el poco tiempo de actuación del que disponían, fue una apuesta arriesgada. Mark se perdió ligeramente en el estribillo (algo tolerable), pero lo hizo realmente bien, embelesándonos a todos con ese torrente de voz que todavía conserva casi intacto, y Jonas se centraba para ‘dispararnos’ con su guitarra, cada vez más inmerso en el show. No había tanta gente viéndoles como esperaba, aunque se notaba a la legua quiénes éramos los auténticos fans de la banda, los que cantábamos a puño alzado cada uno de los estribillos. Mark fue el encargado de comunicarse con nosotros, y lo hizo con humor y soltura, presentando a continuación el que, para mí, fue uno de los momentos más mágicos, ya no de la actuación, sino de todo el LEYENDAS DEL ROCK : “Harf Past Loneliness”. Más allá de la sobrecogedora belleza del tema, la entrega de Boals al cantarla (de 10), no hizo sino profundizar esa sensación, y también nos deleitamos con el apasionado solo de Jonas Larsen o esas bases de teclas ultra melódicas.
Una maravilla para recordar. Eso sí, por ciertos detalles, sospecho que no solamente algunos coros estuvieron pregrabados durante el show, es posible que también hubiese algunas teclas ‘de extranjis’. Tras la instrumental Martial Arts (prescindible, las cosas como son), con Jonas y Andreas ocupando la primera línea de escenario, volvía Mark ante nosotros para otra de las estrellas del show, la fabulosa “Message to God”, una de las más cantadas. Lo mejor, aparte de ver cómo la coreaba la peña, fueron esas notas sostenidas de Boals, que volvió a dejarnos con un palmo de narices con su inmensa calidad vocal. Quién me iba a decir a mí que alguna vez le vería en directo… También los coros por parte de bajista y guitarrista jugaron un gran papel. “One Minute Left to Live”, acercándose ya el final, fue una de las más técnicas del set, luciéndose todos y cada uno de los músicos en ella, sobresaliendo un solo realmente espectacular por parte de Jonas que, como siempre, se adelantaba para ejecutarlo. Aprovechaban un respiro para presentar a la banda, y aludiendo a que su tiempo se acababa, echaron el último cartucho con “A Life to Die For”, también del disco homónimo. No queríamos despedirles sin acompañar el tema con una buena ración de palmas y cánticos, en donde el público lo dio todo. André Andersen se manejaba a la perfección, a un lado y a otro, con sus teclas, aunque bastante soso, y una vez más, Mark Boals volvió a ser una de las grandes presencias del tema. Alargaron durante unos cuantos acordes el final, tirando Jonas Larsen de su slide metálico para interpretarlos, mirando constantemente al público. A pesar de que podría haber dado mucho más de sí (en sonido, en tiempo, y en setlist), el concierto fue despedido con muchas alabanzas y gritos de ROYAL HUNT en todo el pabellón. Y por lo menos, a pesar del considerable retraso, tocaron sus 50 minutos.
Texto: Javi Estan
Fotos: Cesar Valiente
AMON AMARTH
Indudablemente el desembarco de los vikingos suecos era uno de los acontecimientos destacados de esta XVII edición del LEYENDAS DEL ROCK , y por ende una de las descargas que casi nadie quería perderse en esta primera jornada festivalera. En este mismo enclave, y curiosamente en este mismo escenario, el Azucena, vimos hace unos años a las hordas que lidera Johan Hegg ofrecer un concierto soberbio que les sirvió para ratificar que en aquel momento, verano de 2017, la banda se estaba consagrando como uno de los principales paladines dentro del metal extremo a nivel internacional, sumando a la brutalidad de su propuesta un montón de elementos escénicos.
Para esta nueva incursión en tierras villenenses AMON AMARTH volvían a disfrutar de un fantástico horario, con la noche bien entrada, y eso era algo que hacía presagiar que volveríamos a contar con la presencia del fuego, amén de volver a disfrutar de esos elementos y trucos escénicos que les han venido acompañando desde entonces y que a la postre se han acabado convirtiendo en parte fundamental de todas sus descargas: el casco que preside el escenario y en donde se coloca la batería de Jocke Wallgren, las imponentes estatuas que flanquearon el escenario, la proa del drakkar en la parte final del show, diferentes tramos de escalinatas que conducían a varias plataformas repartidas a lo largo del escenario, la presencia de los guerreros que escenificaron diferentes números, el martillo, los reiterados brindis con los miembros de la banda alzando sus cuernos para beber…, en definitiva toda la parafernalia que cualquier seguidor del combo sueco espera encontrarse en cualquiera de sus shows.
