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+ DEVIN TOWNSEND
Sábado 30 de Abril de 2022 – Palacio Vistalegre – Madrid
No cabe duda de que un síntoma de que todo va volviendo a la normalidad es el hecho de recuperar actividades que antes de la pandemia eran totalmente normales, como la de ir de concierto. Y si bien es cierto que ya en las últimas semanas os estamos relatando desde esta redacción las citas que estamos teniendo con las bandas en directo, ésta era una ocasión especial por el hecho de que se trataba de un recinto de gran aforo como es el Palacio Vistalegre. Redondeaba la circunstancia el hecho de que éste era el primer evento público al que asistíamos sin la imposición de llevar puesta la mascarilla en interiores.
Centrándonos ya en los aspectos del espectáculo en sí, lo de la noche del sábado en Madrid fue de alta categoría. Con un público de diez, totalmente participativo, DEVIN TOWNSEND dio un conciertazo como de él era esperado y DREAM THEATER mostraron uno de los espectáculos visuales más hermosos de su carrera, con un repertorio que personalmente me encantó, sin ningún pasaje que se hiciera pesado o aburrido y con una banda pletórica.
Mi principal temor de cara a afrontar el concierto era la interpretación vocal de un James LaBrie que lleva años realizando unas actuaciones de a cuál peor. Sobre todo las dos últimas veces que le había visto, en BARCELONA ROCK FEST y en el Wizink Center, el cante había realizado destrozo tras destrozo de temas míticos. Afortunadamente la pasada noche del sábado estuvo bastante mejor que en aquellas ocasiones y, si bien es cierto que pasó apuros en alguna que otra canción, que últimamente ya tiene que recurrir a apoyos de segundas voces sampleadas que le complementen y que sigue metiéndose en camisa de once varas subiendo y haciendo quiebros en partes donde no se requieren, el cantante salvó la papeleta con éxito, mostrando lo mejor de sí mismo en la actualidad.
Me gustó mucho el espectáculo, con unas pantallas en forma de cortinas y la hermosa portada de “A View From The Top Of The World” a los lados, las luces y, aunque al principio fuera una bola de graves que poco a poco se fuera ajustando (aunque no con la nitidez que tuviera antes DEVIN TOWNSEND en su actuación) el sonido. Los juegos de luces con brazos robóticos colgados a ambos lados del escenario daban un juego espectacular.
Con una escenografía mucho más sobria que todo lo explicado anteriormente, se presentaría DEVIN TOWNSEND para recordarnos lo grandísimo genio que es. El portentoso artista desplegó simpatía, humor y buena música junto a sus tres acompañantes, secundado por un colchón de teclados, dobles voces, orquestaciones, voces en off y efectos.
Al grito de “me pica un huevo”, el canadiense y sus chicos comenzaron a desgranar sus portentosos riffs y melodías ante la delicia de los asistentes. Primero con la marcada “Failure” para pasar a la veloz “Kingdom” con la que conseguirían los primeros vítores por parte del respetable. “By Your Command” nos traería al irreverente Ziltoid y su lucha por conseguir el mejor café de la galaxia mientras “Deadhead” sería el momento propicio para hacer que el público de gradas y la pista alumbraran hacia el escenario móviles en mano.
“Deep Peace” fue el momento hermoso, acústico y también el de soltar un sonoro eructo que rompería la magia. También fue en el que TOWNSEND reconocería, no falto de sorna, que había metido la pata en la ejecución del solo.
Me encanta “March of the Poozers” y aquella noche volvió a sonar tan marcial como divertida, con esas combinaciones de ritmo y melodías tan maravillosas.
Por último, “More” pondría la guinda, dejándonos con ganas de mucho más, en un genial aperitivo musical al que no faltaron referencias a personajes ilustres de la cultura popular como La Rana Gustavo o El Pato Lucas.
DREAM THEATER dieron un señor concierto. Expuse arriba mis dudas al respecto, sobre todo en lo concerniente a su vocalista, pero una vez comprobado que LaBrie iba a tener una buena noche pese a ciertos matices, mi experiencia viendo a la banda se asemejó a algunas de giras pasadas en las que triunfarían como la gran banda que siempre han sido.
