+ KRISIUN + IN ELEMENT + ETERNAL PSYCHO
Miércoles 27 de Noviembre de 2022 – Sala Bóveda – Barcelona
Que dos nombres fuertes del metal extremo como son NILE y KRISIUN uniesen fuerzas en una gira conjunta se tradujo en una cita ineludible para que multitud de seguidores de los sonidos más duros se diesen cita una tarde de domingo en la sala Bóveda de Barcelona. El cartel se completaba con otras dos bandas incomprensiblemente muy alejadas del estilo del combo protagonista: IN ELEMENT y ETERNAL PSYCHO, estos últimos representando la escena nacional.
Difícil lo tuvieron los madrileños para encajar ante un público afín al metal extremo. No obstante, la banda le puso muchas ganas, especialmente su vocalista, Beka, que no paró de moverse por el escenario con la dificultad que eso presentaba, ya que estaba prácticamente ocupada por la enorme batería de NILE. El grupo venía a presentar su reciente trabajo “Trail of Agony”, en el que basaron su setlist a excepción del primer tema ejecutado, “My Demons”, recuperado de su anterior disco. Con su propuesta de metal moderno con toques industriales firmaron una actuación que fue de menos a más. Temas como “The Living Dead” o “Fire will Fire” sacaron a relucir ese juego y mezcla de voces melódicas con guturales que se repartían entre la cantante y el guitarrista Lucky. Destacar que cuentan con Arjan van der Wist (ex-AVULSED) a la batería, aunque lo más encomiable fueron las ganas de animar y el potencial escénico de Beka. Durante unos escasos 25 minutos, lograron acabar animando a un público bastante numeroso y rubricaron su actuación con “Empty of Promises”, un tema más crudo y duro que los anteriores.
Sensaciones muy contrarias tuvimos a continuación con IN ELEMENT, banda de metal industrial prácticamente desconocida en el ámbito europeo pese a contar con dos décadas de trayectoria. Aunque se autoproclamaron de ninguna nacionalidad por su condición de artistas, los argentinos no tuvieron su noche. Básicamente porque su cantante estaba muy afónico y porque, lejos de intentar aminorar el problema, no dejó de hacer largos discursos entre tema y tema, hecho que evidenció más esta deficiencia.
Lo que más llamó la atención, de entrada, fueron sus máscaras de sado, que dejaron un poco descolocados a más de uno. Le pusieron ganas e insistencia, tuvieron detalles muy simpáticos como el regalar un vinilo de su reciente trabajo, “Victory or Defeat” al público, pero en definitiva los hechos fueron los que fueron. Algunos de sus temas destacables fueron “In the Air 2Nite”, presentada como un tema que parece un cover pero no lo es, y “Fear is the New Virus”.
Aunque su trayectoria discográfica sea algo irregular, KRISIUN son de esas bandas que no fallan en directo. La formación de los tres hermanos Kolesne-Camargo es toda una institución en el metal extremo con más de 30 años de trayectoria y es que cuando vas a ver un concierto de ellos sabes lo que puedes y vas a encontrarte. Y una vez más así fue, ya que los brasileños volvieron a sellar una convincente actuación que contó además con un excelente sonido.
Desde la inicial y laureada “Kings of Killing”, fueron a muerte. Lo de Max Kolesne a la batería fue de órdago. En KRISIUN no hace falta esperar a que llegué ese momento de batería intensa en un instante preciso de un tema, aquí los blast beats son constantes ejerciendo casi función de metrónomo. Para algunos puede ser algo cargante, para otros sonido celestial. Moyses Kolesne no se queda corto a la guitarra capaz de ejecutar, sin renunciar a la exquisitez, todo tipo de riffs, técnicas y florituras a la velocidad del sonido. Y al frente, un Álex Camargo que no paró de dar las gracias entre tema y tema a todo el público asistente. Pese a presentar nuevo trabajo, “Mortem Solis”, del que cayeron temas como “Swords Into Flesh” o “Necronomical”, el reparto de canciones fue muy equitativo teniendo en cuenta la amplia discografía de la banda. No obstanbte, los puntos álgidos llegaron con cortes clásicos como “Vengeance’s Revelation” y “Apocalyptic Victory”, donde la gente no paró de animar y hacer pogo, o la brutal “Hatred Inherit”, tema con el que cerraron su actuación y que contiene todos los elementos que resumen a la perfección el estilo de KRISIUN.
La espera se hizo un poco larga entre grupo y grupo, ya que aunque todo estaba preparado para NILE no se quisieron incumplir ni adelantar los horarios preestablecidos. De mientras, se reproducía en bucle un hilo musical de música egipcia que denotaba lo que estaba a punto de acontecer. Con el incombustible Karl Sanders al frente, miembro fundador de la banda, los americanos tomaron escena para sentar cátedra desde el primer momento con “Sacrifice Unto Sebek” y “Defiling the Gates of Ishtar”. Y sí, el sonido, a diferencia de anteriores visitas, esta vez fue muy bueno, lo cual fue de agradecer.
Habían pasado cuatro años desde la anterior visita de NILE a Barcelona, por lo que la acogida del público fue excelente con una sala Bóveda que presentaba un aforo de tres cuartas partes (desde la zona de la mesa de sonido hacia adelante no cabía ni un alfiler). La banda presentó dos novedades en cuanto a su formación. Por un lado, el bajista Julian Guillen y el guitarrista y cantante Scott Eames (también cantante en Vital Remains) quien realmente me sorprendió muy gratamente mostrando una profesionalidad total y una gran soltura impropia de un miembro recién incorporado.
De hecho, Scott está reemplazando en esta gira a Brian Kingsland quien ha sido padre este año. Todos ellos demostraron ser a la vez grandes instrumentistas y también cantantes, ya que otro de los puntos fuertes de la banda es el reparto vocal constante. Con “Kafir!” se empezaron a desatar los pogos en las primeras filas. Antes de proseguir, Karl Sanders saludó y agradeció al público de forma muy efusiva. Y es que si en anteriores visitas el líder de la banda se mostró bastante reservado e incluso poco amigable (recuerdo conciertos en los que empujaba de mala manera a gente que subía al escenario o propinaba patadas a los que se acercaban demasiado en las primeras filas), esta vez estábamos ante un músico muy agradecido que no paró de disfrutar de la velada. Ese entusiasmo, contagiado al resto de los miembros de la banda, se tradujo en una actuación excelente.
También hubo buenas sensaciones y ovaciones ante los temas más recientes de la banda, como “Long Shadows of Dread” o “In the Name of Amun”, con la gente coreando a puño alzado esos riffs rompecuellos. No obstante, cabe recordar que el último disco de NILE (“Vile Nilotic Rites”), que da nombre también a esta gira, data ya de 2019. Capítulo aparte merece George Kollias que, tras su enorme kit de batería, volvió a demostrar porque es considerado desde hace años como uno de los máximos exponentes del metal extremo en cuanto a este instrumento se refiere.
En temas como “Lashed to the Slave Stick” o “Sarcophagus” el baterista griego lo bordó. Me encantó también que rescatasen algún tema de su álbum debut, en concreto, “The Howling of the Jinn” que me recordó el gran impacto y la frescura que aportaron NILE a la escena a finales de los 90 mezclando el brutal death técnico con instrumentaciones y letras inspiradas en la historia y leyendas egipcias. Como no podía ser de otra manera, finiquitaron su actuación por todo lo alto con una apoteósica “Black Seeds of Vengeance” coreada por todos los músicos y gran parte del público. Una satisfacción recíproca.
Texto y fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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