KAMELOT – DANZIG – Wacken Open Air 2025

Hubo un tiempo en que el Vespertino Crepúsculo teñía de maravilla y ensueño el Oeste. Donde se desvanece la carrera del Carro del Sol, se alzaban las glorias que hoy las Brumas del Olvido cubren. Libertad sin poder era la enseña y múltiples héroes, en ciernes, seguían los estandartes de los Rostros de Plata. Bajo la enseña de los Crimson Glory, muchos osaron enfrentarse al mundo y gritar su triunfo. Vivieron en la edad de Cronos o, según los bardos celtas, cuando el rocío de la creación estaba fresco sobre la tierra todavía. Eran jovenes y anónimos y fieles en el dogma de Medianoche. Como en un relato de Dunsany o alguna quimera escapada del genio de Moorcock, creador de mundos y dramas, se desplegaron a lo ancho de las tierras. Skyclad , Kamelot o los elevados en majestad Savatage y Sanvoisen, que rindieron culto a sus padres helénicos. Bandas que volaron por debajo del radar del mainstream, pero que llegaron lejos en el corazón de los fanáticos. Similar a la edad de oro donde Saturno reinaba aún en paz y todo era fácil y maravilloso, así esos años de mediados de los noventa, paradójicamente, forjarían la verdadera estructura del metal progresivo.
Y en lo que nos ocupa ahora, es tiempo de ensalzar a una banda que fue más grande al principio que al final donde las ínfulas de la fama confundió en bello ruido sin mensaje.
Con qué nostalgia y alegría recuerdo los tiempos en que el genio te guiaba con mano certera y comprabas tesoros. Eternity u Dominion, con ese casi alter ego de Medianoche, el grandísimo Vanderbilt, que se entregó a la fé, olvidando la música. Ay , Call of the sea , One of the haunted o Birth of a hero, valen más que cualquier salmo cantado en loor del Señor. Pero libres somos de vivir como entendamos.
Después llegó el poderoso Khan y Siege Pelirous fue la primera victoria de renombre y la primera Canción que la Fama entonara en alabanza de esos nuevos monarcas. Y el Four Legacy. Bien sirvieron estos discípulos a sus maestros. Hoy son influencia.
Pero por el camino, con el Poder, perdieron la libertad y ya la Noche se avino en el Oeste. No son ya Rostros de Plata y su vasallaje a Medianoche no paga tributo.
Qué traerá el futuro en sus giros, está por ver, pero cuán triste es ver como se disuelven los pináculos de los edificios marfileños de las imaginaciones de Dunsany o el joven lovecraft .
Deberemos preguntar hoy a Mr. Youngblood, cual es su canción favorita de Kamelot. Durante años dijo que era Call of the sea . Invito a la gente de nueva generación a que escuche esa llamada del mar antes de que khan y las óperas subieran al escenario.
Abrazo y Saludo OP