THERION – Leviathan
Discográfica: Nuclear Blast
No han pasado ni dos años desde que THERION editaran su obra más ambiciosa hasta la época, una ópera rock de tres discos que, a nivel general, dejó un amargo sabor de boca a sus miles de seguidores, no cumpliendo para la gran mayoría de ellos las expectativas generadas. “Beloved Antichrist” presentaba una mastodóntica a la par que interesante historia que, sin embargo, no venía acompañada de las canciones más celebradas en la historia del combo.
Si a esto le sumamos que los movimientos discográficos anteriores ya venían haciendo que multitud de fans fueran progresivamente torciendo el morro (y hacer un disco de versiones pop francesas no terminó de arreglar la situación, precisamente), era de lógica pensar que el nuevo disco de los suecos estuviera en el punto de mira. Hecho que Christofer Johnsson debía conocer de primera mano, a tenor de sus últimas declaraciones en las que indicaba que con “Leviathan” los fans no iban a tener el reto de asimilar un disco nuevo, sino que éste sería un compendio de nuevas canciones rememorando lo mejor en su trayectoria.
Con estas premisas encaré hace ya tiempo la escucha del nuevo álbum de THERION. ¿Veredicto? Pues que de nuevo lo han vuelto a hacer. Mal, me refiero. “Leviathan” es un disco que precisamente adolece de lo mismo que su predecesor en cuanto a la composición y estructura de sus canciones. Es decir: son simples, sin brillo, sin chispa alguna y, lo que es peor, la producción es tan plana que en ningún momento destaca sus -escasas- bondades. Bien es cierto que cumple con aquel viejo tópico de que gana con las escuchas. Y también lo es el hecho de que su segunda mitad esté muy por encima de la primera, lo cual ayuda a llevarnos alguna agradable sorpresa justo cuando pensábamos que todo iba cuesta abajo y sin frenos.
Sin embargo, los que llevamos años siguiendo a la banda, esperamos mucho más de ellos. Por mucho que evoque a épocas pasadas; por cierto, a mí me suena y mucho a “Theli” y “Vovin”, pero sólo en cuanto a semejanza estilística, porque las canciones de aquellos están años luz por encima de las de éste.
Comienzan de una manera tan animada como extraña, con la dinámica y rockera “The Lea fon the Oak of Far”, un tema simple, sencillo muy directo, que en poco más de tres minutos combina voces solistas femeninas de Thaida (una vocalista que colabora con THERION por vez primera) combinada con la de Thomas Vikström y el coro al estribillo. Es un tema que me provoca dos sensaciones: la primera, la de que me sabe a poco ya que creo que se le podría haber sacado algo más de partido, incluso haber incluido un solo (imperdonable el poco protagonismo que se le da a un pedazo de guitarrista como Christian Vidal); el segundo, es que junto con lo que viene después, es tan dispar al resto de temas que poco tiene que ver con ellos y da una sensación un poco de no tener un rumbo definido claro.
“Tuonela” es un tema a medio tempo donde un riff minimalista que consiste en llevar la tónica y poco más, va dando paso a la sucesión de melodías entre Thomas y Thaida hasta que llega el estribillo y la aparición de un Marco Hietala que le da colorido al acabado final. Me gusta la manera en la que combinan las melodías entre la guitarra y las orquestaciones. Sin duda, es lo mejor que podemos encontrar en este primer bloque.
Sin embargo, “Leviathan”, tema título, tiene todas las carencias y características negativas que mencionaba antes. Le falta gracia, es plano, no tiene una producción que resalte los momentos clave, hasta el mismo coro suena apagado. Van pasando los minutos y uno no encuentra ese subidón que espera de una canción presumiblemente épica. Y siento decir que las mismas sensaciones son las que me produce “Die Wellen, der Zeit”. La que debería ser una balada evocadora, a la altura de obras como “Lemuria”, se queda en un quiero y no puedo enorme, decepcionante. Afortunadamente “Azi Dahaka” retoma algo el vuelo con un tema rápido, heavy, pero nuevamente descolorido, con unas guitarras bajísimas en la mezcla. Es un intento de querer hacer algo en la onda “The Blood of Kingu”, pero resultando sólo eso, un intento, como también lo es “Eye of Agol” donde lo que a priori comienza como un interesante riff con una poderosa intervención de Thaida, es lastrado nuevamente por una producción pobre, a la que le falta gancho. Y es una verdadera pena porque en todos estos temas se intuyen buenas ideas y mejores intenciones.
Afortunadamente “Nocturnal Light” va mejorando la cosa, de hecho, es la que abre el segundo bloque del disco, el cual, a mi juicio, está muy por encima del primero. Aquí tenemos un tema elaborado, algo más largo en duración, con una acertada combinación de voces (con la añorada Lori Lewis de vuelta) y pasajes, nuevamente llevados en volandas por la escala armónica menor y sus arabescos sabores. Tiene ese sabor a los THERION clásicos, a los que cambiaron radicalmente de estilo con respecto a lo que estaban haciendo en sus primeros días y que tanta controversia y alegría generaran y es lo mismo a lo que me retrae “Great Marquis of Hell”, cruda, directa, pero a la vez épica, con un Thomas enorme, que se basta y sobra él solo para llevar todo el peso de la canción y regalarnos de paso su enorme talento cantando.
