ZENOBIA- VI
Discográfica: Maldito Records
ZENOBIA se ha convertido en los últimos años en una de las bandas más importantes del heavy nacional de corte más clásico, y había ya ganas de un nuevo trabajo discográfico por parte de los logroñeses. Tras los cambios en la banda, con "VI" cualquier posible duda han quedado más que resueltas. ZENOBIA ha vuelto, y tiene mucho que decir.
En primer lugar, es obligatorio señalar que la banda presenta una nueva formación en estudio, muy diferente a aquella que grabara en 2016 "Alma de Fuego II". Jorge Berceo y Javier Herrero se mantienen como miembros fundadores, acompañados desde hace meses por dos nuevos guitarristas: Mario Suárez y Marcos Llorente. A las cuatro cuerdas tenemos también novedades, con la incorporación de Héctor Hernáez, que lleva tiempo en el grupo, junto a Ernesto Arranz a los teclados (que ya llevaba cuatro años en la banda) ha pasado a un nuevo plano de importancia, convirtiéndose con este disco en uno de los músicos más destacados de ZENOBIA. Todos estos cambios no son casuales, porque “VI” tiene desde este mismo momento un espacio especial reservado dentro de la discografía del grupo en todos los sentidos. Este trabajo está muy lejos de ser un álbum más, pues se encuentra repleto de innovación y recursos nuevos. No me cabe la menor duda de que provocará cierta polémica entre algunos seguidores, pero debo confesar que a un servidor le ha llegado totalmente.
En primer lugar, la composición (si atendemos a los créditos de los temas) se ha dividido entre Berceo, Arranz y Suárez. Esto ha permitido que en “VI” encontremos canciones muy diferentes a las que hemos escuchado antes en manos de ZENOBIA. El álbum no puede ser etiquetado automáticamente de heavy metal clásico o de power metal, pues “VI” tiene mucho de estilos algo más modernos o pausados, llegando a ofrecer tintes de hard rock o de rock progresivo por momentos. El teclado ha pasado a ser uno de los instrumentos más importantes del grupo, ya que todos los temas están llenos de colchones, riffs de sintetizador y solos de dicho instrumento. El trabajo de Arranz en este apartado es magnífico, ha dado un aire nuevo al grupo que le sienta genial. Por su parte, las bases metaleras y los solos de guitarra están también muy presentes y a gran nivel, la banda no se ha olvidado de ellas en absoluto. Afortunadamente, no se echa de menos el talento de Víctor de Andrés en ningún momento. Los dos guitarristas que han tomado el relevo se complementan realmente bien, encontramos temas con armonías muy trabajadas. Respecto al resto de instrumentos, es obligado señalar que el bajo también ha ganado mucho en presencia con un sonido realmente potente, nada enterrado, muy distorsionado y pegado siempre a las baterías de Herrero. A nivel de producción, “VI” reluce muchísimo. Eso sí, puede que este cambio de timón no guste a todos los seguidores. De todos modos, el heavy metal se siente siempre durante la escucha. Tiene un nuevo enfoque, pero nunca se pierde.
Entrando de forma más concreta en los temas, Sin perder la pasión se presenta como uno de los mejores momentos del trabajo desde el comienzo. Su riff es complejo, muy cañero. El estribillo es ZENOBIA al 100%, y la parte instrumental da rienda suelta al teclado por primera vez. Me encanta como canta Jorge, con más matices y variedad que nunca en su voz. Alberto Rionda tiene, sin duda, un gusto tremendo para los vocalistas. La realidad es que todos aquellos que han trabajado con el asturiano han mejorado en este sentido, y no parece casualidad. Berceo me encantó cuando pude verlo en directo, y en este álbum vuelve a demostrar sus capacidades. Tengo la sensación de que encara los temas con más limpieza, con más confianza. La danza del diablo es otro ejemplo de esta fusión de estilos que viene presentando el grupo. Durante el coro se crea un ambiente muy rockero, muy divertido; pero las estrofas son puro heavy metal de toda la vida. Me encantan las guitarras armonizadas que aparecen en su segunda mitad, es un tema realmente directo, con una gran letra. De mis favoritos, sin duda.
Ya conocíamos El último bastión desde hace algunas semanas, pues ha sido lanzado como sencillo. La canción abre con una melodía a dos guitarras de tintes épicos, pero toma un rumbo más oscuro pronto. Me encanta como canta Berceo aquí, arropado por arreglos muy sobrios. Es una de las canciones que hubieran podido entrar sin problemas en otros trabajos de ZENOBIA. Tu amistad cambia ligeramente de tercio, llegando hacia esos “momentos hard rock/AOR” que comentaba al principio. Esto hay que tomarlo con mucha precaución, porque las bases siguen golpeando con fuerza y las guitarras son potentes. Sin embargo, tengo la sensación de que algunos giros vocales y los arreglos de Arranz recuerdan mucho a otros géneros. Me gusta mucho el contraste que esto produce, y que se hace mucho más presente y notable en No me dejes caer, mi canción preferida del álbum. Su comienzo es muy AVALANCH de la época post Víctor García, tiene un desarrollo genial. Recuerda también a temas como “Aliento”o “Vulnerable” de ALQUIMIA, pasado todo siempre por el filtro de ZENOBIA. Es el tema (salvando la balada) menos heavy del disco, un gran medio tiempo. En algunos momentos suenan unos violines realmente elegantes. Jorge tiene un talento enorme para cantar estas canciones, y espero que lo explote en el futuro.
