Crónica y fotos de GUNS N’ ROSES + THE PRETENDERS en Madrid

+ THE PRETENDERS

Viernes 9 de Junio de 2023 – Estadio Civitas Metropolitano – Madrid

He visto ya en varias ocasiones a GUNS N’ ROSESen vivo y, siendo una de las bandas con las que me inicié en esta maravillosa música que es el rock duro allá por el año 1992, cada uno de los conciertos me ha causado sensaciones distintas, yendo desde el disfrute al más absoluto tedio.

Ésta es una banda cuyo desempeño está intrínsecamente ligado al estado psicológico y emocional de su vocalista AXL Rose y, como tal, ante un repertorio y condiciones similares, son capaces de ofrecerte dos caras de una misma moneda.

No me andaré con más rodeos y lo dejaré claro desde el inicio: la del viernes, fue para mi una demostración de su mejor faceta. GUNS N’ ROSES me encantaron. Los vi “enfilados”, “on fire”, o como queráis decirlo. Con un repertorio bastante bueno (sí, ya sé que abundan las versiones y algunas son innecesarias, pero sirven, entre otras cosas, para que el frontman pueda tomarse un par de descansos necesarios para él) en el que nos regalaron alguna que otra sorpresa para aquellos que llevamos siguiéndoles toda la vida y una banda en forma. Tocando casi tres horas y media de puro directo, sin backtracks, lip-syncing, ni apoyos de estos que tanto se llevan ahora, entre agrupaciones que no sólo son la mitad de jóvenes que ésta, sino que además, no han llegado ni a la décima parte de éxitos en su carrera.

Muchos se preguntarán sobre el estado de voz de AXL y la verdad que no tuvo una mala noche, dentro de lo que es su desempeño en los últimos años. Hay canciones que las hace mejor, otras peor. En algunas lo da todo y llega a las notas más exigentes, aunque a costa de luego tirarse los dos o tres temas siguientes con un hilillo de voz, apagada y aguda, como si hubiera estado inhalando helio. De todos modos, el cantante no escatima, intenta llegar a todo, incluso a aquello que hace años que no puede hacer y, en mi opinión, eso le honra. Resalto también que se le ve más delgado (ha debido perder como veinte kilos) y está en forma. Incluso llegó a pegarse un par de carreras hacia los laterales del escenario, no como las que se daba en el VHS de los “Use your Illusion” en Japón, pero no está nada mal, viniendo de alguien que ya tiene 61 años.

El espectáculo y el escenario de esta gira son más sobrios que la de la anterior, “Not In This Lifetime”. Con una escalinata de cuatro peldaños que rodea la batería, las enormes pantallas laterales, la del fondo (donde se proyectaron varios vídeos que apoyaban el desempeño de los temas) y “poco” más. El entrecomillado es porque considerar poco un mastodóntico equipo de sonido y luces capaz de llenar un estadio como éste, puede resultar obsceno. No obstante, han prescindido de varios elementos, como las enormes escaleras de la gira anterior, que tampoco utilizaban en demasía, las cosas como son.

No me voy a extender hablando del sonido, porque esto es un concierto de estadio, hay cientos de puntos desde donde se puede escuchar – ya sea en grada o pista – y a cada uno nos llega la ecualización de una manera distinta. Cierto es que hubo algunos fallos, que la voz se perdió en algunas partes, en otras no se escuchaba alguna guitarra, etcétera. Desde donde yo estuve (grada de prensa), no estuvo mal y lo disfrutamos, pero cada uno lo vivió distinto depende de su ubicación.

Uso el asunto del sonido para hablaros de THE PRETENDERS, la mitiquísima banda de pop rock liderada por la vocalista Chrissie Hynde que fue la encargada de abrir el concierto, usando buena parte de la P.A. para positiva sorpresa del que firma. Y es que no son pocas las veces en las que he visto al telonero de una banda grande en estadio tocar “con lo puesto”, a un volumen tan bajo que es casi imperceptible.

Seguro que a los que estamos metidos dentro del rock y el metal se nos ocurren cientos de bandas que nos encajarían más que ésta como teloneros de GUNS, pero bueno, me llevo a casa la anécdota de haberles visto por primera vez en mi vida.

