Crónica y fotos de GRETA VAN FLEET + BLACK HONEY + HANNAH WICKLUND en Madrid

+ BLACK HONEY + HANNAH WICKLUND

Lunes 4 de Diciembre de 2023 – Wizink Center – Madrid 

Resulta irónico que, apenas veinticuatro horas después de que KISS anunciaran su retiro de los escenarios y la continuación de su carrera ofreciendo espectáculos en forma de avatares, presenciáramos uno de los más grandes conciertos de rock que hemos visto en la capital de Madrid en muchos, muchos años por parte de una joven banda que ya no es una promesa, sino toda una realidad. Denotando no sólo que hay relevo, sino que no es imprescindible para la salud de nuestra amada música que una “major” siga arrastrando su marca y su legado innecesariamente, cual vulgar franquicia.

Y no se me entienda mal, que yo adoro a los de Simmons y Stanley. Pero es que con bandas como GRETA VAN FLEET en activo, ¿quién va a querer ir a ver un show de música enlatada “interpretada” por cuatro muñecos realizados por la ex- empresa de George Lucas, por muy espectacular que sea?

El caso es que allí nos plantamos el día cuatro de diciembre, en un Wizink pletorico que, si bien no estaba lleno, presentaba una más que impresionante entrada, tanto en pista (al 80% aproximadamente) como en grada (al 65% más o menos). Me quedó claro nada más llegar que GRETA VAN FLEET ya han roto la barrera social del estilo. Es decir, que allí no había sólo rockeros o heavies, sino gente de todo tipo. No están al nivel de BON JOVI o AC/DC en cuanto a “evento al que hay que ir a hacerse la foto”, pero tiempo al tiempo.

Por cierto, que he de pedir disculpas de antemano, pues no puedo escribir nada sobre las actuaciones de los teloneros, pues mis compromisos laborales me impidieron llegar a tiempo de ver tanto a HANNAH WICKLUND como a BLACK HONEY.

Tampoco he de pasar por alto los precios imperantes en el puesto de camisetas, yendo desde los 40 euros (manga corta), a los 80 (sudadera) y pasando por 60 para la de manga larga. Incluso con elementos como la cada vez más habitual bolsa de tela con asas para colgarse al hombro, por 30 “machacantes” (justo la semana pasada la habíamos visto por 10 euros en INSOMNIUM y ya nos había parecido cara). Y ojo, que yo soy un fiel defensor de que cada uno haga con su dinero lo que buenamente le parezca, pero me resultó curioso y digno de mención, tanto por lo inflado (creo yo) de los precios, como por el hecho de que no paraban de vender merchandising y aquello estaba repleto de gente vistiendo las prendas que recién se habían comprado.

Tras una larga introducción instrumental en la que sonaban adaptaciones de los temas pertenecientes al último disco de la banda en formato música clásica, caía el enorme telón que tapaba el escenario para mostrarnos a los cuatro integrantes de la banda sobre la plataforma con escalones que había colocada tras la batería y que se alargaba de un lado a otro de las tablas. Allí estaban Josh, Dany, Sam y Jake ataviados en sus pintorescos ropajes, saludando a su público, iniciando este último el riff de “The Indigo Streak” para dar el pistoletazo de salida a la fiesta mientras sus compañeros ocupaban posiciones. Las primeras llamaradas que, desde el fondo del escenario ascendían hasta el techo del Wizink, no tardarían en hacer  aparición, rubricando un excelente inicio.

Ya sé que rara es la vez que hago mención al sonido en un pabellón o estadio y no se levanta la polémica, pues cada uno lo oye dependiendo de su ubicación, mejor o peor. Pero tengo que decirlo: ¡aquello sonaba de lujo desde el primer acorde hasta el último! Estuve casi todo el tiempo ubicado en el lateral derecho, delante del todo, aunque desde el puesto del merchandising no se escuchaba nada mal tampoco.

La fiesta y la sensación de “buen rollo” que trasladaba la banda, fueron sensacionales. No pararon de caer temazos presentados por el simpático vocalista como “Build by Nations” o mi debilidad, “Meeting the Master”, una de mis canciones favoritas de este 2023 que se nos apaga.

La banda no sólo sonaban genial, sino que además su interpretación era perfecta. Porque dentro de la simplicidad de su esquema compositivo, su complejidad interpretativa y la manera en la que se compenetran entre sí, es digno de análisis. Sam al bajo es puro rock&roll, pero es que cada vez que se sienta a los teclados lo que sale de sus manos es algo mágico. Danny Wagner nada tiene que envidiar al gran John Bonham. Jake es el motor del grupo, protagonizando algún que otro momento a lo guitar hero. Y por su lado, Josh, es como si en lugar de una laringe, tuviera un silbato. ¿Cómo puede hacer para mantener ese tono? ¿Cuál es el secreto de esas notas altas sostenidas tanto tiempo durante más de dos horas de concierto? Espero que la voz le dure muchos años.

“Heat Above” dio paso a la maravillosa “Broken Bells”… ¡qué preciosad de canción! Con “Highway Tune” todos bailamos al son; de hecho es que aproveché para darme un paseo por la pista y no paraba de ver gente moviendo las caderas, feliz ante unos músicos pletóricos y simpatiquísimos (con Josh dedicando y explicando varias canciones, incluso mostrándose travieso al ver a gente fumando entre el público y en lugar de abroncarles, decir “bueno, a fin de cuentas… es un concierto de rock&roll”).

Tras el solo de batería, llegó un pequeño set acústico, iniciado con una curiosa a la par que sentida versión del “Unchained Melody” a piano y voz. Tras ella, “Waited all your Life” y “Black Smoke Rising” nos sonaron a gloria.

Ya de vuelta al formato eléctrico, “Fate of the Faithful” fue otra pedazo de maravilla que me puso los pelos como escarpias. Y es que esa subida del estribillo, cada vez que Josh encaraba las notas, es magistral. ¡Qué pedazo de artista, señores! Tras un largo sólo de guitarra por parte de un Jake pletórico, reaparecería el cantante en escena, ataviado con una larga capa blanca, para encarar otra pieza sublime, “Sacred the Thread”, donde el cantante va subiendo… y subiendo… y subiendo… hasta sostener las notas más complicadas logrando el éxtasis total. Y ojo, porque no se queda aquí la cosa en cuanto a intensidad, porque “The Archer” fue otro despliegue de magnificencia rockera, con la pasarela trasera en llamas y Jake recorriéndola de punta a punta mientras alargaba otro de sus solos.

Hicieron un pequeño mutis para volver con la evocadora “Light my Love” (que tiene cierto sabor a QUEEN, en mi opinión) y poner el broche de oro con “Farewell for Now”.

¡Sí, amigos! El rock’n’roll tiene relevo. Los avatares, mejor los de James Cameron y en el cine.

¡Larga vida a GRETA VAN FLEET!

Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com
Twitch: dj_phoenix – Youtube

Fotos: Óscar Gil Escobar

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GRETA VAN FLEET