THE LURKING FEAR – Death, Madness, Horror, Decay
Discográfica: Century Media
De entre la vorágine de proyectos paralelos y nuevos advenimientos que nos ahogan año tras año, y más aún dentro del metal extremo, hubo uno que allá por el año 2016 nos gustó especialmente y que, tratándose de Tomas Lindberg, sabíamos que no se quedaría en algo puntual. THE LURKING FEAR era entonces una nueva banda de viejos conocidos, que venía de alguna manera a llenar un hueco que el propio Tomas sentía que AT THE GATES no podía llenar, y que por aquel entonces nos dejó como resultado un muy buen disco debut, “Out Of The Voiceless Grave” (2017), que por un lado colmó expectativas de un modo muy amplio en lo estrictamente musical, pero que por el otro sentimos que, quizás, estaba necesitado de una identidad mucho más sólida para cobrar una vida propia en su desesperado intento, ya desde el comienzo, de escapar de la inabarcable sombra de ATG. Aun así, el quinteto mostraba una potencialidad evidente, e incluso llegaron a dar un buen puñado de conciertos hasta el año 2018 en algunas festivales importantes mientras las ocupaciones de todos sus integrantes, que no son pocas, lo permitieron. Ahora, y como llevamos viendo ya un año y medio largo, la pandemia ha sido la tumba de la que THE LURKING FEAR han resucitado para traernos un segundo trabajo que les dignifica con altas dosis de violencia y, por encima de todo, una coherencia y una razón de ser que ya queda fuera de toda discusión.
El propio Lindberg, en recientes declaraciones se refería a este segundo “Death, Madness, Horror, Decay” como “el hijastro feo” de “The Nightmare of Being”, el último trabajo de AT THE GATES editado este mismo año, y no solo no le falta razón, sino que seguramente ese símil se pueda hacer extensible a las trayectorias de ambas bandas que, parece que ahora sí, empiezan a divergir, todavía con algunos nexos de unión irremediables que sobre todo derivan de la obsesión que el vocalista arrastra desde hace años con el horror cósmico, y que vuelve a impregnar el aspecto conceptual y visual del disco. Ahora bien, si atendemos al apartado estrictamente compositivo, hay que subrayar que mientras la música de AT THE GATES tiende cada vez más hacia la experimentación, incluso al ‘avant – garde’ con constantes miradas atrás, THE LURKING FEAR en este nuevo trabajo es seguramente todo lo que el fan más extremo y ‘old – school’ de la banda sueca querría escuchar, un tributo intencionado y magistral al ‘death metal’ sueco a cargo de cinco músicos que no podrían estar más autorizados para ello, con un sonido compacto, muy ‘retro’, y temas cortos y contundentes que no dan un respiro y son la esencia del género.
Es por ello que, ahora sí, THE LURKING FEAR empieza a tener una razón de ser mucho más convincente, en la medida en que se nos presenta como un ente muy distinto y mucho más enfocado. Así, un detalle curioso y que nos dice mucho es que este segundo trabajo es más corto que el primero, algo ya de por sí no demasiado común, pero teniendo encima un tema menos, lo que nos deja por el camino cortes que ni llegan a los tres minutos y a menudo ni a los 2, lo que puede darnos una ligera idea de lo claras que han tenido las ideas en esta ocasión y de lo directo que puede llegar a sonar esta nueva versión del grupo, donde apenas hay lugar para nada que no sea un tempo asfixiante y unas guitarras serpenteantes y tremendamente dinámicas a cargo de los inmensos Fredrik Wallenberg y Jonas Stålhammar, cuya simbiosis ya nos dejó en estado de catatonia con el primero pero que desde luego en esta ocasión alcanza un nivel superior. La banda habla también de “un sonido más unificado”, lo que se traduce en un trabajo efectivamente más homogéneo y donde el LP casi se llega a percibir como un todo, como una pieza de 38 minutos de una intensidad desmedida, subdividida en pequeños movimientos que muy a menudo cuesta distinguir. Esto nuevamente tiene que ver con la sana intención del grupo de radicalizar su sonido, de llevarlo aun más al extremo y al mismo tiempo mantenerlo oscuro y puro, a diferencia del primero que, honestamente, era mucho más cercano a lo que AT THE GATES ofrecían en aquel momento, lo que como vengo diciendo, para mí es un acierto claro. A nivel de sonido por su parte, el trabajo es bastante más sencillo que “Out of The Voiceless Grave”, porque los temas así lo piden también, y diría que un poco menos reforzado de graves por intercesión de Per Stålberg, el productor de la banda, quien les ha ayudado de alguna manera a aclarar ideas y a aunar esfuerzos en una sola dirección.
