GRAVEYARD + THE OBSESSED
+ MARS RED SKY + ROSY FINCH
Sábado 24 de Mayo 2023 – Sala La Paqui – Madrid
A las mismas puertas de una temporada veraniega de festivales más saturada que nunca, y en pleno debate sobre la influencia de la burbuja de los grandes eventos en detrimento de los más pequeños, teníamos el inmenso placer de regresar a una de nuestras citas preferidas dentro del pequeño formato como es el KRISTONFEST, que a pesar de las dificultades se volvía a celebrar este año en versión de un solo día y con un cartel increíblemente atractivo, con cuatro bandas de estilos muy dispares que garantizaban una tarde de sábado espectacular. Con festivales afines estilísticamente viéndose directamente afectados por esta problemática con la que comenzaba el texto, como puedan ser el Amfest en Barcelona o el MADRID IS THE DARK (ya hace más tiempo) en la capital, el mero hecho de que esta edición del KRISTON se haya celebrado ya de por sí es todo un éxito, pero una vez más, quiero comenzar felicitando a la organización de la que en líneas generales fue una gran edición del festival, que nos hubiese encantado que hubiera sido algo más larga, pero que disfrutamos enormemente. Unos GRAVEYARD inéditos en Madrid desde el año 2019, unos THE OBSESSED siempre seminales con Wino a la cabeza, y dos grandes bandas para abrir una tarde de lo más entretenida, fueron mucho más que una garantía de acierto, lo que desembocó en una tarde/ noche que se fue animando progresivamente y que acabó en fiesta… y en chaparrón. ¡Os contamos los detalles!
Como suele ser habitual, la tarde comenzaba muy pronto y también puntual entorno a las 18:30H con unos ROSY FINCH que eran la banda nacional de este año, y desde luego no por casualidad. El trío alicantino, liderado por Mireia Porto, está de dulce en un año que acariciando ahora su ecuador está siendo sensacional y todo un revulsivo para ellos; no en vano, venían de tocar nada menos que en el DESERTFEST LONDON veinte días antes, la primera banda española que logra estar ahí, meses después de editar un descomunal EP como es “Seconda Morte” en Noviembre del pasado año. La banda comenzó con puntualidad extrema, como extremo nos sonó un “Oxblood” que sonó tremendamente abrasivo para un público que no superaría los 30 o 50 personas siendo generoso al principio, pero que para cuando acababan unos 35 minutos después, ya llenaba más o menos la mitad de la Paqui, para mi sorpresa a pesar de las horas, por cierto. La banda se lo dejó todo en un set corto y tremendamente intenso, con una Mireia desatada en sus ‘growls’ y haciendo valer ese sonido tan característico del que la banda hace gala, que integra elementos de metal, sludge e incluso del grunge, tirando de varios temas nuevos, como “Inferno” y “Paradiso”, y el resto de un “Scarlet” (2020) que todavía sigue más que vigente. Aun así nos quedamos un poco a medias, primero y como mencionaba antes por la corta duración de su ‘set’, algo previsible, y sobre todo por un sonido que no terminó de ser bueno del todo desde las primeras filas al menos, algo que también se puede hacer extensible a MARS RED SKY, que vendrían después, y que pasa en esa misma sala con demasiada frecuencia, por cierto. A pesar de la poca presencia de la voz de Mireia, o de los constantes problemas en la batería que se fueron sucediendo y que trajeron de cabeza a los técnicos, ROSY FINCH se dejaron la vida en defender témanos como “Oxblood”, “Lava” o la final “Alizarina” dejándonos absolutamente drogados para el resto de la noche, una noche que solo acababa de comenzar.
La tarde ya se había calentado en un abrir y cerrar de ojos, y el cambio que supuso la llegada de MARS RED SKY creo que en general fue más que bienvenido. En realidad, creo que esta ha sido la más heterogénea de todas las ediciones de KRISTONFEST que se han celebrado hasta la fecha, con cuatro bandas que abarcaban un espectro muy amplio y que al final se tradujo en una velada muy variada, más que otros años, y que como ya decía antes se hizo tremendamente amena y se nos pasó volando, como volando por los aires nos tuvieron estos franceses que cada vez son más queridos en Madrid, y que en la Paqui dieron para mí de largo su mejor concierto hasta la fecha, y desde luego también el más multitudinario.
El trío de Burdeos salió como ROSY FINCH: sin pompa, sin preámbulos y directos al lío, con un “Collector” que fue su primera referencia a “The Task Eternal” (2019) aunque para nada iba a ser la última. Ya de primeras, a muchos nos abrumó la obscena cantidad de efectos que exhibía Jimmy Kinast en las diversas dedaleras a sus pies, heraldo del estado lisérgico al que desde el comienzo íbamos a ser sometidos. Nuevamente, el sonido desde las primerísimas filas iba a quedar algo descompensado, especialmente en lo que se refiera a la voz, que nos llegaba quizás demasiado lejana, demasiado débil, aunque ni mucho menos es en este caso el elemento más trascendental de su música. “Instrumentalmente”, MARS RED SKY sonaron inconmensurables, una avalancha de ‘riffs’, efectos y progresiones constantes de más a menos en los que nos arrastraban una y otra vez a varias decenas de kilómetros por encima del suelo como si de una constante ensoñación se tratase.
