Miercoles 9, Jueves 10, Viernes 11 y Sábado 12 de Agosto de 2023 –
Polideportivo Municipal de Villena – ALICANTE
ANGUS MC SIX + DRAGONFLY + AVALANCH
+ PEDRO BOTERO + HAMATOM
+ BADANA
+ MIKE TRAMP (White Lion)
+ VIRGIN STEELE + HAMMERFALL
Sábado 12 de Agosto – Primera Parte
ANGUS MC SIX
ANGUS MCSIX abría la jornada del sábado en los escenarios principales bajo un intenso calor, aunque no tan sofocante como en jornadas anteriores, y ante una nutrida representación de fans del género. Se trata de un proyecto conceptual concebido por el cantante Thomas Winkler (ex- GLORYHAMMER) que por lo que se pudo ver, lleva hasta el extremo los tópicos del power metal. El argumento, fantástico donde los haya, se basa en el retorno del príncipe Angus (Thomas) al mundo de los vivos empuñando la mítica Sixcalibur, para unirse a Thalestris, Queen of the Lazer-Amazons, y Buff Berserker Skaw! para evitar que el malvado Seebulon se haga con el dominio de Escocia y el universo entero. E incluyo el argumento porque buena parte de la propuesta de ANGUS MCSIX pasa por la representación en directo de las escenas que dan forma a la historia lo que dio mucho juego en el LEYENDAS DEL ROCK .
Un aspecto que ha sabido Thomas cuidar bien es la elección de los miembros de su tripulación: Manu Lotter, ex- RHAPSODY OF FIRE a la batería (representando el rol de Skaw); Thalia Bellazecca, ex- FROZEN CROWN a la guitarra (como Thalestris) y SEB LEVERMANN, de ORDEN OGAN también a la guitarra (Seebulon).
Con todos estos ingredientes, Angus McSix aparecía en escena ataviado con una armadura dorada para abrir el concierto con “Master of the Universe”, siguiendo el orden del álbum. Si Angus portaba armadura, el resto de personajes también aparecían caracterizados: Thaleris de reina amazona, Skaw como guerrero y Seebulon bastante parecido a Skeleton en la saga de He-Man. Solo con este tema podríamos ver que nos iba a deparar musicalmente este concierto… Canciones con estribillos pegadizos en una banda liderada por Winkler, bastante bien a la voz, apoyado principalmente por una batería rápida y contundente pero con poca presencia de las guitarras. La parte negativa, las guitarras no solo tuvieron poco protagonismo a nivel de solos o de riff sino que se escuchaban bastante bajas, siendo toda la parte de orquestaciones y teclados pregrabados quienes llevaban el peso melódico de los temas, con un alto componente de electrónica, al estilo de otras bandas como BEAST IN BLACK o AMARANTHE. Bajista tampoco llevaban.
A partir de aquí, un pequeño show en cada canción. En “Sixcalibur”, Angus empuñaba la famosa espada, jaleando al público y recibiendo la respuesta correspondiente de sus fans que se agolpaban a la sombra. “Starlord of the Sixtus Stellar System” servía para que el cantante se presentara al grito de Angus con un riff de introducción al estilo de AC/DC. Uno de los momentos más extravagantes llegaba de la mano de “Laser-Shooting Dinosaur”. Thomas indicaba que precisaba de un “topic” nuevo más allá de unicornios, dragones y princesas. El resultado, un buen tema ilustrado con dinosaurios por el escenario (no quiero imaginar el calor que pasaría la persona que iba dentro) disparando con pistolas de agua haciendo las veces de láser.
Thaleris por supuesto protagonizaría “Amazons of Caledonia”, iniciada tras un ululeo parecido al Zaghareet, otro tema en la misma tónica en el único en el que le pondría una pega a la labor vocal de Thomas por gritar en lugar de cantar en alguno de los tramos. Una de las anécdotas del concierto la protagonizaría un fan entre el público, que fue el encargado de realizar un mítico viaje durante “Eternar Warrior” a lomos de un pegaso hinchable lanzado por la banda para conseguir una cerveza en la barra y volver con el objetivo de proporcionarle poderes a Thaleris la amazona.
El tramo final abría con otro nuevo discurso y más interacción con el público en “In a Past Reality”, proseguía con “·Just a Fool Will Play Tricks on Angus McSix”, arrancando la cabeza a un goblin bastante poco agraciado y cerraría con un tema bastante discotequero que fue muy bailado y coreado “Ride to Hell”.
A modo de resumen, ANGUS MCSIX ofrece principalmente un espectáculo bastante orientado a cierto público dentro del metal en el que musicalmente, Thomas Winkler despliega un derroche de voz y es el protagonista indiscutible, seguido de la rápida batería de Lotter, con canciones melódicas y pegadizas a ritmo de orquestaciones con toques de música electrónica pregrabada.
SetList:
- The Vision in the Fires (intro) + Master of the Universe
- Sixcalibur
- Starlord of the Sixtus Stellar System
- Laser-Shooting Dinosaur
- Amazons of Caledonia
- Eternal Warrior
- In a Past Reality
- Just a Fool Will Play Tricks on Angus McSix
- Ride to Hell
Texto: Manuel R. Reyes
Fotos: Carlos Oliver
DRAGONFLY
El sábado se presentaba como un día muy intenso en el que habría que pelear contra el calor habitual de Villena en estas fechas, y añadir a este el cansancio acumulado de tres días repletos de Heavy Metal. Debido a imprevistos y vicisitudes varias de última hora (o más bien, de primera), no pude llegar a ver entero el concierto de DRAGONFLY, pero sí la mayor parte de este.
