+ NIGHTMARE + MANIGANCE
Miercoles 15 de Marzo de 2023 – Sala Copérnico – Madrid
Cuando llegamos a las sala Copérnico el pasado miércoles, éramos cuatro gatos, literalmente. Es obvio…la gente trabaja, y si el primer grupo de la tarde/noche pisa el escenario a las 19:00 horas, el personal todavía está saliendo de sus respectivos trabajos, desplazándose o "tomándose una" antes de entrar a la sala. Para cuando los franceses MANIGANCE empezaron su descarga, el ambiente del emplazamiento no era cálido ni de lejos, y eso que la banda lleva desde 1997 editando álbumes…e incluso algún box set con varios de ellos se puede encontrar, dada la buena acogida que tienen en su país. Venían a presentar su obra de 2022 „The Shadow Ball“ (también grabado en francés como „Le Bal Des Ombres“), y aún con una buenísima actitud y varios intentos de conexión con el público, su metal de corte moderno aderezado con gran cantidad de componentes sinfónicos disparados, no llegó a cautivar, pero si lograr que las miradas se dirigiesen al escenario.
"Cold Blood" de su último trabajo cuenta con un estribillo sensacional, buenos arreglos en estudio, pero en directo todo sonaba demasiado crudo, con la batería tapando casi cualquier matiz del resto de los instrumentos. Su vocalista actual, Stéphane Lacoude, creo que fue la que gozó de mayor acierto en sus interpretaciones, a pesar de que aquí hay tablas para dar y tomar, y se nota. "Death Warrant" convenció mucho más…dura en sus bases, gran riff que François Merle ejecutó con destreza, mientras que, en mi opinión, el protagonista en cuanto a las guitarras fue un Lionel Vizerie que derrocha mucha pericia con sus solos, corriendo por el mástil con gran soltura y calidad.
Se notó, por supuesto, que venían a presentar a la actual formación como es debido, y el nuevo disco por todo lo alto, porque siguieron haciendo uso de cortes del mismo como "High Treason", en la que la voz de Stéphane brilló mucho más, llevándose las primeras sonrisas del público, sintiéndose una notoria complicidad y comodidad por parte de la vocalista.
Mucho más accesible y coreable sonó "End of Lock Up", cuyo riff me pareció lo mejor de toda su estancia sobre el escenario. La única vista atrás se produjo antes de finalizar su espectáculo con "Volte-Face", que originalmente no fue cantada por Lacoude, siendo el único guiño al extenso pasado del grupo, volviendo a su reciente "The Shadow Ball" ejecutando la homónima del mismo, y despidiendo Madrid entre los tímidos aplausos de los pocos asistentes, agradecimientos de la banda y la sensación de que esto podría haber sonado muchísimo mejor.
Una pena, porque ganas pusieron todas, y su actuación hubiese ganado muchos enteros si hubiésemos podido saborear su verdadero potencial. Y aún así, las sensaciones fueron muy positivas tras el poco tiempo del que pudimos disfrutar de MANIGANCE.
El empujón de público que supuso la presencia de NIGHTMARE fue más que notorio, y es que resultó evidente el interés que suscita la banda también francesa entre todos aquellos que querían un plus que añadir a la actuación de la formación headliner. Hablamos de un combo que lleva desde el año 84 en el mercado discográfico, y desde mucho antes siendo representantes en la sombra de la escena…y a pesar de haber sufrido un parón que abarcaba desde el 85 a su vuelta en el 2001, lo cierto es que el magnético nombre se ha mantenido adherido al movimiento de un modo u otro, con un trasiego impresionante de miembros, pero editando álbumes regularmente. Está claro que el único acorde en cuanto a edad a los inicios de la banda es el incombustible Yves Campion, sin caber duda que en la encarnación actual ha sabido rodearse de músicos de nivel que hacen que sus shows no solo no estén desfasados, sino que desprenden ese aura clásico sin renegar de un sonido moderno cubierto de buenísimas composiciones y una cuidada estética. Poco más que dos telones con simbología esotérica les hizo falta a NIGHTMARE para introducirnos en su peculiar pesadilla, dando comienzo su show con "Dead Sun" de su penúltimo álbum, y una expresiva Bárbara Magore, que, sin despuntar vocalmente en ningún momento de su tiempo en escena, cumplió sobradamente imprimiendo y derrochando fuerza, estética y conexión con el público.
