AT THE GATES: Studio report deThe Nightmare Of Being
Hace pocos días, teníamos el inmenso placer de compartir junto con otros compañeros de la prensa europea un encuentro virtual, retransmitido desde el mismísimo Gotemburgo, con nada menos que Tomas Lindberg y Jonas Björler, el alma de unos AT THE GATES que venían a presentarnos en rigurosa primicia las canciones de su nuevo trabajo, “The Nightmare Of Being”, que llegará en verano, exactamente el 2 de Julio. La realidad de la situación que vivimos hizo que, nuevamente, hubiera que recurrir a un formato que no me cabe duda que se terminará quedando para este tipo de eventos, que funciona a pesar de la frialdad, y que aunque con algún pequeño problema técnico en nuestra sesión, fue un verdadero placer seguir y disfrutar, pudiendo además escuchar un trabajo tan importante para la banda sueca y con tanta antelación.
La sesión, como suele ser habitual en estos casos, comenzó primero con una pequeña presentación preliminar a cargo del presentador, dejando paso desupués a la escucha del trabajo en su integridad, para terminar con una rueda de preguntas sobre el trabajo y las actividades más inmediatas de la banda, con un Tomas muy locuaz, como siempre, y un Jonas más reservado pero siempre muy preciso y expresivo.
¿Y en cuanto al disco? Bueno, a pesar de que una sola escucha no suele ser suficiente para hacerse una idea completa de lo que uno tiene ante sí, creo que es justo y poco arriesgado asegurar que “The Nightmare Of Being” es el trabajo más desafiante al que la banda se ha enfrentado nunca. Desafiante para la banda seguro sobre todo a la hora de juntar todas las piezas a nivel compositivo, también de grabación, pero desafiante también para el fan, que quizás no está acostumbrado a incursiones experimentales tan abiertas como las que en ocasiones nos vamos a encontrar aquí. Hasta ahora, después de la vuelta a la actividad discográfica de AT THE GATES , puede decirse que sus dos trabajos han sido dos trabajos de metal extremo bien reconocibles, con sus diferencias particularmente en “To Drink From The Night Itself”, pero mostrando siempre la cara más agresiva y clásica de la banda sueca. Esta vez es bien distinto; este es un trabajo que va muchísimo más allá de los límites que ellos mismos se tenían marcados, un disco totalmente libre en el que Lindberg ha plasmado, por fin, muchísimas de las influencias que le han acompañado toda la vida pero sin tapujos, y sin la necesidad de un nuevo proyecto paralelo para ello. Como el propio ‘Tompa’ nos aseguraba, todas esas incursiones en estilos como el ‘jazz’, el ‘prog rock’ y más allá, o la utilización de instrumentaciones alternativas como violines o saxo son algo que, de un modo quizás muy soterrado, siempre han estado ahi, pero que esta vez la banda ha expresado de una manera más directa y libre. ¿El resultado? Pues un trabajo desde luego muy diferente, enormemente cambiante, que tiene algunos de los temas más devastadores que los suecos han “parido” nunca y algunos de los más marcianos también.
Os dejamos unas pequeñas notas del tema a tema de este “The Nightmare Of Being” a modo de primeras impresiones.
El trabajo arranca con una intro llena de armónicos y matices, con guitarras acústicas y un tono épico que desemboca en un tema furioso y ultra melódico que nos recuerda razonablemente a “The Red In The Sky Is Ours”. En general, aquí AT THE GATES recuerdan mucho a sus primerísimos pasos, y en sus temas más extremos, en general, es un poco la tónica del disco.
Tras 3 tímidas notas de piano, la banda nos destruye cuando rompe “ese ‘riff’” inmortal que les es tan propio, en un tema jodidamente reconocible y directísimo, aunque nuevamente con las melodías más presentes en atmósferas que en los propios riffs, que se tiñen más oscuros. El solo es muy creativo, largo y de raíces clásicas al mismo tiempo, sirviendo como indicador de que la banda busca intencionadamente el diversificar su sonido de todas las formas posibles con este disco.
“The Nightmare Of Being” comienza con voces distorsionadas y un punteo, y va engordando y jugando con la intensidad a placer. El tratamiento de las guitarras otra vez se centra tanto o mas en su aspecto atmosférico, como en los inicios del grupo, antes del ‘boom’ de “Slaughter Of The Soul”, algo que en este tema se hace muy patente, un medio tiempo lleno de tinieblas que podría recordar en ciertos aspectos a un ‘black metal’ un tanto primigenio.
Con este tema la banda sueca nos deja absolutamente en fuera de juego. El corte se sale muy mucho de la dinámica y los límites conocidos de la banda, con saxo, un tono “jazzístico” de lo más sorprendente, y desarrollos y líneas de bajo de lo más creativo. Imposible saber que son AT THE GATES si no nos lo dicen. El tema funciona, aunque raro, funciona, con unas guitarras tremendamente marcianas también y una cohesión que sorprende.