Los valencianos, aunque pueden llegar a ser bastante cañeros, también combinan con mucho acierto partes más suaves, por lo que se me antojaba una elección muy apropiada para comenzar el último día de LEYENDAS DEL ROCK , también por el hecho de tocar a cubierto. Me metí ya de lleno en la actuación con sus primeros compases, concretamente, los de uno de sus temas más reconocidos, largos y celebrados, “Angeles con una sola ala”, que fue precedida por una parte instrumental. En ella, Juanba Nadal, con un bajo muy chulo, de cinco cuerdas y sin clavijero, destacó bastante gracias a su gran habilidad con el tapping, pero también cantando varias estrofas del tema, alternándose con su compañero Pablo Solano.
El hecho de que las primeras filas estuviesen llenas de fans de la banda, ayudó mucho a crear ambiente ya que, como contrapartida, la carpa estaba bastante vacía en general. Hacía un bochorno de mil demonios, así que, por esa parte, casi mejor en pos de la comodidad y el disfrute del concierto. El sonido, hasta el momento era aceptable, no demasiado nítido, pero las melodías de los temas se podían reconocer fácilmente, tal como las frases de Pablo, tan elegante como siempre en su forma de cantar y actuar, y con una voz por la que parecen no pasar los años. También hubo algún acople bastante fuerte al principio que por suerte quedó aislado.
A Jorge Alcázar le vimos hace unas semanas, en el ZURBARÁN ROCK, defendiendo los temas de OPERA MAGNA como sustituto del fugado Adrián Romero (banda en la que, por cierto, también militó Pablo Solano durante sus primeros años). Aquí se mostró mucho más cómodo y acertado, metiendo caña acelerada en “El Peso del Mundo”, pero bastante centrado y enfocado a su instrumento. La participación de los fans en el tema fue notable, un público bastante escaso pero decidido a cantar. En ese final, también Víctor González a la guitarra se animó con el headbanging, y Pablo nos obsequió con un grandísimo agudo.
Llegaba ese momento más sensible de cualquier concierto de Dragonfly, escogiendo para él la balada “Regresa a mí”, de su primer CD, el “Domine”, que por cierto, regrabaron el año pasado, con muchos más medios y experiencia a sus espaldas. Al no llevar teclista, dispararon estas partes, y con todo, el tema les quedó con mucho feeling, en parte gracias a la aterciopelada voz de Pablo, que se entregó al 100%, haciendo un excelente uso de sus tonos graves y afinando muy bien. Pero también tuvo parte de la ‘culpa’ ese sentido solo de Víctor, que hizo hablar a su guitarra para nuestro deleite. Tal vez, dada su longitud y ligereza, se me hizo un tanto pesada, aplacando demasiado el ritmo del concierto, pero lo cierto es que fue bastante bien recibida y ovacionada en general.
Para equilibrar de nuevo la cadencia, el concierto necesitaba de un buen subidón, bien proporcionado por el tema “Soy”, de su quinto disco, iniciada con un virtuoso doble pedal de Jorge que lo hizo realmente bien durante todo el concierto. Para las partes que cantó Tete Novoa en el disco, Pablo, mientras se aferraba con pasión al soporte del micro e intentaba subir los ánimos del personal, contó también con la ayuda de su compañero Juanba (que cantó sorprendentemente bien esos tonos altos). Bastante actividad por parte de todos los músicos en esta última, con bajista y guitarrista apoyándose en sus monitores, y posteriormente encarándose para tocar esa parte más clásica. Lástima que le faltase algo de fuerza a esos riffs, sin duda, debido a la justita calidad del sonido.
Preparándose ya para el bis, el conjunto abandonó el escenario durante unos segundos, mientras sonaba un fragmento grabado, y volvieron a arrancar a tope con el que posiblemente fue el mayor éxito de su carrera, “No lo verán caer”, bastante emocionados, con Juanba dando saltos y Pablo requiriéndonos sin parar esas palmas. Bastante cañera, y con esa letra que la gran mayoría del público entonamos, fue un final ideal para dejar a todo el mundo contento. Al terminar, tuvieron el detallazo de interpretar con sus instrumentos una parte de la Marcha Imperial de John Williams, mientras nos dedicaban un efusivo adiós, que les valió unos aplausos bien merecidos.
Texto: Javi Estan
Fotos: Carlos Oliver
AVALANCH
Salí pitando desde el Mark Reale hasta el Azucena Stage, pero aun así, llegué con el concierto de AVALANCH ya comenzado, imagino. Lo más extraño es que también terminaron antes de su hora… pero por suerte, fue de lo poco que no me cuadró demasiado en un concierto muy bien ejecutado, con mucha asistencia y un sonido bastante bueno en general.
Respecto al setlist… bueno, vamos a dejar su análisis a merced de los gustos personales de cada uno. Se notó la intención de tocar casi todos los estilos por los que ha navegado la banda desde sus inicios, desde los netamente powermetaleros, hasta aquellos más sensibles, pasando por su etapa más progresiva. También fue variado en cuanto a discografía, ejecutando temas de casi todos sus trabajos, sin centrarse especialmente en ninguno, como hicieron en su anterior paso por el LEYENDAS DEL ROCK.
