+ NAKKEKNAEKKER + PLAGUEMACE
Sábado 25 de Abril de 2024 – Sala Urban Rock Concept – Vitoria-Gasteiz
El pasado 25 de Abril, la sala Urban Rock Concept de Vitoria-Gasteiz se convirtió en el epicentro de una avalancha sonora que sacudió los cimientos del edificio Deba en el que se halla la sala. Tres bandas de death metal se unieron en un evento que prometía emociones intensas y brutales, y no defraudaron en lo absoluto. El plato fuerte de la noche eran las Brasileñas CRYPTA en su segunda visita a la capital Alavesa, pero antes de ello, hubo mucho más.
Y es que la Urban Rock Concept, joya de la corona de la escena metalera alavesa, demostró una vez más por qué es el punto de encuentro predilecto para los amantes del género. Con una programación impecable, un sonido ensordecedor que siempre hace temblar las paredes, una asistencia regular de variados y asiduos parroquianos, puntualidad suiza, personal impecable y precios que permiten disfrutar del mejor metal sin vaciar los bolsillos, la “Urban” se erige como el escenario perfecto para estas noches de caos y destrucción.
PLAGUEMACE
La noche se inauguró con la presencia en las tablas de PLAGUEMACE, una banda danesa que desencadenó un huracán de riffs y furia sobre el escenario de Urban Rock Concept. Yo no había oído hablar de ellos hasta ese mismo instante, y de hecho, había compartido el foso hombro con hombro con ellos, sin saberlo, hasta instantes antes del inicio del show.
Desde el primer acorde, la sala se sumió en un caos controlado, alimentado por la potente combinación de Thrash, Death y Rock que define el sonido de la banda. Andreas Truelsen, una especie de vikingo moderno, enorme y divertido, hace las veces de vocalista y frontman principal y en el escenario derrocha una presencia magnética, desplegando una gama de expresiones que iban desde la rabia hasta la diversión desenfrenada.
La voz le aguantó considerablemente bien casi todo el show, aunque hay que decir que los guturales dejaron de escucharse tan potentes en la parte final del concierto. Nada que no pudiera compensarse con el buen rollo y el carisma de Andreas, que acabó su actuación mezclado con el público en medio de un tímido moshpit. La verdad es que este tipo es divertidísimo, y se metió al público en el bolsillo en seguida.
Como curiosidad, el propio Andreas que intentó chapurrear algo de castellano en un par de ocasiones, nos contó que de Vitoria le había encantado la comida, pero que el tiempo no tanto, ya que él solo había metido pantalones cortos en la maleta, y aquel día hacía un frío del carajo. ¡Ay, amigo! Ya has pagado la novatada de Siberia-Gasteiz 😉
A pesar de algunos problemas técnicos menores, PLAGUEMACE demostró una entrega total a su música, infundiendo cada nota con una intensidad palpable que contagió a toda la audiencia. Los riffs estridentes y los ritmos aplastantes crearon una atmósfera de caos y destrucción, mientras que las letras cargadas de energía y rebeldía resonaban en lo más profundo de los espectadores.
Temas como "Graveyard Groove" y "Slaughterhouse Serenade" sonaron convincentes aquella noche, incitando al público a un frenesí de mosh pits y headbanging desenfrenado. En resumen, PLAGUEMACE demostraron que saben romper el hielo, pero aunque estuvieron a la altura de la noche, fueron “arrollados” musicalmente hablando por sus sucesores.
NAKKEKNAEKKER
La segunda banda en tomar el escenario fue NAKKEKNAEKKER, una sensación juvenil que dejó a todos atónitos con su deslumbrante habilidad y su enérgica presencia a pesar de la corta edad de todos sus integrantes, y es que dudo que alguno de ellos supere la veintena.
Desde el momento en que se presentaron, quedó claro que NAKKEKNAEKKER no son una banda ordinaria; son una fuerza de la naturaleza lista para arrasar con todo a su paso.
Me veo en la obligación de narrar cómo se produjo el cambio de banda: Tras la primera actuación, el propio batería de NAKKEKNAEKKER fue quien desmontó el anterior set y montó su propio y escueto kit, probándolo en menos de un minuto. Aquello básicamente era un bombo, un plato, una caja, y dos tonterías más. Por supuesto, nada de doble bombo ni dos pedales. Todo el proceso de cambio se realizó en menos de quince minutos, tiempo que me hizo temer lo peor. Estaba convencido de que el sonido iba a ser una gran decepción. Pero fue absolutamente lo contrario, y es que puedo afirmar sin temor a equivocarme, que Anton Bregendorf, en particular, destacó con su magistral actuación a la batería, desplegando una velocidad y precisión que dejaron a todos boquiabiertos. El doble bombo junto al frenético ritmo y la potencia desmedida, se me antojan una dura prueba para cualquier batería curtido en unas cuantas batallas. Físicamente, el concierto fue muy exigente, y es que hasta al jovencísimo Anton, que no superará la barrera de los veinte ni de coña, le vimos resoplar al finalizar el show, debido al imponente esfuerzo físico realizado. Toda una puta maravilla poder disfrutar de este chaval en directo, y su doble bombo, sencillamente sublime.
