Crónica y fotos de MESHUGGAH + THE HALO EFFECT + MANTAR en Madrid

+ THE HALO EFFECT + MANTAR

Sala La Riviera – Madrid

Dominbo 24 de Marzo de 2024 – Sala La Riviera – Madrid

Hay días de concierto en que todo parece vaticinar un éxito irremisible, días señalados en los que nada puede salir mal, y todo conduce a la gloria.

El pasado domingo, en Madrid, tuve esa misma sensación de ir sobre seguro desde mucho antes de acercarme a los poblados aledaños de La Riviera, que quince minutos antes de las 19H ya presentaban el aspecto de las grandes tardes, una sensación difícil de explicar, un sexto sencillo que de forma inconsciente, se me ha ido agudizando con el paso de los años. No en vano, eran muchos los factores a favor: por supuesto, un domingo siempre facilita mucho las cosas a la hora de desplazarse hasta Madrid para los que venimos de otras poblaciones; de hecho, me gustó escuchar mucho acento de fuera dentro de la sala, y es que el espectacular tiempo pre-veraniego del que disfrutó la capital hizo que el plan fuera redondo, incluso para disfrutar del fin de semana al completo. Luego, por supuesto, el cartel hablaba por sí solo. MESHUGGAH llevaban sin pisar una sala madrileña desde el año 2016, año en que acompañados de HIGH ON FIRE dieron precisamente el salto a una Riviera que iban a poner a sus pies. Por su parte, THE HALO EFFECT se estrenaban en nuestro país después del huracán que supuso su disco debut en verano de 2022, ya con nuevas canciones en el horizonte, y cerrando el cartel, MANTAR visitaban Madrid, creo que por primera vez (corríjanme si me equivoco), abriendo una velada que no podía comenzar mejor…

Y así fue. El duo alemán era el encargado de abrir fuego para una Riviera sorprendentemente poblada ya a eso de las 19H, y sabedores de que el tiempo era oro, decidieron ponerse manos a la obra y no dar un segundo de tregua. En un cartel sorprendentemente heterogéneo estilísticamente hablando, no se si había mucha gente “del rollo” de MANTAR por allí el domingo, pero apuesto a que pese a ello se llevaron un buen puñado de nuevos fans con un concierto cortito pero muy intenso, en el que la dupla afincada en Bremen dio una lección de sencillez y de contundencia. Si hablamos de sonido, me sorprendió que la banda sonó muy, muy grave, bastante más ‘groovie’ que en sus trabajos, y es que en las iniciales “Pest Crusade” y “Split”, si cerrábamos los ojos, parecíamos estar ante los mismísimos SEPULTURA. Para quienes estamos acostumbrados a su sonido más sludge/ black n’ Roll fue algo extraño, porque así fue durante toda su actuación, pero reconozco también que ese ramalazo de ‘death metal’ más clásico en directo me gustó y les hace bien. Sí, “Hang ‘Em Low” sonó quizás demasiado pronto y un poco saturada, muy diferente al estudio, pero la gente saltó y vibró con ellos y sobre todo se sumergió en una noche que no podía comenzar mejor, y cuya temperatura no iba a dejar de subir…

Tras el parón, de unos 15 o 20 minutos, llegaba el que para mucha gente, sobre todo en las primeras filas, era el plato fuerte de la noche. Y sí, digo bien, porque la expectación por ver por primera vez a THE HALO EFFECT en Madrid era igual de grande que el legado de los miembros que componen el grupo, una banda muy querida a pesar de llevar muy poquito en activo, que como decía antes provocó un verdadero terremoto con la edición de “Days Of The Lost”, que fue entonces el mejor álbum de death metal melódico de los últimos años (creo que todavía no ha salido otro mejor).

La banda salía con ese halo de veteranía de quien lleva toda una vida en esto, entre los aplausos y los gritos de ya más de 3/4 de sala llenos, y ya con dos biombos decorativos con el emblema de la banda sobre el escenario, uno a uno, hasta que tras la intro de “Days Of The Lost”, con la banda sobre el escenario, aparecía Mikkael Stanne y la locura se desataba. Al comienzo, la pobre calidad del sonido fue un poco alarmante.

En el citado tema inicial, la guitarra solista de Niclas Engelin apenas si se escuchaba, y justo en el momento del solo, que por cierto fue bastante desastroso, se subió de golpe de un modo un poco brusco y tras unos minutos, parece que la cosa empezó a mejorar mínimamente, especialmente tras “The Needless End”, que terminó ya con un público volcado coreando la melodía principal del tema.

Ya metidos en “Fear What I Believe”, un tema que sonó muchísimo más pulcro, el sonido empezó a mejorar considerablemente y su música empezó a hacerse mucho más disfrutable.