El quinteto no estuvo mal, pese a que su vocalista pasó algún que otro apuro con desenlace de estrepitoso gallo de manera ocasional. Desglosaron bastantes de sus mejores temas, dando un buen repaso a su discografía, sin faltar canciones que en su día les encumbraron como la archiconocida “Don’t Get Me Wrong” o “Middle of the Road”.

Y si una sorpresa agradable fue ver que THE PRETENDERS encaraban su actuación con la potencia sónica suficiente para que se les escuchara en cualquier parte del estadio, ya ni os cuento lo que supuso ver que, a las 21:30 en punto, tal y como estaba estipulado GUNS N’ ROSES comenzaban su show. ¡Este no es mi AXL, que me lo han robado! Y perdonad la ironía, pero que levanten la mano aquellos que les han visto en el pasado y no se han “comido” mínimo una hora de esperar a que salieran, con casos ya directamente vergonzosos como aquella infame actuación del 2010 en Vistalegre.

Pusieron toda la carne en el asador desde el principio, con “It’s so Easy”. Me encantó la actitud de Duff desde el minuto primero. Dándolo todo, apoyando con unos coros y armonías vocales geniales (y es que McKagan tiene una voz súper característica y preciosa, aparte de cantar como canta), no tardando en llegar la primera de las sorpresas en forma de rescate, “Bad Osession”, que me encantó.

Cierto es que – y esto lo sabemos todos – mucha gente va a este tipo de eventos a “hacerse la foto”. Y con canciones como “Bad Obsession” se ve. No son de las que se conoce todo el mundo y el enfriamiento se hace patente cuando las tocan. Sin embargo, os digo dos cosas: la primera y más evidente es que para los que llevamos “toda la vida” con la banda, estas canciones nos dan la vida y suponen en muchos casos la decisión final a la hora de ir a verles una vez más; la segunda, es que yo a estas alturas de mi vida, con cuarenta y seis años y cientos de “bolos” a mis espaldas de todo tipo de pelaje, prefiero vivir “mi concierto” y dejar que cada uno haga lo propio y la verdad que me da igual a lo que vaya cada uno, mientras viva “su concierto” y deje a los demás hacer lo propio. Si algo te enseña la vida es que a veces, hacer las cosas más simples, vivir y dejar vivir (o “live and let die”, pero de eso ya hablaremos más adelante) y dejar de pedir “carnets” de autenticidad son acciones que, al menos a mi, me han ayudado a estar más tranquilo con mi entorno a nivel general. Yo también tengo derecho a ir a un concierto fuera de “mi rollo” y vivirlo a mi manera, disfrutar del espectáculo y descubrir cosas nuevas. ¡He dicho!

“Chinese Democracy” les quedó de lujo. Es todo un clásico y como tal, fue recibido. Tras “Mr. Brownstone” llegaría la primera de las versiones, en este caso el “Slither” de VELVET REVOLVER, la banda que sirviera como peregrinación en el desierto para Duff y Slash durante los años que éstos estuvieron fuera de GUNS N’ ROSES .

“Welcome to the Jungle” volvió a poner patas arriba un estadio y el público madrileño reaccionó de la manera esperada. Me gustó el detalle del cantante abrazándose a Slash mientras gritaba aquello de “you know where you are?” a mitad del tema. Aquí se notó bastante el sobre esfuerzo vocal que había realizado AXL en temas anteriores, cantando con ese “hilillo” que comentaba antes.

Otra de las grandes sorpresas fue la inclusión de “Pretty Tied Up”, tema de letra polémica donde las haya, ya que trata del sadomasoquismo y es bastante explícita al respecto.

Otro guiño al pasado con “Reckless Life” seguida de la increible “Double Talkin’ Jive”, donde Slash nos deleitaría con su solo “flamenco”, aunque esta vez menos alargado que en giras anteriores.

Llegaría el momento de presentarnos sus últimas canciones editadas. “Hard Skool” no estuvo mal. “Absurd” me pareció un pan sin sal. Vale que es difícil estar a la altura de la leyenda y que tampoco es que sean canciones nefastas. Pero en una banda que tiene una discografía tan limitada – ¿alguien ha rentabilizado tanto a nivel de giras y popularidad tan pocos discos a lo largo de una carrera tan longeva? Yo creo que no – a mi al menos me saben a poco.