Ahí me encontré, nada más situarme, con “Pies de Barro”, de su “Muerte y vida”, para mi gusto, uno de los mejores discos que ha parido la banda en toda su carrera. Los matices en la voz de José Pardial, ya de primeras, me recordaron en algunos aspectos a la de Ramón Lage, aunque trató de aportar su propio estilo y personalidad en la dicción y en moldear algunas melodías, contando con la ayuda de los coros del bajista Nando Campos. Exquisitamente interpretada la parte del solo, especialmente por el propio Rionda y la bestia Mike Terrana a la batería.
Era lógico pensar que muchas de las miradas presentes se centrarían en la actuación de José Pardial, incorporado a la banda en febrero de este mismo año. A nivel de opinión personal, no me encajó nada su estética, pero su calidad como frontman y vocalista quedó como algo difícilmente discutible, y al final, eso es lo verdaderamente importante. Trató con todas sus fuerzas de animar al público, pidiendo palmas en cortes como “Mil Motivos”, con un gran nivel tanto en los agudos como en los graves. Tras un cambio de guitarra por parte de Rionda, continuaron con “El Peregrino”, uno de los singles de “El Secreto”. Destacaron en cuanto a sonido las teclas del gran Manuel Ramil (otro punto a favor de la mezcla) y las baterías de Terrana atronaron que dio gusto, pese a ser un tema más suave.
La gran sorpresa del setlist llegó con “Niño”. No la esperaba en absoluto, por lo que el impacto emocional fue doble. Un tema que destila mil y una sensaciones (vi a Rionda llorar en directo con ella hace años), variada y poética. Esas partes progresivas y casi etéreas fueron clavadas, sobre todo aquella a base de teclado y guitarra. Fue un momentazo supremo, y con “ derrochando feeling. Para mí, uno de los mejores, o al menos, más intensos momentos de todo el festival. Afortunadamente, el escenario nos ofrecía ya un buen tramo de sombra a aquellas horas, y las mangueras lanzando vapor de agua nos aliviaron todavía más el calor.
Abría de nuevo Ramil para “Flor de Hielo”, en la que vimos al bajista Nando dándolo todo con su melena, a decir verdad, muy entusiasmado durante todo el concierto, apoyando el pie sobre los monitores e implicándose al máximo. Lo hizo fenomenal, lo único que noté es que en ocasiones se le cargó con demasiado peso vocal, y a veces las armonías no sonaban como debieran. El tema fue culminado con uno de esos espeluznantes agudos que José nos ofrecía de vez en cuando, y que mostraban a las claras su gran potencia vocal. El mismo, tuvo un bonito detalle recordando y elogiando a Ramón Lage, pidiendo palmas al público, y dejando paso a “Lucero”, otra que hacía mucho que no escuchaba en vivo.
De los coros / armonías vocales, se encargaron sobre todo Nan”do y M”anuel, pero lo mejor de todo fue poder disfrutar de las partes de guitarra de Alberto Rionda, y es que siempre me encantó su estilo y su forma de tocar, tan limpia, tan aterciopelada y precisa, sin fallar una sola nota. Otro tema rebosante de sensibilidad en el que contrastaban los tremendos mamporrazos y detalles de Terr”ana, con esos platos rojos tan guapos en la parte superior de su instrumento. Sabían que lo que quedaba del concierto era una apuesta a caballo ganador, y Pardial, acercándose al borde del escenario, e iniciando la melodía, nos hizo cantar a capela parte del estribillo de la siguiente “Xana”, ejerciendo de director de orquesta con sus movimientos, y con un desgarrador grito, arrancaron todos a la una con ella, a todo trapo, con el doble pedal rebotando, y José Pardial aprobando con nota la actuación, especialmente en esa parte final, con la subida de tono.
Estaba tardando en aparecer algún acople en el sonido… aunque por suerte fue corto y aislado, y pudimos disfrutar de pleno de ese envite final, ese reto supremo para Pardial, y el momento más trallero (y posiblemente, esperado) del concierto con “Torquemada”. Curiosamente, las teclas sonaron distintas al disco, con un sonido más sintetizado, pero lo que sí sonó idéntico fue el solo de Rionda, con el que nos quedamos todos embobados. También Pardial volvió a bordarlo, dando agudos incluso más altos que los de la grabación original, afinando muy bien, y entre tanto, mostrando un perpetuo movimiento por el escenario. Triunfando por todo lo alto, la gente se deshizo en ovaciones y gritos ante este pedazo de final.
Texto: Javi Estan
Fotos: Carlos Oliver
PEDRO BOTERO
No voy a mentir, ni me voy e inventar la crónica de lo que no vi, pero no disfruté de la totalidad del show de estos veteranos maños que en LEYENDAS DEL ROCK siguieron celebrando sus 50 años de historia.
Hablé con Abel Bartolomé guitarrista y cantante, con el que me fundí en un gran abrazo, y recordamos la anterior vez que les vi en directo. PEDRO BOTERO son una gran banda; lo que pasa es que por desgracia no han recibido demasiados vítores fuera de Aragón, lo que no entiendo muy bien, porque el grupo merece mucho la pena.