Sin embargo, he de admitir que un servidor albergaba ciertas reservas, y creo que no era el único, ya que muchos torcimos el gesto al desgranar en profundidad lo que hasta el momento ha sido su última entrega de estudio: “The Great Heathen Army”, no porque fuera un mal trabajo, sino porque en esencia creo que estaba un escalón por debajo, y no llegaba a igualar el nivel de lo que la banda había plasmado en el material publicado desde que en verano de 2013 pusieron en circulación su aclamado “Deceiver Of The Gods”. En cualquier caso, los vikingos suecos contaban con ese imparable arsenal que es toda su producción previa, y eso, junto todo lo anteriormente expuesto, les sirvió para acabar siendo uno de los grandes triunfadores en esta primera jornada.
Con el personal tomando posiciones frente a un escenario que estuvo presidido por la portada de su último redondo, el desembarco de las hordas suecas llegó acompañado del estruendo de los petardos y la vistosidad de los fuegos artificiales que acompañaron el arranque de “Raven’s Flight” que convertía desde el mismo arranque el recinto en un hervidero, con el personal que copaba las primeras filas saltando como si no hubiera mañana, sin mostrar ni el más ligero atisbo de cansancio pese a llevar muchos a sus espaldas una intensa jornada de sol y música. Y es que para tomar parte en la batalla junto a los guerreros nórdicos uno tiene que estar en plenas facultades, ya que resulta inconcebible escuchar zarpazos incontestables como “Guardians Of Asgaard”, sin alzar los cuernos al aire mientras sus afiladas guitarras nos pasan a cuchillo y el calor de las columnas de fuego nos abrasa el rostro.
El show había comenzado de la mejor forma posible, con la banda tirando de clásicos y con un personal que respondió perfectamente al desafío del combo sueco. Y eso es algo que pudimos apreciar en la cara de satisfacción que mostró Johan Hegg la primera vez que se dirigió al respetable para darnos las buenas noches para acto seguido y, como si se tratara de un ritual, ponernos todos a saltar junto a la banda mientras coreábamos las melodías que sirvieron para conducir el que fue el primer gran momento de la noche, el inevitable “The Pursuit Of Vikings”, haciendo un guiño al material de “Fate Of Norms” que publicaron hace dos décadas y que sirvió para mostrarnos su vertiente más épica mientras aparecían unas imponentes columnas de humo que no hicieron más que calentar aún más los ánimos de un personal que se lo estaba pasando en grande. En cualquier caso, la batalla no había hecho más que comenzar. De modo que el nivel de intensidad siguió en aumento con otra de las que se ha vuelto imprescindible en todas sus descargas “Deceiver Of The Gods”, que nos dejaba la estampa del personal coreando con el puño en alto las melodías que las guitarras de Olavi Mikkonen y Johan Söderberg nos proponían en esos excelsos desarrollos impregnados de melodía y esencias del heavy metal más tradicional.
No abandonarían el material de lo que fue su obra de 2013, ya que al igual que en aquel disco la siguiente en sonar fue “As Loke Falls” que arrancaba de forma lenta para poco a poco ir creciendo en intensidad para acabar convirtiéndose en uno de los momentos en que mejor se escenificó la comunión entre los suecos y sus incondicionales, con la audiencia nuevamente acompañando las melodías durante cada intercambio que protagonizaron ambos hachas para posteriormente hacernos levantar el puño y gritar en las partes más sólidas y aplastantes. Acto seguido sería su barbado frontman quien se quedó solo en escena para anunciarnos que había llegado el momento de mirar al pasado, y eso significaba que nos íbamos a hundir de lleno en sus raíces más netamente death metaleras, y para ello que mejor que confiar en la rotunda pegada de “Tattered Banner And Bloody Flags”, que llegó acompañada de la salida de sendos guerreros que ondearon incansablemente sus banderas mientras el escenario quedaba bañado en tonalidades rojizas para potenciar, aún más, la carga épica del tema.
