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Critica del CD de DARKTHRONE – Astral Fortress

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DARKTHRONE – Astral Fortress

Discográfica – Peaceville records

Puntuación Popular

(4 votos) 7.25/10
DARKTHRONE - Astral Fortress

Aquí me hayo, a las puertas de la Navidad dispuesto a analizar el nuevo trabajo de una de mis bandas fetiches de todo el espectro black metal. Una época esta perfecta para restablecer vínculos afectivos con la humanidad, estimulado por los negros villancicos del dúo noruego, perfecta banda sonora mientras la lluvia cae sin cesar un día tras otro desde hace dos semanas y media, ahora que detrás mi, en esta fría y lúgubre habitación, el viento azota violentamente la vetusta ventana a través de la cual he visto como el día daba paso a la noche durante más de treinta años ya. A estas alturas del cuento presentar a  DARKTHRONE puede resultar un poco banal al tratarse de una de las formaciones más mitificadas del black metal, a la altura de MAYHEM o BURZUM y sin la que podría entenderse la explosión de la segunda ola del black metal que en los años 90´s del pasado siglo llevaron a cabo tanto ellos como otros angelitos que bajo nombres como IMMORTAL, SATYRICON o EMPEROR se encargaron de inundar nuestro mundo de felicidad, amor y esperanza.

Los dos componentes de DARKTHRONE, Fenriz y Nocturno Culto, son gentes bastante reservadas que aun sabiendo del potencial comercial que ostenta su nombre y que el logotipo de la banda se ha estampado en cientos de miles de camisetas alrededor del mundo, prefieren vivir aislados y ajenos a los medios salvo por alguna entrevista que conceden de vez en cuando. Se niegan a dar conciertos y la verdad es que ya han pasado tantos años desde que decidieron tomar esta postura que es mejor que lo dejen estar así porque si a día de hoy aceptaran tocar en algún festival se armaría tal revuelo que acabarían en un escenario principal como les ocurrió hace algunos años a EMPEROR, que reinaron en el Hellfest de 2014 solo por debajo de BLACK SABBATH, y eso sería un poco contradictorio con la filosofía que tanto profesan. Volver a ver a DARKTHRONE en directo es lo más cercano que uno pudiera estar de una utopía. Por eso lo que nos queda es disfrutar de las podridas canciones que suelen producir para gracia de los que amamos este género en su estado, digamos, más primitivo.

Y primitivo es como suena  “Astral fortress”, vigésimo larga duración de una monumental discografía. Si les conoces sabrás de qué pata cojean estos dos pollos y el por qué sus discos suenan tan “artesanales”. Si por el contrario has oído campanas pero no sabes de qué iglesia provienen, puede que prefieras cambiar dicho término por el de “chapuceros”.  Explicar la evolución de una banda como DARKTHRONE en pocas palabras resulta una tarea inane en una review. Resumiendo mucho, pero mucho, la banda empezó haciendo un “curioso” death metal en “Soulside journey”, poco después facturarían algunos de los discos de black metal más emblemáticos de la historia del género (“Transilvanian hunger”, “Under a funeral moon”, “A blaze in the northern sky”…) para años más tarde profesar su amor por bandas como CELTIC FROST y MOTÖRHEAD, algo  que dejarían patente en una serie de discos dónde el black metal, el punk, thrash y heavy/speed metal se daban de la mano. Tal es la cosa que uno de  mis discos favoritos de todo su catálogo es el “The underground resistance” del 2013. A partir de entonces la banda fue caminando hacia atrás intentando reencontrarse con un sonido más crudo y fiel a los postulados blackers. El resultado más actual es el cavernoso “Astral fortress”, un disco que viene presentado por una portada no apta para frioleros y que no deja margen a la imaginación sobre lo que nos vamos a encontrar.

La primera y larga pieza en caer es “Caravan of broken ghost”, que nos hace pasar por diferentes estados anímicos. No deja de ser curiosa esa entrada con unas guitarras acústicas que no recuerdo en DARKTHRONE. Pronto pasan a la acción unas guitarras gravadas como el que le da al play en el estudio de grabación y se queda con la primera toma. Para qué repetir si el original siempre es lo más auténtico. La batería, hosca, simple e incluso tribal suena lejana como si la hubieran grabado dónde Cristo perdió la zapatilla. El marchamo lento, agonizante y de claro regusto doom desaparece a los tres minutos justo cuando un riff más heavy y la clásica técnica de tremolo picking nos llevan de lleno a la época cuasi punkarra de discos como “F.O.A.M” o “Circle the wagons”.