También me encantó ver al bajista Nano y su chica, -también con abrazo incluido-, además del luchador Cesarito Royo, a la guitarra, que junto a Alejandro a la batería, completan el combo.
Vi un tercio de su actuación donde destacó al ardor del público y entrega de la banda.
Me encantó volver a vibrar con dos temazos como “El Sueño”, y sobre todo “Me falta el aire”, -su máximo himno-, y el rotundo “Desertor”, imprescindible para PEDRO BOTERO
Añejos y legendarios. Ojalá sus 50 años sigan siendo festejados a lo grande.
Texto: Rafa Basa
Fotos: Jara Solís
HAMATOM
Siempre me ha resultado curioso el empeño de LEYENDAS DEL ROCK de grupos habituales de festivales extranjeros tipo Wacken, pero poco conocidos aquí en España por la mayoría del público como “Die Apokalyptischen Reiter” o ya no digamos el año de “Mambo Kurt”. Este año lo volvió hacer y por primera vez en veinte años de carrera los alemanes HÄMATOM visitaron el LEYENDAS DEL ROCK en particular, y España en general.
HÄMATOM es uno de esos grupos del “Neue Deutsche Härte”, basado en el metal alternativo a base de groove y de música electro-industrial, cantando en alemán con voces habitualmente graves (RAMMSTEIN, OOMPH! o EISBRECHER). Los miembros toman los nombres de los cuatro puntos cardinales en alemán, “Nord” el cantante, “Sud” el baterista, “West” el bajista y “Ost” el guitarra.
Bajo todavía un calor notable, El grupo saltaba a las tablas caracterizados con máscaras y caras pintadas, como es habitual en ellos, para abrir el concierto con “Wir sind Gott” mostrando un atisbo de lo que nos esperaba: mucha contundencia a las bases, guitarra con poco protagonismo relativo, un vocalista con una voz grave rasgada, aunque con cierta capacidad para tonos agudos y mucho pregrabado industrial. HAMÄTOM incluyó algo de espectáculo y teatralidad para complementar su buen hacer, en este caso ondeando una bandera con pirotecnia. Sin parar, los alemanes seguían con otro rápido tema con ritmos electrónicos y un estribillo pegadizo, “Gaga”.
Primera parada para la presentación de la banda, donde el vocalista Torsten "Nord" Scharf intentaba chapurrear algo de español, que siempre se agradece. A destacar, la ausencia del bajista habitual, Peter "West" Haag, que fue sustituido en el LEYENDAS DEL ROCK por el padre del batería. Un buen detalle es la presencia de la máscara de “West” en un pie de micrófono, con su sustituto caracterizado de forma diferente. El tema elegido para continuar se titulaba precisamente “Behind the Mask”. (Nota: Desgraciadamente, “West” fallecería el 15 de Agosto tras una breve pero grave enfermedad).
El concierto se desarrollaba y los alemanes se marcaron una curiosa versión. La canción de un hombre triste con guitarra, ni más ni menos que “El Mariachi” (Antonio Banderas & Los Lobos, sí, los de La Bamba). Más allá de intentar chapurrear español, el hecho de incluir en el setlist una canción cantada en español es un detalle que pocas bandas tienen a pesar de tener siempre algún que otro tema con guiños a nuestro idioma ¡Chapeaú por ellos! El tema, conocido por muchos fue ampliamente coreado y cantado con una buena sonrisa por parte de los asistentes.
Otro momento interesante fue la interpretación, justo a continuación de “Mörder” (asesino) con el cantante sentado en una silla eléctrica, recordándonos de forma lejana a nuestros CRISIX. El cantaba estaba ampliamente sorprendido por la respuesta del público en su primera visita a España, pero quería más… y con un muy buen tema de ritmo pegadizo con tramos de influencia electrónica, “Ficken unsren Kopf” consiguió mover a un público que estaba disfrutando de lo lindo mediante un wall of death y posteriormente haciendo agacharse a todo el mundo para acabar saltando sin parar.
El tramo final del concierto fue brillante y curioso al mismo tiempo. HÄMATOM traía a su terreno ni más ni menos que un tema de Queen, “I want it all” en lo que es una versión en el sentido más puro, imprimiendo más fuerza y contundencia a un tema que ya de por sí, tiene un tramo bastante rápido en la sección del punteo. “Eva” era el penúltimo tema, y más allá de que el cantante se bajara al foso para repartir rosas, “Sud” se marcó un “Drummer Crowdsurfing”, siendo llevado en volandas por buena parte de la zona del público sobre una pequeña estructura en la que se alojaba un set reducido de batería. De nuevo, nos tuvimos que acordar de CRISIX. Bajo el típico cántico del público de “Oé, Oé” que tanto gusta a los grupos extranjeros, los alemanes cerraban con uno de sus mejores temas, “Es regnet Bier” y ese “da da da da” que tanto se presta a ser coreado.
En resumen, gran concierto de una banda poco conocida en estos lares que seguro sorprendió a propios y extraños. Remarcar los detalles hacia el público con los guiños a nuestro idioma por parte de un grupo que nunca había visitado España, que remataba en redes sociales dando las gracias como “Hämatomes del Silencio” en clara referencia a un grupo español que en su día arrasó en tierras germanas.