Aunque quizás tardó en llegar más de lo habitual, todos sabíamos que el material más reciente de la banda iba a tener representación en el repertorio de esta noche. De modo que la elegida para realizar una primera incursión en “The Great Heathen Army”, fue “Heidrun”, que nos hacía cambiar radicalmente de registro, confiando en unos tempos más rotundos y en la accesibilidad de un estribillo más marcado, melódico y pegadizo que hizo que muchos se animaran a sumarse a sus coros con el puño en alto mientras no dejaban de botar incansablemente. Sin embargo, el combo de Tumba no tardaría mucho en zambullirse de lleno en la épica más rotunda dando buena cuenta de un trallazo humeante e incontestable como el que abría “Surtur Rising”: “War Of The Gods”, que llegaba para desplegar toda la épica mientras el fuego volvía a dejarse notar con fuerza para elevar nuevamente el nivel de intensidad del show.
El cambio de decorado llegaría cuando las estatuas desaparecieron de escena para ser sustituidas por las proas de los drakkares para junto a las tonalidades azules ayudar a crear la ambientación marina que acompañó a “Put Your Back Into The Oar”, que nos dejaba otro de los rituales que suelen vivirse en las descargas de los suecos, y más cuando es en el marco de los festivales, con el personal sentándose en el suelo para remar. Tras una cerrada ovación los músicos se situarían en la parte superior del escenario para dejar que la primera línea del mismo se convirtiera en el campo de batalla donde dos guerreros libraron un feroz combate mientras la banda, ajena al mismo, descargaba inmisericordemente “The Way Of Vikings”.
La atmósfera se tornaría más densa si cabe cuando el quinteto nos invitó a transitar por los ritmos más oscuros y contemporizados del inquietante “Under The Northern Star”, que nos permitía recobrar mínimamente el aliento de cara a afrontar la recta final de un show que estuvo marcada por la voracidad metalera de ese puñetazo sonoro que lleva por título “First Kill”, y que fue el escogido para volver a incidir sobre el material de “Jomsviking”, con el público alzando los puños mientras las lanzas de fuego aparecían constantemente sobre la parte frontal del escenario para acabar desatando la euforia del personal. Lejos de amainar el vendaval épico continuaría en aumento con “Shield Wall”, de su anterior “Berserker”, con los guerreros nuevamente irrumpiendo en escena para colocarse sobre las tarimas y golpearse en el escudo mientras Hegg incitaba al público a levantar el puño antes de abandonarse al headbanging.
Tras la cruenta batalla era un buen momento para relajarse, y para ello que mejor que refrescarse el gaznate, alzando sus cuernos y brindando con el personal antes presentar otra de las imprescindibles “Raise Your Horns”, que una vez más fue coreada con el mismo fervor y entrega que cualquiera de sus épicas epopeyas. Antes de acabar nuestra travesía junto a las hordas vikingas todavía tendríamos tiempo de volver a saltar enérgicamente para acompañar “Crack The Sky”, que se cerró con una copiosa lluvia de papelitos y confeti. Mientras que el último asalto, como no podía ser de otra forma, estuvo reservado para “Twilight Of The Thunder God”, con la aparición de la bestia en la parte trasera del escenario mientras Hegg alzaba su martillo y lo golpeaba contra el suelo para dejar que los petardos y el fuego se encargaran de rubricar su triunfal descarga.
Al final del show: saludos, ovación y baño de masas para unos AMON AMARTH que se mostraron intratables. Aunque personalmente me quedé con la sensación de haber presenciado algo que ya había visto anteriormente. Y es que fueron prácticamente los mismos números y montaje que les hemos visto en sus últimas giras, sin apenas novedades escénicas, y únicamente con la inclusión de un tema nuevo.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Jon Rivas Delgado
FUCK OFF
Hacía tiempo que no coincidía en directo con los renovados FUCK OFF. Fue este miércoles el tercer escenario de LEYENDAS DEL ROCK .