Son, desde hace años, la más fiera respuesta europea a bandas que son referencia en su campo como BONGRIPPER o SLEEP con su toque personal, una desviación interesantísima del ‘stoner’ más clásico que juega con elementos de ‘post rock’ o ‘doom’ aquí y allí, y en la que es muy sencillo (y placentero) perderse, como así hicimos una vez más. Nuevamente su repertorio se nos hizo hasta escaso, con momentos gigantescos como con “Alien Grounds” y “Apex III”, “Hollow King” o un épico final con “Strong Reflection”, un himno moderno del género que la gente, que ya pasaba de los tres cuartos de aforo, acogió como se merece. Una banda increíblemente conjuntada hizo el resto, y ya solo quedaba afrontar los dos últimos shows de la noche, entre los que sinceramente era imposible elegir cuál teníamos más ganas de ver.
Lo del inmenso lujo de tener a THE OBSESSED en Madrid es algo que no puedo expresar con palabras, una experiencia y una ocasión que ya de por sí justificaba la entrada. La formación de culto de ‘Doom’ liderada por Wino llegaba a Madrid, no se si por primera vez (¡ayuda!), con un nuevo disco ya en el horno, para recordarnos que todo tiene su origen, y que de aquellos barros vienen estos lodos en los que tanto nos gusta revolcarnos, para sentar cátedra y darnos una puñetera lección de clase y actitud, que es básicamente el resumen de un concierto descomunal que comenzaba a todo trapo con “Brother Blue Steel”. Una sala ya prácticamente a reventar, un público con el chip totalmente cambiado y ahora mucho más animoso, y una banda con ganas de reivindicarse en una de las pocas ocasiones de que disponían en nuestro país fue el perfecto caldo de cultivo para que los Wino, Jason Taylor a la guitarra, Chris Angleberger al bajo y Brian Constantino tras los parches, se quedaran a gusto con un ‘set’ no demasiado largo, pero frenético salvo por un par de breves recesos, en el que la banda nos presentó una renovada formación en formato cuarteto que no dio concesiones.
Esta vez sí puede decirse que el sonido fue perfecto, y el carisma y la “mala virgen” del bueno de Scottie hicieron el resto para meterse a un público en el bolsillo que estuvo con ellos a muerte partiéndose el cuello con sus clásicos, aunque que se dejaran una buena pila de ellos (sobre todo de los dos primeros), quemando principalmente un “The Church Within” (1994) del que rápido echarían mano con “Streamlined”, y con el que podrían patas arriba la antigua But con himnos como “To Protect And To Serve”, “Blind Lightning” o Skybone” ya al final en los bises.
Solo una referencia a aquel homónimo del 90’ y a “Lunar Womb” (1991), pero qué momentos… También destacar un tema nuevo justo al final, “It’s Not OK”, que entendemos que formará parte de su próximo LP, y una sorpresa mayúscula para terminar como “Lost Sun Dance”, de otra de las bandas de Wino como es SPIRIT CARAVAN, para cerrar un concierto meteórico y con más clase que en un instituto. Cualquiera diría que el legendario ‘frontman’ cumple este año 63 años. Verdaderamente, y de conservarse así, nos queda leyenda para rato largo…
Setlist THE OBSESSED:
- Brother Blue Steel
- Streamlined
- Sacred
- To Protect And To Serve
- Blind Lightning
- Streetside
- Punk Crusher
- Endless Circles
- Tombstone Highway
- It’s Not OK
- Skybone
- Lost Sun Dance (cover Spirit Caravan)
Sin darnos apenas cuenta llegábamos al final de la edición 2023 del KRISTONFEST, de la mano de un cabeza de cartel que hace años que ya no necesita presentación, y que ha sabido llegar a un público amplísimo mucho más allá de la comunidad ‘stoner’ que como es lógico les adora. GRAVEYARD son palabras mayores, y su primera vez en Madrid desde 2019 bien merecía un lleno prácticamente absoluto como registraba una Paqui con un ambiente de gala para recibirles, aunque nos deban ya desde hace un tiempo nuevas canciones. Desde que la banda liderada por Joakim Nilsson debutó en España, nos han visitado un buen puñado de veces tanto en salas como en festivales, y creo haberme perdido suficientemente pocas como para decir que a veces sus shows pueden ser una moneda al aire en función de las circunstancias, del estado vocal de Joakim o incluso de lo cómodos que se sientan. Por lo general, se puede decir que GRAVEYARD son una banda que se disfruta muchísimo más en sala, y lo cierto es que el pasado sábado salió cara y pudimos disfrutar de la mejor versión de estos 4 genios de Göteborg, que nos hicieron disfrutar de lo lindo además con un set con varias sorpresas, y algo distinto a lo que venía siendo habitual, lo que siempre es de agradecer.