Texto: Manuel R. Reyes
Fotos: Carlos Oliver
BADANA
BADANA siempre han sido, antes que cualquier otra cosa, unos luchadores, unos amantes de la persistencia, cabezotas de nuestro Rock, y por supuesto, uno de los pioneros en nuestro país. Y aunque lo diga en plural, es en la figura del gran maestro Luis Miguel Rico en la que realmente hay que centrarse, pues ha sido él en realidad el que ha seguido tirando de la cuerda desde sus inicios. Volver a ver a los de Ibi en el escenario del LEYENDAS DEL ROCK fue motivo de orgullo.
Ante una introducción disparada, concretamente “Involuttia”, que abre su último trabajo “Irvandal”, se situaba Rubén sobre la tarima, y tras las campanadas, dieron caña rápidamente con el primer tema de ese mismo disco, “Entre la Espada y la Pared”, cuyo estribillo nos enganchó rápidamente. Miguel, tan elegante como corresponde a su estatus, nos regaló un solo largo con su instrumento. Me hizo gracia que, durante los primeros temas, el bajista y él no se coordinaban demasiado a la hora de comunicarse, algo que por supuesto afrontaron con humor.
Miguel nos informaba de que el repertorio consistiría en un popurrí de temas de toda su discografía, una muy buena noticia que quienes les conocemos desde hace mucho tiempo recibimos con alegría. Continuaban con “Y Nosotros Aquí”, con Rubén dibujando melodías en su bajo y una batería que sonaba muy contundente, pese a que, en general, el sonido distó mucho de ser perfecto. Al menos, parece ser que fue mejor del que escuchaban ellos mismos, ya que, a tenor de lo expresado por el vocalista en las redes sociales, se sintieron bastante incómodos en este sentido. Pero poco nos influyó a nosotros esto último, que seguimos disfrutando, bailando y cantando, cada vez más animados y contentos, de temas de toda la vida como “Era Diciembre” (con saludo al gran Rosillo desde el escenario, que fue su mánager durante la época del “Adiós a las Ruinas”) o “Un Día me Largo a Madrid”, que Miguel cantó con mucho énfasis. A pesar de la pobre mezcla que sufrían por monitores, se les veía entregados al 100%, y para rematar, culminaron esta última con un fragmento del Noche de rock&roll de los BARRICADA.
Se nota que se sienten a gusto entre ellos, y es que al fin, parece que Miguel ha dado con su formación ideal, gente que disfruta de tocar los temas, que están ahí por pura pasión y ganas, y lo manifiestan en directo. Tanto Rubén (que presentaba de vez en cuando los temas) como Llupia a la batería funcionaron de maravilla, dándole muchísimo empaque y consistencia a los temas. Cada uno de estos últimos triunfaba más que el anterior, y con el anuncio de “Centinelas de la Noche”, muchos sabíamos que iba a ser uno de los grandes momentos del concierto. Las primeras filas estaban abarrotadas de fans, y las letras sonaban altas y claras, tanto desde la voz de Miguel como desde las nuestras a coro. Se desmarcaba el vocalista hasta el centro para tocar su solo, al tiempo que el bajista Rubén se acercaba a saludar al público. Aunque las comparaciones son odiosas, francamente, poco tiene que ver este con su anterior bajista. Posee muchísima más sangre escénica, más desparpajo (con sus poses y gestos), más técnica, y sobre todo, muestra una implicación infinitamente superior.
Contra la violencia machista nos llegó la potente “Animal”, que nos dio pie a seguir cantando a pleno pulmón ese mensaje tan necesario. Y la banda que continuaba fluyendo como la seda, bajo ese telón con los tres clásicos güendos, su eterna mascota. Por cierto, hace muy poco cumplieron un año con esa formación, y qué mejor forma de celebrarlo que darlo todo en el LEYENDAS. Faltaban todavía tres clasicazos de la banda, y una sorpresita para el final. Posiblemente, el que más arriba nos llevó, y el que más nos hizo participar, fue “El Dictador”. Marcaba el inicio con sus palos Llupia, metiéndole cera a continuación, y se fue elevando la temperatura hasta el punto que Miguel dejaba directamente de cantar los estribillos para cedérnoslos a nosotros.
Sin duda, el momento más profundo y emotivo del concierto llegó con “Días de Escuela”. Y para la ocasión, Miguel adaptó el sonido en su cabezal para tocarla en formato acústico (algo que provocó más de un pitido bastante desagradable) y Llupia, en lugar de sus baquetas, empuñó su aro para acompañarle. Una letra con la que siempre me sentí identificado y siempre termina por emocionarme en directo. Ritmo muy suave, una intervención de armónica a mitad del tema por parte del cantante, y una comunión excelente con el público, que cantó la letra entera. Y de lo más sentido, pasaron a lo más cachondo. Ataviados con unos gorritos, a cada cual más intencionadamente ridículo (qué grandes, jeje), se entonaron otro de sus grandes hits, la descacharrante “Parecían tontas”, con esas partes de guitarra tan rockeras, y haciéndonos entonar a pleno pulmón el ‘nanana’, que a su vez, nos hizo bailar y saltar como locos.
Es justo decir que tampoco éramos muchos allá… pero se respiraba un ambiente y un buen feeling increíble. Puedo decir sin exagerar que fue uno de los conciertos en los que mejor me lo pasé, como mínimo, de aquel sábado. Y la sorpresita de la que hablaba, puso el gran colofón, un medley que comenzó por “Despierta y lo verás”, que progresó por otros temas de distintos álbumes, y terminó con partes del “Breaking the Law” (JUDAS PRIEST) y “Smoke on the Water” (DEEP PURPLE)
¡No os vayáis nunca, BADANA!