De la banda original, que en su primigenia etapa me conquistó, solo queda Pep Casas, guitarrista que además canta. Distan años luz de lo que fue, en 1988 con aquel "Another Sacrifice" donde se les llamó los "ANTHRAX españoles", con Joe, eternamente comparado con Joey Belladonna, y aquella mítica formación entre la que estaba Claudio Ringeling (guitarra). Los años pasan, para todos, y ahora FUCK OFF son otra historia, aunque el estigma del thrash metal sigue perenne en ellos.
Ahora Pep lidera una formación en la que están, además de él, Pal, a la guitarra, Vítor al bajo y Miki a la batería.
No pude ver todo el show por coincidir en parte con AMON AMRTH, pero lo que vi, lo encontré un tanto sucio y deslavazado. Vale que el thrash metal es en parte eso, pero pienso que FUCK OFF deberían hacérselo mirar un poco más y ser más compactos y sonar más en bloque. Lo digo porque hay bandas como INJECTOR, por poner un ejemplo, y suenan como un cañón, o los propios LEGION, ahora LEGION D.C., que son contemporáneos suyos y han sabido actualizarse.
En la recta inicial de su actuación, que es lo que vi, destacaron temas como “Witch Hell Bellow the Belly” de su debut, “The Last Flight” y “Aquelarre”. A oartir de ahí, me bajé a ver a AMON AMARTH.
Texto: Rafa Basa
Fotos: Jon Rivas Delgado
BROTHERS OF METAL
Por circunstacias, hubo un malentendido y descoordinación entre nosotros, y nadie vio su actuación. Pedimos disculpas por ello.
Obviamente no nos ibamos a inventar la crónica 🙂
Este es el repertorio que interpretaron:
- The Death of the God of Light
- Prophecy of Ragnarök
- Njord
- Ride of the Valkyries
- Powersnake
- Theft of the Hammer
- Concerning Norns
- Yggdrasil
- The Other Son of Odin
- Chain Breaker
- Berserkir
- One
- Defenders of Valhalla
Fotos: Cesar Valiente
OBSCURE
Segunda banda valenciana que aquel primer miércoles de LEYENDAS DEL ROCK invadía el tercer escenario, esta vez ya a horas intempestivas. Mucho mejor: la oscuridad sería su aliada. Lo de OBSCURE no tiene ningún secreto, ni aderezo raro. Ni colorantes, ni conservantes. Esto es, simple y llanamente, pura vieja escuela, cero modernismos, Death Metal 100% clásico y canónico, del que fueron prácticamente los únicos representantes en el festival.
Pero en lo referente a su actuación, sí hubo más de una sorpresa, y muy agradable. Tenían a un público encomiablemente numeroso delante, que aguantó estoicamente los 20 minutos de retraso que se arrastraban desde ROYAL HUNT, y no pensaban decepcionarlo. Mi fe en sus directos, tras unos cuantos vistos ya, es inquebrantable, aunque el tema del sonido me inquietaba bastante. En sus redes sociales nos prometieron un flamante tema nuevo en primicia, y fue precisamente el que escogieron para comenzar. “Chaos Ascends”, para nuestra alegría, no se aleja ni un ápice de su sonido primordial, con auténticas murallas de doble pedal, riffs muy agresivos y cambios entre voces guturales y desgarradas. Y lo mejor de todo… ¡sonando de cojones! ¡Ya era hora de poder decir esto! Sobre el escenario, todo actitud. Cabeceos interminables, desmelenes por parte de Rafa y Juanmi, y unas ganas de tocar y reventarlo todo que se percibían a kilómetros. Ni siquiera pararon para dedicarnos unas palabras, lo hizo Juanmi, pero mientras terminaba el tema y empalmaba sin piedad con “Curse of my Race”. La batería de Enri nos hundía el pecho a cada golpe, un verdadero aluvión de destrucción sonora, junto a las guitarras compactas y gritos de rabia que brotaban desde el escenario. Tan solo en algunos brevísimos momentos se saturó el sonido, rebotando más de lo normal.
