Critica del CD de REYLOBO – El Octavo Pecado

REYLOBO – El Octavo Pecado

Discográfica: Duque Producciones

Puntuación Popular

Ya tenemos aquí, desde Murcia, el primer álbum de la banda REYLOBO. En los últimos meses he podido reseñar en esta web algunos lanzamientos de nuevas agrupaciones que vienen apostando fuerte dentro del metal nacional; y “El Octavo Pecado” viene a continuar esa senda de savia nueva y renovación del mundillo en estos tiempos de pandemia.

En primer lugar, me gustaría comentar brevemente algunos aspectos fundamentales del CD, para aquellos que no hayan podido escuchar el single en las pasadas semanas y estén conociendo y acercándose a la banda con este texto. Se trata de un álbum bastante trabajado a nivel conceptual, pues a través de sus canciones cuenta una historia que cada uno de los oyentes descubrirá por sí mismo si presta atención a las letras. Musicalmente la mezcla y producción llevan el sello de Alberto Rionda, que no necesita ningún tipo de presentación a estas alturas. Esto podría a llevarnos a una equivocada (con matices) asociación con el estilo que han desempeñado bandas como AVALANCH o ALQUIMIA, pero no he tenido la sensación de que REYLOBO beba demasiado de estos grupos en particular, salvo por algunos detallitos que comentaré más adelante. La apuesta se centra en un heavy melódico de corte clásico interesante, pero con toques de rock y power metal en algunos momentos; especialmente en los arreglos melódicos de guitarra y teclado, llenos de gusto y elegancia. La base rítmica suena muy potente, con un bajo marcado y muy medioso que me gusta bastante, siempre funcional, pegado a la batería con mucha pegada.

Tras una primera introducción en forma de solo de piano llegan Los Olvidados, una de mis canciones favoritas de “El Octavo Pecado”. Todo abre con la voz de Nacho Fernández, muy bien arropada con coros y armonías que crean un efecto muy chulo. Ya desde el comienzo entendemos muy bien aquí la fórmula de REYLOBO, con riffs agresivos y cañeros que se acolchan en teclados oscuros y atmosféricos. La potencia de la música contrasta con las líneas vocales, muy melódicas, pues Nacho no tiene un timbre demasiado rasgado, canta muy limpio. Es una de las canciones más pegadizas del CD, con un estribillo genial, donde la línea principal es doblada por las guitarras.

La jauría humana comienza un poco más “happy”, con un lead de guitarra más luminoso, pero se trata solo de un espejismo antes de la caña. Estamos ante un tema más pesado que el anterior, con menos velocidad, pero igualmente efectivo. De nuevo, el coro engancha. Creo que esta es una de las principales virtudes del REYLOBO, pues casi todos los temas del disco van en esta línea. No hace falta escuchar muchas veces el álbum para encontrarte cantando alguno de los cortes, y eso no es sencillo. Me encanta el piano suave que da el pistoletazo de salida a Rebelión, que nos ofrece cambios de cadencia más marcados. Cuenta con un pre-puente muy pausado, casi sin instrumentación, y con varias partes diferenciadas. Como detalle que me ha gustado, uno de los solos de guitarra va muy en la escuela del mismo Rionda, con ese feeling y esa distorsión cristalina que le caracterizan.

El Hombre Inquieto es la siguiente en sonar, con una guitarra oscura y de tinte neoclásico que nos puede recordar a cualquier banda de power-metal tradicional, como STRATOVARIUS. El riff es uno de los más potentes, apoyado en una base donde el bajo destaca notablemente. El estribillo tiene una melodía bastante curiosa. Llega el turno de la balada en forma de Sidonie, donde el piano y el lead de guitarra encajan perfectamente. La letra parece hablar de un padre y una hija fallecida, es muy emotiva. Algunos arreglos se hacen desde la guitarra acústica, con una presencia que no encontramos en el resto del disco y que se agradece.

Sin tiempo para descansar aparece La configuración del caos, otra de las canciones más cañeras del CD. Es de mis favoritas. Nacho canta muy bien, y los arreglos de teclado (con un rollo electrónico) que suenan de fondo funcionan de maravilla. Tras ella llega el turno de Águilas Blancas, que ya conocíamos desde hace tiempo. Poco más se puede decir de este corte, salvo que funciona genial como single. El estribillo vuelve a atraparte con facilidad (con mucha facilidad, de hecho) y el riff es realmente contundente. En él colaboran Alberto y Manuel Ramil, aunque el primero se encarga del bajo y no de alguna guitarra, como podría esperarse. La canción me recuerda a muchas bandas de nuestro panorama en el buen sentido, con algunos toques frescos. El solo de Pedro Gallego tiene muchísimo gusto.

Dogma es una de las canciones que más llamarán la atención de los oyentes. Además de ser bastante completa, caminando por diferentes senderos musicales, cuenta con la colaboración vocal de Isra Ramos y de Sonia Rubín. Ambos realizan un trabajo muy bueno junto a Nacho, dando mucha riqueza al tema. La parte de Ramos me ha gustado mucho, y no únicamente por ese timbre que siempre me ha cautivado. Creo que sus fragmentos tienen las mejores melodías de la canción a nivel de composición. Orígen vuelve a servir de interludio antes del último tema, siendo una nueva oportunidad de lucimiento para los teclados. Réquiem será la encargada de finalizar la función, liderada al comienzo por el bajo, y creciendo poco a poco hasta un estribillo a medio tiempo.

En definitiva, un trabajo muy interesante y completo para aquellos que tengan entre sus gustos el heavy metal nacional de corte melódico. La apuesta de REYLOBO va sobre seguro, pero también tiene tiempo para innovar en algunos aspectos y conseguir su sello personal. Por supuesto, creo que en el grupo hay recorrido para realizar en el futuro mejores trabajos, pero “El octavo pecado” supone una muy buena carta de presentación para el futuro.

Paco Sánchez

Lista de Temas:

1. Final
2. Los Olvidados
3. La Jauría Humana
4. Rebelión
5. El Hombre Inquieto
6. Sidonie
7. La Comfiguración Del Caos
8. Las Águilas Blancas
9. Dogma
10. Origen
11. Réquiem