Texto: Javi Estan
Fotos: Jara Solís
MIKE TRAMP (SONGS OF WHITE LION)
Mike Tramp aterrizaba de nuevo en España para ofrecernos un concierto en el que principalmente versionaría canciones de WHITE LION. Y digo versionar porque no puede girar bajo el nombre original del grupo, el cual fundó en su día Vito Bratta por cuestiones legales. Muchas idas y venidas del vocalista danés siempre con WHITE LION de fondo. Bastante público, bajo al atardecer y con una agradable brisa, acudía para disfrutar de un concierto de una forma relajada con la nostalgia de aquellos grandes años 80.
Mike Tramp saltaba al escenario exhibiendo un buen estado de forma para sus 62 años, con su look rockero bien complementado por su banda. Para abrir boca, tres temas de su álbum “Pride” como la conocida “Hungry”, “Lonely Nights” y “Tell me” con presentación en español incluida por parte de Mike. En general, el estilo ayudó a un sonido limpio, que fue mejorando tras los dos primeros temas hasta nivelar el sonido de las guitarras. A nivel vocal, Mike quizás utilizó algún registro más bajo que los de antaño pero desde luego que el feeling que mostró, acompañado por la guitarra acústica fue excelente.
Para presentar “Living on the edge”, el guitarrista inglés Marcus Nand se arrancaba también en español, recordando como Mike vivió un par de años en España (entre el 80 y el 82) tras salir de Dinamarca y antes de recalar en Nueva York. A modo de curiosidad, el guitarrista inglés aprendió a tocar la guitarra en España, gracias a la comunidad romaní de Fuengirola, lo cual influyó sobremanera en su forma de tocar gracias al dominio adquirido en el mundo del flamenco.
El baladón “Cry for Freedom” nos terminó de sumergir por completo en los 80 en un público bastante relajado en general con este delicioso hard-rock tras varios días de metal en vena. “Little Fighter” volvía a hacernos bailar con ese ritmo marcado por un característico riff. Marcus Nand resolvió de forma solvente el reto de sustituir a la alargada sombra del virtuoso Vito Bratta, como mostró en el maravilloso punteo de la archiconocida “Wait”. Muy buena respuesta de los asistentes ante este tema.
Entrando ya en el cierre del concierto, Mike nos recordaba como una canción compuesta en el 85, hoy en día toma una relevancia todavía mayor. Se trataba de “When the children cry”, otro baladón que se marcó Mike con preciosa intro de guitarra y su correspondiente punteo, dedicado a los niños de Ucrania. El punto álgido de la noche lo puso, no podía ser menos, “Lady of the Valley”. Cañera al principio, más melodiosa después, con una guitarra envolvente y el público entregado, coreando “da da da” en un cierre espectacular del tema. Cánticos de Olé a petición de Mike para cerrar el show con otro hit como “Broken Heart”.
Buen concierto de hardrockero por parte de Mike Tramp y su banda, algo distante de aquellos originales WHITE LION, pero que mantuvo parte de su esencia para transportarnos en el tiempo a aquellos maravillosos 80 que algunos no pudimos vivir por una mera cuestión de edad y nos gustaría visitar de vez en cuando con una mayor presencia de este tipo de grupos en el cartel del festival.
SetList:
- Hungry
- Lonely Nights
- Tell Me
- Living on the Edge
- Cry for Freedom
- Little Fighter
- Wait
- When the Children Cry
- Lady of the Valley
- Broken Heart
Texto: Manuel R. Reyes
Fotos: Jara Solís
VIRGIN STEELE
De entre todas esas ‘golosinas’ que el cartel del LEYENDAS DEL ROCK nos ofrecía en esta decimosexta edición, VIRGIN STEELE era, sin lugar a dudas, la más apetitosa de todas. Una banda que levantó a partes casi iguales dudas, optimistas y pesimistas, ilusiones y expectación, en parte, debido a la irregularidad de su carrera discográfica en estos últimos años, a lo que se debe sumar el hecho de que apenas se han movido en directo en la última década, mucho menos aún por nuestro país. La rara avis del cartel por excelencia.
Dicha expectación se tradujo en una bestial masificación de la carpa. Y es que nunca entendí porque una banda tan mítica, tan poco habitual y tan deseada tuvo que tocar en el Mark Reale (tal como sucedió en otros años con ANGEL WITCH, CANDLEMASS, y un largo etcétera) y solo 50 escasos minutos. Respecto al concierto en sí, en mi modesta opinión, hubo higlights de una calidad inmensa en varios aspectos, mientras que en otros, dejó bastante que desear.
Tras un pequeño retraso, emergía radiante la figura del incomparable David DeFeis, tan solo para saludar a sus fans con gestos de cariño. Hacía muchísimo que no se le veía por estos lares, y eso se notó en el recibimiento. El teclado estaba presidido por Lynn Delmato, que lleva acompañando al vocalista desde hace tiempo. Las guitarras corrieron a cargo de Joshua Block y Tommy Vitaly (que fue quien finalmente sustituyó a Edward Pursino). Escogieron “A Token of my Hatred” para abrir, larga y bastante movida, donde ya pudimos escuchar los primeros rugidos de DeFeis, tan apasionado como si le fuese la vida en ello, correteando por el escenario, y asomándose continuamente a sus fans. Que está en buena forma se ve a primera vista. Eso sí, me pareció totalmente indigno de una banda del estatus y trayectoria de VIRGIN STEELE que se presentaran sin bajista, ni siquiera con las pistas grabadas.