El resto fue puro deleite, volumen alto del que no te rompe los tímpanos, cohesión, potencia… Y continuaba la mandanga con “Skunk Into Oblivion”, también literalmente empalmada. Boris Ortiz y Anselmo Roca, hasta ahora más estáticos, empezaban a meterle cera al cuello, y siempre con la actitud por bandera. Me encantaron aquí los profundísimos guturales de Juanmi Serra, tan naturales, casi sin esfuerzo y sin apenas despegar los labios. Un portento, tanto en lo vocal, como en lo escénico, que iba conquistando a las primeras filas a base de su brutalidad innata. Recordemos que no es precisamente nuevo en esto, formando parte del grupo V.I.L. y de los desaparecidos GOTHMOG. “Screaming and Burning”, cover del “Crying and Burning” de la antigua banda de Anselmo (AGGRESSOR), y la pesadísima Through Self Repulsion continuaron levantando un auténtico infierno en el Mark Reale. Las guitarras sonaban que daba gusto, y Rafa, con su pasión habitual, no dejaba la melena quieta, mientras Juanmi seguía calentando al personal con sus alaridos, yendo de lado a lado del escenario. Ahora sí, primer respiro, pero corto. Unas palabras de Juanmi (de origen villenense, por cierto), siempre inmensamente agradecido… y más traca, con uno de mis temas favoritos de “Darkness Must Prevail”, “Afterlife”. En las primeras filas, donde me encontraba, se escuchaban crujir esas cuerdas de Rafa y Boris con todo lujo de detalles, y ese ritmo rebotado de Enri, que no falla un solo golpe ni adrede, sonó devastador. La segunda gran sorpresa en su setlist fue la inclusión de “Psycho” (Maternal Damage), de segunda maqueta “Curse the Course”, que todavía no les había visto en vivo. Al mismo ritmo que Rafa y Juanmi se dejaban el cuello a base de molinillos, Enri la emprendía con algunos de los blastbeats más agresivos de la noche, atizando a los parches sin compasión. La implicación por parte de Juanmi en la asfixiante “Blessing of Malignancy” fue absoluta. El hecho de que cierre los ojos prácticamente a cada frase es una clara muestra de cuánta pasión le echa al asunto. Y sus guturales sonaban cada vez más oscuros y demenciales. Volvía a estallar una auténtica tormenta de cuerdas y palos en “Intro Utter Darkness”… e incluso parecía que cada vez sonaba todo mejor. Con una actitud intachable, el vocalista se nos volvía a acercar cara a cara, pisando su monitor, tirando de molinillos, y descansando tan solo para dejar paso a ese solo, pulcramente ejecutado por Rafa.
Antes de la recta final, nos daban las gracias por enésima vez, se despedían, y ya a degüello, la emprendían con “End Destination”, entre los animados ‘¡eh eh!’ que surgían del público, arropándoles y motivándoles todavía más. También Anselmo, con su bajo colgando por debajo de las rodillas, lo daba todo con el headbanging. “Darkness Must Prevail”, furiosa, con esos riffs llenos de maldad, un solo a medias entre Rafa y Boris, y una batería que parecía una AK-47, ponía punto y final a una actuación que nos dejó con el lomo hecho mantequilla. Ojalá no sea esta la última vez que les vemos en el LEYENDAS DEL ROCK . El hecho de habernos presentado un tema nuevo como ese Chaos Ascends es algo que sugiere continuidad y ganas de seguir dando cera, así que… ¡Larga vida a OBSCURE!
Texto: Javi Estan
Fotos: Cesar Valiente
CRISIX
Igual que sucede en infinidad de cosas en la vida, el metal es un “ente” vivo, que va mutando, regenerándose y nutriéndose de las nuevas tendencias que son las que a la postre están llamadas a liderar el estilo y marcar tendencia durante los próximos años. Quizás por ello esta XVII edición del LEYENDAS DEL ROCK ha sido una de las más variadas y heterogéneas, en cuanto a cartel se refiere, de los últimos años, y eso ha hecho que se hayan visto representadas nuevas propuestas en detrimento de otras, llamémosles, más tradicionales.