Qué decir de un Mikkael Stanne pletórico, sonriente, cariñoso y cercano, que como siempre llevó el peso de la actuación de un modo magistral, mientras la banda se mantenía en un segundo plano. Por cierto, que la banda llegó con Patrik Jensen a la guitarra sustituyendo a Jesper Strömblad, y Anton Roos a la batería en sustitución de un Daniel Svensson del que ya se intuía que no podríamos disfrutar en directo, por lo menos de manera continuada.

Desde “Become Surrender” el concierto fue cuesta abajo y sin frenos, y ya en “Gateways”, y especialmente en “Shadowminds”, la temperatura subió algunos grados más y despedimos su actuación incluso con algún ‘crowdsurfing’. No hubo guiño a IN FLAMES, que había quien lo esperaba, pero tela cómo nos lo pasamos…

Si antes comenzaba la crónica diciendo que acudíamos a la sala con una mochila llena de certezas en cuanto a lo que íbamos a presenciar, la mayor parte venían provocadas por unos MESHUGGAH que, en sala, son una experiencia hipersensorial como así nos han demostrado en cada una de las últimas ocasiones en que nos han visitado, e incluso me atrevería a incluir algunos festivales, aunque definitivamente no es lo mismo. La banda sueca se hace grande en recintos medios, y ha destilado con el paso de los años un directo que sencillamente se hace hasta complicado de describir para quien lo lo ha vivido desde dentro, pero que quizás podría resumirse como una orgía epiléptica de vatios, luces y ritmos lapidarios que nos aprisiona como un “mata león” hasta quedar exhaustos.

En la Riviera yo diría que no cabía un alma, o si cabía, más bien chica. Y se hicieron esperar; mucho, puede que demasiado. El caso es que las luces por fin se apagaban, y sin más pompa que el griterío, que era cosiderable, iba saliendo la banda de Umeå dejando a Jens Kidman para el final, ya con “Broken Cog” empezado. No tardó en desatarse la locura. El tema rompe, y con media Riviera botando, cada riff pareciera como si un contenedor de puerto se nos viniese encima llovido del cielo. Ya no hubo ni altos ni bajos ni medios. MESHUGGAH tomaron la calle de en medio y arrasaron con todo a su paso haciéndose valer de un sonido espectacular, altísimo, pero definido y medido al milímetro para disfrutar de cada uno de los caprichosos ritmos que la banda sueca iba tejiendo, inmediatamente después acordándose bien pronto de dos martillos pilones del “Nothing” como “Rational Gaze”, que nos devoró por completo, y “Perpetual Black Second”, que hizo lo propio. “Kaleidoscope” puso a funcionar de lo lindo un juego de luces de otra galaxia, en el que con cada “riff” la iluminación iba mutando como si de un instrumento más se tratase, dejando ver un escenario bien ornamentado y acompañando de manera visual lo que nos entraba ya por nuestras maltrechas orejas… y lo que quedaba.

Y luego está el apartado técnico, donde la banda no falla una nota, y donde en definitiva se muestra como un arma de destrucción masiva de cuatro piezas donde nada falla, donde todo funciona como un reloj y donde cada uno complementa al de al lado de un modo casi simbiótico. Verles, por ejemplo, clavar de semejante manera un tema como “In Death” en sus dos partes, especialmente la segunda, que tiene ritmos particularmente complejos, a ese volumen, y con semejante determinación, no puedo sino decir que es toda una experiencia tan inversiva como intimidante; y se disfruta. Mucho.

Ese trocito del “Catch Thirty Three” fue de mis preferidos, y un momento doloroso también porque de alguna manera nos sacó de un bucle hipnótico en el que llevábamos metidos desde el comienzo, y tras el que abrimos los ojos para descubrir que el concierto ya se iba acabando. Quedaban momentos devoradores como “Future Breed Machine”, que lamentablemente fue la única referencia a “Destrón Erase Improve”, y cómo no la coreanísima “Breed” ya en los bises, que dio paso a “Demiurge”, y después a la más absoluta nada.

MESHUGGAH volvieron a reventar la Riviera ocho años después, pero tengo la sensación de que si el año que viene regresasen, sería más o menos lo mismo. Nos tienen tomada la medida, y en este formato son absolutamente imparables, como volvieron a demostrarnos una vez más. No tardarán en regresar con nuevo material, y espero que con una nueva gira que no nos obligue a esperar tanto esta vez…

Setlist MESHUGGAH:

1. Broken Cog
2. Rational Gaze
3. Perpetual Black Second
4. Kaleidoscope
5. God He Sees in Mirrors
6. Born in Dissonance
7. Mind’s Mirrors
8. In Death – Is Life
9. In Death – Is Death
10. Humiliative
11. Future Breed Machine
12. Bleed (bis)
13. Demiurge (bis)

Texto: Jorge del Amo (jorge_del_amo@rafabasa.com)
X: @Jorge_del_amo

Fotos: Alvaro Ochoa

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