El resto de la banda demostró una madurez musical impresionante, fusionando la brutalidad del death metal con la precisión técnica del metal moderno. Cada miembro de la banda brilló con luz propia, desde el virtuosismo del guitarrista principal hasta la potencia aplastante del batería. A lo largo de su set, NAKKEKNAEKKER llevó a la audiencia en un viaje frenético a través de paisajes sonoros oscuros y perturbadores, con temas como "Chaos Reigns", “Putrified Body Fluid”, “Face-Splitting Madness” y "Carnivorous Craving" que dejaron una impresión indeleble en la mente de todos los presentes.
De verdad que no exagero un ápice cuando digo que, estos chavales, rozan el virtuosismo en cada nota.
En cuanto al cantante, Christoffer Bach Kofoed, demostró un buen control de las cuerdas vocales, pero de nuevo llegó bastante justo al final del show, siendo sus guturales mucho menos potentes y casi inaudibles al final del mismo. Destiló clase y buen rollo, pero quizás le ví un tanto estático siendo el frontman principal de una banda de death tan arrolladora como la que lidera.
En resumen, NAKKEKNAEKKER demostró ser mucho más que una simple banda juvenil; fueron una fuerza explosiva que demostró que el futuro del metal está en buenas manos, y por dios, si pasan medianamente cerca de tu ciudad, levanta el culo del sofá y vete a verlos porque merece la pena. Palabra.
CRYPTA
La verdadera apoteosis llegó con la llegada de las reinas indiscutibles de la noche: CRYPTA . La banda, encabezada por las ex- NERVOSA Fernanda Lira y Luana Dametto, desató un infierno en el escenario con su death metal imponente y visceral. Desde el primer acorde, el público fue arrastrado por un torbellino de oscuridad y agresión sonora que no dio tregua.
Fernanda Lira, con su presencia magnética y su voz poderosa, se erigió como el epicentro de la tormenta, alternando entre poses desafiantes y sonrisas diabólicas que mantenían al público en vilo. Se me antoja difícil dejar de mirar a esta frontman más de un minuto seguido, ya que todo el espectáculo pasa (y se centraliza) en ella. Vocalmente, además, dio la sensación de que si el concierto dura seis horas más, lo hubiera acabado sin despeinarse. Sus guturales de ultratumba sonaron sólidos y atronadores, sin descanso, en una impecable actuación. Y a ese depliegue, además, hay que sumar que toca el bajo y hace las veces de frontman destilando un carisma que pocos consiguen. Casi nada.
Por su parte Tainá Bergamaschi y la nueva guitarrista, Jéssica Di Falchi, desataron un torrente de riffs implacables, mientras que Luana Dametto demostró una precisión quirúrgica en la batería, que aunque no fuera lo más destacable de la noche, no decepcionó. Para mí, un show de death metal no está completo si la actuación de la batería no es redonda, y esa noche lo fue.
Me llamó poderosamente la atención lo escueto del escenario, que no presentaba pantalla o amplificador alguno, y que únicamente contaba con algunas velas electrónicas alrededor del kit de batería como decoración. No soy un entendido en la materia, pero me gustaría que alguno de vosotros me iluminara: ¿Cómo se puede hacer un show de metal sin amplificadores en el escenario?
En cuanto a lo musical, la noche no iba a presentar demasiadas sorpresas, ya que teníamos claro que las brasileñas acudían en esta ocasión a la Urban rock de Vitoria, para presentar su último álbum, "Shades of Sorrow". Dicho disco conformó el grueso del setlist, y fue el plato fuerte de la noche, con temas como “The other side of anger” (que abrió la noche), Poisonous Apathy, Lift the Blindfold,The Outsider, Lullaby for the Forsaken, Stronghold, Trial of Traitors, Dark Clouds, Agents of Chaos o Lord of ruins. Vamos, prácticamente todo el disco. De su anterior trabajo cayeron “Under the black wings” y la que cerró la velada, “From the ashes”.
Aquella noche nos fuimos de la Urban teniendo claro por qué CRYPTA es una fuerza imparable en la escena del metal, y es que lo tienen todo: Una incansable vocalista que además es una excelente frontwoman con mucho carisma, un estilo musical que parece contar con nuevos adeptos por todo el mundo, cuatro músicas bien compenetradas, y un muy buen trabajo de estudio reciente, que fue recibido de muy buena gana por los asistentes. Esta segunda visita de las brasileñas a nuestra ciudad dejó claro que los posos que dejaron en su primera incursión, han creado un caldo de cultivo estable, fabricando una buena masa de adeptos seguidores para su banda.
La calidad del sonido fue impecable, potente y nítido, elevando la experiencia a un nivel superior. Y mientras el setlist de CRYPTA resonaba en los oídos de la audiencia, quedaba la certeza de que estábamos presenciando algo más que un concierto: era una ceremonia de adoración al metal en su forma más pura y visceral.
¡Qué gran noche! Y qué alegría ver la sala tan llena un jueves, con una propuesta tan pura de death metal. Grandísimo cartel, y una nueva y grata experiencia para el bolsillo.
Y que no paren nunca.
Texto y fotos: Jon Rivas Delgado
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Una cosilla, ¿no había otra foto de Fernanda Lira?…
Pos a mí la foto me parece brutal xD