Aquí el grupo decide pegar un volantazo intencionado tras un tema como el previo. Trallazo de los de siempre; directo, con guitarras vibrantes y melodías marca de la casa, con un ‘Tompa’ Lindberg al que vemos a sus anchas y con una solvencia digna de mención.
Aquí ATG vuelven a optar por una intro orquestal, muy cinematográfica además, que incluye vientos, percusiones mastodónticas, platillos y a un ‘Tompa’ cantando sobre todo ello sin que torzamos el ni lo más mínimo el gesto, mientras se van uniendo las guitarras y bases y el tema se va normalizando dentro de la originalidad y la creatividad. Realmente AT THE GATES se han ocupado y mucho de darle giros nuevos a su sonido, y vaya si lo han logrado. Es además el tema más largo del disco, con algunas melodías que inspiran la música de Oriente Medio. La última parte el tema se retuerce en lo que parece una improvisación de inspiración ‘prog rock’ más que obvia. Seguramente sea el tema más complejo y sesudo que AT THE GATES nos han dado nunca.
Como antes, tras un tema tan expeditivo y creativo como el anterior la banda corrige el devenir del LP de forma brusca con un tema más convencional, que podría haber salido de las sesiones de “To Drink From The Night Itself”.
Nueva descarga de death metal ‘old school’, con ‘riffing’ clásico, que no ‘retro’, y un desarrollo salvajemente reconocible, tanto en su encarnación más reciente como de sus años más jóvenes. Siguen metiendo “tralla” a su manera, pero con muchos menos momentos que recuerdan a “Slaughter Of The Soul”, lo que de alguna manera les reivindica, si es que era necesario…
Cosmic Pessimism
“Cosmic Pessimism” arranca con unas bases muy rollo ‘prog’, una prominente línea de bajo, y una melodía que va creciendo de la mano de las voces de ‘Tompa’, que hablan más que cantar. Otro tema que se sale muchísimo de lo que hemos mamado durante décadas, donde AT THE GATES exploran de un modo asombroso sus límites y nuevamente con acierto. Las melodías recuerdan también a ese rollo más ‘goth’ que en este disco está mucho menos presente, y sin duda le da un toque muy efectista al disco, un tema absolutamente rupturista con el resto que no hace sino darle color al conjunto.
Eternal Winter Of Reason
El trabajo termina con un medio tiempo con una enorme presencia de guitarras agudas al más puro estilo death/ black, que sin darnos cuenta va dejándonos estribaciones ‘prog’ aquí y allí, derrochando nuevamente creatividad y con la firme determinación de no repetirse ni en lo más necesario. Aquí es obligatorio abundar en la reflexión que vengo haciendo durante todo el artículo, este es sin lugar a dudas el trabajo más imaginativo de la banda desde el punto de vista creativo y compositivo, un disco que bebe de las fuentes que todos esperamos pero que tiene una ambición clara mucho más allá de eso, y que veremos si se perpetuará en el tiempo.
Después de la escucha, que personalmente me dejó con ganas de más, era el momento para las preguntas mientras vocalista y guitarrista disfrutaban visiblemente de la charla y, cómo no, de otra buena Carlsberg mientras el entrevistador les iba transmitiendo nuestras cuestiones. Me llamó la atención que la primera de todas ellas se refiriera a las ventas, un tema no demasiado recurrente al menos en una banda de metal extremo; preguntados por un objetivo de ventas para este nuevo trabajo tras llegar a posiciones altas en listas con su anterior trabajo, como el 10 en Alemania, Lindberg tiene claro que su único interés es poder llegar a fin de mes, poder vivir, en definitiva (no creemos que tenga demasiado problema, siendo docente de secundaria). Sin embargo, ambos coinciden en que en los únicos intereses para con la banda son músicales y artísticos en general.
Sobre el tema que abre el LP, “Spectre Of Extinction”, ‘Tompa’ nos cuenta que no fue el primer tema que compusieron, y que para él es una apertura muy a lo JUDAS PRIEST, haciendo referencia más bien al impacto que tiene en el disco, mñas que a simulitudes musicales. Nos cuenta -las dos primeras fueron la homónoma (“The Nightmare Of Being”) y “The Paradox, esas canciones se compusieron en la gira con BEHEMOTH y son como la continuación de nuestro anterior trabajo. “The Cyrus” sin embargo establece nuevos establece nuevos niveles… ¿Y qué nuevos niveles son esos? Tomas no se esconde: “[…] hay rastros del “The Red In The Sky”, avantgarde… siempre han estado ahí, pero es la primera vez que sentimos que los abrazamos directamente como queríamos.”