Sin duda uno de los grandes damnificados de esta amplitud de miras ha sido el thrash metal, ya que no han sido muchas las bandas del estilo que han desfilado en la presente edición. Sin embargo, con bandas como los catalanes CRISIX los que gustamos de los riffs rápidos y mosheantes hemos tenido ocasión de ejercitar las cervicales como si no hubiera mañana. Y es que si algo han demostrado los de la Conca D´Odena a lo largo de su dilatada trayectoria es que son unos maestros a la hora de thrashear y divertir al personal. Además las huestes que capitanea July Baz llegaban con las pilas bien cargadas tras su reciente aparición en el festival de Wacken, pese a contar con la notable ausencia del guitarrista Albert Requena, quien fue sustituido por un buen amigo de la banda como es el guitarrista de BELLAKO, TERMINAL VIOLENCE y actualmente también en FUCK OFF, -quienes habían tocado hacia un rato en el escenario New Rock-, Pal.
Ya era tarde, los rigores del primer día de festival empezaban a hacer efecto sobre una parroquia que poco a poco fue decreciendo. Pero estaba claro que muchos no querían perderse la última descarga del día en los escenarios principales, y es que como comenté anteriormente CRISIX son sinónimo de thrash, desmadre y diversión. Aparecieron con una sonrisa dibujada en el rostro y con muchas ganas de mover al personal, y es que desde el mismo arranque con el desternillante “Bring´em To The Pit”, la gente empezó a danzar y hacer circle-pits incansablemente mientras la banda no paraba de moverse por el escenario contagiando así su energía a un público que no paró quieto ni un momento, y que acabó disfrutando al máximo de su descarga.
Como siempre me gustó mucho la actitud de la banda, con todos y cada uno de los miembros tirando del carro: Busi y Pla no pararon ni un momento de dar saltos y agitar la cabeza mientras July fuertemente aferrado a su pie de micro rasgaba sus cuerdas vocales para hacer que “Leech Breeder”, cayera sobre nosotros como una bofetada sonora. No se entretuvieron mucho en las presentaciones, estaba claro que era tarde y que no había que dar opción a que el personal se desconectara ni un momento del show, y para ello que mejor que pasarnos a cuchillo literalmente con “W.N.M. United” y la celebradísima y disparatada “G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)”, que provocaba que se levantara una polvareda importante en los aledaños del escenario gracias a la fogosidad de unos acérrimos que se mostraron completamente entregados.
Ese componente disparatado que hace que los catalanes sean tan divertidos y desternillantes en vivo, aunque sin perder en ningún momento la garra y la fuerza propia del thrash metal, quedaría plasmado durante “Brutal Gadget”, que fue interpretada por July ataviado como “The Mask”, y es todos sabemos que el cine y las series japonesas de animación han sido una de las grandes influencias de la formación catalana. Como siempre no podía faltar el cambio de instrumentos entre los miembros de la banda, para junto a Arnau, batería de BELLAKO, invitarnos a todos a tomar partido del brutal medley que se marcaron y que incluyó fragmentos de himnos tan imprescindibles e incontestables como:”Fight For Your Right”, “Walk” y “Antisocial”.
Con cada miembro de la banda recuperando su posición tocaba encarar la recta final del show dando buena cuenta del tema que prestaba título al que hasta el momento ha sido su último largo
de estudio que vio la luz en 2022: “Full HD”. Sin embargo el zarpazo definitivo, la chispa que hizo que los que aún quedaban a esas horas frente al escenario se volvieran literalmente locos fue ese himno que les ha acompañado desde los inicios, y que de alguna forma sirve como perfecta definición para su peculiar estilo: “Ultra Thrash”. Absolutamente imparables y desternillantes.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Cesar Valiente
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Me gustó Behemoth. Tiene mucho mérito que ese estilo de música sea capaz de mantener la atención y la curiosidad a los no seguidores de ese género, en gran parte gracias a la manera en la que enfocan el concierto (la intro pelos de punta).
Amón Amarth idem, y para mí un sonido muy bueno y un setlist más flojo que se me hizo largo, pero es que ni tienen los mejores temas (Arch Enemy, Dark Tranquility, etc) ni los mejores músicos pero ahí están gracias a la fórmula Behemoth que comento arriba.
Tras ellos se noto mucho la bajada de nivel y presupuesto de unos Brothers of Metal que sonaron mucho peor y a pesar de que me gustan mucho solo aguante 3 temas.