Me recordó vocalmente, a grandes rasgos y salvando las distancias, a algunas bestias de la escena como Leather Leone o Veronica Freeman, aunque también a algunas "metal queens" actuales como Marta Gabriel. No obstante, la banda suena compacta, profesional y esta vez sí, con un sonido que gozaba de una notoria mejoría respecto a la primera banda. Combinando partes oscuras con estribillos arropados de cierta luz y punch, riffs más cercanos al extremo en algunas composiciones (y sobre todo tramos de algunas de ellas) y un regusto moderno en la propuesta, no se puede negar que la apuesta de NIGHTMARE es atractiva.
Dando cabida a Aeternam, su último trabajo, "Divine Nemesis" fue, sin duda, una de su grandes bazas, gracias a ese riff deudor de Testament y un desarrollo más accesible en el que se da lugar al total lucimiento de la batería de Niels, así como las punzantes guitarras de Franck Milleliri y Matt Asselberghs, que, sin moverse demasiado del lado izquierdo del escenario, llevó gran parte del peso del concierto sobre sus espaldas, dando una magistral lección de como debe comportarse un guitarrista del heavy metal en el siglo XXI. Imagen, pose y calidad.
Como es lógico, se dio mucha cabida a la etapa en la que Bárbara es imagen visible de la banda, e "Ikarus" sonó demoledora, haciendo que la frontwoman dirigiese poses, muecas y buenas maneras a un numeroso público que disfrutaba de sus giros vocales, dejando caer algún que otro gutural, que sinceramente, en los temas en los que lo hizo, se hicieron mucho más amenos gracias a esa variedad de registros, que no en todos los cortes aparece.
Derrocharon ganas y buena respuesta del público en pepinazos como "Downfall of a Tyrant", que con más texturas, y de carácter efectista, fue, en mi opinión, la triunfadora de su noche…la noche de NIGHTMARE , que todos estábamos disfrutando, y que no cesó de presentarnos buenos momentos de su nuevo disco como el de la oscura, intensa y sosegada "Crystal Lake", de líneas vocales más discretas, carácter accesible y muy bien elegida y ubicada para el set.
Pasado el ecuador de su actuación, una Bárbara chapurreando castellano, pidiendo que levantásemos el "dedo medio" en alguna ocasión, y habiendo generado una buena simbiosis con su público, presenta una vuelta al 2016 con "Infected", en la que la banda se desgañitó al completo (ojito al trabajazo de Niels tras su kit), y que sería preámbulo de la única zona retro de su show a través de "Eternal Winter" de 2009, perfectamente interpretada y adaptada a la voz de Bárbara, mientras que la homónima del último álbum, casi nos decía adiós, siendo "Starry Skies Gone Black" la encargada de contentar a todos los seguidores que NIGHTMARE han recopilado en los 5 o 6 últimos años, pero dejando esa sensación de no querer saber demasiado de los tiempos más lejanos de su historia. No obstante, pasamos 45 minutos de auténtico lujo disfrutando de la banda y sus poderosas composiciones actuales.
Muchísimas ganas tenía de ver y comprobar cómo los RHAPSODY OF FIRE de Staropoli defenderían en directo discos como su más nuevo Glory for Salvation y The Eight Mountain. Había oído hablar maravillas de esta ramificación del nombre original…este "Mark", y a decir verdad, los discos firmados por Alex como cabeza visible, me han seducido más que el facturado por Turilli y Lione, aunque también hicieron un muy buen trabajo en Zero Gravity. Incluso creo que el disco de regrabaciones editado tiempo atrás mantiene el tipo, con lo que la cosa no podía salir del todo mal. Pero para ser totalmente honestos, tenía mis reservas de que todo apuntase tan positivamente. El nombre de RHAPSODY es tan grande, y la sombra de sus cinco primeros discos tan alargada, que no sabía muy bien qué esperar, y eso que el hype subió más aún cuando, logo en pantalla y todo preparado, la banda se hizo de rogar por un problema técnico con el monitor del bajo de Alessandro Sala, que con un puño en alto nos indicó a todos que su instrumento estaba a punto y que esto empezaría enseguida.