Sobre la inspiración de las letras en un trabajo que a priori se nos presenta tan lleno de significado, Lindberg nos confiesa que como en “At War With Reality”, el realismo mágico sigue ahí, y esta vez el poeta Thomas Ligotti le ha servido de mucho apoyo, concretamente su obra “La Cospiración Contra la Especie Humana”, que pasa por ser un pilar, un punto de partida, aunque reconoce que se habla de muchos autores en el disco. Asímismo, la idea de la consciencia como conductor del sufrimiento y la filosofía del pesimismo son temas recurrentes, es un disco muy filosófico en ese aspecto, nos cuenta.
¿Y el título? ¿Viene quizás motivado por la pandemia que llevamos más de un año sufriendo? Lindberg no cree que demasiado: “Puede ser una respuesta emocional, aunque la mayor parte fue escrita antes de la pandemia, pero la pandemia algo ha hecho y ha conectado con los temas y letras. Desde luego en lo que mas ha afectado es a la dedicación que le han podido ofrecer, a las texturas, y al tiempo dedicado en definitiva.”
“Garden Of Cyrus” y su saxo eran pregunta obligatoria, y Jonas nos explica cómo se fragua algo tan poco convencional. Resulta que según nos cuenta, ya querían introducir saxo y trompetas en el anterior trabajo y entonces no se pudo por logística. Nos cuenta que siempre han tenido influencias de Coltrane, y además en el primer disco metieron un violin (ndr. horroroso, por cierto), algo que no es que sea típico en el death metal pero que en ellos siempre ha estado presente. Nos cuenta también que vamos a encontrar muchos músicos en el disco, pero el saxofón en particular lo interpreta un músico graduado en improvisación en ‘jazz’ por la universidad de GBG, con un solo además totalmente improvisado, claro. “Queríamos algo que recordase a King Crimson y a Coltrane, algo caótico. Me dirigía al estudio, me mandaron un sms, estaba a 15 minutos del local y cuando me presenté allí ya lo había grabado y se había pirado, un maquina…”
¿Y el Tomas Lindberg de 1991? ¿Qué hubiera pensado de este tema? Para el vocalista no es algo que necesariamente tenga que estar reñido con su pasado, al contrario, siempre ha escuchado este tipo de sonidos. Abrieron en Roadburn con un tema de KING CRIMSON nada menos que delante de 4000 personas, como recuerda orgulloso, por lo que nos explica que para el es una progresión natural, algo adecuado y organico, mientras Jonas asiente convencido, y apostilla; “[…] hace tantos años no teníamos la habilidad para tocar de alguna manera este tipo de temas tan complejos, en el 91′ ya nos gustaba esa música pero hubiera sido imposible.”
Personalmente, me llamó mucho la atención que por primera vez en años, y atendiendo a las dichosas comparaciones, este trabajo llega a recordar más a los primeros 2 trabajos que a “SOTS” y en adelante, y tuvimos la suerte de que ellos mismos nos aportaran su propio punto de vista contestando a nuestra pregunta. Nos contaba Tomas, visiblemente molesto, o quizás hastiado con la pregunta: “mucha gente cree que “Slaughter…” es ATG; nosotros creemos que es un discazo, pero es solo un pedazo de lo que somos, no nos gusta demasiado que se reduzca nuestra música a ese disco, Ser artista es eso, explorar diferentes caminos, desarrollar nuevas ideas, a veces volver un poco atrás, pero sobre todo mirar adelante…”
Preguntados sobre la producción del trabajo, y si el disco suena quizás más ‘old-school’, a ‘Tompa’ le cambia el gesto. Sonriente, nos cuenta que le reconforta oírlo, porque lo mas negativo del anterior disco fue para él precisamente el sonido. “Este disco es muy exigente en cuanto a instrumentaciones, y necesitábamos un sonido mas nítido, más depurado, mientras que en el anterior sí que buscábamos un sonido más ‘oldschool’, más afilado. Ahora creo que hemos dado con algo mas variado, porque los temas son muy distintos entre sí, pero que cada uno tiene el tratamiento que pide, más armónicos…” Además, nos revela que han grabado en diferentes estudios: baterías con Jens Bogren, guitarras con Andy LaRoque… el resultado desde luego habla por sí solo.
Para terminar, teníamos que saber hasta qué punto será posible o realista verles en directo en un plazo corto. Un tanto resignado (como todos), el vocalista sueco nos explica que van a hacer todo lo posible, pero que no es algo que dependa demasiado de ellos; “Ahora mismo estamos inmersos en la burbuja que supone este nuevo disco, pero iremos dando detalles; ahora mismo estamos centrados en sacarlo y que la gente lo escuche. Estamos deseando llevarlo a la carretera, hay planes de fondo, claro, también hay esperanzas de tocar este año, pero siendo un album conceptual sobre el pesimismo… (risas). Sobrevivimos no teniendo las expectativas muy altas. Si no, será en 2022.”
Jorge del Amo (jorge_del_amo@rafabasa.com)
Twitter: @Jorge_del_amo
Fotos: Capturas de pantalla
He visto la foto y he pensado ¿Qué hacen Mustaine y Lauri Porra juntos?