Afortunadamente “Live and Let Die” levanta a un muerto y así sucedió una vez más. Y es que, pese a ser una versión, ya es casi más suya que de McArtney. Me encantó el detalle de AXL dándolo todo en el grito final (no tan desgarrado como lo hacía antaño, ahora más limpio, acorde a sus posibilidades actuales), sobre la escalinata de la batería, con los brazos en alto, sosteniendo el pie de micro.

“Wichite Lineman” me pareció innecesaria y no entiendo cómo se empeñan en seguir tocándola tras tantos años. Por suerte “You Could be Mine” llegaría detrás de ella para poner las cosas en su sitio.

“Rocket Queen” fue otra maravilla (donde Richard Fortus le robó la cartera a Slash, haciendo un pedazo de solo buenísimo), seguida de mi tema favorito de los GUNS que no es otro que “Stranged”, donde una vez más toda la banda, incluyendo al de la chistera -¡Qué dibujo de guitarra! ¡Madre del amor hermoso! – lo clavaron y otro guiñazo a su pasado y es que seguíamos con el “Appetite” y ahora con “Anything Goes” donde una vez más se puso de manifiesto la diferencia entre los fans de toda la vida y los que no, en una versión del clásico con algunas diferencias con respecto a la original, incluyendo un piano honky tonk en su parte final.

Pequeño impass para que AXL descanse, cogiendo Duff las riendas del concierto y tocándose una muy buena versión de los STOOGES del gran Iggy Pop. Tras “T.V. Eye”, llegaría otro de los rescates, en este caso la introspectiva “There Was a Time” del Chinese Democracy, uno de esos temas melódicos, parcialmente olvidados pero que contribuyen a la magia de un disco injustamente denostados por muchos que no supieron o no quisieron entenderlo como otra maravilla más totalmente digna de llevar el nombre de GUNS N’ ROSES en la tapa.

“Don’t Cry” fue “el momento smartphone”  por excelencia, con miles alumbrando con sus linternas el recinto. “Shadow of your Love” me gustó mucho, no perdiendo la oportunidad por clamar contra la guerra de Ucrania en “Civil War”, mostrando la bandera de dicho país al inicio y al final (icónico me pareció el momento con la bandera y AXL recitando aquello de “what’s so civil about war anyway”).

Tras el pertinente solo de guitarra donde toda la banda marca una base rockanrolera sobre la que se luce el de la chistera, llega otro de los momentos más esperados de la velada, con “Sweet Child O’ Mine”.

“November Rain”, con el piano al centro del escenario, fue, una vez más, emocionante. Me gustaron los efectos de percipitaciones a través de las pantallas y por supuesto el desempeño de toda la banda. No terminaría ahí la lluvia de emociones, pues “This I Love” nos puso la piel de gallina, pese a los apuros del cantante por llegar a unos tonos imposibles para muchos, incluso para el que los grabara en su día.

¡Tocaron “Locomotive”! ¡De verdad, la cara que se me debió quedar…! Uno de mis temas fetiche de la banda y ahí les tenía desglosándolo en una más que digna versión del clásico registrado en “Use Your Illusion II”.

Durante el clásico de Dylan “Knockin’ On Heaven’s Door” llegaría la segunda “robada de cartera” de Fortus a Slash, con otro pedazo de solo del guitarrista en la mitad, donde desarrollan instrumentalmente la canción para que el cantante nos pida cantar una y otra vez el icónico estribillo.

Pusieron el punto y seguido con “Nightrain”. Todo un trallazo precedido de los sonidos de locomotora, con el Metropolitano dándolo todo.

Con las tres horas pasadas desde el inicio, tocarían un “Yesterdays” que supo a gloria, seguida del clásico semi acústico “Patience” y la traca (en todos los sentidos) final de “Paradise City”.

En definitiva, una noche de las que no se olvidan.

¡Grandes, GUNS N’ ROSES!

Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com
Twitch: dj_phoenix – Youtube

Fotos: Live Nation ES

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