Aunque sin duda, el tema estrella del disco y el que muchos seguidores estarán esperando como agua de mayo porque supone el regreso de Mats Levén a un disco de THERION, es “Psalm of Retribution”. Y es que por fin encontramos algo que se asemeja a la grandeza de antaño y que bien pudiera estar incluido en alguna de sus grandes obras. La canción tiene ese halo tan propio de ellos, con la guitarra a medio cabalgueo, la base marcando con paso firme, los coros por debajo, realizando labores rítmicas, complementando las guitarras, bajo y batería y un Mats enorme junto a Thaida y Thomas y desde luego no le faltan esas melodías orquestales maravillosas. ¡Un diez para ella!
Volvemos a la parte más oscura con “El Primer Sol” donde Thomas, haciendo gala de su registro más barítono, lleva el peso junto a Lori, convergiendo ambos en un estribillo evocador. Por último, “Ten Courts of Diyu” pone la guinda de manera cuasi mística, con sabor oriental pero también lúgubre, con unas melodías maravillosas tanto por la parte vocal como por la operística. Es un tema repleto de melancolía y belleza que me hace volver al pensamiento anteriormente planteado de que este disco realmente estaba repleto de buenas ideas, pero no correctamente ejecutadas, tanto a nivel de composición como de producción. ¡Una pena!
J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – www.twitch.tv/metal_dj_phoenix
Lista de Temas:
- The Leaf on the Oak of Far
- Tuonela
- Leviathan
- Die Wellen der Zeit
- Aži Dahāka
- Eye of Algol
- Nocturnal Light
- Great Marquis of Hell
- Psalm of Retribution
- El Primer Sol
- Ten Courts of Diyu
Pues a mí los avances Leviathan y Die Wellen der Zeit sí me gustaron, así que si son lo peor del disco, lo voy a flipar con el resto. XD
Las dos primeras veces que las escuché me quedó la misma sensación que al redactor, pero tras varias veces me han ido enganchando cada vez más. Curiosamente, lo mismo me pasó con el álbum Secrets of the runes…
Para mí desde Theli, Christofer Johnsson no ha parado de sacar obras maestras. Incluso el tan denostado álbum Les Fleurs Du Mal me parece uno de los mejores discos de versiones de la historia.
Su única obra que de momento no me ha entrado todavía es la ópera Beloved Antichrist, a la que todavía le debo muchas escuchas por su extensión, pero mucho me extrañaría si no me acaba gustando bastante también.
Para gustos los colores. A mí han sido dos de los que más me han gustado. Y por mucho que diga Johnsson de la inspiración en Lemuria/Sirius B, que la tiene por momentos, a mí al disco que más me ha recordado es a Antichrist Superstar… lo cual, en mi caso, no es malo.
Y el tema que abre el disco podría haber entrado en el de Luciferian Light Orchestra sin problemas.
Tras la primera escucha, mis sensaciones han sido bastante buenas. Es cierto que al ser un disco orientado a «hits», como dice Christopher, en algunos temas echas en falta más duración, ya que la canción acaba y te queda la sensación de que podían haber añadido un solo más, o algún pasaje instrumental extra, pero, quitando eso, lo cierto es que en general me ha parecido que encadenan temazo tras temazo. Tuonela, Nocturnal Light, o Great Marquis of Hell son grandiosas.
La Ópera Rock de Therion a mi me parece espectacular. Además, aunque es un disco más de Therion, todos sabíamos lo que era…una Ópera Rock…estábamos avisados. Decepcionante hubiera sido si la Ópera Rock fuese realmente mala, pero no es así. Es una obra de arte no apta para todos los oídos.
Este disco creo que es lo que esperábamos todos. No lo veo flojo ni decepcionante. Es sólo un regreso al estilo del que podemos disfrutar en casa o en un concierto de Therion después de una etapa de buena y polémica experimentación.
Cierto es que con los adelantos que dieron me esperaba algo más Vovin y no fue así, pero la sorpresa para mi ha sido muy grata, por lo que no puedo estar de acuerdo con el 100% de la crítica a pesar de estar bien hecha.
El prriiiiimeeeeeeeeeeeeeer soooooooooooooOoooOOOllll, señor estooy sieeegaaa …
jajaajaja, me ha hecho mucha gracia que haya un tema en español, y como lo pronuncian, pero bienvenidas sean esta clase de iniciativas.
Discrepo bastante con la crítica, la verdad.
Me ha parecido muy buen disco de inicio.
Tan sólo la parte central me ha parecido un poco floja, pero está claro que hay que darle escuchas.
Y vamos, ningún disco de Therion me ha entrado a la primera como obra maestra sin darle suficientes escuchas, ni el Gothic Kabbalah.
Un gran retorno al buen camino, y esperemos que sigan por él…y que vuelva Matts Leven completamente!!
Pues vaya, iba con miedo después de leer la crítica. Y me ha gustado mucho el disco, nada espectacular pero es muy ameno y pasa como el agua. Está claro que para gustos colores, pero vaya que no me ha parecido para nada un mal disco. Grandes Therion.
Eso mismo me pareció a mí. Si nos fijamos bien creo que ningún comentario coincide con esta crítica.
Discazo, las cosas como son.
No sé que disco ha escuchado el redactor… En fin…