Crónica y fotos de DARE + FM en Madrid

+ FM

Domingo 22 de Octubre de 2023 – Sala Shoko – Madrid

Lo más grande de la música… o mejor dicho, de nuestra música, es que igual puedes estar viendo a PAIN dándolo todo y disfrutando a tope un viernes, y hacer realidad tu sueño melódico acudiendo el domingo a otro concierto totalmente alejado en formas al de apenas dia y medio antes, y, lo mejor de todo, gozarlo igualmente. Es lo realmente bonito del rock, pues lejos quedaron aquellos tiempos en los que fans de Slayer y Stryper eran algo más que enemigos. No hay inconveniente en estar escuchando black metal en el coche de camino a un bolo, y que tus ilusiones estén puestas en el evento que vas a ver, porque vienen a la ciudad dos de los pilares más en forma del hard rock melódico y el AOR de la historia, como son FM y DARE. Recuerdo cuando vi que se anunciaba esta gira conjunta…la noticia me arrancó una sonrisa inmediata, y una emoción casi eléctrica me traspasó de la cabeza a los pies, porque la unión conformaba uno de lo mejores carteles de 2023. Adoro la vieja escuela del género, ya sean FOREIGNER, JOURNEY, HAREM SCAREM, THUNDER o TEN, entre otros cientos de formaciones, pero daba la casualidad de que el enlace de dos de las más grandes se daría Madrid, compartiendo cartel. Y aunque parezca un dato irrelevante para la crónica, poco después, afronté el concierto con una nostalgia añadida al haber fallecido recientemente Chris Olverland (hermano de Steve Overland de FM, y ex- músico de la propia banda) y percatarnos, una vez más, de que los héroes con los que crecimos no son eternos, con lo que las ganas (que ya eran muchas) de ver a FM y disfrutar de sus clásicos, eran infinitas. A pesar de haber tocado en nuestro país en muchísimas ocasiones, algo me decía que esta sería especial. Igual ocurre con DARE, pues desde que cayó en mis manos la trilogía imbatible conformada por "Out of Silence/Blood From Stone/Calm Before the Storm", los ingleses se convirtieron en algo especial para mí. Por supuesto, luego vendría su etapa más folkie, idas y venidas… pero siempre ofreciendo una calidad musical enriquecedora para su género. Un dos por uno como el de las ofertas del súper, pero con dos productos de la más altísima calidad.

Los británicos FM salían puntuales al escenario de una animadísima Sala Shoko, y, con tan solo su elegante logotipo proyectado en la original pantalla detrás del escenario, nos abordaron con "Synchronized" de su álbum de 2020. Overland con una elegante camisa blanca, y el resto de la banda, muy en la onda inglesa… Merv Goldsworthy, su bajista, luciendo elegantes canas en su todavía melena (corta, pero melena), Pit Jupp a la batería, feliz tras los parches con un llamativo look de hombre maduro, Jem Davis disfrutando de sus teclados Nord y Roland tuneados "a lo VAN HALEN" y Jim Kirkpatrick totalmente concentrado en no dar un paso en falso con su guitarra… y todo ello para dar cabida a un sonido de espectáculo y una calidad casi insultante. Todos y cada uno de los elementos instrumentales estaban tan en armonía, que las grabaciones se quedan en algo anecdótico… ¡qué precisión!, ¡qué calidad!. Amigos… mientras escribo esto, todavía tengo metida la voz de Steve en mi cabeza, y cada vez tengo más clara la magnitud de lo que vimos el domingo. La voz de Overland ha adquirido colores con la edad… su timbre es maravilloso, recordándome por momentos a Danny Bowes de THUNDER, pero conservando todo el brillo de los primeros tiempos en FM. Tocado por un ángel o sucedáneo, nos dejó boquiabiertos desde la primera pieza. El resto de la banda, además, no se limita a cumplir, sino en hacer que cada uno de sus instrumentos sean parte de algo mágico. Magnífico comienzo que continuó con "Though it Out" del álbum homónimo. Una de las mayores obras del rock melódico de los ochenta junto a su hermano "Indiscreet", aún con los hermanos al frente… y ahora ya, las sensaciones, recuerdos y emociones se sentían a flor de piel. Shoko era un hervidero de sentimientos. Todo el mundo emocionado con el sonido, el estribillo y una banda dando el 200% de sí misma… Chris no puede gozar de mayor tributo a su obra en la Tierra. En cada "Uoo-Uooh!" veías caras de "¿pero qué es esto?". Atención a los coros que salían de los micros, porque aquí nada jugaba por su cuenta, y cada elemento enriquecía el sonido de la banda. Todo en pro de la canción. Difícil describir con palabras, señores.