Por cierto, y como opinión estrictamente personal, el trabajo de Stefan Thanneur con la portada, que repite en la tarea como ya hiciera con su debut, me gusta desde el punto de vista artístico y mucho, pero no para un trabajo de metal extremo de esta magnitud. Dicho queda.
La lata se abre con “Abyssal Slime”, que nos lleva hasta lo más profundo con una intro que pareciera meternos en una fosa marina para un minuto después cortarnos el oxígeno con un punzante riff y un ‘tempo’ asfixiante marca de la casa a cargo de Adrian Erlandsson, en un tema canónico cuyo final apenas si se distingue del comienzo fulgurante de “Death Reborn”, donde nuevamente la banda saca a pasear un duo de guitarras deslumbrante, haciendo gala de un dinamismo sensacional y una precisión quirúrgica a la hora de meter cambios y tirar de bombo a matar, y todo en poco más de un minuto, que resulta ser casi una surrealista intro para “Cosmic Macabre”, el primer single del disco, y un pedazo de mineral sin pulir de puro y jodido ‘death’ sueco de primer orden. Solo hasta el comienzo de “Funeral Abyss” atisbamos algo parecido a un medio tiempo donde THE LURKING FEAR le sacan un poco de brillo a unas melodías de guitarra tremendamente clásicas, un tema mucho más opresivo, más grueso, un poco más en la línea de su predecesor al menos a nivel de producción y planteamiento, un espejismo antes de que llegue “Death, Madness, Horror, Decay” y lo mande todo al carajo con un Lindberg en estado de gracia en otro tema rápido donde las guitarras juegan entre el ‘riff’ vertiginoso y las melodías más clásicas del género.
Mucho ojo también a la tormenta de ‘riffs’ de “In A Thousand Horrors Crowned”, entre mi top 3 del disco, que precede un curioso interludio un tanto marciano como es “Kaleidoscopic Mutations” donde Sean Reifert (AUTOPSY) presta sus ‘growls’, una movida ‘sc-fi’ tremenda para dar paso a otro zambombazo épico como “Ageless Evil”, otro de esos temas que nos tira de espaldas y nos da la mano para volver a lanzarnos sin que apenas nos de tiempo a asimilarlo. El disco acaba de forma un tanto singular y caótica como es “Leech of The Aeons”, un tema verdaderamente esquizofrénico que comienza lento y solemne, y que en sus guitarras va atravesando por “cabalgueos” al más puro estilo UNLEASHED, para meter después un tempo rapidísimo culminado con un solo muy loco y después acabar muriéndose con instrumentos de cuerda tras ir decayendo.
En suma, estamos ante uno de los últimos grandes discos que nos va a dejar este 2021 en lo que a ‘death metal’ se refiere, en el que nos regocijamos en ver a THE LURKING FEAR trascender de su condición de ‘alter ego’ para ser algo (mucho) más. Un trabajo para saciar nuestras ansias más primitivas y para escuchar sin pretensión alguna, más allá de un buen esguince cervical.
Jorge del Amo
Lista de Temas:
- Abyssal Slime
- Death Reborn
- Cosmic Macabre
- Funeral Abyss
- Death, Madness, Horror, Decay
- Architects Of Madness
- In A Thousand Horrors Crowned
- Kaleidoscopic Mutations
- Ageless Evil
- One In Flesh
- Restless Death
- Leech Of The Aeons