Tras la intro narrada, con la sala llena, una emoción casi palpable y un público que abarcaba varios rangos de edad, la banda salió a por todas con "I’ll Be Your Hero" de su último lp, que con todo su azúcar, esos golpes de teclado…casi hímnicos y cercanos a lo que puedan grabar actualmente Sabaton, nos introdujo de lleno en su show a través del maravilloso estribillo y un Giacomo Voli que, con todos mis respetos hacia el gran Fabio Lione, logra, durante el tiempo en que está capitaneando el concierto, que se nos olvide cualquier otra versión de Rhapsody…y es que dudo mucho que en Italia exista en la actualidad un vocalista y frontman de su talla, o al menos, que la supere. Voz, saber estar, presencia, simpatía..¡un verdadero huracán!. Y eso que un humilde Alex colocó su teclado en la parte trasera para controlar a una banda que suena INCREÍBLE…todo un bonito gesto hacia sus compañeros, teniendo en cuenta que es el verdadero boss del line up. Si alguien me dice que "Chains of Destiny" no le erizó la piel, y que no podría haber sido un superhit de la época Dawn of Victory, que me lo haga saber, por favor. No te digo que me lo superes…¡iguálamelo!. Roby de Micheli es un guitarrista fino, fino, que, con ese sonido tan Turilli, un buen rollo contagioso y una sonrisa continua, hace que esto suene a magia. El público ya como loco, la banda disfrutando de nuestra presencia…y nosotros de la suya. Apunta maneras lo de estos RHAPSODY OF FIRE.
"The Legend Goes On" suena épica, gloriosa…y la voz de Voli es de otro planeta, amigos…menuda cantidad de registros. Una soltura, calidad y feeling asombrosos, con lo que no le cuesta en absoluto bromear con el público sobre lo contentos que se iban a poner al descargar uno de los himnos de la carrera de Rhapsody. "Unholy Warcry" fue el primero de los clásicos, que la banda reprodujo al milímetro, y que emocionó…¡vaya si emocionó!…sin dejar de mencionar a un dúo rítmico bestial conformado por Paolo Marchesich y Alessandro Sala, que hicieron un trabajo sobresaliente.
Nada que envidiar a la formación original, cuando, especialmente, Staropoli se siente inspirado, feliz con su rol y de continuar con esa parte épica de su historia que Turilli y Lione parecen no tener muy en estima. Respetable por otra parte. Atentos a la reproducción que Roby hace de los solos de Luca, porque no falla una nota.
Personal de fiesta, banda de fiesta…¡todos de fiesta!. Continuó el recital con "March Against the Tyrant" de su The Eight Mountain, cuyas partes sosegadas, casi acústicas, dieron otra profundidad musical al concierto, dejando brillar aún más (¿más?) la insuperable voz de Giacomo.
Me encantó que rescatasen alguna gema perdida en el tiempo como la sensacional "A New Saga Begins", uno de los grandes temas de Triumph or Agony, causando la sensación de no desentonar los temas nuevos como "Son of Vengeance", la veloz "Master of Peace" o la más sampleada "Rain of Fury", con los clásicos que todos tenemos en la cabeza, y que para muchos de nosotros han sido y siguen siendo banda sonora de nuestras vidas. Quedó esa sensación de que si hubiésemos tenido estas nuevas composiciones en aquellos maravillosos discos, hoy serían tan grandes como aquellos. Incluso creo que, con esa invitación a subir el mechero por parte de Voli, el tema cantado en italiano "Un Ode Per L’eroe", hoy sería uno de los queridos por los fans. Especialmente si después, en el set, figura un tal "Dawn of Victory" que hizo que Copérnico se dejase las cuerdas vocales (unos mejor y otros peor, claro está) cantando aquello de "Gloooooriiiia, gloriiiiia perpeeeeetua, in this daaaaawn oooof viiiictoooory"…aún retumba en mi cabeza, y de veras, se generó un momento de esos en los que varias generaciones se unen para cantar un verdadero himno.