Al terminar el tema, el vocalista nos dio un repertorio de sus mejores registros vocales líricos, cantándose las primeras estrofas del “In the Light”, de LED ZEPPELIN acompañado por el colchón formado por las teclas de Ly”nn y los potentes riffs de To”mmy / Jos”hua. La verdad, esperaba encontrármelo en mucha peor forma vocal después de los graves problemas de salud de hace años. Comenzaron bien, y si querían ir a ganar, tenían que seguir apostando por temas como “Invictus”, el primer gran pelotazo de la tarde. Nos tuvieron a todos muy emocionados, sin parar con el headbanging y con los ojos y orejas de par en par.
Pero siendo objetivos… el sonido era bastante confuso. La batería de Matt McKasty, por ejemplo, sonaba potente, doble bombo como una apisonadora, pero también demasiado saturada y falta de definición. Problema del que adolecía también la voz de DeFeis, muy escondida, borrosa, por debajo del resto de instrumentos, aunque ni que decir tiene que le puso todas las ganas y pasión, imprimiéndole mucha fuerza visual a los temas. En este segundo corte, bajó al foso para simpatizar con los fans, cantándonos cara a cara. Por otra parte, sus compañeros estaban muy volcados en el concierto, especialmente Joshua Block, que gracias a su gran actitud y a su tajante forma de tocar, se convirtió en una de las estrellas del concierto.
Continuaron, sin preámbulos, con “The Wine of Violence”, que sin ser uno de sus más míticos temas, sí sonó muy aguerrida, y perfecta para seguir dando un ritmo creciente al concierto. El público coreaba alto y claro esas notas iniciales, y de nuevo, nos fundimos con la batería a saco de Matt, que nos puso a todos a agitar la melena ante la pícara sonrisa del vocalista… y unos cuantos pitidos de acople. Tuvieron el detalle de tocar completa la instrumental “In Triumph or Tragedy”, con su inicio coreado a cien voces, épica a rabiar, en donde sí se apreciaron bien esos teclados, y la empalmaron con “Return of the King”, El vocalista volvió a regalarnos otras sesiones de gritos espectaculares, y también interactuó con los dos guitarristas, que compartieron el solo.
Desde el glorioso “Invictus” nos llegaban algunas de las mejores alegrías del setlist, como fue el caso de “Dust From the Burning”. Aunque un tanto ensombrecida por el irregular sonido, DeFeis continuaba derrochando entusiasmo con ella, gestos poderosos y resaltando los estribillos, bajando de nuevo al foso para compartirlos con sus seguidores. Reconozco que fue muy emocionante tener tan cerca a alguien a quien considero una leyenda del más auténtico Heavy Metal. Y ya en la parte de arriba, una pasada ver a esos dos hachas, Joshua Block y Tommy Vitaly, apoyándose entre ellos, o al vocalista descojonarse junto a su compañero Josh, señal de lo a gusto que se encontraba. Y todo ello, bajo una auténtica tormenta de luces parpadeando.
Hubo algún que otro detalle bastante escondido, como las pequeñas grabaciones que sonaron de “Amaranth” (“Invictus”) o “Zeus ascendant” (“Gothic Voodoo Anthems”), a las que David puso voz en directo, y que precedieron a “By the Hammer of Zeus” (And the Wrecking Ball of Thor). Durante su inicio, literalmente desapareció la voz de DeFeis, quedando tan solo sus compañeros defendiéndola durante unos instantes. Lo que tampoco se escuchó en absoluto fueron los coros de Joshua. Tras su apabullante final, mediante gestos, David nos pedía que relajásemos el ritmo. Y es que lo que llegó a continuación… creo que nadie lo esperaba. Toda una ida de olla esa “Snakeskin Voodoo Man”, una rareza, tal como podría haber sido, por ejemplo, “Saturday Night”, aunque no carente de feeling. Muy buenas esas imitaciones por parte de DeFeis de las notas que daba Tommy con su guitarra.
Tal vez esa bajada de ritmo tuvo un punto estratégico para hacernos estallar de golpe, ya para finalizar, con la brutal “Kingdom of the Fearless” (The Destruction of Troy). Palmas por doquier, arriba y debajo del escenario, con esos teclados inmediatamente reconocidos, para iniciar la vorágine final, uno de los momentos más intensos del show, que despedimos con sentidos ‘oes’.
En general, más sensaciones positivas que negativas. Músicos a un gran nivel, DeFeis completamente sumergido en su mundo y sus canciones, y la mayoría de temas bien escogidos, y por el contrario, un sonido bastante mejorable, volumen desequilibrado, falta total de atrezo y espectáculo visual y otros temas que no brillaron tanto. Sabor de boca bastante dulce, pero con un punto agrio.