Con el gran Petrucci a los mandos musicales dirigiendo la orquesta, el mago Jordan y su teclado giratorio, el impertérrito Myung sin apenas levantar la vista de su instrumento y un Mangini que para muchos sigue siendo “el nuevo” pese a llevar once años en la banda y que cada vez introduce más variaciones de su cuño personal en los temas antiguos, aquello fue una fiesta de imágenes, palabras y, como no podría ser de otra manera, notas musicales.
DREAM THEATER arrancaron con la poderosa “The Ailen”, canción que además les ha dado la alegría de ser ganadores del premio Grammy. Y aunque el sonido nunca llegó a estar a la altura de la nitidez que la banda telonera había tenido, les costaría un par de canciones terminar de ajustarlo a lo mejor que nos pudieron ofrecer en ese aspecto la noche del sábado.
Me encantó volver a escuchar “6:00” en directo. Toda una maravilla volver la vista al maravilloso “Awake”.
Y siguiendo con el concepto del despertar, llegaría “Awaken The Master”.
“Endless Sacrifice” fue uno de los momentos de la noche. Con toda la banda y público al unísono, viviendo los dos momentos de la canción: la baladística y la desenfrenada y cañera que vendría detrás. ¡Y ya cuando Jordan se colgó su teclado al hombro y salió a hacer headbanging junto a Petrucci, aquello fue la bomba!
Con “Bridges In The Sky” LaBrie pasó el peor momento de la noche, destacando la mala interpretación de una canción que le vino grande, con unas líneas vocales altas a las que no podría llegar, por mucho empeño que pusiera.
“About To Crash” fue otra pasada (me encantó su inclusión en el repertorio), así como un “The Ministry Of Lost Souls” preciosa, melancólica.
Y llegaría el momento de la grandilocuente “A View From The Top Of The World”, con sus más de veinte minutos. ¿Se hizo pesada? En absoluto.
Disfrutamos cada uno de sus pasajes adornados por las preciosas imágenes de Kjeragbolten en Noruega, con escaladores, vistas aéreas e incluso algunas de fondos marinos durante la parte más pausada hacia su mitad.
Por si aquello pareciera poco y tras un pequeño mutis, “The Count of Tuscany” pondría la guinda, de nuevo con preciosas imágenes de La Toscana, sus campos y monumentos. Reconozco que nunca he terminado de ser un gran fan de esa canción, justo hasta la noche del sábado en la que pude vivirla en directo.
La experiencia ha cambiado muy a mejor mi percepción hacia ella hasta el punto de que no me la quito de la cabeza.
Sin duda, una gran noche con dos bandas enormes y una buena muestra más de que la música en directo ha vuelto para quedarse.
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – www.twitch.tv/metal_dj_phoenix
Fotos: Alvaro Ochoa
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DREAM THEATER
DEVIN TOWNSEND
Viendo algún vídeo de la actuación de Madrid, no me parece la cosa para echar muchos cohetes.
Labrie prácticamente empieza la de Alien comiéndose el bocadillo. O tiene la boca llena de sopa, no sé…
Y lo de Mangini en la batería ( y mira que me encantaba este batería), más soso no se puede ser!
Me parece a mí que en poquitos años los DT se van a mover menos en el escenario que los Judas.
Depende de lo que busques,si para reproducir un tema a la perfección (como hace Petrucci,solo incluidos) también tiene que moverse ya sería el no va más.Gran concierto de dos grupos formados por elegidos,genios del metal y lo digo yo que les he visto 5 y 8 veces respectivamente.
No seré yo el que critique a petrucci. Yo les he visto 5 o 6 veces y en la gira tributo al Images, dije que ya no mas (no con ese cantante). Aunque el ultimo disco me ha gustado.
Qué repertorio más soso
Coincido contigo Back, el repertorio me parece sosisimo. Me parece estupendo k enlosado trabajos se marquen canciones d extensa duración, pero para los conciertos podrían cambiar eso x cantar 2 o 3 canciones más. Me alegro k x lo menos LaBrie tuviera una noche aceptable, no como hace 2 años
Vuelta de Portnoy a la batería y sustitución de Labrie por Dino Jelusick, quién firma???
Durante el concierto de Devin Townsend, en la batería se oía una caja a destiempo. Especialmente si lo veías desde el centro. No era cosa de músico, sino de sonido de la sala o el técnico.
Una injusticia con este pedazo de artista.