AC/DC – Reseña de «Power Up» escrita por Angus Siete, administrador del grupo de Facebook AC/DC MADRID

AC/DC – Reseña de "Power Up" escrita por Angus Siete, administrador del grupo de Facebook AC/DC MADRID

Hace semanas, hablé con Angus Siete, administrador del grupo de Facebook AC/DC MADRID, -que se creó el 19 de febrero de 2012-, y le propuse que varios mega-fans de la banda escribieran sus impresiones sobre el nuevo álbum; al final ha sido el propio Angus Siete, quien ha escrito su reseña de "Power Up".

AC/DC – PWR/UP

Malcolm Mitchell Young, fue traído a este mundo el 6 de enero del año 1953, siendo el séptimo hijo de una humilde familia obrera de Glasgow; que se convirtió en emigrante cuando éste contaba con 10 años de edad. Una familia que le educaría en los valores de la honestidad, del trabajo y para que nunca olvidara de dónde venía, como toda familia emigrante.

Una familia que también le prepararía para el Rock and roll. A partir de la experiencia de su hermano George, Malcolm fue testigo del significado del éxito y del fracaso en el Rock and roll. Vio cómo George llegaba al número 1 en Inglaterra con Fryday on my mind y lo que vino después para la mayoría de aquellos grupos de un solo éxito. Cómo en el Rock and roll, si no tienes cabeza, te lo gastas todo antes de llegar a casa o te hacen firmar contratos infames cuando no eres nadie y te encuentras no siendo nadie después de su vencimiento. Así fue el Rock and roll en los maravillosos años 60. Pero sobre todo, George Young era un gran músico, produjo los discos de sus hermanos hasta colocarles a las puertas de eternidad, “léase” Highway to hell.

Todo esto ayudó mucho a Malcolm. Este desconocido para el gran público es el artífice de AC/DC y todo lo que significa, cuestión que la mayoría del público también desconoce.

Cuando se publique este escrito AC/DC será número 1 al menos en Inglaterra. ¿Qué tiene esta banda que todo lo resiste, que a todos sorprende y que poco a poco a todos va convenciendo?

Este pequeño niño que con 10 años llegó a Australia (desde la distancia se ve todo mucho más claro), es el ser humano que mejor comprendió lo que es, significa y puede significar el Rock and Roll en nuestra cultura. Al entenderlo, supo lo que el público iba a querer en el futuro. Sabía que si preservaba la esencia del Rock and roll, si preservaba su pureza, su honestidad y libertad, el mundo al final lo entendería, ya que nadie se estaba atreviendo a desafiar a la industria para preservar esa esencia. No era necesario que fuera en ese momento, el tiempo le daría la razón. Se la ha dado muchas veces y se la volverá a dar muchas veces más. Porque, aunque ya fallecido, todo artista o empresario quiere dejar bien atado el futuro de su obra, y este Malcolm es de los grandes, grandes, como artista y como empresario.

No se sorprendan si las canciones de AC/DC son declaradas Patrimonio Cultural de Humanidad una de estas décadas que vienen. La obra es monumental en su aspecto artístico, porque la cantidad y la calidad de las canciones es muy inusual. Hay 5 canciones de AC/DC que ya conoce el mundo entero aunque no lo sepa. Y todo está por descubrir para el gran público. O si se estudia a AC/DC en las Facultades de Economía, no se sorprendan.

La música de AC/DC es “eterna”, mientras haya alguien ahí para escuchar. Sus componentes no, sus fans tampoco. Pero se contarán unos que a otros que hubo un grupo inigualable en directo, porque además de las canciones y del guitarrista salido del colegio, estaba la experiencia.

La experiencia que el Rock and roll promete, una experiencia emocional de poder y libertad. Nadie, nadie como Malcolm entendió que para ser el más grande tienes que garantizar esa vivencia todos los días que subes a un escenario. Esa sensación que te recorre el cuerpo, te hace gritar y apretar los puños. Te sientes muy vivo e identificado con los que tienes alrededor. Cuando termina has dejado allí todo el sudor y las toxinas que llevabas. Y te vas a casa sabiendo que has visto el mejor espectáculo de Rock and Roll que se puede ver si eres fan, o que te lo has pasado muy bien si no lo eres. Fórmula perfecta.

Llegados a este punto, qué se puede decir del nuevo disco de AC/DC PWR/UP, dedicado a Malcolm Young por su hermano Angus, que estuvo siempre a su lado, que ha hecho y hará muchos más kilómetros que Malcolm. Que aprendió y fue parte fundamental de todo. Que entendió la idea de su hermano y accedió a asumir la mayor responsabilidad. Dar la cara, practicar todo el día, correr y romperse las rodillas para AC/DC.

El disco es muy bueno, como no puede ser de otra manera. 40 años después de la victoria del sintetizador y de la caja de ritmos sobre la guitarra eléctrica y la batería, estos guardianes de la esencia del Rock and Roll “se lo van a llevar” trabajando como se hacía en los años 70. Los años “cumbre” de nuestra música. Un disco hecho así en 2020 es una pieza de museo en el buen sentido de la palabra. Una pepita de oro que aparece 40 años después de cerrar la mina.

No creo que, en estos años en los que estamos perdiendo a tantos grandes del Rock, el último Ken Henley, un fan como yo se pueda poner a hacer la crítica de un disco como si estuviéramos en los años 80, sin conciencia de que todo se acaba y que cada disco o concierto que pueda hacer AC/DC a partir de hoy es un tesoro, que nada nos quita.

PWR/UP son 12 canciones más de AC/DC que después de todo lo soportado por AC/DC y sus fans desde Black Ice, es como abrir las ventanas para ventilar el bar por la mañana.

Escuchen este disco, es lo único que se necesita. No les entrarán todas a la primera pero, no se engañen, tampoco les pasó con Back in black. Un disco será bueno o fundamental en función del sitio que le hagamos en nuestra vida. Después nos lo devolverá con creces con recuerdos de vivencias irrepetibles.

Cada vez quedan menos músicos de aquellos de los 60 y 70. Angus Young sigue muy vivo. No me creían cuando decía que ese chico no se droga. Apoyémoslo y disfrutemos mientras sea posible.

Larga vida al Rock and roll.

Angus 7 – AC/DC Madrid – (Facebook)

Recordemos la crítica de "Power Up" escrita por nuestro redactor J. José Jiménez