Aun así hay cosas que no cambian, y si algo le gusta a la banda es comenzar sus conciertos de un modo muy íntimo, a ritmo de ‘blues’ lento, esta vez oscuro, e ir creciéndose para poco a poco ir avivando la llama de un tema como “Hard Times Lovin´”, con el que esta vez comenzaron. “No Good Mr. Holden” nos sirvió, bien pronto, para confirmar que la noche iba a ser redonda, que nos iba a tocar ver la mejor cara de la banda. Un Nilsson enchufadísimo, dando cada nota, perdiéndose en pequeñas improvisaciones y variaciones aquí y allí pero manteniendo siempre el tono del tema, y un sonido espectacular al que esta vez no se le puede poner un solo pero nos acompañaban desde el principio y ya no nos dejarían para disfrute de todos, inicio que quedaba redondeado con “Hisingen Blues”, que fue la primera gran fiesta de la noche. Lógicamente habría más, mucho más.
“Cold Love” nunca ha sido de mis temas preferidos, lo reconozco, como también reconozco que en sus directos deja una impronta diferente en su repertorio, y nunca baja el nivel, aunque nada comparable con un “Uncomfortably Numb” que sonó emocionante, impecable, defendida con pasión como se defiende un clásico moderno semejante. No me canso de disfrutarla en directo, y creo que jamás lo haré.
Acto seguido llegábamos al ecuador del show con dos temas menos habituales, sobre todo el primero, que funcionaron también a las mil maravillas, y que fueron la chispa además que hizo arder el resto de la noche. “Buying Truth” es una de esas joyas escondidas en “Hisingen Blues”, que en directo sonó tan divertida, cañera y vacilona como cabría esperar, mientras que “Cold Love” es la cara más disfrutable de un último trabajo de GRAVEYARD, “Peace” (2018), que me dejó en su momento luces y sombras, y que cinco años después tiene más luces que otra cosa. Nos encantó ver a Truls Mörck asumiendo las voces además del bajo, y creo que sería un error si la banda no explotase eso en futuros trabajos, le da un rollo a su música y a su directo interesantísimo, aparte de hacerlo genial. “Please Don’t” fue otra referencia más a su último trabajo, seguida de otra más, como fue un “It Ain’t Over Yet” que vio a un Nilsson absolutamente enloquecido, que nos vociferaba que esto aun no se había acabado, pero que no quedaba ya mucho para el gran final. Es cierto que GRAVEYARD siempre ha sido una de esas bandas que ha mirado mucho más hacia delante que hacia atrás, de ahí el protagonismo de “Peace” aun, pero verdaderamente eché de menos algo más de “Inocente & Decadence” o incluso alguna referencia al casi olvidado debut homónimo; aun sin nuevos temas (pensamos que alguno presentarían), hubiera sido la ocasión perfecta.
“Slow Motion Countdown” no podía faltar como uno de los temas más especiales de la banda, un tema único que sonó impecable, emocionante… justo antes de la última sorpresa de la noche, un “From A Hole In The Wall” que fue lo único que catamos del “Inocence…”. Con la fiesta en lo más alto, “The Siren” sonó perfecta, preciosa y peligrosa, un “falso” ‘blues’ construido para pasar la prueba de los años, y vaya que si lo está haciendo… Ya en los bises, que no se hicieron esperar demasiado, “Walk On” volvió a servir para preparar el alocado final de “Ain’t Fit To Live Here”, otro himno que nos recuerda a su lado más irreverente, y de paso al viaje que han hecho hasta llegar a lo que hoy son, un referente y una de las bandas más queridas y únicas del panorama hard/ psych/ blues rock europeo. Tocó noche redonda, y lo disfrutamos como el primer día, sin paliativos. Gracias una vez más a la familia del KRISTONFEST por seguir haciendo noches así posible; que la llama de este gran festival nunca se apague, y si es posible, que se propague. Cuanto más lejos, mejor.
Setlist GRAVEYARD:
- Hard Times Lovin’
- No Good, Mr. Holden
- Hisingen Blues
- Cold Love
- Uncomfortably Numb
- Buying Truth (Tack & Förlåt)
- Bird of Paradise
- Please Don’t
- It Ain’t Over Yet
- Slow Motion Countdown
- From a Hole in the Wall
- Goliath The Siren
- Walk On (bis)
- Ain’t
Texto y fotos: Jorge del Amo Mazarío
(Jorge_del_amo@rafabasa.com) – Twitter: @Jorge_del_amo
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Graveyard son un grupazo.