GRETA VAN FLEET – Starcatcher
Discográfica: Lava Records
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Dejando al margen las etiquetas, géneros y subgéneros, resulta obvio que hay dos grandes vertientes dentro de lo que es la música en general (y no sólo el rock y el metal): la que se preocupa por explorar sonidos novedosos, mestizando todo lo que pasa por delante suyo, utilizando técnicas de grabación actuales y aquella que se dedica a reproducir los sonidos de décadas pasadas.
Para todo aquel que conozca a GRETA VAN FLEET, queda claro que son una banda que aplica a la segunda de estas definiciones. ¿Lo hacen de una manera más o menos impostada? Pues eso ya queda en la opinión de cada cual, pues bien es cierto que todo aquello que dice ser heredero de los años setenta no deja de resultar un pastiche digital que intenta reproducir un sonido analógico a base de pluggins y parches varios, sólo con honrosas excepciones, como la de los ilustres catalanes ’77, abanderados de la filosofía de no utilizar nada que no sea fabricado en dicha época (y así de bien suenan, claro).
Y es que, a fin de cuentas, ¿qué hay de real en todo este tipo de vertientes vintage? ¿Cómo se puede sentir una vertiente de la misma manera que se originó cincuenta años atrás, sin vivir aquella época, sin sufrir los devenires de la sociedad que la originaron, habiendo nacido varias décadas después de ella? Y sin embargo, aunque suene contradictorio, GRETA VA FLEET parecen auténticos, por mucho que tengan una multinacional y un ejército de expertos en marketing detrás. Tienen una batería que suena a eso, a batería analógica y no al enésimo archivo actualizado elegido de entre una biblioteca digital. Son un grupo con grandes canciones (deseando estoy poder verlos en directo, esperemos que este año sea el momento) y ese halo de misticismo, tan característico de este tipo de rock.
Incluso conservan la coherencia en la estructura de lo que es un disco, fuera de la moda imperante de sacar singles aislados. Y lo hacen hasta tal punto de que se ve un razonamiento lógico a la hora de ordenar los temas para que vayan en el disco. Tanto que sus cuatro primeros cortes se escuchan seguidos formando una pequeña sinfonía de rock. Desde la introductoria “Fate of the Faithful” que tímidamente nos atrapa desembocando en ese mágico estribillo donde las seis notas principales son ejecutadas a capricho por la guitarra, la base rítmica, el teclado o la simpar voz de Josh, a la belleza de “Waited all your Life” donde las doce cuerdas de la acústica son el vehículo que nos lleva a través de las nubes para soñar y no parar con “The Falling Sky”, primer ejercicio netamente rockero y clásico que encontramos aquí, rubricando con el groove de “Sacred the Thread” en el que Danny Wagner -batería- nos demuestra que con una propuesta sencilla también se puede atrapar al oyente.
“Runway Blues” me hace esbozar una sonrisa cada vez que la escucho. Es el tema más animado y bailongo del disco y apenas dura minuto y medio. La han dejado como incompleta y en lugar de repetir su estrofa y estribillo varias veces más, incluso creando una parte para meter un solo, nos dejan con ganas de más. Puede que en los directos la desarrollen, o puede que no… ¡Quién sabe!
Y es que aquí no se viene a abrir pistas de baile, sino los chakras a través del sentimiento que proporciona la música. Eso no quiere decir que no haya momentos para disfrutar del rock más bello con “The Indigo Streak” o incluso ahondar en la oscuridad con ese pequeño homenaje a Tony Iommi que es el riff principal de “Frozen Light”; y sobre esta última, no voy a dejar de mencionar ese precioso mini puente donde el teclado es el protagonista. ¡Atentos a él!
No puedo elegir un momento favorito de entre los cuarenta y dos minutos de música que contiene “Starcatcher”. ¡Han de ser dos! Y, además, van en comandita, juntos uno después del otro: “The Archer” con esas preciosas acústicas (otra vez las doce cuerdas haciendo de las suyas) y “Meeting the Master”. Ambas son mágicas, grandilocuentes dentro de su sencillez (por contradictorio que pueda sonar), conformando toda una experiencia para el oyente. Me encanta cerrar los ojos mientas las escucho y dejar que la mente me lleve.
Cierran de manera hermosa, con esa mezcolanza entre rock y country que es “Farewell for Now”, poniendo la guinda a un disco que, hilando con mi línea de pensamiento al inicio de este artículo, puede llegar a ser considerado como la perfecta imagen en 2023 de lo que la música rock era seis décadas atrás.
J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com
Twitch: dj_phoenix – Youtube
Lista de Temas:
- Fate Of The Faithful
- Waited All Your Life
- The Falling Sky
- Sacred The Thread
- Runway Blues
- The Indigo Streak
- Frozen Light
- The Archer
- Meeting The Master
- Farewell For Now
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Pues yo incluso lo simplificaría aún más y diría que hay dos tipos de grupos: los que saben componer buenas canciones y los que no… Y Greta Van Fleet saben componer muy buenas canciones que me transmiten mil emociones y me hacen sentir bien. Se les criticó mucho por su parecido con Led Zeppelin pero a muchos se les olvidó lo más importante, Greta Van Fleet saben componer grandes temas que te ponen la piel de gallina y te atrapan hasta el final, además de que respiran autenticidad por los cuatro costados, en el sentido de que se nota de que lo que hacen les sale del corazón y lo saben hacer muy muy bien… Así que a mi me da exactamente igual a quien se parezcan mientras me transmitan algo con su música y me hagan sentir bien. Aún no he escuchado este nuevo álbum, en su momento escuché sus dos primeros Ep,s y luego su primer álbum completo y me sorprendió mucho la enorme calidad que demostraban y el feeling que transmitían, luego ha habido un tiempo, dos o tres años, en el que por diferentes motivos, les he perdido un poco la pista y ahora me encuentro con esto… así que me voy a poner con ellos desde ya!
Me da igual que estén de moda, me da igual sus pintas y me da igual que se parezcan a Zeppelin, son una grandísimas banda y punto.
+1
Siempre cuestionando, que si se parece a tal qua si no se parece….
en la musica reggae se fabrica roots en el siglo XXI que suena a los años 70 y nadie cuestiona nada.
Molan los Greta, claro que sí.
Led Zeppelin plagiaron a saco (aunque mejoraran los temas)… y nos encantan (por lo menos a mí).
Que GVF suena a los Zep por los 4 costados… menudo problema! dame más grupos de chavales haciendo rock, y menos reggaeton… Me encanta este grupo, me encanta que su cantante haya «salido del armario» (esto a título personal…) y me encanta el olor de los napalm death por la mañana!
El grupo está muy bien, y sus discos anteriores son fabulosos. Sin embargo, éste es el disco que más cuesta arriba se me ha hecho, con el que más me ha costado conectar, y éso que malo no es. Veremos con más escuchas.
Yo nunca he entendido está tirria que la peña tiene con las bandas que suenan a Led Zeppelin.
Hay bandas que suenan a AC/DC y todo bien, bandas que suenan a Judas Priest y todo bien, bandas que suenan a Deep Purple y todo bien, ¿pero sonar como Led Zeppelin? Siempre hay un resquemor tratándose de eso, incluso en los ochenta con Whitesnake y Kingdom Come, insultados a mansalva por el propio Gary Moore en una de sus canciones.
Estos no son profesionales del ladrocinio como los Zeppelin, y las composiciones de los Van Fleet no se componen solas, pero como siempre menospreciando el tiempo y concentración que invierten para ello.