No voy a engañar a nadie. La invitación de Huecco al escenario para interpretar el nuevo tema "Fuego Valyrio" del que presentarán clip en un par de meses, me sacó absolutamente de contexto. Una composición con estribillo cargado de "pachanga", que bien podrá gustar cerveza en mano, pero, para el que no era "el momento", o al menos, así me pareció a mí, independientemente de que respete todo tipo de opiniones al respecto (al fin y al cabo, en la era del reggaetón, un tema así es gloria en comparación). Algunas sonrisas y aplausos por cordialidad, pero estoy completamente seguro de que si en vez de la incursión de "la curiosidad de la noche", se hubiese incluido en el set un "Holy Thunderforce", por poner un ejemplo…pues creo que la balanza está claro para donde se hubiese inclinado. Para gustos…colores, claro está.
Tras salir Huecco del entablado y los propios RHAPSODY OF FIRE , nos quedaba por vivir la hecatombe conformada por "Reign of Terror" y dos himnos inmortales que harían que nuestro corazón palpitase a ritmo frenético hacia el final del show. "Wisdom of the Kings" y "Emerald Sword" de Symphony of Enchanted Lands son más grandes que la vida misma, y absolutamente todo el mundo disfrutó semejantes himnos, sonando sobresalientemente y dejando la sensación de que tenemos delante a la mejor versión de RHAPSODY OF FIRE que se puede disfrutar en la actualidad y que se podría disfrutar en el futuro, descargando un concierto lleno de emoción, carisma, calidad instrumental, humana y lo más importante…con canciones que nos llegan a todos a lo más profundo.
Inmensos RHAPSODY OF FIRE.
Texto: José Rojo
Fotos: Mikel Masa
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Pues en Barcelona me sorprendió la cantidad de gente que ya había cuando empezó Manigance, y diría que fue el grupo que mejor sonó de la noche. En cambio a Nightmare no lo pude disfrutar. Con un volumen demasido elevado y saturado me costaba apreciar los detalles de un grupo que no conocía, a diferencia de lo que me pasó con Manigance, que lo bordaron.
Mención aparte Rhapsody. Una maravilla esta formación, y con sólo dos discos podrían haber hecho todo el concierto tranquilamente sin ningún tema de la época da Fabio y no me habría quejado lo más mínimo. La voz de Voli tiene un deje melancólico en muchos momentos que le da un toque especial a la música de estos nuevos Rhapsody
Pena no vivir en una gran ciudad y perderme a la banda, porque en ROCK IMPERIUM, RHAPSODY OF FIRE estuvieron sublimes. De las encarnaciones que he visto de la banda, es la que más nivel tiene, sin duda.
Pues habrá que escuchar sus últimos discos( de Rhapsody digo) ya que los tenía olvidados, con tantas escisiones y demás.
«The Eight Mountain» es mi favorito de su última época.
Quitando al Huecco memorable concierto. Se les ha dado tanta caña a esta banda con el rollo de los nombres y de los que se iban, cuestión de la que no tenían ninguna culpa Alex y los que los sustituían que han sufrido un desprestigio y una denigración constante siendo hasta motivo de mofa por gente que ni siquiera les escuchaban. Afortunadamente para los fieles ellos nunca tiraron la toalla ni consiguieron que los aburrieran y ahora parece que mucha gente se lo reconoce y otros se apuntan ahora al carro.
Lo cachondo de Rhapsody es que se les critico por llevar partes grabadas del disco porque eran imposibles de reproducir en directo y ahora tienes a la practica totalidad de grupos de la industria haciendo lo mismo. El daño ya está hecho y una vez que te pones a desplumar a la gallina por mucho que limpies luego siempre ves que ha quedado alguna pluma por barrer
En un principio leí a Luca que el grupo estaba concebido como un proyecto en estudio. Que luego el mercado les haya obligado a comulgar con la rueda de molino de tener que salir de gira es otra cosa. En su día fue un grupo importantísimo para mi y desde Frozen Tears los he vuelto a descubrir
Rhapsody of Fire están en un alto nivel. No sólo los discos son buenos, sino además siguen siendo una banda completa, distinto a los cutres de Lione/Turilli Rhapsody que tocan sin teclista, no falta mucho para que sea sólo Lione haciendo clínica.