Los sintetizadores vuelven a recibirnos en Buscando una luz, para dar pronto paso a un riff muy cañero de guitarra. De nuevo, los teclados y las guitarras ofrecen sonidos y sensaciones distintas, rozando en ocasiones un ambiente progresivo. Es un tema más pesado y muy rítmico, no tan pegadizo, pero se sostiene realmente bien. Los fans de ZENOBIA que prefieran cortes como el single estarán encantados también con Sigo Rugiendo, una canción que a nivel musical (salvando los teclados, por supuesto) y letrístico recuerda a todos sus trabajos anteriores. El tono más positivo o épico vuelve con Jamás. El comienzo del tema camina solo a base de voz, bombo y teclado, con guitarras algo más apagadas. El estribillo es maravilloso, muy melódico, perfecto para futuros conciertos.
Llegamos a la recta final con tres canciones realmente distintas entre sí El Laberinto es la apuesta más arriesgada de “VI”. Hablamos de un tema oscuro, con colaboraciones vocales femeninas, bases potentes y arreglos electrónicos. Por momentos, las estrofas llegan a tocar lo gótico. Como contrapeso, el coro tiene mucho gancho, ayuda a evitar el exceso de complejidad. Sin duda, es una canción que llama la atención, muy distinta a la propuesta tradicional del grupo. Mi mundo por volver llenael espacio (siempre necesario) de una balada en el CD, con una instrumentación sencilla a base de piano y arreglos orquestales. Jorge interpreta genial, aunque el resultado del tema es original, diferente a canciones clásicas, como Ante tus ojos o Vuelve. Esta composición no es una power-ballad al uso, aunque el grupo entra en formato eléctrico durante la segunda mitad, como suele ocurrir. El solo de guitarra es precioso, lleno de feeling y virtuosismo. Sin intención de ser repetitivo en las comparaciones, vuelvo a sentir mucho de AVALANCH en esta canción. El público juzgará.
Las guitarras acústicas nos preparan pronto para la canción más épica del álbum. El príncipe de la oscuridad es el único tema de “VI” que recuerda en ocasiones al power metal. Los dobles bombos destacan muchísimo, y las guitarras roban el protagonismo a un teclado de enfoque mucho más heavy. Además, Jorge rompe la voz como siempre ha hecho, ofreciendo de resultado un auténtico himno. Da la sensación de estar colocado de forma estratégica en el último tramo, como declaración de intenciones para romper con todo lo anterior y demostrar que ZENOBIA, si quiere, puede seguir componiendo canciones poderosas. Aunque aplaudo el tono general más novedoso del disco, me ha encantado escuchar de nuevo una canción así, similar a Ángel Negro. Fantástica.
ZENOBIA ya está aquí, con un regreso por todo lo alto. Estoy seguro de que “VI” va a tener detractores y defensores en buena cantidad. Me gustaría que la balanza se decantara por el segundo caso. Es un álbum distinto, novedoso y arriesgado, pero nunca abandona los elementos que han colocado a la banda en un buen puesto dentro del heavy nacional. Si algunos CDs anteriores del grupo podían llegar a pecar de repetitivos, este nuevo trabajo no lo hace en ningún momento. Para los que tendemos a escuchar habitualmente bandas más melódicas, esto es una noticia fantástica. Chapó por los riojanos, que han sido valientes.
Paco Sánchez
Lista de Temas:
- VI.
- Sin Perder La Pasión
- La Danza del Diablo
- El Último Bastión
- Tu Amistad
- No Me Dejes Caer
- Buscando una Luz
- Sigo Rugiendo
- Jamás
- El Laberinto
- Mi Mundo por Volver
-
El Príncipe de la Oscuridad
La verdad, no tenía las expectativas demasiado altas con este disco, pero ha resultado ser realmente bueno
A mí personalmente no me ha gustado nada. Han perdido la esencia de lo que era Zenobia. Abrazan el rock para alejarse del heavy.
A mi sin ser la panacea, me ha parecido su mejor disco.
Para mi gusto es un buen disco,realmente variado y variopinto en las que destacaría la labor de Jorge a la voz usando todo tipo de registros muy bien ejecutados pasando por la labor guitarrística amén del uso de teclados y sección rítmica que me parecen la mar de atractivas.
Es cierto que no suena a los Zenobia más Power o más Heavys que igual se esperaba y eso tal vez defraude a más de uno;personalmente a mi me parece algo así como una continuación del disco «Supernova» pero más orientado hacia el Rock que hacia el Heavy.
En fín…a mi en verdad que el álbum me ha gustado tras cuatro escuchas que ya le he pegado aunque igual decir que sea su mejor disco sea precipitado para mi pues me gusta mucho el rollo de los discos «Alma de Fuego» tanto en su primera como en su segunda parte aunque también me encanta el disco que hicieron de Baladas que lleva un rollo más Hard Rock así que no se.
Como bien dice la crítica, es bastante variado y no se hace aburrido en ningún momento. Yo creo que les ha venido bien la salida del grupo de Victor de Andrés y la participación activa en la composición del ex-guitarrista de Red Wine. El disco tiene temazos muy directos con su estilo de siempre y otros muy variados y con muy buen gusto (sí que noto también un deje a Avalanch en ciertas partes). En resumen, me ha gustado bastante este ‘VI’.