No hace falta decir que nadie se movía del sitio, casi ni para pedir bebida en la barra, para no perderse un segundo de lo que ocurría en el escenario, y "Killed By Love" fue otro buen reflejo del presente, sin desentonar con los clásicos e igualmente emocionante, pues "Atomic Generation", así como todo lo que ha venido después de "Paraphernalia", a partir del 2010, no adolece en absoluto. Hits que se graban a fuego en el alma, y que esta noche estarían afianzando adeptos a la fórmula FM. No os digo nada cuando sonaron las notas de "Someday (You’ll Come Running)" del teclado de Jem… un viaje al pasado, tanto por parte de FM, como si recordamos aquella espectacular versión del tema que hizo Mark Free en su primer disco en solitario "Long Way From Home". En cualquier caso, el tema levantó pasiones y Steve no dejó títere con cabeza ante la bonita iluminación, las caras de satisfacción y una banda sonando absolutamente perfecta. "Let Love Be the Leader" quizás no fuese conocida por todos los que no han profundizado en la discografía de los británicos, pero como single aislado era una de esas canciones que calaron muy profundo entre los que ahondaron entre los múltiples lanzamientos a modo single o EP de la banda. Sencilla, deudora de la fórmula de su año de edición (1987) y un clásico imperecedero, precedido por otra imprescindible de su segundo álbum, "The Dream That Died". Sensibilidad AOR por doquier, y Overland generando emociones con una profundidad vocal pasmosa, digna de elogio, especialmente cuando ves que se acerca la mitad del show y su brillo sigue intacto.

Un poco de ambiente festivo en "American Girl" del "Indiscreet" con ese teclado deudor de "Jump" de VAN HALEN, para entrar de lleno en un camino hacia la nostalgia más absoluta de la mano de una tanda de clásicos, iniciándola "Frozen Heart" del mismo álbum, para deleite de todos los oídos y corazones. Impresionantes los coros, la delicadeza con la que ejecutan la canción y el conseguir hacernos retroceder en el tiempo, con un sonido de actualidad. En "That Girl" todo era festejo, Steve sudaba a chorros, pero esto no podía acabar… no debía. Los buenos momentos deben ser breves, pero si conseguimos que se alarguen, mucho mejor, y ahí siguieron dando cancha a su obra prima, calando hondo. El ritmo cabalgante y radiable del tema es hipnótico… todo el mundo lo conoce, o al menos, esa sensación me daba. El riff de "Bad Luck", que siempre me pareció de pura escuela Sambora, fue hilo conductor de una totalidad de la sala cantando el estribillo a pleno pulmón, mientras la sonriente y comunicativa banda lo pasaba en grande en el stage. Con "I Belong to the Night" diría que ya han tocado un 50% del debut, pero… ¿y qué más da?. A estas alturas, toquen lo que toquen, nos hará felices, pero no conformes con eso, se atraven con nuevas apuestas como "Turn This Car Around" (con el keytar de Jem a cuestas que en algún momento se colgó) , muy bien recibida para casi finalizar el concierto. Pero si pensábamos haberlo visto todo, aún nos quedaba escuchar la preciosa "Story of My Life" a capella, con el simple acompañamiento del teclado, y… ¿sabéis esa sensación de no saber describir algo?. Steve nos encogió el corazón a todos, y nos generó un estado de absoluto orgullo de poder contar con un artista como él esta noche, llevándose un sonoro aplauso, casi ensrodecedor, al finalizar el tema, más que merecido, despidiéndose de Madrid con otra vuelta a su nacimiento con "Other Side of Midnight", y una sala atónita, rendida a sus pies, sin palabras y totalmente agradecida porque FM nos regalasen uno de los conciertos con más clase, calidad y cálidos de cuantos hayamos disfrutado en nuestras vidas. Por momentos como este, sigue valiendo la pena soñar. Diez de diez indiscutible, y ese sentimiento de felicidad absoluta que solo unos pocos artistas son capaces de proporcionarte.

El pensamiento generalizado tras la actuación de FM, era el de "no te digo que lo superes… iguálamelo", y creo que fue algo que no jugó muy favor de DARE en el balance final, ya que tenían la difícil tarea de mantener un nivel casi inalcanzable. ¿Lo conseguirían?. Pues el público y el enorme corazón de piedra que iluminaba la parte trasera del escenario, seríamos testigos de ello. Por supuesto, el característico sampler de lluvia del que suele hacer uso la banda, hizo que prestásemos atención ipsofacto a lo que ocurriría después, porque ahí salían DARE con "Born in the Storm" de su último disco de estudio "Road to Eden". Darren Wharton apareció en escena como un tornado, con gafas de sol y su eterna sonrisa, medio pecho al aire y su preciosa voz como reclamo. Le acompañaban Vinny Burns a la guitarra, instrumento que casi no se escuchaba, Nigel Clutterbuck al bajo, que pecaba de desmesurado y con un sonido por momentos desagradable, Kev Whitehead, cuyo bombo de la batería estaba por las nubes (y así se mantuvo hasta el final) y Marc Roberts, cuyos teclados no se percibían prácticamente nada. Salvó el inicio del concierto, que la canción es de gran calidad, y que la voz del bueno de Darren sigue siendo tan bonita como siempre, pero el sonido tosco, rasposo y nada sedoso, hacían intuir que el bajón en cuanto a calidad de audio iba a ser más que notable.