Quizás uno de los aspectos más flojos en la música de DARKTHRONE es que los temas suelen ser bastante largos , la mayor parte de las veces sin una justificación clara más allá de que son más punks que la cresta de Watti Buchan y alargan y alargan la cosa hasta que la sensación de agonía se apodera del oyente que sumido en un estado nihilista sin precedentes acaba absorto viendo como la lluvia no para de caer y como el limonero se mueve de tal forma que ni limones quedarán en pie, y uno piensa en que otra vez va a haber que levantar toldos, que el jardín estará hecho un desastre y que en el sollado se ha vuelto a colar agua por entre las tejas flojas, que las alcantarillas se habrán vuelto a desbordar y que el interior del coche estará de humedad hasta el techo que ríete tú del mundo aquel paralelo lleno de hongos de Strager Things. Pero esto es Galicia y esto es Darkthrone, así es la vida y si llueve que llueva.

Con “Impeccable caverns of Satan” la cosa no va a mejorar el estado ánimo apático e invernal. Aunque más corta acaba haciéndose más larga que la primera. La repetición del riff inicial es tal que me entran bostezos y ganas de arramplar con todo, cerrar el word y adiós muy buenas. Pero recupero la compostura y vuelvo a oler en la música de DARKTHRONE el pérfido punk y heavy metal de antaño. Un ¡uuughhhh!de esos tan black metal me envalentona y se que, aunque no me veo en el espejo, empiezo a hacer caras raras como de querer matar moscas a cañonazos. Pero sí, por favor que acabe de una vez la tortura esta que supone el segundo tema. Maldita sea mi suerte, “Stalagmite necklace” empieza casi igual que la anterior, quizás con un regusto algo más heavy en las formas, algo más acicalada, pero la voz de Fenriz, santo dios, parece la del payaso de It cuando emitía sonidos desde lo más profundo del sumidero. Otro tema que va arrastrándose casi hasta el final. En comparación, el último disco de CANDLEMASS pareciera facturado por ABBA. La curiosidad de este tema es la inclusión de unos teclados que le dan al asunto un rollo atmosférico. Ojo, teclados y DARKTHRONE no significa sinfonismo a lo DIMMU BORGIR, ni tan siquiera elegancia a lo BORKNAGAR, significa lo que significa: puro miedo. Me gusta este tema, tiene su punto tétrico.

Amarren el chaleco salvavidas. “The sea beneath the seas of the seas” (premio al peor título black metal del año) se va a casi los once minutos. Siempre meten un tema así, largo como una meada cuesta abajo, que además ya sabemos que va a ser como uno de cinco pero con carga de sufrimiento doble. Si te gusta sufrir, obvio, disfrutarás el doble. Al igual que la mayor parte de esta nueva colección repta lento como un limaco dejando una estela tan viscosa como la firma de Lovecraft. Como les suele pasar cuando se empeñan en alargar la agonía, el tema se ve tan desesperado y perdido como un naufrago en un mar turbulento.

Por alguna extraña razón se han dejado los que a mi juicio son los dos mejores temas del disco para el final . No cuento “Kolbotn, West of the vast forest” porque es un pasaje atmosférico de un par de minutos que podrían firmar bandas rumanas como NEGURA BUNGET y que sirve de unión entre el penúltimo y último corte. “Kevorkian times” es bastante directo y tiene nervio. También contiene las singulares guitarras propias del black metal pero destaca más por ese rollo heavy cavernario que tienen bastante dominado. “Eon 2” es un cierre perfecto y la descripción anterior casaría también aquí con unas guitarras que encantarán a todos aquellos que añoran el sonido clásico ochentero dónde queda bastante claro que la banda se siente cómoda en ese terreno que otrora se conoció como doom metal épico.