Texto: Javi Estan
Fotos: Carlos Oliver (@carlosoliverphotography)
HAMMERFALL
HAMMERFALL llegaba a Villena como uno de los grandes atractivos del cartel del LEYENDAS DEL ROCK , y cumplieron las expectativas con creces. El grupo sueco nos ofreció uno de los mejores conciertos de esta edición del LEYENDAS DEL ROCK a base de calidad y tablas en el escenario, acompañados por un sonido impecable. El setlist, similar al que vienen utilizando en esta intensa gira de verano, incluyó temas de unos 10 álbumes, con una mayor presencia de su último trabajo, “Hammer of Dawn” (2022), seguido de aquel lejano “Glory to the Brave” (1997). Como resultado, disfrutamos de una buena variedad de temas épicos, otros más old school e incluso una balada imprescindible.
Para empezar, como casi todos los grupos que he podido cubrir, primer tema del último álbum, “Brotherhood”, seguido de una muy celebrada “Any means necessary”. Tan solo con estos dos temas pudimos observar el excelente estado vocal de Joacim Cams y a una banda muy en forma, destacando en estos primeros temas a un Oscar Dronjak muy vistoso cubriendo el flanco derecho del escenario. A renglón seguido, la banda anunciaba algo old school y ya os digo si lo era… “The Metal Age”, un tema del 97 sobre la base de un potente riff y un doble bombo a toda velocidad con un balance excepcional, sin eclipsar el sonido del resto de instrumentos.
Un breve respiro, con pequeño discurso (no puede faltar el “We are Hammerfall from Sweden”) recordando que era la primera visita a España tras la pandemia y anunciando un tema del último álbum. Llama la atención que algunos grupos con solera casi se justifican por introducir en el setlist los temas más nuevos. Aún así, “Hammer of Dawn” mostró ser un buen tema que incluye unos buenos coros y un solo excepcional por parte de Pontus Norgen.
Temas variados fueron cayendo poco a poco: “Blood Bound”, con esas posiciones coordinadas y estudiadas que bien contribuyen al espectáculo; sonido de moto que nos indicaba que venía otro tema rápido old school con Oscar dándolo todo, “Renegade”; el último tema de “Hammer of Dawn” que caería en el concierto, “Venerate me”; o un corte que sonó prácticamente como si escucharas un disco “Last man standing”.
Uno de los momentos que más esperábamos era el medley del “Crimsom Thunder” con motivo de su 20 aniversario. Sonó francamente bien, con la instrumentalidad de los dos primeros cortes, el magnetismo de “Riders of the Storm” y la emoción que imprime escuchar a Joacim cantando “Crimsom Thunder”. Este tipo de medleys son una buena oportunidad para escuchar cortes antiguos que habitualmente no entrarían en el setlist, tal y como hace Helloween con el “Walls of jericho”, y eso se agradece.
Uno de los momentos álgidos del concierto fue sin duda “Let the hammer fall”. Tras el clásico speech y la correspondiente interacción con el público, comenzaba ese riff inconfundible, con Oscar y su guitarra en forma de martillo y toda la banda meneando cabezas. Después del subidón, HAMMERFALL baja revoluciones, acompañando al bravo guerrero a su hogar en “Glory to the Brave”. Una emocionante balada que todos tarareamos, aunque bastante pocos pudieron responder cuando Joacim invitó a cantar.
Entrábamos en el tramo final y Joacim presentaba a la banda, comentando una de las anécdotas de la noche con Oscar como protagonista en su salida al baño en medio de un tema. “(We Make) Sweden Rock” daba paso a dos canciones que utilizan las mismas palabras clave: “Hammer high”, muy coreada y “Hector’s Hymn” con más caña a base de doble bombo en esa pedazo de batería DW. Para el final, el apoteósico “Hearts on fire” provocaba bailes y cánticos por todo el recinto. Este punto fue el único momento de debilidad de Joacim al principio de la canción, pero se sobrepuso sobremanera prácticamente al instante.
Así se cerraba uno de los mejores conciertos del Leyendas, en el que HAMMERFALL repasaba su trayectoria y mostrando que a día de hoy sigue siendo una banda en buena forma capaz de ofrecer un gran espectáculo.
SetList:
- Brotherhood
- Any Means Necessary
- The Metal Age
- Hammer of Dawn
- Blood Bound
- Renegade
- Venerate Me
- Last Man Standing
- Hero’s Return / On the Edge of Honour / Riders of the Storm / Crimson Thunder
- Let the Hammer Fall
- Glory to the Brave
- (We Make) Sweden Rock
- Hammer High
- Hector’s hymn
- Hearts on Fire
Texto: Manuel R. Reyes
Fotos: Jara Solís
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hammer hammer hammer, hammer petardos
Por Dios, no se puede hacer algo por mejorar un poquito el sonido del Mark Reale?
Supongo que es complicado con tanto cemento y cubierta metálica, pero no todos los grupos suenan igual de mal. El jueves el sonido estaba tan saturado que no se podía parar dentro. Y los demás días la calidad fue bastante deficiente. Se escuchaba mucho mejor los primeros años, cuando el escenario estaba al revés (o en la otra pista, no recuerdo). Incluso hemos tenido sonido decente en otras ocasiones (Dry River son un buen ejemplo).
Para mí esa ha sido la única gran pega del festival, el sonido del Mark Reale. Los grupos con un sonido más clásico, vi a Exciter y Badana, sonaban bien pero las propuestas más extremas que pude ver, Noctem y Keep of Kalessin, tuvieron un sonido horrible, muy amontonado.