Una vez asimilado que DARE no llegarían a la magnificencia, ni al perfil impoluto de FM, decidí arrimarme (más si cabe) a la mesa de mezclas, a comprobar si todo lo que os comento era percepción solo de mis oídos. Lamentablemente no fue así, y para "Cradle to the Grave" seguía sonando todo súper descompensado, especialmente el bajo de Nigel, que no paraba de entorpecer las bonitas líneas vocales de un Darren que, comunicativo, se aprendió aquello de "os quiero" entre bromas, para utilizarlo en infinidad de ocasiones a lo largo de su estancia en el escenario… todo un frontman y un ejemplo de cómo cargar con el peso de todo un concierto sobre tus espaldas, incluso cuando las cosas no van del todo bien.

Prosiguió el set con "Home" de su anterior "Sacred Ground". Una pena que las preciosas notas de guitarra acústica iniciales fuesen disparadas, y la guitarra eléctrica de Vinny se escuchase tan débil, poque de veras pienso que es un futuro clásico que, de haber sonado tan bonita como en estudio, hubiese levantado pasiones… que lo hizo, pero por lo grandioso de la propia composición y la voz única de Wharton. Desde la mesa no parecían percatarse del problema, y la noche avanzaba con temas de nueva hornada como la preciosa "Until", o "Sea of Roses" como única mención junto a "Silent Hills" del buenísimo "Beneath the Shining Water" del 2004, que sonaron un tanto menos rudas por su cercanía al formato balada. No obstante, DARE deberían sonar delicados, como una caricia…y esa sentimiento solo lo provocó Darren con su voz, y en momentos puntuales.

Con la portada de algún vinilo del "Blood From Stone" enseñándoselo desde el público, la banda nos dejó un "Wings of Fire" un tanto menos resplandeciente y menos preciso que la versión de estudio, pero bien llevado por un Darren que bajó tonos en algunos tramos a lo largo del concierto, eso sí, sin perder un ápice de su feeling habitual. Al menos ya podíamos distinguir la guitarra de Burns, que ahora sí, dejaba que se escuchasen sus encantos por el equipo. A lo que no se terminaba de acostumbrar el oído era al omnipresente sonido de un bajo que tampoco se ciñó demasiado a los patrones originales.

La preciosa "Abandon", tema de apertura del disco entre discos, "Out of Silence", perdió la potencia de su bonito inicio, porque no se escuchaban las características líneas de teclado, pero es tal la calidad de la composición, que ahora sí, cantamos a pleno pulmón, ayudando al comunicativo, simpático y agradecido frontman. Cómo no iba a caer la también clásica "Into the Fire", que adoleció de lo mismo que la anterior, pero que disfrutamos gracias a la única y genuiona voz del ex- THIN LIZZY (banda a la que hizo mención después, como en cada concierto).

Tras dejarnos sin un "We Don’t Need a Reason" que sí tocaron en las últimas giras y que muchos esperábamos, hubo otro pequeño maratón de temas de cara al final, con alguno de nuevas grabaciones como "Thy Kingdom Come", sin olvidar que casi todo el público presente ansiaba temas de sus dos primeras obras magnas (considerando su discografía quien escribe, como muy equilibrada y sólida… pero lo que es, es, y esos dos primeros trabajos son oro puro).

"The Raindance" fue uno de esos momentos de brazos arriba y plena celebración, anticipo del final con un mini medley conformado por "King of Spades" enlazada con "Black Rose" de THIN LIZZY, sirviendo la querida y ansiada "Return of the Heart" como despedida de un concierto con muchos peros, pero mucha entrega por parte de un Darren que se llevó un buen aplauso de Madrid, que compensó su trabajo bien hecho. El cariño de la banda hacia el público fue totalmente visible, y viceversa, pero que la música de DARE puede sonar con muchos más matices, más delicada y con menos turbulencias, es un hecho. No obstante, el balance de la noche al completo alcanzó altas cotas y pudimos disfrutar de dos bandas clásicas con un gran repertorio completo. Como para decir que no.

Texto: José Rojo

Fotos: Vicente Diaz

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