Con “Astral fortress” DARKTHRONE buscan dar continuidad a su anterior álbum “Eternal hails…” , no demasiado lejano en el tiempo. Siguen empantanados en esa vena a medio camino del doom, el heavy y el black metal, potenciando premeditadamente una producción tan sucia como sumamente honesta con para el género. Esto encantará a los seguidores del black metal más underground pero alejará a la carrera a quienes consideren que en pleno 2022 los estándares de calidad de sonido están a años luz de lo que aquí se nos presenta. En lo personal me ha parecido un disco algo flojo en cuanto a composición y muy logrado en lo atmosférico gracias en parte a esa producción tan sucia y añeja. Lo cierto es que son ya varios trabajos en los que no salgo muy contento con DARKTHRONE, quizás el último haya sido “Arctic thunder” del 2017 en el que la banda “regresaba” por la senda black metal después de muchos años acusados de ser una versión más rota y podrida de CELTIC FROST. A partir de entonces han encallado y como la banda suele dar forma a su discografía como por bloques de estilo, quizás este que era el más doom haya llegado al final. ¿Veremos en un futuro no demasiado lejano a DARKTHRONE haciendo metal industrial a lo MASTER BOOT RECORD? No lo descarten. Esta gente es capaz de todo y más pero solo si les sale a ellos de lo más hondo y profundo de sus arrugados escrotos.

Ángel Silva

Lista de Temas:

  1. Caravan Of Broken Ghosts  
  2. Impeccable Caverns Of Satan  
  3. Stalagmite Necklace 
  4. The Sea Beneath The Seas Of The Sea  
  5. Kevorkian Times  
  6. Kolbotn, West Of The Vast Forests 
  7. Eon 2

 

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15 COMENTARIOS

  1. otro 11 sobre 10 para la review. 100% identificado con la climatología, paisano! vaya tiempo de mis cojones, sobre todo hoy que hasta los contenedores tomaron vida propia como si fuera esto Maximum Overdrive…!!

  2. Es una banda que nunca he prestado atención me pasa igual con Bathory, aunque gustándome tanto ese cafrerio primitivo como Celtic Frost, hellhammer y venom seguro que no se quedan muy lejos de gustarme, es cuestión de ponerme.

    • pues lo que hicieron Bathory en el «hammerheart» en aquellos años fue estratosféricamente sideral, una épica sin parangón, estrella guía de todo lo que vino después en ese género, ese disco no es de «viking metal», ES EL «viking metal».

      «song to hall up hight» pone los pelos como escarpias…

  3. Respeto la crítica y los comentarios positivos que ha recibido, pero las de este estilo, las cuales abren con interminables parrafotes periféricos, antes de ir al punto principal, me parecen muy densas. Sinceramente prefiero algo más puntual y que rápidamente introduzca al lector a una idea general del disco.

    Ya para el punto donde comienza la descripción individual de cada tema, sin saber aún que clase de disco sería ‘Astral Fortress’, dejé la lectura y directamente fui al último párrafo. Seré yo que tengo Speed Metal en mi venas en lugar de sangre, pero la crítica se me hizo agobiante. Y toda esa extensa introducción para descubrir que el disco va en plan medio Doom, que también me parece densísimo y tampoco me agrada ni medio por estar acostumbrado a la vorágine del Speed.

    De todas maneras, decidí escuharlo. El sonido me parece bueno, pero con la presencia marcada del Doom no puedo. Este disco definitivamente no es para mí.

    • Entiendo lo que dices, en fotogramas pasa igual leer la reseña de una peli puede resultar hasta poético pero a la hora de la verdad de tan enrevesada terminas cansado y sin saber si la tienes que ver o no. Vamos con prisa para todo, ya es otra velocidad no creo que haya algo aún que no hagamos con prisa, pero en este caso la critica para mi es bastante buena, pero si fuesen todas así terminas cansado a mi fotogramas se me hace insufrible.

  4. Por el contra, a mi me parece, que en el tiempo que vivimos, donde la música ya carece de propiedad privada, donde los discos ya no pertenecen a quien los compra y te los deja para que te los grabes en tdk, donde todo es gratis y vale si hay un ‘para mi’ como premisa. Pués esta crítica, por contra, a parte de parecerme sublime para mi, un cuadro de picaso no desmerecería algo simolar, te ánima a hacerte una propiedad privada con estos vinilos de grupo tan legendario, con tanta historia, legado, solera… A sus espaldas.
    Evidentemente los discos no tienen nada que ver, y abarca un campo muy amplio, que en mi caso sí, porque escucho de todo, pero entiendo perfectamente a quirn no le guste màs allà de transilvanis hunger. Lo que no quita para que los disvos adquieran el valor que realmente tienrn entre la marabunta gratuita online.
    Amos, que después de leer la crítica, te haces una estantería en la pared con los vinilos y una bandera, poster, al lado del cuadro de picaso y…. De pm
    Lo del cheque a lo emperor, està por ver. Se tienen que dar las circunstancias, los tiempos, hype publividad indergrounf yalguién que ponga la pasta.
    Yo lo veo. Para mi.

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